Agua fuego y viento

El viento entró por la ventana, esparciéndose las hojas sobre la cabeza del niño azabache, que miraba, como sin mirar, la pizarra.

Los minutos pasaron, el niño seguía abstraído por las palabras escritas, tratando de descifrarlas, sin embargo, nunca pasó, soltó un largo suspiro.

- Soy un fracaso...- Dijo cerrando los ojos - Papá va a matarme, ¿Por qué no puedo ser normal? - Se preguntó el chico de apenas 7 años.

- Eso de ser normal ¿Qué tiene de especial? - Preguntó una voz tras del niño, quien en seguida se irguió y miró por la ventana, la figura de un niño alto, moreno y delgado se materializó frente a él - ¡Hey! - Insistió el moreno entrando al salón de clases - ¿No me escuchaste? - Preguntó acercando su rostro peligrosamente al de Acuario - Pregunté que que tiene de especial ser normal.

Acuario en shock, atinó a hablar por fin.

- Nada...- Susurró sin mover sus ojos grises de los cafés del desconocido.

- ¡Exactamente! - Gritó el moreno, abrazando sorpresivamente a Acuario quien se quedó tieso como una rama - ¡Tú si lo entiendes! - Lo soltó - Mi nombre es Sagitario y seremos mejores amigos - Declaró extendiendo su mano hacía Acuario - ¿Cuál es tu nombre?

Acuario miró la mano del moreno, luego a su rostro sonriente y animoso, se lo pensó unos momentos, jamás había tenido un amigo, todos lo encontraban extraño y tonto, extendió su mano y estrechó la de Sagitario.

- Yo soy Acuario, y todos me odian porque estoy loco - Respondió con tono tranquilo.

- Pues a mi todos me odian porque dicen que siempre estoy distraído y haciendo tonterías - Dijo Sagitario con una risita.

- Eres raro - Dijo Acuario sonriendo levemente - Eso me agrada.

Sagitario sonrió emocionado al ver la sonrisa de su calmado amigo por primera vez, lo que nunca se esperó, es que aquella sonrisa, tardaría varios años en volver a existir.

Desde ese día, ambos se volvieron mejores amigos, hacían todo lo que se les ocurría.

Sagitario tenía una idea, la más tonta y arriesgada del mundo, y Acuario, siempre tan brillante, le decía lo mala idea que era, pero igual lo hacía.

Ellos dos, junto con la tímida y cambiante Cáncer, vivieron incontables aventuras.

Solo había algo que Sagitario no podía hacer :

Hacer que Acuario sonriera.

Era tan extraño y preocupante, el contante semblante tranquilo y sosegado de Acuario, más aun, cuando Sagitario conocía perfectamente las locas ideas que bullían dentro de él, pero Acuario parecía siempre distante, como si estuviera retenido, no fue hasta la preparatoria, que Sagitario comprendió, que Acuario, estaba encadenado.

Tan volátil, impredecible y aparentemente libre, su mejor amigo de toda la vida, se encontraba sometido bajo el yugo de unos padres estrictos.

Él mismo, tenía padres estrictos, que lo retaban ante cada error, el siempre supuso que para Acuario sería lo mismo, sobre todo después de años de convivencia entre las dos familias.

Pero no era así, Acuario había crecido, con expectativas imposibles.

Sus padres querían que fuera médico, por ello, le impusieron la mayor disciplina educacional posible.

Pero Acuario, a pesar del esfuerzo, no servía para ello, pero sus padres jamás lo entendieron.

Aumentaron los retos, la presión, el tiempo, Acuario se esforzaba lo más posible por ser "normal" por no decepcionar a sus padres, pero era siempre lo mismo, calificaciones mediocres en todo, menos en matemáticas.

Acuario, era un genio matemático, era normal que no entendiera de verbos, o de en que año se produjo la corriente barroca, Acuario, Aprendía, no memorizaba, pero eso a sus padres no les importaba, su hijo era una decepción para ellos.

Sagitario hubiera querido saber todo esto, haberse dado cuenta de las señales antes, de lo mucho que a su amigo le dolía ser un fracaso, aun anormal, lo mucho que le hería que todos tuvieran expectativas de él, que jamás podría cumplir, pero, se dio cuenta demasiado tarde.

Un castigo, un simple castigo, por parte de la maestra de historia, por su mal desempeño en la clase, ese, ese fue el detonante, que hizo explotar años y años de frustraciones y decepciones.

Sagitario estaba en clase de gimnasia cuando sucedió, en medio de un partido de fut ball, todo el día había tenido una extraña sensación en el estómago, y cuando vio la silla salir volando por la ventana del tercer piso, no lo pensó mucho y salió corriendo de la cancha rumbo al aula de historia.

Cáncer estaba ahi, aterrada, mirando como su hermano destrozando con furia todo a su alrededor.

Parecía una bestia sin control, pronto el pasillo se llenó de gente atónita, Cáncer se abrazó de Sagitario mientras le preguntaba una y otra vez ¿Porqué?

Los maestros llegaron, le dijeron que parara a gritos, pero Acuario no paró, hasta que hubo roto cada pupitre y cada ventana.

Entonces, se detuvo, su semblante era sereno, caminó hacía la salida, la gente se alejó de él como si tuviera peste, abriéndole el paso, Acuario caminó sin inmutarse y salió de la escuela con Sagitario y su hermana corriendo tras de él.

- ¡Hermano! - Gritó Cáncer angustiada - ¿A dónde vas? - Acuario se detuvo, la miró, se giró hacia ella y acarició su cabello.

- Estaré bien - Prometió, Cáncer rompió a llorar -Volveré cuando menos te lo esperes.

Miró a Sagitario, y sonrió, como la primera vez que lo conoció.

Después de eso, se marchó, y por dos largos años, nadie supo de él, más que por regalos misteriosos de distintas partes del mundo, Cáncer vivió preocupada cada día, más Sagitario jamás lo hizo, ese día, había comprendido realmente a su amigo, había echado a volar.

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