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Naruto ni Danmachi ne pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.
Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capitulo de mierda.
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Estaba lloviendo, rayos caían mientras que parecía que los dioses que habitaban los cielos estuvieran embravecidos por alguna razón.
Bell se deslizó en la pared de cemento, ya no tenía fuerzas suficientes para caminar, el hambre no lo dejaba pensar tampoco con claridad.
Tendría que esperar unos minutos aquí para reunir fuerzas para seguir caminando, sentía su cuerpo dolerle debido al frío calaba en sus huesos, sabía que estaría enfermo mañana pero la lluvia lo había tomado por sopresa.
Entonces olió, el dulce aroma de comida, su estómago ardió y rugio en un afán de obligarle a comer, pero sabía que sin dinero no podría hacer nada salvo ver.
Pero entonces no pudo evitarlo, como pudo se levantó mientras que daba varios pasos al ver el único local que tenía las luces encendidas esta tarde ya que el resto estaban cerrados.
Bell sintió su boca llenarse saliva al ver para adentro, comida y bebidas calientes, no pudo evitar pegarse al al vidrio, observó a unos hombres reír mientras que tiraba al suelo un muslo de pollo a medio comer, talvez podía hablar con el responsable que le regarala los huesos y las sobras para el poder comer algo después de cinco días de no hacerlo echo.
Pensó que venir a Orario sería fácil, tal vez encontraría un dios que le ayudara en los primeros días, pero todo fue en vano, lo habían asaltado y le habían quitado absolutamente todo lo que tenía incluyendo el collar que su abuelo le había regalado, pidió ayuda pero incluso así nadie quiso hacerlo, todos voltearon su mirada y después de una semana ya se sentía sin fuerzas para siquiera seguir.
PAM.
Bell dio un pequeño sonido cuando una escoba le golpeó, estuvo tan concentrado en aquella piedra de pollo en el suelo que no se dio cuenta.
Un hombre ya entre sus 50 o 55 años lo veía de manera furiosa mientras que sostenía la escoba entre sus manos, Bell se preguntó que le había echo a aquel hombre para ganarse tal furia.
-¡Asqueroso mendigo! ¡Largo que tu suciedad apesta en mi comercio! ¡Me vas a espantar a los clientes!-Habló aquel hombre mientras veía con repudio a Bell, como si este fuera el portador de una enfermedad contagiosa.
Bell sintió algo caliente gotear por su cabeza y supo de inmediato debido al dolor que era su sangre, débilmente se puso de rodillas para intentar inclinar su cabeza para dar una disculpa.
El hombre bufo con satisfacción ante aquella humillación por parte de aquel niño, no pudo evitar embozar una sonrisa de superioridad viendo a aquella pequeña basura verle con miedo.
Pero el tenia que darle una lección a este pequeño bastardo, alzó su escoba para romperla en la espalda de aquel niño y solo así lo dejaría tirado ahí, tal vez si hubiera echo como un cerdo el le hubiera dado las sobras.
TAS.
Bell ya no podía ver de un lado debido a que su propia sangre le escocia en el ojo, pero su otro ojo vio una sombra, no una sombra no, vio como alguien se ponía a un lado de ello justo en medio.
El hombre solo vio como una mano se ponía sobre la escoba que estuvo a centímetros de chocar en contra de Bell.
"Señor Cantinero, no cree que ya lo ha castigado suficiente, creo que el haberle roto la cabeza es castigo más que suficiente, ¿Acaso no le pago algo?"
Fue una voz llena de tranquilidad la que salió de aquel encapuchado mientras que soltaba la escoba de aquel hombre.
-¡Este pequeño bastardo me debe 10 000 valis que no quiso pagar! ¡¿Lo pagaras tu eh maldito entrometido?!-Habló el hombre ya que sacaría provecho de este estúpido niñato.
Bell iba a hablar ya que nunca le había debido a nadie y tampoco tenía dinero para siquiera entrar a la taberna.
-Por supuesto....diez mil, débiste tomarte un barril completo para deber tanto-Habló divertido aquel hombre mientras que metía sus manos donde estaba su cintura.
El hombre jadeo al ver que sacaba 10 000 valiente que eran 10 monedas doradas, mientras que se las extendía al hombre al frente.
El cantinero intento arretabar las monedas de la mano de aquel hombre, cuando las tuviera y esos tipos se fueran llamaría a guardias de su confianza para advertirles sobre ese hombre y para que pudieran tener una rebanada de ese pastel.
TAS.
Ambos terminaron dándose la mano por culpa de aquel encapuchado mientras que las monedas seguían dentro de la palma de ambos.
-¡¿QUE CREES QUE HACES!? ¡AAAAGH!-Grito el cantinero al sentir su mano ser aplastada por el apretón de manos de ambos.
-Creo que no lo dije bien.....¿Quedamos a mano?-Fue el suave sonido que salio de los labios que aquel hombre, Bell no pudo evitar estremecerse ya que se escuchó como el advertir de un serpiente venenosa.
-¡SI, SI, SI, SI, SI!-Grito el Cantinero de dolor al oír su mano crujir casi cediendo ante aquello.
El hombre lo soltó mientras que este caía de rodillas y las monedas caían al suelo debido a que no pudo sostenerlas.
Clink.
El encapuchado pateo una de las monedas al hombre que rebotó en el cantinero cayendo al frente del mismo.
El cantinero iba a gritar pero entonces unos ojos azul eléctrico le vieron, brillantes y llenos de poder, sintió como si su cabeza hubiera sido cortado de su cuello.
Este tipo no era normal.
El cantinero rápidamente recogió las monedas de oro mientras que ingresaba a su taberna.
Bell tenía los ojos abiertos al ver a ese señor ser intimidado tan fácilmente mientras que ahora fue el centro de atención.
Bell trago mientras que observaba al hombre bajar hasta estar en un nivel parecido al suyo mientras que extendía su mano.
Bell pudo ver en medio de aquella fría noche la mano del hombre, estaba completamente vendada, Bell se preguntó si era algún tipo de herida para tenerla vendada, pero se abstuvo ya que no era su lugar para decirlo.
Tas.
-¡Auch!-Habló Bell al sentir las manos de aquel hombre cerca de su herida que salía sangre.
Los ojos azul eléctrico inspeccionaron rápidamente la herida que tenía sangre, era una cortado de unos 3 centímetros en su cuero cabelludo.
-No te ha lacerado lo suficiente para que ocupes sanación o sutura, ¿Como te llamas?-Pregunto el hombre viendo al muchacho al frente suyo.
Ese cabello blanco no se veía muy seguido y acompañado de esos ojos rojizos le hacían parecer más un conejo que una persona.
-Y-Yo lo siento, lo siento por todo lo que te hice pasar-Hablo Bell mientras que cerraba sus ojos ante aquello.
Bell entendería si le gritaban, después de todo se había acostumbrado a ver el lado oscuro de Orario, el lado que el nunca pensó que tendría la cuidad más reconocida de la Nación.
Bell entonces abrió los ojos al sentir las manos de aquel hombre revolver su cabello.
-Deja de decir estupideces sobre pedir perdón, no hay nada que perdonar, además no es tu culpa, ese idiota pensó en sacar provecho de esta situación, no sería un ser humano si no brindaría mi ayuda, soy Naruto Uzumaki-Habló el hombre mientras que Bell sentía que lagrimas salían de sus ojos.
Naruto bufo al ver que este niño comenzaba a llorar, era entendible, podía notar que Bell nunca había echo algo malo en su vida, sus ojos se podían ver llenos de luz, Orario podía ser un monstruo horrible si caías en la parte equivocada.
Y ahí había caído Bell.
Estaba en las zonas más conflictivas de Orario, a los alrededores de la torre Babel, aquí la peor cabaña y escoria humana, híbrido o razas se reunía.
-S-Soy Bell, Bell Cranel-Habló Bell en medio de sollozos ha que por fin podía encontrar a alguien bueno.
Grrrr.
Naroto lanzó un suspiro al oír el estomago de Bell gruñir como una bestia hambrienta, pero simplemente negó embozando una sonrisa en su rostro.
-Nos estamos mojando como idiotas, ven conozco un par de sitios donde podemos ir, yo invito-Habló Naruto mientras que observaba al muchacho.
Naruto volvió a suspirar al ver que Bell asentía sin problema, el que lo hubiera criado había echo un buen trabajo pero a la vez también malo.
Lentamente Bell como pudo se levantó,.la adrenalina corría por su cuerpo por lo que le dio un poco de energía.
Bell tenía la apariencia de un noble, si lo dejaba aquí seguramente sería puesto como un esclavo sexual o como esclavo, después de todo era un milagro que no habían echo ya.
La ropa de Bell no era de vagabundo, tampoco era de algún noble, pero se notaba que era de una familia pudiente, podía deducir el porqué estaba tan mal y maloliente, seguramente tenía algo que ver con ciertos mapaches ladrones.
Naruto tenía curiosidad sobre Bell, los pelos de su nuca se habían erizado al verle, al principio pensó que era un simple escalofrío pero entonces vio algo en sus ojos.
Un brillo.
Naruto no sabía que había sentido, pero podía decir que Bell era peligroso, sin embargo observó que solo era un niño, aquello había despertado su curiosidad.
Podía decir que Bell era un muchacho interesante.
Además que si lo abandonaba esta seguro que su diosa lo castigaria, su diosa era amable y servicial, pero Naruto sabía que hacerla enojar traía consigo una brutal y sádica diosa que hacía a los cielos incluso temblar como un niño indefenso.
Así que mejor se ahorra un castigo.
Bell siguió a Naruto que rápidamente trazo una línea para salir de la zona roja de Orario para dirigirse a la clase media de la misma.
Si era comida.
Hōjō no Onna Shujin era el único lugar.
Tiempo despues.
Bell abrió su boca ligeramente mientras que observaba el establecimiento que estaba al frenee suyo.
[Anfitrióna de la fertilidad]
[Abierto]
1) Si traes arma favor asegurarlas con alguna soga o tela para evitar ser desefundada.
2) No se permite el acosar a las empleadas o iniciar algún tipo se pelea, si lo haces te echaremos a la calle.
3) NO damos a credito, si quieres comida entonces paga.
Bell pudo leer en letras claras y grandes aquella nota que estaba al lado de la puerta, pero observó a Naruto.
Bell se sintió incómodo al ver que Naruto sacaba una espada de su gabardina negra, rápidamente dejó su incomodez por caminar a la par de alguien que iba armado ya que si Naruto le hubiera querido hacer algo lo hubiera echo.
Rápidamente Naruto tomó la espada y la funda y las amarro, más que problema físico el amarrar tu funda y tu espada ponía una barrera mental sobre ti, era por eso que la regla estaba escrita ahí.
Rápidamente la aseguró de nuevo a su cintura mientras que se quitaba la capucha de su cabeza ya que estaban ya bajo techo.
Bell ahora pudo ver que había un muchacho igual a él, solo unos años mayor, se avergonzó un poco ya que pensaba que era un hombre mayo de 30 o 40 años.
PAM.
Bell se sobresalto al ver que Naruto golpeaba ambas puertas bajo la mirada de los muchos que habían presentes.
-¡Mujer dame el cerdo más grande que tengas con todos los acompañamietos! ¡Además de un barril de cerveza y un un jugo de uva para mi amigo! ¡Ah cierto también un baño y un cambio de ropa para mi amigo!-Habló Naruto con una enorme sonrisa en su rostro.
Bell temblaba con sus ojos llenos de lágrimas al ver que Naruto pasaba como perro por su casa, apenas venían llegando y ya los iba a echar.
-¡Pero si es el pequeño bastardo! ¡Muy bien! ¡Un cerdo ya saliendo! ¿Pero para que el baño?-Una enorme mujer habló mientras que Naruto y Bell tuvieron que alzar su mirada para verla a los ojos.
Bell se impresionó, se pregunto quien era ella, sus brazos parecían un par de barras de acero, sabía con seguridad que ella podía aplastar su cabeza como una uva.
La mujer vio a su cliente #1 entrar como siempre y con la misma sonrisa brillante, hace ya 7 días no lo había visto, supo que había sido porque estaba dentro de la torre, pero ya le daba igual.
Entonces Mia Grand pudo ver al pequeño, escuálido y asustadizo conejo que estaba atrás de Naruto temblando viéndole con miedo.
Tas.
Naruto capto la mirada de Mia mientras que golpeaba la espalda de Bell quien dio un paso al frenre.
-Te lo presento, su nombre es Bell, Bell Cranel, ella es Mia, Mia Grand, tranquilo, de lo único que te puede llegar a matar es porque te quebró la pelvis, claro si es tu tipo de mujer y ella te deja-Hablo Naruto con una sonrisa presentando a Bell.
La mujer se iba a quejar, era muy joven para ella, claro no quitaba que ella podía ver claramente que era virgen, seria un filet de primera calidad pero su edad y la de ella no eran compatibles.
Pero entonces el olor golpeó la nariz de Mia mientras que esta se tapaba automáticamente la misma.
-¡Diablos que huele horrible! ¡¿Donde diablo estuvieron metidos?! ¡Chicas ayuden a este pequeño conejo maloliente a ducharse!-Grito la mujer mientras que tomaba de la nuca a Bell.
Todos vieron con una gota detras de su cabeza como una chibi Mia cargaba a un extrañó conejo blanco y lo lanzaba como jugador de béisbol a una habitación de atrás que estaba abierta por una maid de aquel lugar.
-¡Jajajaja! ¡Esa es mi chef #1!-Habló Naruto al ver aquel lanzamiento perfecto de Mia.
Los reunidos se preguntaron que tan mal estaban los dos de la cabeza ya que nadie en su sano juicio enviaría a volar a alguien así.
Mientras bañaban a su apestoso amigo Naruto se quitó su capucha con gabardina que estaba empapada debido a la lluvia.
Sabía que estaría en buenas manos, mientras no lo violaran las niñas de este local Naruto se daba por servido y si lo violaban sabía que Bell le debería una gratitud y un favor.
Todos jadearon al por fin reconocer o más bien reconocer el tatuaje de su hombro, ese tatuaje o más bien su portador eran una leyenda.
"Mira es el"
"Naruto 'Espada del Norte', pense que seria mas viejo"
"Pensar que vendría aquí"
Mia suspiro ya que Naruto siempre traía las miradas de todos, usualmente aquí venían aventureros novatos por lo que era entendible su admiración.
Después de todo no todos los días se podía ver a un nivel 9.
Desde hace 20 años le conocía, todavía recordaba aquel niño que había llegado a donde ella antes trabajaba.
-¡Que pasa! ¡Dediquense a lo suyo de una vez por todas! ¡O los echaré!-Grito Mia mientras que todos le volvían a ver temerosos.
Naruto bufo agradeciéndole con la mirada a Mia, lo último que quería ver era una bola de niños pidiendo su autógrafo o consejos sobre la espada.
-Ten-Hablo Naruto mientras que extendía una pieza que la mujer observó.
En horarios el dinero se dividía en varias secciones:
Monedas de Hierro: 1 Valis.
Moneda de Bronce: 5 Valis.
Moneda de Bronce con hierro: 10 Valis.
Moneda de Plata: 100 Valis.
Moneda de oro: 1 000 Valis.
Moneda de Platino: 10 000 valis.
Moneda de Cristal: 100 000 valis.
Naruto le había dado una moneda de cristal, ella sabía que 30 000 mil eran por lo de hoy ya que serían 20 000 y 10 000 de credito y los otros 70 000 era por haberle atravesado la cabeza a un idiota la última vez en la pared.
Una comida en su restaurante valía entre 150 a 200 valis, era un lugar muy cómodo, pero Naruto había pedido un cerdo completo y sobre todo un barril de cerveza, obviamente eso si iba a costar caro, muy caro, pero bueno Mia estaba feliz de atender a su cliente #1.
-Sabes que no te cobre, ese idiota estaba intentando tocar a mis chicas-Bufo Mia mientras que Naruto negaba ante aquello.
-No me siento mal por el imbecil, si pudiera lo haría de nuevo, pero si por ti Mia ya que considero que es una injusticia el hacerte pagar los daños causados de tu propio bolsillo, nada más no me cobres la ropa del niño-Gimio Naruto ya que sabía que su diosa lo regañaría por haber gastado 110 000 valis en una sola noche.
Básicamente lo que había ganado en esta misión con la familia Ganesha por capturar aquellos monstruos de rango 3, 4 y 5 por ellos para así evitar muertes innecesarias, pero bueno así era la vida, cuando te dabas cuenta ya no tenias dinero que gastar, gracias a dios le había ocultado a su diosa varios Valis que servirían para camuflar este gasto.
Había estado llendo todos los días a la torre, pero Ganesha ayer le había pedido la captura de varios monstruos para su MonsterFest de este año, debido a que había sufrido un golpe donde 5 de sus mejores chicos habían muerto decidió contratar a alguien de afuera, este caso había sido Naruto.
-Por ello me agradas Naruto, espera un poco, te daré el mejor cerdo que tengo congelado y como agradecimiento la mejor salsa barbacoa que tengo-Sonrio Mia mientras que se subía sus mangas.
Todos se preguntaron si era una clase de broma el que de verdad le cocinaría un cerdo entero para solo dos personas, incluso entre 5 les costaría acabarlo, no veían a 2 terminandolo.
Tiempo después.
Bell llevaba una toalla sobre su cabeza ya que aquella muchacha había sido muy amable por haberle ayudado a calentar el agua y conseguir ropa.
Se sentía rejuvenecido, más al poder después de 5 días oler ropa limpia sobre su cuerpo, la niña gato le informo que si ocupaba algo nada más le informarse, pero la mirada de ella le hizo estremecerse y temer por su trasero no sabiendo el porqué.
La niña le había ayudado a colocarse un poco de crema para heridas sobre su cabeza, la herida no sangraba y la niña le informo que mañana debería estar en perfectas condiciones.
Mia le dio un pulgar arriba al ver que el sucio y maloliente conejo se transformaba en un conejo limpio.
Podía ver a casi todas sus "hijas" sonrojadas viendo a aquel niño, Mia sonrió ya que ese niño era un cazador natural.
Bell se preguntó que clase de grupo se comería tal bestia que estaba asada y ya puesta en la mesa, podía ver el cerdo brillar de color café con una mazana en su hocico.
-¡Veo que has llegado! ¡Ayúdame a derrotar esta enorme bestia!-Habló Naruto saliendo de un lado del cerdo.
Bell sudo al ver que Naruto le saludaba, pero su estómago ardía por lo que no podía evitar estar deacuerdo con Naruto.
Naruto rápidamente de varios trago se bebió la enorme jarra de cerveza que tenía, Hōjō no Onna Shujin se caracterizaba por dos cosas, las mujeres hermosas y su increíble cerveza.
Aunque la comida también ayudaba.
Lo que tomaba Naruto era cerveza de mantequilla mejorada con magia, una sola de estas podía volcad incluso a los mejores tomadores, por ello varios veían al muchacho tomar com asombro ya que ya se había bajado dos de esas.
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Fin del capítulo.
Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.
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