Zombies en Utah, mi viaje en el tiempo

Capítulo 2: Montauk y el USS Eldridge

.

El relato de Tatiana se vio interrumpido por una obligación de La Reina, la cual no podía postergarse de ninguna manera: alimentar a sus dos gatos.

Las criaturas que hacían su aparición eran dos felinos callejeros que siendo muy descarados como eran, venían donde ella entrada la noche a pedir comida. Gold tenía el pelaje anaranjado y Silver era gris azulado, ambos miraban a veces a Tatiana como temiendo que la mujer se acercase para robarles la comida o peor: acariciarles sin antes pedir su permiso. Eran felinos que disfrutaban mucho su espacio personal.

―Perdona por lo de mis bebés. ¿En que nos quedamos?

―Estaba en la parte en que los virus hallados debajo del permafrost de Siberia, podían hacer que la gente se convirtiese en zombi.

―Ah, sí, ¿qué pasó luego?

―Dicen que el Departamento de Defensa hizo pruebas que verificaron que, en efecto, los virus prehistóricos podían volver a las personas en zombis. Los animales por alguna razón no se ven afectados.

―¿Y qué hay de los rusos? ¿Acaso se quedaron callados luego de que ese John Smith les robara las cepas? No me digas que este virus fue como la bomba atómica: armas de disuasión para evitar el aniquilamiento mutuo.

―Por lo que parece, Stalin con lo paranoico que era, hizo muchas purgas dentro de su partido, en una de esas eliminó al equipo científico y militar encargado de desarrollar el virus zombi, así pues, solo los norteamericanos tuvieron esta arma vírica a su disposición.

―Y qué dice el diario de esta..., Maguie Carter, ¿qué hicieron con el virus?

―Dice que lo habían probado con afroamericanos vagabundos en instalaciones militares secretas.

―Cielos... ¿Qué hay de los latinos?

―No dice nada. Según lo que leí, el ejército quería probar en campo abierto la letalidad del virus, pero claro, eso era imposible ya que las cosas podían salirse de control, pero es aquí es donde las cosas se vuelvan más increíbles.

―¿Más todavía? Menos mal que estoy en mi sillón favorito, no quisiera caerme de espaldas.

―Una alternativa era probarla en un remoto lugar en Alaska, pero decidieron que era mucho riesgo, así que con la ayuda de empresas industriales que les ayudaron en la Segunda Guerra Mundial, decidieron probar el virus en el pasado.

―¿En serio? Qué raro que hayan decidido eso, ¿no que es muy mala idea ir al pasado? Al menos eso es lo que nos muestran las películas.

―Según esta Carter no hay peligro, porque ya lo hicieron antes.

―¿Cómo es eso?

―Al parecer no habían construido ninguna máquina del tiempo, pero descubrimientos arqueológicos indicaban que ya el hombre había viajado al pasado y no se habían producido paradojas temporales.

―Claro, los famosos Objetos Fuera de su Tiempo que a veces hallan los arqueólogos.

―El diario no dice si humanos viajaron por el tiempo para indicarles cómo construir una máquina para viajar al pasado, pero al parecer todo estaba listo cuando la mayor Carter llegó a Montauk, ya sabes, esa base secreta en la que se basaron para hacer esa serie de Stranger Things con Winona Ryder ―dijo y La Reina asintió con la cabeza para que continuase.

»Pues bien, al parecer sí se logró crear una paradoja temporal y se decidió mandar soldados a solucionar el entuerto. Carter no dice en qué consistió esa paradoja, creo que su rango no era muy alto para que se lo dijesen.

―¿Y dónde fueron los soldados?

―Al parecer a Utah, un estado de ese país, al año mil de nuestra era.

―¿Y por qué allí?

―Porque al parecer es justo ese lugar de Estados Unidos de donde surgieron los aztecas. Según Carter, si el virus se descontrolaba, no iba a importar demasiado ya que al fin y al cabo más del noventa por cierto de los nativos igual iban a morir quinientos años después con la llegada de los españoles debido a la viruela.

―Joder, que cabrones, continúa.

―Carter no especifica en que se jodieron las cosas, solo indica con lujo de detalles su incorporación al USS Eldridge.

―Epa, espera un momento. ¿Cómo es que esa Carter se enlistó en el Eldridge? El experimento Fénix, o como le llama todo el mundo: Experimento Filadelfia, sucedió en los cuarentas, mientras que el título del diario este dice bien claro 1980.

―Ni idea, es toda una incongruencia, tal vez es como dices, es una mala idea meterse con el viaje en el tiempo. Carter no da muchos datos al respecto, pero por lo que leí, el Eldridge y su tripulación tuvieron que hacer muchos viajes ya sea al pasado o al futuro.

―No me extrañaría, ¿viste la historia de las batallas de los americanos contra Japón en la Segunda Guerra Mundial?, pura suerte loca, creo que esto de viajar al pasado tuvo algo que ver.

―Carter solo entra en detalles acerca del primer viaje suyo al pasado a Utah, lo demás casi ni lo menciona, tal vez tenía miedo de seguir escribiendo o algo.

―¿Y qué fue lo que pasó en Utah?

―Como te dije antes, al parecer los aztecas vivían antes en ese lugar antes de emigrar hacia México. Hay todo un relato que se centra en un nativo de nombre Chapoc.

―¿Y cómo los americanos sabían el idioma azteca?

―Leí que no solo había personal militar o científicos, llevaron también varios lingüistas y tipos expertos en otras áreas.

―Bueno, dime que pasó con ese Chapoc y su gente.

―No es agradable, eso te lo aseguro.

―Me lo imagino, pero vamos, ya que llegaste aquí, mejor continúa. Eso sí, cuéntame todo de manera lineal, que odio las tramas de viajes al pasado y al futuro a cada momento, hacen que me duela la cabeza, como esa obra de teatro basada en Harry Potter, El legado maldito o algo por el estilo, ya no recuerdo.

―Según los científicos, el virus produce cierta huella química que es muy fácil de rastrear, el Eldridge navegó muy cerca de la base de Montauk y de allí viajó al pasado ―dijo Tatiana comenzando un relato de horror que captaría toda la atención de su interlocutora, solo el par de gatos se veían ajenos a la historia que tenía características increíbles que de seguro nadie creería, pero como una vez dijese un personaje de ficción mexicano: A veces lo increíble se hace realidad, y la realidad se vuelve increíble.

CONTINUARÁ...