La camioneta paró en frente de aquel robusto edificio, causando escalofrios a la maraña de adolescentes que se abrazaban unos a otros aterrorizados. Aquel sitio no les gustaba, no les traía buenos recuerdos.

Zach abrazó con fuerza a Jack con lágrimas en los ojos. Hope observó a Jonah seriamente, sin poder creerse lo que estaba haciendo.

Le había contado miles de veces por el infierno que tuvo que pasar en ese módulo desde los doce años hasta el día que la sacaron del refugio.
Ahora todo parecía que se había quedado atrás y que no le importaba.

Miró a Newt, el cual la observaba con una expresión fría y sin emoción. Luego se giró hacia el frente y bajó del vehículo para pasar la inspección en el garaje principal.

El edificio no había cambiado, seguía con ese aspecto atroz y oscuro, una puerta por donde los inmunes eran desterrados y la gran entrada para los coches, furgonetas y camiones.

Lo único diferente que Hope encontró fue la enorme valla metálica que rodeaba el refugio entero, por donde algunos zombies no tardaron en aparecer.

- Ese diario tenía razón. - susurró Corbyn alzando la cabeza para ver todo - Los zombies se han concentrado en esta zona, saben que estamos aquí.

Los músculos de Hope se tensaron y se encogió en su sitio abrumada.
La camioneta entró al refugio y la puerta del garaje se fue cerrando lentamente, provocando que el corazón de la chica se acelerara y dejando a los adolescentes sin escapatoria.

Después una puerta se abrió con brusquedad, dando paso a más hombres y mujeres armados que agarraron a los adolescentes para conducirlos por los pasillos del refugio, buscando su cartilla de identificación para devolverlos a su correspondiente módulo.

Newt fue la persona que acompañó a Hope por todo el edificio, con Jonah llevando a Zach detrás de ellos, ya que se dirigían al mismo módulo.

- No dejes que lo hagan. - pidió en cuanto se pararon enfrente de una celda llena de chicas con expresión asustada - Por favor. - rogó entre lágrimas mirando a Jonah tambien - No quiero volver, podéis matarme en este mismo instante. - les miró a los dos rogando piedad dando a entender que lo que pedía no era de broma - En serio, no me importa, solo no dejéis que me torturen más en este lugar.

¿Cómo de desesperado debe estar alguien para pedir tal cosa? ¿Cómo de horrible en verdad era aquello para que Hope quisiera terminar con su vida?

Todo esos pensamientos revolotearon en la mente de Jonah mientras observaba la escena ocultando su preocupación y sufrimiento por la chica.

- No podemos hacer eso. - Newt abrió la celda y la empujó dentro con cuidado, cerrando la puerta al instante para que no se resistiera.

Luego se dió la vuelta y acompañó a Jonah hasta la siguiente celda, la de Zach.

- ¡Nooo! - gritó ella golpeando los barrotes y sollozando - ¡Déjenme salir! ¡Por favor! ¡Jonah!

El moreno dirigió una mirada culpable a la chica, pero Newt le observó con dureza y siguieron con el procedimiento de encerrar a Zach.

- ¡Déjenla! - rogó él con lágrimas en los ojos - ¡Déjenos! ¡Creíamos que erais nuestros amigos! ¡Sois unos traidores! - ellos se alejaron lentamente - ¡Traidores!

La puerta del módulo se cerró después de que Jonah les dirigiera una última mirada.

(...)

Las chicas de su habitación la miraban entre curiosas y temerosas. Nadie se atrevió a acercarse a ella salvó una niña de 10 años, la cual le tendió un trozo de pan debido a que se había saltado la comida.

- Gracias. - murmuró en ese entonces y limpió sus lágrimas que habían permanecido intactas desde hacia rato.

- ¿Vienes de fuera? - preguntó la niña sentándose a su lado.

Ella simplemente asintió centrada en su trozo de pan.

- ¿Cómo es todo? ¿Da miedo?

- No da tanto miedo como esto. - suspiró Hope y la miró con una mueca - Sí sabes cuidarte bien y defenderte, quizás sobrevivas un mes.

- ¿Solo un mes? - cuestionó una chica sorprendida.

- Un mes de libertad es mejor que una vida de prisión. - finalizó ella y la puerta de la celda de abrió sorprendiéndolas.

- Paola. - llamó el hombre y una chica de quince años tembló en su sitio sin atreverse a levantarse.

- Paola. - volvió a llamar perdiendo la paciencia.

- No, no, no. - murmuró ella atemorizada - Ya me tocó hace tres días.

- Y te portaste mal. - sentenció él - Debes tener tú castigo por ello.

Hope miró a la chica preocupada.
Su cara estaba demacrada de golpes y arañazos. Sus brazos se encontraban de igual manera y su ropa estaba más sucia que la de las demás chicas.

El hombre entró enfadado a la celda e intentó llevarse a Paola utilizando la fuerza.
La chica se aferraba a la pared gritando.

- ¡Déjala! - se atrevió a gritar Hope mientras se levantaba del suelo.

En el tiempo que pasó en el refugio aprendió a callarse cuando situaciones así se presentaban, sabía que sería peor si se entrometía. Pero esa vez no pudo quedarse callada al ver el sufrimiento en el rostro de la muchacha.

El hombre la miró con la ceja alzada.

- ¿Te atreves a hablarme así? - inquirió dando un paso hacia ella.

- Y-yo n-no.

- Bien. - soltó a Paola y se acercó a ella - Hoy haremos una excepción, te toca a tí.

La agarró con firmeza del brazo y la arrastró por el pasillo con fuerza.

Ella chillaba tanto como sus pulmones le permitían, aunque sabía que sería inútil.

- ¡Suéltame imbécil! - sollozó por el dolor que le causaba el hombre en su muñeca.

- ¡Cállate! - gruñó él.

Cuando salieron de aquel nivel, en las escaleras hacia la planta baja, se encontraron con Jonah.

El moreno se quedó algo sorprendido por la escena y la chica le dirigió una mirada de odio por meterla en aquel lugar.

- ¿Qué haces Justin? - preguntó Jonah algo conmocionado.

- Está rebelde creía que podía gritarme cuando quisiera. - rodó los ojos - Le voy a dar su merecido. - la tiró del pelo - ¿Verdad niñata?

- ¿Hoy?

- Sí, hoy. ¿Por qué lo dices?

- Oh, bueno. - se cruzó de brazos sin mirarlos - He oído que has tenido una semana dura, y el baño del sótano está completamente vacío. Pensé que querrías darte un buen baño antes de que el agua sea usada por todo el refugio.

- Oh tío, eso estaría muy bien. - sonrió él y mirando a la chica la soltó para entregársela a Jonah - Tómala, te la dejo por hoy. Necesitas una recompensa por volver con nosotros.

El moreno sonrió falsamente mientras asentía y Hope se removió entre sus brazos enfadada. Luego Justin se despidió corriendo a la planta baja.

Jonah condujo a Hope hasta la última puerta del final del pasillo y la empujó delicadamente dentro.

- No me toques, inepto. - bufó ella echando chispas por los ojos - Eres un imbécil.

- Gracias. - comentó sarcástico él - Siéntate allí.

Se dió la vuelta para agarrar un maletín encima del armario.

- ¿Qué vas a hacer? - cuestionó la chica ocultando su temor sin hacer caso a sus órdenes.

- Ese capullo te ha hecho daño. - señaló su muñeca y abrió el maletín sacando algunas vendas y agua oxigenada - Te voy a curar.

- ¿Por qué?

- Porque lo que dije días es verdad. - suspiró profundamente y la miró con culpa - Te quiero Hope.

Su cara demostró todo el desconcierto que le habían provocado esas palabras y su corazón comenzó a latir con rapidez.

- ¿Esto es un plan? - preguntó esperanzada - ¿Es un plan de la resistencia?

El asintió con una sonrisa y ella se lanzó a sus brazos.

- ¡Lo sabía! Confiaba en tí. - alzó la cabeza hacía él - ¡Idiota! - golpeó su brazo con fuerza y él chico ahogó un grito con el ceño fruncido - ¡Me hiciste pensar que eras un traidor, que no me querías! ¡Me rompiste el corazón!

- Lo siento mucho. - se lamentó limpiando las lágrimas de sus mejillas - Tenía que actuar, y te juro que me costó.

- ¿Cuál es el plan?

- No te lo puedo decir. - negó Jonah con pena - Solo quiero que confíes en mí y sigas actuando como si me odiaras.

- Te odio, idiota. ¡Me anestesiaste!

Él rió divertido y la volvió a abrazar cerrando los ojos.

- Me quieres, lo sé.

- Quizás un poco. - murmuró Hope agraciada por el calor que radicaba el cuerpo del moreno.

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