stay here - mizu +18
Pedido por: X-Bitch
EP: 5-7
AU: Ninguno.
Pareja: Fem! Reader X Mizu-(he/she/her pronouns), lesbian / wlw / gl
Datos sobre el reader: Tienes unos rasgos occidentales. Cabello ondulado y corto, ojos cafés.
Nombre del reader: Kira.
*Ya sabes que Mizu es mujer.
ADVERTENCIA: Lesbian sex, penetración vaginal, masturbación.
— Llévensela.
Eso fue lo que dijo Mizu cuándo los guardias del Shogun encontraron a Akemi. Ringo protestó y yo también quise hacerlo, pero cuándo ví el rostro cansado de Mizu no pude contradecirla.
Akemi pataleó, golpeó a los guardias y yo por un momento quise intervenir, tampoco quería que se la llevaran así. Sin embargo, no podía. Era meterse directamente con el Shogun, no podía arriesgarme a tener problemas.
La cargaron y subieron cual animal al caballo, todos expectantes, sin hacer nada. Después de que sus gritos se alejaran, Ringo y Mizu pelearon.
Podía comprender el enojo de Ringo, pero yo sólo pensaba en Mizu. Quise calmarlos, pero fue en vano. Ella ya se veía muy cansada, tenía algunos rasguños en los brazos por haber peleado encontra de tantas personas.
Pero Ringo no pudo entenderla y se marchó, quitándose el cascabel que Mizu le había dado. Ella, abatida, se sentó en la nieve. Yo la miré con pena y me senté junto a ella.
—..Hiciste lo mejor que pudiste — dije, tratando de consolarla. A pesar de su dura cortesa, sabía que la partida de Ringo la había entristecido un poco.
Después de un momento de silencio, ella habló, con voz triste — ¿Me vas a dejar tu también?
Mi mirada se encontró con la suya. Ahora mismo, ella sólo necesitaba a alguien en quién recargarse. Además yo la quería mucho cómo para dejarla así sin más — Te he visto torturar hombres. Si te hubiera querido dejar, ya lo hubiera echo desde hace tiempo — confesé con una sonrisa sincera en el rostro.
Después de esas palabras, la arrastré por todo el pueblo hasta encontrar posada. Madame Kaji nos había ofrecido quedarnos, pero no la quise molestar más. Le di mis condolencias y mis buenos deseos, y comencé a buscar un lugar para pasar la noche.
Una vieja mujer nos ofreció una habitación a bajo costo. No era muy grande, pero era lo suficiente para las dos.
A contra de su voluntad, Mizu se quitó su kimono para yo poder curar las heridas de su cuerpo.
Al verla, cómo siempre, mi piel se erizó. Había algo en su desnudez que me resultaba extremadamente atractivo. La había visto desnuda múltiples veces, incluso nos llegamos a bañar juntas, pero no podía evitar sentir aquel cosquilleo en mi vientre siempre que la veía así. Mis ojos siempre viajaban hacia su lechosa piel cubierta de cicatrices y esos ojos azules eléctrico. Su largo cabello cayendo por sus hombros era más excitante de lo que debería.
Me relamí los labios y le pedí que se sentara en el futón. Nuestra posición para mi trabajo cómo su curandera era ella sentada, yo sobre ella. Pero hoy se sentía raro. Hoy no se sentía correcto.. no, mejor dicho, se sentía mucho mejor de lo que antes se sentía.
Puse una pomada en los cortes superficiales, vendé los más profundos y limpié la sangre seca. Ella me veía atentamente, con una expresión que nunca había visto en su rostro, penetrándome con aquellos ojos azules que yo tanto adoraba.
Me removí en mi lugar mientras limpiaba sangre seca de su hombro, ella puso sus manos en mis caderas. — Kira.. — me susurró al oído, ese cosquilleo en el vientre regresó. Pude sentir sus pestañas revoloteando entre mis clavículas. — Gracias.. —dijo, acurrucando su rostro entre el hueco de mi hombro. — No lo digo, pero.. te aprecio.
Yo sonreí, mi sonrojo creció. — Yo también te aprecio mucho, Mizu. Ahora quédate quieta, necesito limpiart.. — me callé cuándo sentí sus labios en mi cuello, la temperatura de mi cuerpo subió. Yo aproveché el hecho de que sus hombros quedaron descubiertos para terminar de limpiar la sangre restante, con movimientos torpes y nerviosos.
Mientras terminaba, ella se acurrucó en mí, apretando más su agarre en mi cadera. Eso era algo usual en ella; normalmente cuándo me tiene cerca usa mis muslos y caderas cómo almohada y las suele apretar. Pero nunca algo como esto. Siempre es algo amistoso, y se ríe después de hacerlo, lo usa cómo una manera de molestarme. Pero ahora.. las caricias que hace y su respiración en mi cuello hace más extraña la situación.
Susurré su nombre, diciéndole que había terminado y ya podía dormir. Pero ella siguió jugando con mis muslos, apretándolos, acariciándolos y trazando figuras con sus dedos, cómo si fuera una niña pequeña.
Sentí cómo lentamente su respiración y sus labios subían por mi cuello hasta mis mejillas, deteniéndose en la comisura de mis labios.
¿Hace falta recalcar que yo era un manojo de nervios?
Mizu me miró a los ojos, sus manos en mi cintura. La habitación se sentía caliente, con una tensión que en cualquier momento podría ser cortada. Me apoyé en su pecho vendado. Y yo ya no podía aguantar más, la adrenalina ya estaba recorriendo mis venas.
Rocé mis labios con los suyos, en un intento de saber si tenía permiso para besarla. Ni siquiera esperó, ella ya tenía mis labios atrapados. Nuestras lenguas se conocieron en un obsceno baile, una de sus manos bajaron hasta la división de mi yukata*, mientras que la otra escaló hasta mis hombros y pecho.
Lentamente sus frías manos fueron retirando mi ropa, dando caricias en la piel que desnudaba. Nuestro beso fue interrumpido por la falta de aire.
— Mierda, Kira.. — maldijo y luego besó mi cuello. — Sabes.. ¿Sabes cuánto tiempo he deseado esto..? — un escalofrío me dominó, las yemas de sus dedos se enterraron en mi trasero. Yo no respondí, pero mi respiración agitada fue suficiente para ella — Te deseo.
Terminó por decir en mi oído, lamiendo mi clavícula. Sentí cómo retiró su mano de mi muslo y se distrajo en el nudo de mi ropa. Sentí cómo la tela caía por mi espalda, mis pechos quedando al descubierto. Ella los vió cómo si fueran dulces.
Al ver su rostro, mis pezones se endurecieron y sentí mis bragas algo mojadas. Ella sonrió ladina cuándo vió mi reacción, y lamió mis senos.
Mientras tanto, una de sus manos se instaló en mi cintura y la otra bajó hasta mi ropa interior. Yo solté un gemido gutural cuándo sentí los fríos dedos hacerse paso entre la tela. Todo este tiempo había estado mordiendo mis mejillas para evitar soltar sonidos vergonzosos, pero parecía que ella quería hacerme gemir..
Mizu seguía lamiendo mis pechos, mordiendo y dejando marcas en mis clavículas. Sus dedos jugaban con mi mojado clítoris haciendo movimientos circulares, yo no pude evitar mover mi cadera de un lado a otro, diciéndole indirectamente que quería más.
Ella lo entendió perfectamente, y unió nuestros labios en un vaivén morboso lleno de deseo. Entre besos yo soltaba pequeños gemidos, su otra mano ya no estaba en mi cadera, ahora estaba en mi trasero, apretándolo y masajeandolo.
Por fin comenzó a mover sus dedos dentro de mi vagina, mientras yo seguía moviendo mi cadera al compás de su mano ella me seguía penetrando, golpeando mi Punto G. Moví mi agarre a sus hombros para poder apoyarme mejor.
Ella también comenzó a soltar pequeños quejidos, ahí fue cuándo me dí cuenta que ella había dejado de masajear mi trasero y también se estaba masturbando.
Entre suspiros, gemidos y movimientos torpes de mi parte llegué al éxtasis del clímax, humedeciendo completamente sus dedos. Mojándolos con mi orgasmo.
Ella soltó un gemido y sacó sus dedos de mi vagina a la vez que ella terminaba. Yo sentí un vacío, mi pecho subía arriba y abajo por mi alterada respiración. Lamió sus dedos empapados de mi néctar, mirándome fijamente con sus penetrantes ojos azules, orgullosa.
Yo suspiré, sonreí extasiada y caí rendida en sus brazos.
ᶻ 𝘇 𐰁: Que no se note q es mi primera vez escribiendo smut..
yukata*: prenda similar al kimono pero informal.
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