Si este chico era de fácil de manipular,todo se haría de acuerdo al plan, en el momento que me deje escapar los denunciare, si tan solo pudiera llamar a alguien..

Las lágrimas escurrian en mis mejillas, suplicando por su ayuda, arrastrando me por así decir lo -Ayúdame! ¿Acaso no piensas en mi? ¿Vas a dejarme morir aquí? - lo agarre fuertemente de aquella polera de rayas muy particular en él.

– Detente ~- me sostuvo de los hombros, que rápido quité de mi evadiendo su mirada.

- Si no harás nada por mi... Lo mejor será ya no hablarnos, y terminar con esto... ¿Crees que soy tu juguete? - quité mis lágrimas cruzando mis brazos -Sabía que no serviría... ¡Simplemente eres igual o peor que él!- lancé el plato que casi lo golpeaba en el hombro - Soy tan torpe... ~ - rei por lo bajo.

–¡No! - sus reacciones pedían a gritos que no me alejara de él, ¿acaso era como una droga para él?, apretó el puño y soltó torpemente unas cuantas palabras – Te acuerdas de la vez que lograste salvarme de mis demonios... En ese momento supe que te quería, que eras especial, esa esencia tuya, la aura de confianza, me hizo darme cuenta que debía protegerte, y mírame... Deje que él te lastimara... - suspiro apuntó del llanto.

- No importa lo que digas... Yo aún estoy aquí, las palabras no solucionan nada, lo que dices no me salvará... -reí con una furia inmensa dentro de mi.

– ¿Hay alguien que puedas llamar? - extiende su mano con un teléfono en ella – No dejes que él lo vea... - salió de la habitación tan pronto tome el móvil.

¿A quien debo llamar?
¿Mamá?
¿Policía?
...

Debía haber alguien que pudiera sacarme de aquí, como segunda opción...