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Naruto ni Danmachi me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí
Sin mas que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.
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Él era el líder.
A sus 8 años fue vendido para así pagar parte de la deuda de su familia, no toda, sino una parte, fue tratado como un esclavo incluso cuando en el reino de Elden aquella práctica estaba estrictamente prohibida con pena capital.
Pero eso no importaba, mientras los soldados recibieran un extra no tenían quejas de hacerse de la vista gorda.
Desde sus 8 años tuvo que aferrarse a su vida con uñas y dientes, recibir palizas y soportar el hambre para luego solo sonreír, trabajar de sol a luna mientras que sus manos en carne viva palpitaba en la noche debido al dolor insoportable.
A sus 12 años los asesino.
Matar a su 'amo' fue el evento más satisfactorio que su vida había tenido incluso ahora, oírlo ahogarse en su propia sangre mientras que él violaba a la hija de aquel cruel monstruo era el motivo del porqué se seguía manteniendo cuerdo.
Pero después de incendiar aquel lugar tuvo que huir, después de todo aquel hombre había sido uno muy influyente y las autoridades no dejarían pasar aquello.
Fue cuando los conoció.
"Los Murciélagos nocturnos"
No había sido el mejor nombre, pero ellos lo acogieron, le enseñaron a como matar de manera más efectiva.
Escupitajos.
Tierra en los ojos.
Golpe en las bolas.
Le enseñaron como sobrevivir en un mundo cruel y sanguinario, le enseñaron a ser cruel y sanguinario, para él aquella banda de 'mugrientos y sucios' ladrones fueron los que podía llamar una familia verdadera.
Él los había llevado a la gloria, mediante su astucia ellos se convitieron en la organización más poderosa de toda su cuidad, con más de 600 hombres bajo su mando que matarían junto a el.
Se sintió invencible.
Fue entonces cuando vino su caída.
Un día como otro y a la vez único, fue cuando choco contra aquel que le demostró lo que alguien podía llegar a demostrar en crueldad y corazón frío.
'Piedra, papel y Tijeras'
Él nunca había pedido aquel juego desde que fue vendido, pero aquel día después de 24 años probó la derrota nuevamente
Contra un muchacho.
Pero entonces cuando como mal perdedor lo reto nuevamente, estaba seguro de vencerlo y le propuso un trato a aquel muchacho.
"Si ganas te dejaremos pasar a ti y a tus amigos siempre eh incluso seremos sus guardianes para siempre, pero si yo gano tomaré tu vida a cambio"
Él no pudo evitar sonreír de oreja a oreja cuando aquel muchacho aceptó su trato, pensó que su victoria estaba asegurada
Fue entonces cuando lo vio.
Monstruo.
Una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos brillantes y rasgados cual depredador sediento de sangre en busca de su siguiente cacería.
Nunca había tenido tanto miedo como aquella ocasión, su cuerpo instintivamente sintió el más puro horror recorrerle, fue entonces cuando entendió que el solo era una pequeña presa.
Y perdió nuevamente.
Entonces observó el paisaje.
Las casas yacían a la distancia mientras que justamente en medio de aquella zona una torre gris se erguia de manera imponente.
Orario.
Después de 2 meses de viaje habían llegado a esta pequeña cuidad de apenas 10 millones de habitantes entre humanos, elfos, hombres bestia y dioses.
Esta cuidad quedaba cerca de las fronteras que habían entre la Familia Runcandel y la Familia Lionheart por lo que a diferencia del corazón de Runcandel aquí se podía observar mucha más variedad de personajes ya que era sabido que los Runcandel no eran bien conocidos por su amistad con las otras razas.
Aunque para el aquello era normal, después de todo quien querría a un hombre bestia cuando hace 80 años los Runcandel perdieron a cientos de familias enteras por la guerra contra aquellas bestias.
Elden siempre había estado en guerras donde había sido arrastrada por las demás naciones, los humanos eran vistos como cerdos incivilizados los cuales debían someter al esclavismo ante las demás razas, pero ser una de las naciones más fuertes había detenido todo intento de conquista contra ellos los últimos años.
Bajo el reinado de la reina Marika la década dorada de Elden traída por el padre de la misma se convirtió en cientos de años, por ella era que la humanidad había prosperado bajo tales adversidades.
-Mientras me paguen, incluso quemaria a mi familia-Susurro el hombre estirandose ya que mientras tuviera oro podría irse de aquí.
Y esta era la oportunidad perfecta.
10 millones de monedas de cristal, la cifra parecía muy pero muy surrealista, pero cuando le mostraron el botín entendió que no era juego.
Marika debía morir.
Morir por su bien.
El echo de imaginarse en medio de putas, alcohol y drogas lo hacía querer salvar, cuando terminará se iría sin voltear a ver ya que seguramente Elden ardería.
Pero el tendría el poder del dinero.
No veía a este reino como su hogar, nunca lo había echo, por ello se alió a la reina de la luna llena en búsqueda de la caída de aquella reina.
Pero como fuera que fuese.
Lentamente bostezo mientras que se estiraba sintiendo el aire frío dar contra su piel mientras que su visión observó donde estaba custodiando.
Marika.
La reina bajaba del carruaje designado para su transporte mientras que el Ashton actuaba de mayordomo, pensar que una de las familias políticamente hablando más poderosas del reino era rebajada a mayordomo.
Era simplemente diver...
Flush.
-¡Ups! Casi me descubre-El hombre desvío su mirada cuando Marika alzó su vista para ver donde él estaba.
Dio un paso para atrás para prevenir que le viera mientras que daba media vuelta y metió sus manos en su gabardina negra.
Era un monstruo.
Xie Lin no pudo evitar pensar aquello, pensar que semejante monstruo existía, si no hubiera sido por haberse encontrado a un monstruo antes se hubiera paralizado.
Marika 'La dorada'.
Él había escuchado cientos de sus logros, había oído como lucho contra el Rey Dragón y salió victoriosa, como usando sólo su fuerza pura había logrado vencer a la misma muerte, como venció a los más fuertes entre los más fuertes.
Solo ella.
Pero había algo que la caracterizaba y eso era la crueldad de sus castigos, se decía que así como su poder su crueldad era inimaginable, incluso se decía que si tenías la posibilidad de suicidarte antes de ser enjuiciado debías hacerlo ya que los castigos eran peores que la muerte.
Los castigos ejercidos por sus jueces eran brutales, en su reinado había creado castigos que eran incluso peores que la muerte más brutal, aunque aquellos eran destinados para los más viles criminales.
Como él.
Aunque aquello le daba una razón más para no ser atrapado con vida por lo que aumentaba el valor de su libertad.
Pero incluso el más fuerte podía caer, era por ello que ella los creo, aquellos que eran sus escudos y sus espadas.
'Los Diez Mil Dorados'
Los más fuertes entre los más fuertes que la humanidad procreaba, uno solo de ellos eran los máximos héroes de Elden.
Bajo el mando de Marika.
Solo Marika.
Se decía que ni siquiera su hermano menor el que seguía en la línea de sucesión tenía tal poder, aquellos 10 mil monstruos respondían ante Marika.
Su espada.
Su hoz.
Su escudo.
Su voz.
Ellos eran los protectores de ella, su honor era morir por ella, sus mentes afiladas cuál navajas y sus cuerpos tan duros como el más fuerte de los escudos.
Destinados a los peores campos de batalla donde ellos no conocían miedo alguno, en la guerra los forjó y en la gloria los bañaba.
Eran invencibles.
Pero ahora....
Marika yacía aquí, sin su guardia, no conocía los detalles de ello, pero no importaba, ahora Marika solo era invicta dejando por unos días su estatus de 'invencible'.
Incluso un cuchillo hacía sangrar a un dios, incluso si tenían que destruir este pequeño pueblo ellos lo harían con tan de tener la cabeza de Marika en una pica.
"Ya casi todo esta listo, regresa Xie Lin, ya has echo suficiente por ahora no puedo dejar que caigas en sus manos"
Una rata habló en voz gruesa mientras que llamas azules la estaban consumiendo bajo la mirada de aquel sujeto.
Observó luego a la rata chillar en agonía debido a que había sido usada como médium para el ser atrás de aquella voz.
Xie Lin hizo una nota mental de usar talismanes de protección para evitar que eso le sucediera, se veía sumamente doloroso el ser quemado por llamas mágicas.
-Tch....maldita perra psicópata, encender una pobre rata, no pudiste enviarme un mensaje mediante una paloma-Suspiro el hombre viendo a la pobre rata revocarse en el suelo chillando de alegría.
Él tenía un cierto aprecio a las ratas ya que después de todo eran ellas quienes le alimentaron durante mucho tiempo y fueron su compañía durante mucho más.
Lentamente el hombre al ver a la rata muerta lentamente de retiro, ya solo se expondría si continuaba, así que ella tenía razón era hora de irse.
Lentamente silbo mientras que jugaba con un pequeño llavero que tenía, esperaba que fuera después del Monster Fest de este año ya que había oído que era una celebración de Orario y así tendría una excusa para beber licor.
Otro lugar.
Galatea estaba limpiando la ventana, su voz tarareaba con tranquilidad mientras que estaba sumida en una mente en blanco.
"¡Es cierto!"
-¡Eeeep!-Ella dejó salir un chillido al ser asustada, pudo reconocer la voz al instante.
Lentamente se giro para ver la cabellera blanca moverse mientras que unos ojos le observaban con una intensidad poco vista.
-¡Es cierto señorita Galatea! ¡Dime, dime, dime, dime, dime, dime! ¡Por favor, por favor, por favor, por favor!-Bell rebotaba de alegría viendo a Galatea que como un búoh parpadeaba.
Galatea se preguntó cuanta azúcar había ingerido Bell para tener semejante boost de alegría, sus ojos parecían ver a una super estrella o algo similar algo que ella no era.
Kurama se había burlado de Bell aunque ella lo molesto ya que su marido era un gran blondo con los niños, después de todo tener muchos hijos había sido el sueño de Kurama alguna vez ya que quería tener una gran familia así como la tuvo en su infancia.
Kurama podía actuar rudo o ser un idiota algunas veces, pero ella lo sabía, Kurama podía morir ellos con una sonrisa con tal de protegerles, eso la había enamorado.
-Buenos días Bell, veo que has regresado de la mazmorra y te ha ido bien, tienes un don para asustarme y ser sigiloso, ahora dime, ¿Que te digo?-Pregunto Galatea de manera amable como una hermana mayor amorosa.
Bell había mejorado mucho estos días, ella podía sentirlo, se preguntó si debía darle algún entrenamiento ya que ese sigilo sería un desperdicio no pulirlo.
Ella le había preguntando a Naruto por ese anomal crecimiento de Bell pero incluso el no conocía nada en absoluto, para él al igual que ella era un total misterio ya que ningún humano o semi-dios había echo tal cosa.
Pero ellos sabían que llegado un nivel específico tendrían que obligarle a frenar, después de todo no querían que el cuerpo de Bell explotara literalmente hablando.
Fuerza física.
Reflejos.
Manejo de Magia.
IQ de batalla.
Todo ello era importante también, no sólo seguir acumulando poder, pero por ahora le dejarían seguir aumentando su nivel.
-¡Eres la 'Iron Maiden'! ¡Eres ella! ¡La Capitana de nuestra reina Lady Marika! ¡Eres una de 'Los mil dorados!-Hablo emocionado Bell mientras que Galatea entonces observó la puerta.
Naruto desvío la mirada.
Maldito soplon.
Galatea bufo mientras hizo un recordatorio de nunca olvidar esto, ya vería ese soplon.
Pero ahora.
Podía ver a Bell lleno de energía viéndole como una especie de ídolo, lentamente suspiro mientras que extendía su mano.
Y revolvió el cabello de Bell.
-No es tan especial Bell, después de todo es una guardia normal, solo que un poco mas fuerte que otras-Hablo Galatea recordando sus días en aquel lugar.
Ellos eran Black Ops de Marika, encargados de las misiones que no se podían dar a conocer al público, cuidar de Marika era solo un 10% de su deber, por ello de todos Marika solo contaba con 24 guardias por turno de 8 horas.
Habían cosas que debían hacerse, incluso en este tiempo de paz viejos rencores no se habían olvidado siempre manteniendo una guerra política intensa.
Marika no había conservado el poder manteniéndose soltera y virgen durante 200 años por ser benevolente.
-Es especial señorita Galatea, incluso ver a uno de ustedes es casi imposible, todos los niños en mi aldea jugaban a uno de la guardia dorada, ustedes son los máximos héroes, todo lo que un caballero quiere ser-Hablo Bell emocionado, le enviaría a una carta a sus amigos en la aldea para decirles aquello.
No podía esperar.
Era casi imposible entrar a aquella guardia ya que sólo Marika podía escogerte, solo ella tenía aquel derecho sobre ello, Bell lo tenía claro, estaba delante de alguien quien conoció a su reina misma.
Marika 'La reina sin sangre'.
Él había escuchado cientos de historias de su abuelito, como la única humana en ir en contra de los cielos y ganar, como sostuvo el peso del mismo mundo bajo sus hombros y salió victoriosa, incluso había oído de su abuelito que ella una vez en una competencia bebió tanto que el licor era la misma cantidad que todos los océanos del mundo.
Ella era la reina Marika.
Su sueño siempre fue conocer a personas fuertes, escuchar sus historias de sus bocas, Bell sabía que las personas tendían a exagerar todo por lo que quería oír la versión original.
Quería conocer a ellos, inclusive al que era su modelo a seguir, aquel hombre que aunque estaba por debajo de Marika su leyenda no era para despreciar.
Chiron.
Bell si era sincero sentía envidia de su amigo y hermano mayor, él sí lo conocía en persona, Naruto si pudo conocer a Chiron y no solo eso, sino también le obsequio a Harpe quien ahora portaba él.
-*Tengo que ir donde los hijos de Hefesto para pedir consejos*-Se pensó Bell haciendo una mueca ya que lo último que quería era que un arma dada por si ídolo se terminará quebrando o peor ganando oxido.
Galatea observó intensamente a Naruto.
Este solo desvío su mirada.
-*Maldito ocultador de verdad, sabías que Bell es así de inquieto y lo lanzarmelo en lugar de a ti*-Se pensó Galatea al ver que Bell rebotaba a su alrededor preguntando.
Naruto estaba impresionado con la boca motor que Bell podía tener algunas veces, él lo había sufrido cuando le dijo sobre el arma Harpe.
No quería otra vez lo mismo.
-¡Y como fue relacionarse con 'Plata Blanca'!-Aquello hizo a ambos prestar atención y a Naruto alzar una ceja.
Ese era el nombre clave de Naruto.
Pero el que predominó hace unos años antes de conocer a Hestia y estando en la guardia dorada fue de 'Plata Blanca' debido a que le a diferencia de sus compañeros los broces que sostenían su capa de seda roja eran echos de Plata Blanca uno sino el material más caro de todos los reinos.
-Hmmm, podrías decirme un poco más, creo recordarlo-Hablo entrecerrando su mirada Galatea ya que quería oír más.
Bell se movió incómodo.
-Ya sabes, el peor de la guardia dorada, el que donde caminaba dejaba ríos de sangre, el que las ratas eran sus compañera, se decía que que era el más narizón entre ustedes, se dice que una vez le saco los ojos con su nariz a mil hombres...-Hablo Bell ya que el había oído hablar de aquel infame guardia.
Naruto tenía una vena en su cuello al oír a Bell decirle narizón, primero lo de Ais y ahora esto, de verdad este consejo se estaba ganando un pase al inframundo.
En cambio los labios de Galatea temblaban mientras que se abstenia de soltar carcajadas al oír aquello, Naruto se había ganado una reputación muy cuestionable
-¿Sucede algo Naruto?-Pregunto Bell de manera curiosa al ver a su maestro
Naruto tenía una vena en su cuello mientras que un aura oscura le rodeaba, sus ojos veían a Galatea quien no se reía pero su cuerpo temblaba intentó desesperadamente no reír a carcajadas limpia.
Flush.
Los ojos de Galatea y de Naruto se abrieron mientras que sus iris se iluminaron mostrando así el poder crudo que recorría su cuerpo.
Dorado para Naruto.
Morado Lila para Galatea.
Bell se extraño mientras que sudor mancho su rostro al estar al lado de dos colosales poderes desplegados por ambos, conocia un poco el de Naruto pero sentir a Galatea igualar al de Naruto era abrumador.
¿De verdad era su hermana adoptiva?
-Oooooh~ Así que ha venido-Susurro Galatea al sentir la presencia de aquella mujer que consideraba una hermana mayor.
Bell se preguntó de quién hablaba.
Tas~.
Una mano tocó el cabello de Bell revolviendole mientras observó a la izuierda donde Naruto estaba.
-Muy bien Bell, consideralo un obsequio de cumpleaños-Hablo Naruto con una sonrisa ya que quería molestar a su señora.
-¿Disculpa?-Hablo Bell con confusión ya que no entendía lo que estaba hablando su cumpleaños era en Abril siendo específicos el 2 de aquel mes y faltaban varios meses para ello.
-No lo llevarás-Nego Galatea ya que conocía lo que la mente de tramaba.
-Porque no, después de todo ustedes están diciendo que es mi discípulo, Lyza la conoció porque Bell no jujujujuju~-Hablo Naruto riendo de manera oscura mientras que Galatea suspiraba.
Bell estaba confundido.
-Aun así, sabes lo fanática que es de divertirse con los niños, Lyza casi se muere cuando la "sentencio" a muerte por tomar cafe-Hablo Galatea ya que su señora le gustaba meterse con los niños pequeños.
Naruto ensancho su sonrisa.
Bell estaba confundido.
Bell.exe ha dejado de funcionar.
-Yo se que molesto, pero me podrían decir de que están hablando, ¿Quien iremos a visitar? ¿Saldremos de Orario¿ ¿Cuántos días? ¿A donde? ¿Iremos a otro reino? ¿Si un caracol se aueda sin concha se vuelve babosa o se queda sin hogar?-Hablo Bell con su boca motor rápidamente a ambos.
-No saldremos, ella vino a nosotros, quieres conocer gente fuerte Bell, muy bien, iremos a presentarte con Marika nuestra reina-Hablo Naruto mientras que Bell entonces abrió sus ojos.
Galatea se palmeo su rostro.
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Fin del capítulo.
Sin mas que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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