Piscis × Masky
Piscis estaba sentada en el pasto de la casa de su familiar, la cual viven en medio del bosque.
Un día cuando todos fueron a comer a un lago cerca de la casa, Piscis prefirió quedarse en casa e invocar a Masky, ya que ese era su favorito.
Reunió lo que necesitaba para invocarlo.
Al terminar de hacer todo lo necesario se sento y lo espero pacientemente, llego de inmediato.
Masky se puso en la ventana esperando que le abriera Leo ya que estaba cerrada, Piscis le abrió la ventana y lo saludo amablemente, ni siquiera la miró.
-¿Para que me querías?.-
-Quería conocerte.- Dijo riendo
-¡Estaba ocupado! ¡Mocosa!.- Dijo apuñalando al aire, ya que Piscis lo esquivo rápidamente.
-¿Esperas que sepa?.-
Masky se quedo callado unos segundos, miro hacia todos lados.
Piscis no entendía demasiado que estaba haciendo.
-¿Sucedió algo?- Acercándose a Masky.
-No te me acerques o ahora si te mataré.-
-¿Entonces te vas?.-
-No.-
Masky tiró su máscara y beso a Piscis.
Piscis no entendía nada, la acababa de amenazar y ahora la estaba besando.
-Te quiero conmigo.-
-No es tan simple, ya tengo una familia y una vida como persona normal.-
-Todo lo que yo quiero lo tengo.-
Masky la golpeó y cayó desmayada.
Al despertar Piscis estaba amarrada a una silla, hasta le dolía tan apretadas que estaban las cadenas.
Luego de una hora intentando huir apareció Masky con una caja, puso la caja en el suelo y fue hacía Piscis examinandole la cara.
Se devolvió a buscar algo en la caja y sacó un martillo, fue donde Piscis quien lo miraba asustada.
Masky la golpeó con el martillo en la cabeza repentinas veces y en el cuerpo hasta que empezó a sangrar, agarro un cuchillo para enterrarlo varias veces en las piernas de Piscis.
Masky volvió arriba dejándola desmayada.
Y así fue torturando a Piscis día por día hasta que ya no gritaba del dolor, ya no se quejaba cuando le enterraban un cuchillo.
Luego de unas semanas, un chico bajo a sacarle las cadenas.
-No intentes nada si no quieres morir.-
Piscis siguió al chico y la guió a una habitación vacía.
Piscis sintió de la nada un dolor de cabeza horrible y escuchando una voz a lo lejos.
-Obedecer o morir.-
Al oír esa frase dejo de sentir ese dolor de cabeza.
Miro al chico y el solo asintió.
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-¡Vamos cortale el cuello de una ves!.- Dijo animando a Piscis.
-Pero es mejor dejarlo sufrir hasta que muera.-
-Lo haré yo.-
Masky le cortó el cuello a la víctima de Piscis.
-Vamos, debemos volver.- dijo tomando la mano de Piscis su novia.
-Si, tienes razón.-
Dijo abrazando a Masky.
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