⏳26.Ữиɑ и๏¢ђε ρɑяɑ яεƒℓε×ı๏иɑя.⏳
Eternas serán las noches en las que su ser tiemble de pavor al verlos a cada uno de ellos cerca de su menospreciada presencia. Desde aquella vez en que paso escasas dos horas buscando civilización ante la cual pedir ayuda internacional, tal como ellos lo habían supuesto eso jamas llego a suceder, jugaron y se divirtieron con su desesperación, se mofaron de su situación, fue degradante y humillante.
Al anochecer de una semana infernal recostado sobre el solido suelo de mármol de su habitación, lamentándose de ciertos aspectos de su vida sin tener ya cabeza para pensar en escapar y reencontrarse con sus seres queridos, ha estado estos últimos días. Como ansiaba abrazar a cada uno de sus hijos, darles un fuerte abrazo, daría todo por volver a estar con ellos en casa escuchando sus problemas, oyendo sus pequeñas discusiones, propuestas, bromas y participando de una convivencia armoniosa, de aquella que siempre llevo hasta aquel instante en que su mente preciso revivir un recuerdo tras una fiesta en América. Quizá su vida no hubiese terminado así de no haber querido indagar más en aquella figura que lo dejaba en vela y suspirando, quizá hubiese sido mejor centrarse en otras cosas para olvidarlo.
Ha tomado malas decisiones, de ello no hay duda, posiblemente parte de aquella ingenuidad y gentileza que atrae a muchos y entre ellos enemigos son aspectos suyos que lo han puesto en esta situación; un matrimonio que al comienzo fue como un bello sueño de dos almas que se extrañaron desde el génesis de sus existencias primigenias hasta que acabo convirtiéndose en una especie de pesadilla de la que ambos quieren y no desean despertar, una familia bastante extensa, diferentes e iguales al mismo tiempo, un choque de creencias que origino dos vidas proclives a la desaparición y el anonimato...que lío.
Recuerda con nostalgia aquellos viajes donde conoció ciertas maravillas del mundo que con anterioridad nunca se atrevió a explorar, Egipto fue la pieza clave de su desenvolvimiento como tal, salio de su timidez y de su severa tristeza tras su distanciamiento y/o rompimiento con un ser especial y puro...casi semejante a él, piel tricolor y unos ojos tan comunes y a su vez únicos pues en ellos no hallo maldad alguna tan solo inocencia, humildad y generosidad. Egipto era otro cantar, el amor de su vida a lo largo de los milenios transcurridos de su existencia subyugada al dominio extranjero derivando en subyugación y esclavización inhumana, un ser tricolor que alguna vez en su vida sustento sobre su cabeza el renombre de "Imperio", codeándose con grandes semejantes a él y a su vez entrando en conflicto con ellos. Orgulloso, egocentrista, tierno, comprensivo, gentil...había tantos aspectos suyos que eran una mezcla tan hipnótica entre lo bueno y lo malo, siempre en un termino medio que capto sus sentidos para capturar su corazón, en ese entonces bastante ingenuo.
—No ha pasado ni un solo día en que no halla pensado en ¿qué hubiese pasado si no te hubiera cedido mi corazón y mi memoria?, ¿hubiesemos estado ahora juntos?, ¿Te hubiese recordado o simplemente te hubiese olvidado?...—encaminado a aquel destrozado espejo observo su figura, una reflexión que cuestiono tantos aspectos de su vida actual que casi lo sumen a una crisis existencial. Quizá sus manos puedan pasear por su rostro nuevamente, quizá tal vez un rostro diferente.—creo...creo que serán preguntas que no obtendrán respuestas...al menos, yo no las encuentro.
Cerro sus ojos un instante para recordar episodios rápidos, cortos y especiales de su vida siendo que el que más pesa y prevalece entre tantos el día de su unión. Quizá todo hubiese cambiado si cierta persona se hubiese presentado e impedido su unión debido al gran afectó que aun le guardaba en ese entonces. Tantos caminos de diferentes historias empezaron a tergiversarse desde aquel día en que ambos se unieron como uno solo, desde aquella noche en que sus cuerpos se consumieron en un apasionado encuentro carnal en el lecho matrimonial bajo los tenues y plateados rayos lunares.
—"¿Piensas declinar?, piensas en sumirte en aquellos años de esclavización que marcaron tu ser con latigazos y muertes?.—el eco de una voz indignada lo desconcerta, observando a su alrededor no lo ve pero lo siente, su respetada presencia aun lo acompaña después de todo.—...tu destino se escribe continuamente, la tinta utilizada es tu sangre mezclada con un rocío salino que escasea en ti; los cobardes declinan, los valientes luchan, los fuertes prevalecen y los débiles desaparecen. Escoge el camino y el final de tu historia con sabiduría."
Aqueménida nuevamente estaba presente, su presencia fantasmagórica fue una sorpresa que posiblemente presagiaba una situación de vida o muerte algo por demás exagerado o quizás no alejado de la actual realidad. Su rostro afligido y a su vez serio lo inquietaba, era como si tan solo con la mirada lo juzgara con severidad, sus palabras poseen ejemplos que ha vivido en carne propia. Ha visto grandes imperios caer en manos de quienes algunas vez fueron como él, claro esta con Aqueménida, un pueblo que se alzo como imperio y puso bajo sus pies a grandes como Egipto, Babilonia y Asiria, quizá a más de quienes ahora no se acuerda. Egipto engulló pueblos pequeños y postumamente se alzo como un imperio del mundo antiguo. Las guerras siempre diezmaron y los débiles siempre resultaron lastimados, atrocidades vivió en compañía de Polonia a manos de un ser atormentado y cegado por la venganza, aveces la perdida de un ser querido y amado lleva al doliente a la locura.
Aqueménida se quedo observándolo en silencio mientras que él simplemente quedo atónito ante tanto recuerdo que guarda su memoria, las traiciones y conspiraciones, los planes de exterminio de su presencia como Estado aunque ello suene muy exagerado. Hay tanto recorrido tras sus espaldas que aun es incapaz de ver todos los obstáculos ante los cuales se vio obligado a superar para sobrevivir y ser quien es ahora.
—Planea conscientemente tus siguientes pasos, la inteligencia de un buen guerrero lo liberara de las garras de sus enemigos más su ignorancia lo sumirá en una condena perpetúa cuya marca quedara incrustada en su piel. Hay tanto que perder con tan solo una mala decisión, la muerte es paciente con aquellos que considera trofeos.—alegó reflexivamente antes de marcharse entre la penumbra de su habitación, sus palabras son inquietantes que parece delatan los planes del cruel destino.
Quiso detenerlo pero se quedo mudo, paralizado por el leve movimiento de la perilla de la puerta que da a conocer a aquella presencia de orbes verdes con una sonrisa libidinosa.
—Este vestido rojo rubí resaltará aun mas el brillo de tu pálida piel frente a las velas de nuestra mágica velada.—sus pasos lentos aceleraban su corazón por el peligro que sentía, parecía ser esta la situación en que sus decisiones repercutirían y pesarían más adelante.—Tomalo! Tienes exactamente 15 minutos para arreglarte, si me decepcionas quebrare cada hueso sano que reste en tu maltrecho cuerpo y además de ello...—introdujo sus manos dentro del saco que lleva puesto, rebuscando quizá en aquel bolsillo interno algo importante.—serán ellos quienes también pagaran por tus pecados.—una sonrisa maquiavélica se dibujo en su rostro mientras le ofrecía un par de fotografías familiares con una aterradora tranquilidad.
Tomo con miedo y lentitud aquellas fotografías, sus ojos se abrieron como platos soperos y sus pupilas se contrajeron de tal forma que expresaran su terror, el brillo de su mirada aterrorizada ocultaba la emoción y la preocupación seguido de la tristeza al ver a quienes tanto ama una vez más; sus hijos, sus hermosos niños habían crecido y parecían haber dejado de ser aquellas criaturas vulnerables que dejo a cuidado del egipcio (mentira) y al americano. Sus dedos acariciaron con detalle aquellas fotografías, su corazón se detuvo un instante y sus latidos se hicieron lentos al recordar las palabras del sociopata que tiene en frente, aquel criminal solo sonríe con picardía con las manos aun extendidas empuñando con fuerza aquel vestido rojo.
—Te dejo, quizá hoy fue un día bastante agobiante para ti, no desearía hacerte daño ni menos malgastar mi tiempo con un acompañante cuya mente esta ahí que aquí.—señalo aquella foto y luego se señalo a si mismo, lanzo retazos de lo que alguna vez posiblemente llego a ser una fotografía al aire como si fuese confetí y se retiro con tal tranquilidad repudiable.—Buenas noches corderito~ recuerda, tus próximos pasos influirán en la condena de tus engendros. No querrás que mis "caricias" busquen a un nuevo anfitrión ¿verdad?
Se retiro entre carcajadas ante su preocupación, indignación e ira que contiene para no cometer ningún error que los ponga en peligro.
Deja las fotografías sobre su cama mientras que con desespero empieza a recoger y unir con cuidado cada fragmento de aquella fotografía con la esperanza de reconocer a la figura de la misma. Simplemente las horas en vela que pasaría serian envano.
O quizá no...
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