♍️ Última constelación ♍️
Día y noche se habían quedado leyendo después de eso y, aun así, no pudieron encontrar resultados positivos. Por si eso fuera poco, los efectos de la pérdida del espíritu de BaekHyun cada día comenzaban a reflejarse más.
A diferencia de las veces en las que esperaba un BaekHyun tan volátil, entre risas o enojos que pudiera darle por los comentarios que hacía en sus conversaciones, BaekHyun se quedaba en blanco frente a él. De haberse estado divirtiendo, sonriéndole o hasta reclamando, perdía el hilo. Era como si tuviera un apagón en su cerebro, y cuando volvía en sí, ni siquiera recordaba lo que habían estado hablando.
ChanYeol perdía la compostura en eso. Si había alguien que les había recordado tomar descansos entremedio de su estudio por búsqueda de más saberes era MinHo. Porque con sus recordatorios tan amables de que ya era pasada medianoche, el cómo debían comer y hasta sacarlos a tomar el sol en un encargo, ChanYeol sentía que perdía el tiempo.
Nada de eso estaba ayudando en la recuperación del espíritu de BaekHyun.
"No puedo ir a dormir, no es momento. Estoy seguro de que este libro debe tener algo, puedo sentirlo..."
"No te va a servir de nada descubrirlo si estás tan agotado para saber qué hacer con el conocimiento. Tienes que dormir, podrás descubrirlo mañana cuando hayas descansado, hijo."
"Dormir es para débiles, puedo hacer esto, padre. Etatréips–"
"No, para, nada de encantamientos para mantenerte despierto. Es momento de que vayas a dormir," MinHo le dijo en tantas de esas veces al cubrirle sus labios, y aunque ceños fruncidos se dirigieron, nada quitó la seguridad en lo dicho por su padre. "A la cama. BaekHyun y tú lo necesitan urgentemente."
"Tiene razón, ChanYeol. No te preocupes, podemos dormir, estoy seguro de que tendremos después el tiempo para seguirle..." BaekHyun respondía con esa sonrisa conciliadora que hacía de todo menos conciliarle.
Porque ver el deterioro que había en su aura aun después de sanarse–entre el tratamiento que con él había seguido, sobre limpiezas e inspiraciones por sonidos que elevaban la energía en sus cuerpos–, se veía ahí. ChanYeol podía sentirlo.
Mientras más dejaba que pasaran horas y días sobre eso, más perdía.
Estaba perdiendo a BaekHyun.
Su único consuelo era poder abrazarle, en su intento por dormirse, encerrados en la habitación sobre el pestillo que su padre llegaba a ponerles para evitar escapadas a su estudio, les había dado el lujo de esconder su cariño ahora en un mismo espacio luego de confesarse.
"Duerme, por favor, ChanYeol. No quiero que me veas así durante toda la noche."
"No sé si pueda dormir sabiendo cómo me siento."
"Entonces, deja que te ayude. Oliuqnart emreud."
Una semana habían cumplido en medio del primer sueño angustiante y revelador, y hasta entonces las cosas no habían ido a mejor para ellos. ChanYeol supo que era mucho para uno mismo–no se dijera más de BaekHyun, con los apagones que le daban de repente, ni siquiera creía que estuviera leyendo todo lo tomado del librero–, y aunque su orgullo fuera mucho para hacerlo, tuvo que callarlo al entender que era momento de pedirle ayuda a alguien.
"¿Me estás pidiendo ayuda a mí exactamente porque...?"
"Eres el único que podría hacerlo. Sé que hay muchos otros a los que haberles dicho, pero tú eres el único que tiene un espíritu lo suficientemente crítico, preciso y por lo que sé, eres capaz de analizar las situaciones más complejas con una claridad pasmosa."
"KyungSoo no quiso ayudarte para esto, ¿no?"
"Está en su luna de miel, se casó hace una semana, ¿puedes creerlo? Si hubiera sabido que estaría lidiando con esto, le habría llamado para decirle que yo me oponía a que se casara en este preciso momento."
"Entonces admites tomarme como plato de segunda mesa."
"JongDae, por favor... te lo pido..."
"Tienes suerte de que sea muy amable, entregado y caritativo. Si no fuera un Virgo, probablemente no te estaría ofreciendo una mano tan bien, pero ya que mi naturaleza me lo impide..."
"¿Vas a venir?" ChanYeol insistió por medio de su comunicación a través del encantamiento que hizo en el agua de su cuenco para localizar a los hijos de las diosas que había conocido por la ceremonia de antes. No sabía muy bien con quién auxiliarse, no era que ChanYeol tuviera personas a su alrededor. Sus tutores y maestros en todas las distintas artes iban lejos del conocimiento que estaba buscando. No eran divinos, como ellos, solo alguien con su naturaleza sería capaz de entenderlo. El hijo de Mercurio no fue ciertamente su primera opción, pero era uno de los pocos con los que se había hablado bien. ChanYeol creía que en verdad era inteligente para ayudarles.
Después de todo, Virgo podía ser uno de los lugares con gente más convencional, obsesiva, orgullosa y metódica en un plan estresante... pero era cierto que también se volvían una visión muy acertada en cuanto a aquello en lo que pudieran servirte.
A través de su imagen que en el agua el Virgo le mostró de ojos en blanco, ChanYeol sonrió sobre sus grandes ojeras al suponer lo que estaban por decirle.
"No, porque yo no voy a ir, ustedes han de venir si quieren mi ayuda. Eso es lo único que les pongo como condición. Vengan a Virgo. De todas maneras, no creo que haya algo mejor, necesitarán de mis conocimientos, y para eso tal vez yo también tenga que checar mis libros."
"Está bien, iremos volando tan pronto tengamos tiempo."
"¿Esa fue una broma con respecto a mis alas que...?"
"¡Hasta luego, Virgo!" Borró la imagen y el sonido se fue con solo el pasar de su mano por el agua en el cuenco. No había tenido que hacer mucho, era un encantamiento sencillo. La comunicación iba manejada por un solo vínculo. No era algo que supiera hacer frecuentemente, en general, nunca había visto eso antes, pero de algo tuvieron que servir las miles de lecturas que llegaron a echarse en las noches.
ChanYeol había aprendido uno que otro truco para aplicarle.
"¿Vamos a ir de viaje?" BaekHyun preguntó, acostado junto a él. Con su último apagón que lo había atacado hasta para desmayarle en medio de su sanación, ChanYeol no había encontrado nada mejor que llevarlo hasta ahí, de nuevo en su cama donde pudiera verse entre comodidades.
No esperaba que volviera pronto a él, pero era agradable. Verlo con los ojos entreabiertos sobre esa oscuridad que daba la noche, ChanYeol asintió sonriente en lo que se acercaba a él por casi acostarse para acomodar su cabello que caía por su frente.
"Mañana. Encontraremos lo que te hará bien para entonces, te lo prometo, BaekHyun."
"Está bien. Lo que me hace bien en este momento es solo que me abraces, ChanYeol," BaekHyun le dijo, y él obedeció, aunque no se lo ordenara, sabía lo que estaba diciendo. "Estoy feliz y tan bien solo con eso."
Hubiera querido creerse aquello mismo.
Su viaje al día siguiente a Virgo les dijo lo contrario. Por más que MinHo los acompañó, y pudo asegurarse de tomar un descanso aun en el camino, nada quitó que la solución no viniera tan pronto como hubiera deseado.
JongDae los recibió en su castillo que venía aun sin ser un nacido con estrella en su pueblo. Aparentemente el increíble y espectacular Virgo tenía una familia llena de dinero que poco les dejaba cerrar la boca ante cada habitación que pasaban llena de esos candelabros dorados y brillantes, pisos blancos de mármol, puertas amplias de roble y hasta umbrales llenos de marcos garigoleados.
ChanYeol entendió sin duda la razón por la que JongDae les había pedido venir a Virgo. Por más que se tratara en parte de mostrar con orgullo una evidente opulencia, el hijo de Mercurio tenía una indudable colección de libros. Mayor a la de ChanYeol, esa de verdad podía llamarse biblioteca.
No era algo que pudiera negar. Habían llegado al mejor sitio.
"... ¿y aun así no sabes cómo puedes ayudarme?"
"No estoy diciendo que no sepa, es más bien, con exactitud, que no estoy seguro de cómo ayudarles," JongDae aclaró cuando BaekHyun y él pudieron sentarse frente al Virgo que volaba (literalmente) al pasearse ante sus libreros que iban de esquina a esquina por piso y techo, en la búsqueda de unos cuantos libros que parecía tener ubicados, solo no segregados. En la mesa que los habían dejado sin la opción de ayudar por la evidente falta de escaleras, y aun sin su padre tras irse a instalar lo traído para no estorbarles, no esperó nada menos de BaekHyun cuando vio que no lo dejaban con mucho qué hacer. Esperarse podía ser una de las actividades que menos les llegó a agradar con todo el tiempo que habían pasado haciendo eso. "Después de que ChanYeol me hubiera llamado para auxiliarles, estuve leyendo un poco al respecto. Al menos lo que pude en el entendimiento de su inconveniente. Es algo excepcional, seguro, pero creo entender un poco sobre todo esto. El problema es qué hacer para ayudarles si mis teorías han llegado a ciertas conclusiones."
"¿Cuáles son las conclusiones a las que llegaste?" ChanYeol preguntó antes de que BaekHyun volviera a pelearse. Él también podía estar un poco exasperado, nadie mejor que él para entender la molestia que les provocaba el asunto, pero alguien tenía que enfocarlos. ChanYeol no podía perder ningún otro segundo en algo tan trivial como lo era un berrinche.
Por más que BaekHyun pareciera en desacuerdo.
"Me dijiste que creen que el espíritu de BaekHyun está siendo aprisionado por algo más allá de lo que entendemos. Algo que no es visible, que puede pasearse a través del Reino de los Sueños, pero que ha atacado en la mayor debilidad que ha tenido BaekHyun, y sin que él pudiera advertirle, se apoderó del Toro... ¿no es cierto?"
"Sí, así que..."
"Dijiste que también parecía ser el mismo BaekHyun quien hubiera aprisionado su Toro cuando estaba sanando, ¿no?" BaekHyun apretó los labios, sabía lo que estaba pensando, pero ChanYeol no iba a hacerlo creer nuevamente que era su culpa el que estuviera ahí.
"BaekHyun no es culpable del dolor que pasa su espíritu. Está en sanación, ha ido mejorando. No es posible que su espíritu siga de ese modo en ello."
"No, eso es cierto. Pero no apunto directamente a BaekHyun al pensar que es cierto que es él quien tiene la culpa de todo esto. Algo en él, más específico, dentro."
Frunció el ceño con eso, sin embargo, antes de que alguno de los dos siguiera preguntando, JongDae había vuelto. Colocó inmensos tomos que trajo envuelto en su brazo, mas, el que abrió se trató de algo distinto.
Era un pergamino.
"¿Qué...?"
"BaekHyun, creo que estás siendo hechizado por tu propio ciclo animal. La contraparte de tu signo, en el oriente... El Mono ha estado manipulándote."
"¿Un qué?" Fue el turno de que BaekHyun inquiriera con justa razón. ChanYeol estaba igual de confundido.
JongDae no los dejó en las sombras, al iluminarles, señaló con su mano el pergamino escrito en otra lengua que ChanYeol no leía, pero las imágenes a su alrededor decían algo. Había una división en un enorme círculo al medio. Doce partes, como las doce constelaciones. En este caso, eran animales.
Y en ninguno estaba representándose el Toro o el Centauro. Eran otros... desconocidos.
Animales, sí, pero diferentes a los que estaba habituado.
"¿Entiendes cómo el mundo ha estado dividido entre las doce constelaciones? El cómo es posible saber que dentro de nuestra cercanía tenemos doce grandes pueblos distintos, pero al otro lado del mundo existen otros doce y, en realidad, muchos más que vienen de culturas distintas."
"Sí, no soy tan estúpido para no saber que existe todo un mundo, aunque no haya llegado a conocerlo. El mundo es grande, es un círculo dividido en tres lados. Medio, oriente y occidente, pero ¿qué demonios tiene todo eso que ver con lo que me ha estado pasando?"
"Tiene todo que ver, BaekHyun. El que nosotros estemos en el lado Oriente hace que las antiguas culturas de las que provenimos te estén atacando."
"Otra vez, ¿qué?"
"Los doce ciclos animales..." ChanYeol repitió al ver el pergamino y estudiarlo un poco más en su mente. No conocía mucho de esto, pero algo recordaba de sus antiguas clases. En la historia que le hablaron sobre las colonizaciones, guerras y batallas que libró su mundo, bien sabía que hubo historia mucho antes de que las ocho diosas establecieran un control y guiaran a la gente indicada dentro de sus poblaciones. "Son los seres que gobernaron antes nuestro mundo, ¿no? El lado del Oriente... ellos proclamaron guerra contra las ocho diosas zodiacales."
"Son los originarios del Oriente," JongDae afirmó, por más que el ceño de BaekHyun siguiera fruncido. Para su comprensión, al menos el alado decidió resumir en una historia corta ese tema. "Se supone que el Oriente estaba dividido en estos mismos doce pueblos que ya conocemos desde hace siglos. Cada animal era un gobernante, entonces, en lugar de que mi pueblo se llamara Virgo era conocido como Gallo. El de ChanYeol era el Tigre, el tuyo era el Mono, porque esos eran los dioses animales que regían dentro de cada uno de ellos. Se caracterizaban por aspectos parecidos a los nuestros, el problema era que no había una unidad o un apoyo entre ellos. Estaban en constante guerra unos con otros, por territorio, poder, el simple hecho de ver quién era más fuerte y quién no... Estaban completamente lunáticos, se podría decir que los animales eran justo eso, seres salvajes que no controlaban sus emociones y usaban la magia para dañar con facilidad a otros donde todos o algunos cuantos podían ser favorecidos al usarla e infligir este dolor."
"¿Es esta parte de la evolución que tuvimos como seres mágicos y humanos dices?"
"Sí, básicamente. Cuando las ocho diosas en nuestras estrellas vieron el desastre que estaban haciendo estos animales con nosotros, entre dejar a los pobres en constante peligro, sobre las injusticias y amoralidades, bajaron para imponer un orden. Se dice que las ocho diosas vinieron aquí como lo hicieron en algunos otros lados, quizá algunos en el Occidente, pero no en todas libraron batallas campales o decidieron gobernar al hacer acuerdos..."
"Esa es la razón por la que en el Occidente también existen civilizaciones como la Cuenta de los Señores de la Noche, los nueve dioses con sus propios glifos mayas," ChanYeol añadió en su propio conocimiento. BaekHyun asintió tras reconocer de lo que hablaban, y al retomar, JongDae solo explicó lo último de esa pequeña lección de su historia.
"En el Oriente desterraron a los doce animales porque estaban haciendo una catástrofe. Ni siquiera se preocuparon por los humanos y sus seres divinos cuando más los utilizaron en las batallas hasta matarlos. El asunto fue que los animales no se unieron porque seguía siendo para ellos alguna especie de juego donde buscaban demostrar quién era el campeón entre todos. Quién podría vencer a esas ocho diosas en el cielo que venían en unión a derrotarles. Eso bajó su poder en un buen por ciento, las diosas los aniquilaron, los encerraron en prisiones ancestrales y mantuvieron a raya su energía y magia para evitar que renacieran en sus tierras, donde ellas se encargaron de reestablecer la paz y traer lo que ahora conocemos por constelaciones. Pueblos y civilizaciones que conviven en armonía, por más que no todo sea hermoso y bueno. Los nacidos con estrella vinieron después justo para eso, para hacer un equilibrio."
"Solo unos podían tener la magia de una diosa para evitar más catástrofes. A diferencia de los animales que lanzaban sus poderes a quiénes creyeran ser capaces o por hacerlo como juego, las diosas escogieron sabiamente uno en cada constelación."
"Y de ahí venimos nosotros, ok, ya lo estoy entendiendo, pero regresando al asunto que en mí concierne," BaekHyun contestó entre mociones con sus dedos para señalarse junto al pergamino aun abierto. "¿Qué se supone que pasa con estos animales que me está matando a mí y al Toro?"
"Si mi teoría es precisa, pienso que tu desconexión con Venus ha dado paso a que el animal que regía antes en tu pueblo está intentando tomar tu cuerpo para liberarse de su prisión. Suena muy rebuscado si quieres pensarlo, quizá me digas algo como pero JongDae, ¿de dónde sacas todo esto?, si se supone que las diosas encarcelaron bien a esos seres despreciables, ¿cómo estás diciendo que uno va a escaparse y buscar revivir a través de mi cuerpo?, ¿acaso dudas de las capacidades de las diosas para saber controlarles? Bueno, es posible que sí esté dudando sobre algunas capacidades. No porque desestime a las diosas ni nada parecido, solo... no pueden estar al pendiente de todo en todo el tiempo. Las diosas nos desatendieron por irse a establecer armonía en otros pueblos, ahora mismo están librando una batalla en el Medio contra dioses de ocho brazos, y la verdad pienso que mucho se han jactado de sus nacidos con estrella para creer que nosotros podemos manejar cualquier asunto sin su auxilio o supervisión, lo que sí, debería ser, pero no cuando está pasando algo más allá de nuestro entorno como en esto que sucede dentro de ti mismo."
"Las señales estuvieron para darnos a entender que algo estaba pasando y debíamos actuar," ChanYeol confrontó, en lo que JongDae se encogía. Él no estaba al tanto de todo lo que había pasado, así que era bueno que se lo mencionara para ver mejor el panorama. "Tuve sueños, tuvimos estas premoniciones, y BaekHyun mismo pudo entender mejor el asunto cuando fue sacado del Reino de los Sueños si tan solo hubiera sabido lo peligroso que era esta situación. Lo cual, no lo juzgo por no hacerlo, la desinformación hace que nos volvamos ignorantes ante diferentes daños que podemos provocar, pero igual... aunque las diosas no bajaran o vinieran a nosotros para decirnos al respecto, lanzaron sus señales antes de que algo peor fuera a ocurrir."
"Bueno, de algo estamos seguros: las diosas no están al pendiente 24/7 de nosotros para avisarnos cuando una explosión se viene, pero tenemos el poder para predecirla y evitar que cosas peores sucedan. ¿Cómo estamos tan seguros de que esto del ciclo animal es justo lo que me está afectando?" BaekHyun preguntó otra vez, ya con los brazos cruzados sobre el pecho en su obvio interés, por más que hubiera cierta reticencia en sus gestos que decía lo mucho que le estaba costando seguirles, sobre todo, en algo de su desconocimiento que llegaba también a avergonzarlo.
ChanYeol pudo ver eso un poco, quizá por la mención que él mismo hizo aun cuando buscara no soltarle la culpa encima. Su mano se fue hasta su hombro por algo, como si quisiera darle algún consuelo, pero claro que BaekHyun lo ignoró, y aunque los ojos suspicaces de JongDae sí captaron interés en eso, no preguntó para irse en lo que debía tener su preocupación.
Agradecía, no era momento de explicar cómo ellos podían o no estar desarrollando ciertos sentimientos y... algo más que eso, menos con este otro chico al que apenas podría considerar un compañero.
"Más que nada me baso en lo que ChanYeol me habló de todo este asunto. El comportamiento de este ente que ha tomado tu espíritu en el Reino de los Sueños, su presencia, su aura que se siente y hasta lo que le ha dicho me hace creer que puede ser él. El Mono. Porque es todo lo que lo representa. Sin contar que no hay otro ente o ser que exista en este mundo que pueda hacer algo como lo que te hicieron. Ningún ser humano con magia negra o demonio puede sacarte del Reino de los Sueños. Solo otro ser tan divino como un dios podría esclavizar a uno de su mismo calibre. El Mono con el Toro. Y si nos vamos más allá, estoy seguro de que los ciclos animales no han buscado más que el modo de cómo vengarse por lo que las diosas les hicieron. Quiero decir, pudieron haber pasado milenios de eso, pero para ellos no importa el tiempo, son seres ancestrales, tienen todo el tiempo del mundo para planear un ataque y destronar a sus oponentes. Por el salvajismo que llegó a caracterizarlos, yo pienso que es muy probable jueguen sucio y en un desbalance que tenga uno de nosotros llegaron a aprovecharle para dar su primera estocada."
"Como el que el nacido con estrella en Tauro nunca fuera criado en las enseñanzas que le corresponden, traiga destrucción y desastres a su pueblo, hasta dañarse a sí mismo en espíritu para cortar conexiones con las diosas y su mundo," BaekHyun suspiró en lo que él apretaba los labios. Era básicamente eso, sí, pero decirlo en voz alta y más de la persona que lo estaba viviendo sonaba un poco más triste. No podía evadirlo, la culpa sí recaía de alguna forma en BaekHyun, aunque fuera solo una parte. "Ok, ya veo por dónde va esto. Entonces, ¿qué hacemos para evitar que el Mono haga este daño y yo recupere el poder de mi espíritu?"
"Eso es lo complicado. Ahí es donde hablaba lo del cómo ayudarlos, porque puedo decirle qué está pasando, pero lo demás... Vencer a un dios salvaje de hace milenios que viene enardecido sin ayuda de las diosas, este... como que suena a algo en lo que no me metería."
"Debes estar bromeando," ChanYeol reclamó, lo que hizo que JongDae apretara los labios en su muy obvia renuncia a sus palabras. "No vinimos aquí solo para que nos digas que no sabes qué hacer ni cómo ayudarnos, se supone que tú eras nuestro auxilio."
"Oye, soy igual que tú. Solo un mero hombre con algunos poderes, y hasta donde entiendo, tú fuiste el que recibió esta misión, ChanYeol. Tú con tus sueños de mal agüero, algo que te involucra a ti y a BaekHyun... no a mí. Yo era un buen nacido con estrella haciendo el mayor bien a mi comunidad hasta que ustedes me hablaron por ese mensaje que, por cierto, me asustó bastante. No esperaba que en mi sopa aparecieras con tu cara que me dijo–"
"Es lo menos que podrías hacer después del modo en el que me trataste en la fiesta," la interrupción que vino de BaekHyun trajo en JongDae cejas alzadas que no parecieron bajarse hasta recibir algo mejor de su parte. Quizá deseaba que BaekHyun fuera a retractarse de enjuiciarlo de ese modo, pero la verdad, JongDae estaba en las de perder. El taurino tenía razón, tal vez no lo habían tratado horrible, mas, sí dijeron cosas que no debían.
JongDae lo miró solo más tarde. Todavía con sus cejas alzadas, ChanYeol solo se encogió porque él estaba con BaekHyun.
Necesitaban toda la ayuda que podrían. Si hubiera forma, hasta habría convocado una reunión con los doce nacidos, sin embargo, sabía que también era una tarea difícil. Cada uno tenía sus propias responsabilidades. Estaban lejos y varios de los hijos de las diosas no estaban del todo encariñados con BaekHyun para querer apoyarlos. Era una hipocresía si quería afirmarlo, porque ellos deberían auxiliar a quienquiera que lo necesitara, pero si hablaban de los que no les agradaba... a muchos se les olvidaba lo que era esa misión.
Suponía.
Se podía excusar en muchas cosas, mas, si una cosa quería sobresalir entre todo eso era que no tenían suficiente tiempo para hacer algo así. BaekHyun ya no lo tenía. No podían esperar a nadie.
Lo que fuera tenía que hacerse ahora.
"Ok. Entonces, creo que tenemos una larga tarde por leer," JongDae cedió, y al poner sus manos sobre el pergamino, lo imitaron. "Hay que investigar cómo encerrar a un antiguo dios maligno enojado."
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La búsqueda fue un poco exhaustiva luego de aquella conversación. Al menos, ahora que habían tenido algo de claridad dentro de lo que podía estar pasándole a BaekHyun, supieron desde dónde más ir buscando.
Lo mejor de estar ahí, en Virgo, fue que JongDae en verdad tenía la biblioteca más vasta que hubiera visto en su vida. En nada se comparaba a sus pequeños libreros con unos cuantos que podrían prestar. Era un castillo en el que estaban, imaginar la dimensión de aquello dejaba igualmente entender el tamaño de aquella biblioteca.
Mucho más grande que la de Sagitario, lo que era un poco vergonzoso, pero ChanYeol comprendía el por qué. Al final, a la gente en Sagitario no le iba mucho aprender de lecturas, sino de la experiencia. Eran personas de acción, no de libros.
Más allá de eso, JongDae tenía otro par de contactos. A diferencia de ChanYeol que se sentía limitado en saber a quién llamar, JongDae podía hacerlo siendo esta especie de líder en su comunidad que se conectaba a tantas. No solo era capaz de hablar con otros nacidos con estrella, podía obtener opiniones y conocimientos de antiguos profesores, involucrados en las más viejas enseñanzas de la magia y sus orígenes.
Recibieron un poco de información nueva, confirmaron sus teorías–sobre todo la del Mono gobernando el espíritu de BaekHyun ante las pruebas que algunos incluso le vinieron a hacer en su auxilio–, y excavaron sus respuestas en los lugares más recónditos que pudieran esperar sin tener que realizar verdaderos viajes por los contactos que el Virgo se manejaba.
Eso y el hecho de que ChanYeol tuviera alguien que en verdad lo ayudara le hizo sentir que las cosas podían tener un mejor resultado. No era que estuviera desestimando los avances o descubrimientos que había hecho junto a BaekHyun. El problema era ahora que BaekHyun estaba en este estado donde más se iba.
Días pasaron en su investigación, no muchos por la misma urgencia que pusieron, pero incluso con solo dos o tres que fueran, JongDae entendió la severidad del problema cuando le tocó presenciar esos mismos desvanecimientos que BaekHyun tenía.
No eran solo desmayos, era una completa desconexión de su entorno. Era perderlo y que no volviera por horas, sin recuerdos ni conocimientos de lo que sucedió.
Sin contar que la presencia de BaekHyun en su hogar le trajo algunos cuantos sueños como los que él había tenido ya.
"Es su cercanía, me está afectando igual porque no solo estoy metido ahora en su problema, sino que me atrae por esta aura tan pesada que se ha ido creando en su interior."
"¿Crees que eso sea peligroso?" ChanYeol preguntó en el tercer día, mientras dejaba a BaekHyun recostado en el diván por otro de sus episodios. JongDae bien lo pudo ayudar, pero estaba alejado, como si hubiera querido distanciarse lo más que pudiera del taurino en la esquina contraria de la biblioteca con justificación de bajar un tomo de encantamientos protectores que estaba hasta arriba. No importó su lejanía, no se hallaba nadie más en el lugar, perfectamente se escuchaban y fuera de eso, el eco ayudaba otro poco. "Quiero decir, si BaekHyun se expone más a otros seres como nosotros, o quizá... que esto nos afecte a largo plazo por nuestros propios ciclos animales que han sido encarcelados."
"No estoy muy seguro, pero... creo que algo es posible. Más que pensar que BaekHyun pueda despertar algún ente maligno dentro de nosotros, temo porque en cualquier momento él explote con el que lo está gobernando y..." JongDae aleteó hasta bajar a los pisos de mármol blanco, en donde lo vio sacudir la cabeza, ya más abrazado a su libro. "Ese Mono no sea el único que venga ahí. Temo mucho descubrir que BaekHyun solo sea el vínculo de todos estos antiguos animales que existieron antes de nosotros."
Eso fue lo que puso más presión en un punto. Bien creían que el Mono era el que estaba haciendo esos ataques al Toro en el espíritu de BaekHyun, pero imaginar que el Mono solo fuera el primero de muchos, de los otros once animales que existieran, como si BaekHyun fuera esa llave a su cárcel por la desconexión que tuvo con sus diosas sonaba... espantoso.
No solo por la guerra que vendría, sino el daño en BaekHyun. ChanYeol solo se podía imaginar su sufrimiento. Necesitaba actuar de alguna manera antes de que esos temores realmente se cumplieran.
"Vamos a encerrar a ese Mono de nuevo, restaurar el Toro en BaekHyun y jamás permitir que alguno de esos animales ancestrales vuelva a salir por ningún medio."
ChanYeol lo dijo muy en serio. Después de trabajar duro, recopilar toda información necesaria y prepararse para lo que se vendría, no dejó otras ideas al aire. Era lograr lo que se estaba proponiendo y no había un si ni un o que lo negara.
Un ritual era lo que se venía. ChanYeol tenía que realizar un ritual con BaekHyun para hacer todo lo propuesto. Por más que JongDae lo hubiera ayudado hasta el momento, descubrieron que igual no importaba si tuvieran más personas con ellos o no, porque el ritual sería más fácil de cumplirse si se llevaba a cabo entre dos. El afectado y el que fuera a llevarlo.
JongDae estaría ahí, claro, y les había proporcionado un buen lugar para evitarse daños a la civilización de salirse algo de control (que no iba a pasar o... eso ChanYeol se decía), pero no podría intervenir a menos de que el ritual se rompiera.
"Entonces, ¿vamos a llamar al Mono nosotros? Como si fuera... ¿qué? ¿Un exorcismo? Porque ya en este calabozo como que estoy sintiendo esa vibra," BaekHyun preguntó, sentado sobre sus talones, mientras JongDae y él se encargaban de terminar de conjurar el eneagrama a su alrededor.
Entre rezos a sus diosas, cada uno al frente y detrás de BaekHyun, habían traído los tomos necesarios para elaborar la protección del ritual entre cantos místicos de magia realmente antigua que llevó a dejarles ver ese círculo con nueve puntas en su interior para encerrar lo que representaban las nueve casas que iban mucho más allá del poder de sus diosas.
Esperaban manejar esa protección aun con el poder de su débil magia en el intento por balancear la de un dios pensando que la antigüedad de este crearía suficiente fuerza en su contra.
Al menos, en teoría, eso llegaron a rogar.
Lo del espacio que JongDae les había conseguido para hacer precisamente aquello y que BaekHyun recién lo mencionaba, bueno... era otra cosa.
"Por décima vez, BaekHyun, este no es un calabozo."
"¿No? ¿Y por qué demonios tienes celdas, viejas esposas y grilletes? Digo, considerando que vives en un castillo, quise suponer, pero si utilizas este escenario como para otras cosas un poco más turbias, quién soy para juzgar, ¿no? Yo solo..."
"En el pasado pudo ser un calabozo, pero ya no funciona de esa misma forma," JongDae le explicó con su tomo ahora cerrado. El canto acabó desde hacía unos segundos antes de que hablaran, y con la magia plasmada en el suelo, ChanYeol se agachó para tocar lo quemado que formaba su figura protectora en su intento de sentir el poder que emanaba de ella. Quizá más como para asegurar que de verdad tuviera algo mágico funcional. "Estas salas no habían sido abiertas desde hace más de un siglo quizá... por algo que las cosas se vean tan empolvadas y viejas. ¡Ni siquiera hay luz artificial! El fuego que prendimos lo demuestra. ¡Yo no utilizo esta sala para ninguna otra guarrada que te estés imaginando!"
"Bueno, yo solo decía, uno nunca sabe lo que otros guardan en su casa. No te tiene que avergonzar, si acaso te gusta el juego rudo..."
"Estoy así de dejarte realmente encerrado en esa celda."
"¿Amarrado por las muñecas? ¿Eso te pondría, Kim?"
"¡BaekHyun! Ya–"
"Parece que la protección del eneagrama está lista," ChanYeol interrumpió, y aunque bien pudo escuchar su charla, por su propio agrado la ignoró en lo que se enfocaba en mirar de BaekHyun hasta JongDae. El nacido alado flexionó un poco sus extremidades a su espalda ante su intento de regresar la seriedad al menos en lo que él la traía. "Necesitaré hacer el último canto de invocación sobre las palabras a mi madre Júpiter para que se active, pero puedo sentir su energía."
"Bien. Tocará hacer el exorcismo ahora."
"¿Sí es un exorcismo?" El taurino insistió en lo que se giraba del virgo hasta él. Con esos grandes ojos expectantes, ChanYeol entendió que su curiosidad no era fingida. Después de todo, con la poca energía que tuvo esos últimos días, mucho se perdió en su trabajo. Una que otra parte del proceso y este ritual podría no haberle sido explicado. Era justo que le dijeran algo ahora. "¿Debería preocuparme?"
"No en realidad, vamos a hacer esto de la manera más sencilla," ChanYeol enseñó al saber que JongDae no tenía las ganas de hacerlo. En general, imaginaba que lo mejor era que justo él se encargara. Considerada la idea de que todo esto siempre había sido su responsabilidad, ChanYeol no tardó en suspirar al meterse a ese círculo de protección y arrodillarse junto a BaekHyun para tomar sus manos como apoyo en lo que daba aquella seguridad de lo que harían (que, de alguna forma, él también necesitaba). "Se supone que al iniciar el ritual estaré llamando a tu espíritu para que tome presencia en este cuerpo físico. En estos procesos normalmente se esperaría que tu Toro fuera el que saliera, pero si consideramos que el Mono lo tiene encerrado y básicamente es él el que está ahora gobernándolo, lo más probable es que este sea el que salga. El Mono en tu interior ha estado buscando una manera de escapar. Él quiere gobernar tu cuerpo y hacerse presente en este mundo a través de ello, pero no es tan fuerte aún para matar al Toro en ti, y aunque ha ido recuperándose en lo que te desvaneces con tu energía robada, sigue tardando en ese medio. Deberá tomar al menos otro par de días para que lo consiga por completo. Abrirle la puerta de esta forma con el ritual acelerará las cosas."
"Él pensará que le estamos abriendo un portal para hacerse presente en este mundo, pero... en realidad, vamos a matarlo, ¿no?" BaekHyun completó como si quisiera entender por dónde iba su plan. Quizá se guiaba por lo que había captado de sus anteriores pláticas o por sus propias ideas. ChanYeol tuvo que sonreír porque la fe en BaekHyun era esplendorosa.
Sería un lujo pensar que pudieran matar a ese ente que estaba haciendo sufrir de esta forma al que comenzaba a querer, pero... no eran tan fuertes para algo como eso.
"No. Lo vamos a encerrar de nuevo. Con la invocación de mi Centauro voy a proclamar poder sobre él y meterlo en su prisión que está dentro del Reino de los Sueños. Esa misma prisión donde él tiene encerrado a tu Toro y le ha estado haciendo daño ahora mismo. Pienso que si soltamos al Toro y recupera un poco de energía mediante mi espíritu presente podremos unir fuerzas para retirar la del Mono. Reconectarás con tu lado zodiacal en ese preciso momento, por eso, necesito que estés muy consciente de lo que hacemos. Es momento de que todo lo que te enseñé se ponga en práctica: recupera tu espíritu, recupera tu fuerza y cuerpo, BaekHyun. Cuando el Toro sea libre, debes abrirte a la bendición de tu madre Venus para que consigas todo ese poder y magia de la que te has estado enseñando. Solo si eres lo suficientemente fuerte, podremos lograr esto. Yo estaré ahí contigo en todo momento para apoyar, pero al final... la situación recae en ti, porque solo eres tú el que podrá suprimir el poder del Mono o dejarlo gobernarte por completo."
"Y acabar con todos nosotros," JongDae concluyó lo que puso mucho peso en sus palabras.
Él podría haber dado un gran discurso ahora mismo en su explicación, pero esa simple frasecita lo dijo todo. BaekHyun lo miró tras un mínimo titubeo, y al apretarle las manos, asintió en sus decisiones.
"Muy bien, estoy listo."
"BaekHyun, no importa lo que pase, voy a estar contigo siempre," ChanYeol añadió, y sobre un beso que no le preocupó dar aun frente a los ojos muy abiertos de JongDae, ni por la torpeza que tuvo el gesto–¿no era ese como su segundo beso real?–, soltó al taurino sonriente.
Se paró solo unos segundos luego, y al hacerlo, aun en un asentimiento, observó a JongDae para asegurarle lo mismo. Estaban listos.
"Odnum la ragell arap ónigami ol retipúJ omoc odatneserper aes euq, roiretni im ne ongis la ocovni, nóiccetorp emrad arap avris odagroto ah em erdam im euq redop le euq," el canto fue dicho por su misma boca. A diferencia de sus encantamientos de antes, este llevaba mucho peso. Lo había aprendido de memoria, lo conocía aun antes de que lo hubiera visto entre los tomos que leyeron para preparar todo aquello. Era legendario, y más allá de eso, para cada nacido con estrella estaba seguro de que en algún momento podría ser necesario.
Invocar el poder de su signo representado en ese mundo venía con la idea de que podría haber una guerra, y si su poder venía para hacer un bien, sus diosas mismas aun sin bajar de los cielos deberían concederles su deseo. ChanYeol lo sintió, jamás le vino a la cabeza que se vería diciéndolo en algún momento de su vida, pero Júpiter lo había puesto en ese camino. Lo había preparado, y ahora su voz tomaba el tono de un dios para iluminar sus ojos de ese brillo morado que solo los que lo veían eran capaces de captar con destello a diferencia de él que entraba completamente en su elemento. A ese mundo ancestral.
Dirigido a BaekHyun, ChanYeol dio las últimas palabras del ritual.
"Odnum ortseun a sojo sut erba, suneV ed nóicaerc, ím a etenú. Olrecah a agnev oroT led utirípse le euq omalcorp omoc olbeup etse erbos áreac oruatneC le."
Eso fue suficiente para que una fuerza saliera del mismo BaekHyun. Se sintió como una onda volar. ChanYeol tambaleó sobre su posición, y vio cómo BaekHyun se inclinó sobre su espalda en lo que exponía su pecho cubierto por esa camisa blanca brillante que solo resplandeció bajo su capa verde colgada al ver cómo una luz surgió del medio.
Sus ojos se volvieron blancos, un humo parecía salir de ellos, pero no era marrón como el de sus encantamientos. Este era... rojo.
El brillo se intensificó a su alrededor. ChanYeol captó cómo el eneagrama dio su uso en ese momento cuando el círculo que se dibujó a su alrededor alzó una luz dorada junto a ellos, y detrás pudo captar a JongDae que empezó a recitar todos los encantamientos de protección que pudo a la velocidad de segundos en su intento por cubrirlos, porque ese poder... esa fuerza que comenzaba a sentir rozar su exterior se notaba grande.
ChanYeol se alzó ligeramente en vuelo. Su cabello levitó como si la gravedad se hubiera perdido, y aunque fueron solo milímetros, ya no sintió sus puntas en el suelo. Era producto de estar uniéndose a su signo. El Centauro estaba dominando su cuerpo, y aunque la magia pudiera hacerse presente en su mundo, no lo hacían por completo. Eran más como espectros. Necesitaban estar dentro del Reino de los Sueños para verlos en su totalidad.
Ahora mismo, esa expresión de JongDae que abría la boca sorprendido decía solo cómo estaba viendo la enorme figura que él sentía sobre sí formada por estrellas en la constelación de su madre Júpiter. El Centauro triplicaba su tamaño y se representaba sobre él con un poder igual al que lo hacía esa figura que iba saliendo del mismo interior de BaekHyun.
No era nadie más que el Mono, aun sin la risita grave y tormentosa que soltó BaekHyun para hacer temblar cualquiera a su alrededor, ChanYeol lo supo.
La sombra roja llena de detalles negros sobre él estaba tomando esa forma del animal. Tenía el mismo tamaño de su Centauro, pero cada característica era tan distinta. Donde las estrellas del Centauro brillaban con su arco y flecha, el Mono las ennegrecía. Más allá de eso, su Centauro era un ser etéreo, mientras el Mono se veía como uno sulfuroso. Traído desde un mismo infierno.
"Vaya, mira nada más, si es el hombre al que advertí durante tanto tiempo," esos fueron los labios de BaekHyun que se movieron, pero la voz que vino en ellos no sonó en nada a la suya, era muy grave, suave, casi seductora, por más que nada en ella le gustó. Mientras BaekHyun hablaba y se movía para verlo directo, su figura animal también se movió en sintonía, era parte de su representación. Ellos eran como títeres en este momento, movidos por aquellos seres místicos. Si ChanYeol hablara, el Centauro también lo imitaría, pero al final era al revés. El Centauro y el Mono eran quienes actuaban, no ellos. ChanYeol frunció el ceño de cualquier modo, consciente de que él quería hacerlo como su signo del zodiaco. Definitivamente habían logrado una parte del ritual, trajeron al Mono a su mundo, ahora tenían que encerrarlo de nuevo. "¿Acaso no te quedaron claros los sueños, estrellita?"
"Si algo hicieron tus actos fueron darme más fuerza para llegar hasta aquí y recuperar lo que es nuestro. Suelta a este hijo de mi hermana y seré compasivo contigo. Si te rindes, ninguno de los dos sufrirá como antes."
"Antes... ¿te refieres al antes cuando tú y tus asquerosas hermanas nos esclavizaron a mis amigos y a mí? ¿A cuando fuimos obligados a abandonar lo que por tanto fue nuestro y nos lo arrebataron?"
"Sabes las razones de tu encierro. Si fueras un ser justo, podrías entenderlo."
"Lo único que entiendo aquí es que ustedes siempre han sido seres que desean monopolizar el poder. Lo quieren solo para sí, y al no obtenerlo en otros lados, decidieron irse contra nosotros."
"No he venido a discutir contigo algún perdón. ¿Estás negando mi benevolencia hacia ti?"
"Ninguno de los dos vino a discutir, eso estuvo claro," BaekHyun respondió al tiempo de pararse. Con esa sonrisa sádica en su rostro, ChanYeol vio cómo de sus dedos crecieron garras como si fueran una parte oculta de su cuerpo. ChanYeol convocó su arco y flechas mágicas. Tenía que luchar contra BaekHyun, y solo había un modo de hacerlo.
"Te vas a arrepentir de esto."
"Veremos quién dice lo mismo al final de todo," el grito que soltó le trajo a ChanYeol un brinco que lo tomó desprevenido. Esperaba el ataque de BaekHyun, pero no de esa forma.
Cuando creyó recibirlo por debajo, en realidad vino hacia arriba, y eso dejó que su tiro ni siquiera pudiera lanzarse en la dirección recalculada, en su lugar acabó por encontrarse el cuerpo menudo del taurino sobre él. Ambos pegaron contra la muralla protectora del eneagrama. Como si estuvieran encerrados en una habitación, el brillo se intensificó al igual que los coros de JongDae para elevar más el poder desde aquella zona evitando que alguno rompiera con su fuerza la pared.
No dejó que quedara mucho tiempo en ese mismo estado, por más que BaekHyun le rasguñó la cara hasta hacerlo sangrar y sus garras fueron a su pecho donde gritó el dolor físico que había, consiguió que lo empujara. A la vez, el Mono sobre ellos cayó y fue golpeado contra la misma muralla donde el Centauro lo mandó a volar, antes de que preparara su arco y flecha en su contra.
"No vas a matarme con eso. Aprecias mucho este cuerpo físico para querer hacerlo," BaekHyun escupió, lo que hizo que ChanYeol sonriera.
"Tienes razón, jamás dañaría a BaekHyun," eso lo dijo por sí mismo, pero nada quitó que la flecha fuera lanzada en contra del Mono, sobre el hombro de BaekHyun. Donde se escuchó un llanto animal. "Pero no estamos ahora mismo en un mundo físico."
"¿Cómo...?"
"Bienvenido al Reino de los Sueños, Mono," el canto de JongDae se escuchó más fuerte tras decirle aquello, y aunque fue tarde para notarlo, BaekHyun lo miró en lo que se daba cuenta cómo su voz se había vuelto más distante y hasta aguda para perderse.
No solo estaba haciendo un canto por su protección, los estaba mandando al mundo que ambos pertenecen. Habían estado en ese punto intermedio con su representación, él lo había iniciado para traerlo fuera, pero JongDae lo había concluido desde afuera para insertarlos de vuelta por completo.
"¡NO!" BaekHyun gritó, por más que fue tarde. Al desaparecer del calabozo en el que la luz era poca, se encontraron juntos en ese mundo blanco. Libre de cualquier otro ser y espectro.
Las paredes a su alrededor y los pisos se habían desvanecido, todo era uno mismo, y ellos estaban en medio de aquello. En todo ese blanco. Sin eneagramas ni murallas que pudieran restringirles un espacio. Era infinito, porque estaban en una protección dentro del Reino de los Sueños.
"Me engañaste."
"No tenía otra opción."
"Nunca la ha habido con ustedes. Eso no importa, aquí es donde tengo más poder," a su derecha, ChanYeol vio cómo apareció una jaula con la propia invocación del Mono. Alejado de ellos, sus ojos se suavizaron cuando pudieron ver al Toro malherido, encarcelado y lleno de ese llanto que solo ellos podían entender por el lazo que tenían. Más que solo por su relación con BaekHyun. "Puedo sacarlo de ese."
El fuego apareció tras decirle aquello. A ChanYeol no le preocupó, sin importar que el Mono comenzara a lanzar bolas de fuego en contra de él, pudo restarlas con sus propias flechas, y en algunas de esas, las apagó en un soplo, con golpes que dieron sobre sus pezuñas alzadas se apagaron. El Centauro era capaz de controlar el fuego también.
A diferencia de cualquier ser humano o ellos mismos como nacidos con estrellas, ahora que estaban vinculados a esos dioses místicos en su máximo poder, la magia ya no era restringida para ellos en ese mundo. Su misma imaginación les ayudaba a crear sus propios escenarios, y trajo en sí una batalla que empezó de ese modo.
El Mono lo entendió un poco tarde, tras recibir un par de ataques que se le fueron al revés, con golpes que quemaron su propia piel, lo hicieron sudar y hasta jadear sobre un intenso dolor, se le ocurrió convocar otro elemento.
Eso fue malo, porque ChanYeol sobre el poder de Júpiter solo tenía el fuego, pero según lo investigado con JongDae, los animales tenían más de uno... el Mono en BaekHyun podía controlar el fuego y... el agua. En su invocar una tormenta, apagó todo el fuego a su alrededor, y si en algo lo quiso atacar, ChanYeol recibió al poco rato esa inmensa ola que lo hundió por completo.
Tuvo que conjurar otro encantamiento para evitarse morir ahogado, pero en el mundo de los sueños todo era tan distinto. Estaba abierto a la imaginación, por más que no salieran de aquel escenario blanco, podía transformarse de ser un cuarto envuelto en llamas, hasta un bosque bajo lluvia y luego un barco naufragando por las olas que lo habían destruido. La magia y la imaginación eran una misma ahora. Ahí estaba ChanYeol, en donde recuperaba el aire al subirse a su mero pedazo de madera que quedaba mientras el Mono y BaekHyun bajo él se alzaban en vuelo donde más pegaba la tormenta para observarlos resurgir de las aguas turbulentas.
"¿Ya te empezaste a arrepentir de lo que has hecho?"
ChanYeol no lo escuchó, en su lugar, cambió esa lluvia de agua por flechas, y al dirigirlas todas sobre el Mono, se dio el tiempo para salir de ese mar hasta correr de vuelta en la nada blanca a donde el Toro estaba encerrado. Si tan solo lo alcanzaba y pudiera liberarlo...
"¡Argh!"
Las flechas salieron disparadas del cuerpo de BaekHyun. Por más daño que le hicieron, aun encajadas en sí, un escudo lo había detenido del contacto directo, y al empujarlas fuera, ChanYeol cayó por la onda que las mandó lejos hasta desaparecerlas de ese mundo.
Su brazo había quedado estirado en dirección del Toro... sin tocarlo.
"Tú no sabes jugar. Esta es una batalla de dos, no debería haber ningún tercer invitado."
"El que no sabe jugar eres tú. Perdiste hace mucho, y no has podido entenderlo, tienes que volver y lastimar a otros para recuperar la victoria que nunca te perteneció. No eres un dios, eres solo un animal desterrado," ChanYeol reclamó al voltearse aun en el suelo. BaekHyun caminó hasta él sin molestarse de estar sangrando en su otro brazo contrario al hombro que ya había herido. Alguna flecha debió traspasar o evitar el escudo antes de ser conjurado por completo. Le había hecho una herida, era una ganancia.
Aun cuando él tampoco se viera mejor, con su ropa y capa moradas mojadas y sangrantes de los rasguños anteriores, se jactaba de creer que pudiera cansarlo.
Después de todo, no podría obtener el poder del Toro por siempre, ¿no? Necesitaba a BaekHyun porque su representación en el mundo físico no se había completado. Si mataba al Toro por uso de magia que no iba sobre sí sino hacia otros, mataría a su anfitrión y volvería a quedar encerrado ahí sin cumplir su propósito. Necesitaba su energía para recuperarse él, no atacar a otros.
Quedarse sin ella por usarla en esa batalla no le daría suficiente energía para salir del Reino, y eso seguro que él lo sabía, ya habría acabado con el Toro para irse contra él si fuera otro caso.
"¡Yo soy un dios! Soy un maldito dios, mientras tú solo eres un punto en el cielo..." con cada paso, ChanYeol vio aparecer un bloque de tierra junto a él. Tuvo que rodar para evitar que lo golpearan, y aunque uno sí le dio en el dorso de su cara, previno mejor los siguientes hasta lograr pararse. "... perdido entre el vasto mundo que hay aquí en mis tierras."
Sobre sus pies, ChanYeol tomó su arco y flecha otra vez y disparó. Pero no le dio a BaekHyun. Al tenerlo fijo sobre él, fue difícil que le diera, y en realidad...
BaekHyun rio, divertido justo por el acto.
"Fallaste."
"¿Eso crees?" No le preocupó su expresión consternada cuando chifló con dos de sus dedos sobre su boca. Al traer de regreso su flecha, despreocupado de que BaekHyun se agachara para evitarla, la dejó irse lejos por detrás de él a donde esperaba que llegara.
"¡No!" Fue tarde para que BaekHyun hiciera algo sobre eso. La flecha había impactado sobre la prisión del Toro y al explotar en un río de estrellas, los barrotes cayeron como un peso muerto en lo que esa energía era revitalizada.
El Toro recibió el brillo que bajó de la explosión sobre él, y ChanYeol se abrió para que de su Centauro se halara energía en la recuperación de su hermano. El Toro obtuvo lo que necesitaba. Lento, de vuelta en sus patas, ChanYeol dio una última oración, aunque fuera en su mente.
«Este es tu momento, BaekHyun».
El Mono no se detuvo a pesar de eso. Enardecido, plantó sus manos en el suelo y mandó ráfagas de agua en contra de él. Troncos frondosos se impusieron a su alrededor como barreras, madera se entrelazó una junto a otra y hasta bloques de tierra impusieron una nueva prisión. Sin embargo, nada detuvo lo que vino con el Toro.
Cada pared impuesta las destruyó. ChanYeol vio cómo ese espíritu café atravesó una a una todas estas hasta que se fue acercando a ellos, y en su temor, BaekHyun abrió los ojos, se paró y se fue hacia atrás de inmediato.
Iba a huir, seguro, porque ya no estaba halando el poder del ser de Venus. BaekHyun estaba reconectando con ella.
"¿Adónde crees que vas?" ChanYeol alzó la pared de fuego frente a él, y aunque bien pudo apagarlo, la sorpresa trajo al Mono hacia atrás, sobre su trasero. En sus pies, ChanYeol se acercó con el Toro a su lado, solo para acorralar juntos a ese animal rabioso. "¿No se suponía que este era nuestro juego? ¿Por qué te vas sin haberlo terminado?"
"Todavía tengo posesión de tu niño precioso," BaekHyun clamó aun a nivel de sus pies, y aunque eso le hizo pararse, más lo miró analítico. Bien sabía que un animal amenazado era el peor peligro de todos. "Me llamaste a mí cuando hiciste tu ritual asqueroso. El Toro no pudo reclamarlo entonces, ¡yo sí! Este hombre es mío ahora. Si me haces daño, le haces daño a él, ¿lo sabes?"
"No en el mundo de los sueños."
"¿Eso crees? ¿Crees realmente que todo lo que ha pasado aquí no se está reflejando allá afuera?"
ChanYeol lo dudó. Por un segundo comenzó a preguntarse si era posible. Después de todo, algunos sueños podían ser demasiado vívidos, y si alguno de los dos se equivocaba en algo, quizá habían vuelto ese sueño en uno astral para...
Fue un error distraerse con aquello. El Mono solo lo había engañado. Tras usar su propio ingenio en eso, ChanYeol no captó el momento en el que BaekHyun plantó sus manos sobre el suelo de nuevo, e invocado ese otro elemento que salía de su control, vio cómo una sustancia dorada empezaba a rodearlos. A él y al Toro.
No solo era caliente y grumosa como la brea, sino que mientras más crecía, más se iba endureciendo. ChanYeol sabía lo que era esto, era oro.
"¡Detente! Libérame ahora mismo. Por el poder que tengo en este mundo, ¡te lo orden–!" No hubo modo de que él o el Centauro dijeran nada más. Envuelto hasta el cuello del oro impenetrable, ChanYeol vio cómo el Centauro cayó atado por sus propias estrellas que le daban luz hasta tirarlo.
Igual que el Toro, y él calló en sus gritos porque el oro rodeó hasta su boca. BaekHyun acababa de pararse otra vez por eso.
"¿Ordenarme tú? ¿Qué es lo que piensas ordenar de este modo? No importa lo que hagan, las cosas ya han sido escritas. Yo y mis hermanos siempre debimos tener estas tierras, esta gente y este mundo. Sin importar lo que ustedes quisieran hacer entonces, reclamaremos nuevamente lo que fue nuestro. Y me verás hacerlo, seré el primero en regresar la gloria a nuestras manos. Tan solo tengo que salir de aquí, reclamar a este anfitrión como mi súbdito, y encerrado tú junto a ese animal falso, ambos morirán sin ver lo hermoso que será revivir a mis hermanos en cada uno de ustedes, y matar en venganza a sus diosas tras lo que nos hicieron a nosotros," con sus garras aun expuestas, ChanYeol pudo sentir sobre su piel estas clavarse en ese grito que él no soltó por su impedimento por más que estuviera aullando de dolor. "Cometieron muchos errores al meterse con nosotros, pero el peor de ellos fue creer que solo encarcelarnos iba a ser su solución a nuestro dominio."
Al soltarlo, le dio la espalda, pero esta vez no fue para huir de su lado. En realidad, se alejó solo unos pasos para verle forzar con sus propias manos una apertura en aquella pared blanca inexistente. Por más que ChanYeol hubiera hecho junto a JongDae aquella protección inevitable de romper, sabían que era difícil luchar contra la fuerza de un dios. Se estaba abriendo un hoyo, y este mismo, cuando fuera lo suficientemente grande, iba a permitirle al Mono salir del Reino de los Sueños.
Retomar su control en BaekHyun, como lo dijo... iba a estar en su mundo para siempre.
Con todo su poder, intentó escapar de esa prisión sobre el oro en el que lo puso; sin embargo, fue tan complicado. El metal no le era algo conocido como los naturales. Invocar su arco y flechas era inútil, estaba gastando su fuerza en lanzarlas porque no daban suficiente para destruirlo, y como había compartido poder con el Toro ahora no tenía suficiente para irse sobre el Mono.
Debía liberarse, porque ese oro alrededor de él lo estaba consumiendo. Seguía encerrándolo en una prisión de cuerpo completo. Pronto ya ni vería al Mono en BaekHyun salir de ese Reino de los Sueños, y habría cumplido con lo que le dijo.
Por un segundo, cuando ChanYeol inició a perder visibilidad, pensó que ese era el fin. Habían llegado demasiado lejos, hicieron todo lo que hubo. Dio mucho de sí, y en realidad hizo más de lo que se imaginó para creer que no había dado esa lucha que su diosa le había impuesto.
No obstante, todos sus sueños se lo habían dicho hasta el momento. Siempre hubo un mal agüero en cada uno de ellos. La catástrofe venía junto a sí, estaba predispuesta como muerte, dolor, traición y desastre. ¿Cómo iba a ir en contra de eso? Tal vez ese fue realmente su destino: morir como un héroe. Pensar que había dado suficiente en su lucha, pero ese solo era el inicio de una batalla que alguien más tenía por librar.
Tal vez cuando las diosas regresaran a su pueblo... cuando los otros diez nacidos con estrellas supieran de lo que le ocurrió y vieran la gravedad que había en su lucha, tomarían su sacrificio como la inspiración para lanzarse a ganar la batalla.
Era solo una pieza en ese juego de ajedrez, él había sido el peón sacrificado para lanzar su caballería, y sonaba bastante bien, lógico incluso, aunque no le tocara ver la victoria de nuevo, la esperanza de creer que llegaría tras su propio error podría hacerlo sentir en paz e irse tranquilo.
Si tan solo hubiera llegado ese mismo momento. Antes de que el oro lo envolviera por completo, ChanYeol sintió un pinchazo en su espalda. En realidad, fue más como un impacto, y al ver cómo era empujado hacia el suelo en esa sustancia que se desmoronaba como hielo derretido, recuperó algo de oxígeno para alzar el rostro, respirar y entre parpadeos ver cómo el Toro estaba frente a él de nuevo lleno del mismo oro sobre él, pero... ¿qué era eso? ¿Se había escapado de su propia prisión?
¿Cómo?
"No deberías preguntar el cómo cuando no importa nada más que el haberlo hecho. Me dijiste que era mi momento, ¿no?"
"¿BaekHyun?" ChanYeol preguntó recuperada esa voz que había extrañado tanto. Ante él ese Toro marrón se convirtió de a poco en ese hombre que él podía tan bien reconocer. No era el mismo BaekHyun, porque en realidad ese del que hablaba estaba aún a unos metros abriendo esa brecha forzada con un humo negro y rojo saliendo junto a él que era gobernado por la figura del imponente Mono. El BaekHyun que tenía frente a él era solo un espíritu. Era el mismo Toro que había visto, pero estaba tomando la figura del taurino, por algo que se viera un poco transparente, incoloro y poco sustancial. Por más que aun eso no quitara su belleza, la sonrisa que le dio con reconocerlo le dijo a ChanYeol que él estaba dejando fuera esos pensamientos del Centauro porque definitivamente ya no lo veía como un hermano, era solo BaekHyun.
El hombre que había besado y le gustaba tanto.
"Párate de ahí, deja de verme a mí y detén a ese maníaco antes de que traiga el fin del mundo a nuestras constelaciones, ChanYeol."
"BaekHyun, pero yo... no puedo detenerlo, no sé... estoy débil, y él..." al mirarlo, ChanYeol vio cómo abrió por completo esa brecha. Acababa de romper la protección de JongDae. De a poco las paredes blancas a su alrededor comenzaron a desvanecerse y eso solo le dijo una cosa: el Toro quedaría encerrado en el Reino de los Sueños otra vez, este BaekHyun iba a desaparecer en su nueva prisión, y el Mono iba a obtener lo que deseó. Si le hacía algo ahora mismo, mientras caía la ilusión del mundo de los sueños... le haría un verdadero daño a BaekHyun. "No..."
"ChanYeol, tienes que detenerlo. No importa cómo lo hagas, solo hazlo. No puedes permitir que regrese a nuestro mundo. Tienes que matarlo."
"BaekHyun, si lo hago, ¡eso va a matarte!"
"Sí, pero no dejarás que ese bastardo nos gobierne," se habían desvanecido por completo esas paredes, el eneagrama tumbó las murallas doradas que los estaban protegiendo. Como resultado hubo un golpe tremendo que azotó contra JongDae, y mandó al virgo volando lejos de ellos. El camino estaba libre para que el Mono fuera a ocupar su lugar en su anfitrión, y el espíritu de BaekHyun se desvanecía rápido, más de lo que antes entre parpadeos. Aun en su sonrisa débil, ChanYeol abrió la boca como si quisiera decirle algo para negarse a su petición, pero él ganó con sus palabras. "No hagas que me arrepienta de darte mi primer beso."
Fue lo último que le escuchó decir, y cuando desapareció como el humo de un cigarrillo, ChanYeol solo se quedó arrodillado a menos de un metro de ese espíritu de Mono que tomó posesión del cuerpo de BaekHyun. Ya era tarde ahora. El animal había conseguido lo que buscaba, y él...
Tenía que cumplir una misión.
Cuando el Mono se giró en completa posesión del cuerpo de BaekHyun, ChanYeol gritó antes de sacar otra flecha de su carcaj, y sin preocuparse por ponerla en el arco, dejó que diera contra el abdomen contrario.
Entonces, la sonrisa del Mono se perdió. Sobre una mano temblorosa, ChanYeol miró directo a los ojos negros de BaekHyun para hacer lo que le había pedido. Encajó mucho más profundo su arma sobre él y al moverla en lo que pudo hacia la derecha se aseguró de lo que buscaba.
BaekHyun abrió la boca como si fuera a decirle algo, pero fuera el Mono en ese momento o no, el resultado fue el mismo. Nada salió porque de su boca cayó un salpicadero de sangre que lo terminó llevando al suelo.
ChanYeol lo imitó, aunque más lo hiciera para sostenerlo. Sonaba estúpido que si había dado el tiro de gracia sobre aquel ser maligno, fuera él quien decidiera cargarlo entre sus brazos, sin embargo, ChanYeol sabía muy bien lo que estaba haciendo.
Después de todo, matarlo había provocado que esa aura pesada en él se hubiera extinguido. El Mono había sido eliminado, bien lo podía sentir, ahora lo que quedaba en ese cuerpo frío, sangrante y de ojos caídos era el mismo ser por el que había podido sentir algo por primera vez.
En consecuencia, sus lágrimas salieron luego de unos segundos.
"BaekHyun..." ChanYeol musitó bajito, y lleno de temblor en todo su cuerpo, quitó su mano de la flecha clavada en su interior, para pasarla al rostro que manchó con su propia sangre que le había escurrido. "BaekHyun..."
No tuvo respuesta a ninguno de sus llamados, porque BaekHyun se había perdido. Si creyó ver cómo esbozaba una sonrisa al lograr enfocarlo, la perdió cuando notó caer su primera lágrima y volver sus ojos al cielo. Fue ahí donde ChanYeol soltó el río de las propias y los gritos desesperados que hasta arriba debieron escucharlo.
Porque no se preocupó de lo que estuviera haciendo, abrazado a BaekHyun y traído su rostro sobre su hombro, ChanYeol sollozó como nunca la pérdida de su primer amigo y su primer amor... por su propia mano.
El asunto fue que eso no duró demasiado. Por más que ChanYeol quisiera quedarse ahí por siempre, abrazado en todo momento al taurino, al final supo que las estrellas reclamaron lo que era suyo y en un parpadeo, el cuerpo de BaekHyun comenzó a perder volumen. Su piel ya no se sintió junto a la de él, su peso se perdió de a poco, y cuando miró entre sus lágrimas, captó cómo el cuerpo de BaekHyun se estaba desvaneciendo en un mar de estrellas que se elevaban hacia el cielo.
Nada le quedó en sus manos. Ni siquiera el arma con la que lo atacó, todo eso fue desvanecido, y él quedó en medio de la nada misma con tanto sentimiento.
"ChanYeol..." JongDae se recuperó solo unos segundos más tarde, al sostenerse por una esquina para intentar reincorporarse, sobre sus ojos empapados lo vio con una herida fresca que sangraba por el lateral de su cabeza, pero no le dijo mucho. El virgo parecía entender lo que había pasado.
Y si quiso o no consolarlo sobre eso, tampoco pudo porque entonces... cuando ChanYeol cerró los ojos fuerte en su dolor, al abrirlos otra vez ya no estaba en ese mismo calabozo.
Eso lo dejó mudo. Cortó todos sus llantos, ya que le dejó ver ante él un inmenso cielo que no estaba esperando iluminado por infinidad de estrellas en la noche.
ChanYeol parpadeó, y sus labios fueron relamidos, mas, aun siguió sin nada que decir ante lo que estaba viendo. Era...
"Hermoso, ¿no lo crees?" Junto a él apareció una inmensa mujer que nunca había visto. No realmente, porque si ChanYeol tenía que decir, su representación siempre había venido de un animal con cuernos muy voluminoso. Verla ahora en una capa verde con una piel morena llena de pecas blancas casi como si tuviera vitíligo junto a unos cuernos que resaltaban entre cabello negro y ruloso le hizo quedar estupefacto. Aun cuando no se lo dijo, ChanYeol lo supo ahí en ese momento: estaba junto a una diosa, Venus. "Si tan solo la noche se viera siempre así para ustedes. Pero no pueden verlo, porque hacerlo les diría que están en el paraíso. Es así cómo se ve el firmamento cuando has pasado a tu siguiente vida, ¿lo sabías, ChanYeol?"
"¿Eso quiere decir que estoy muerto?" ChanYeol preguntó, sin preocuparse por saber cómo se suponía que le hablabas a una diosa zodiacal. Quizá no dar reverencias, saludos apropiados o siquiera hablarle de usted fuera todo menos lo esperado. Sin embargo, si ChanYeol estaba ahí con ella en la suposición de que había llegado su muerte, ¿qué le quedaba temer? Lo había perdido todo, ¿no lo dijo? A BaekHyun... y ahora su vida, aparentemente. "¿Es este mi castigo por matar a tu hijo?"
"¿Matar a mi hijo?" La diosa lo miró sobre el hombro, y aunque fuera mucho más alta que él, ChanYeol en ningún momento se sintió inferior. Por más que siguiera sobre sus rodillas, era como si ellos dos fueran viejos conocidos. La risa de la inmensa mujer casi se lo confirmó. "ChanYeol, ¿por qué habría de castigarte al hacer algo como eso?"
"Yo..."
"Hiciste lo que debías hacer, incluso BaekHyun mismo te lo ha pedido. Ambos sabían que este era su destino. Él lo entendió tan bien, aun después de haber estado en las sombras durante todo este tiempo que desconectó conmigo, aceptó esto y ser parte de nuestro hermoso firmamento," fue ahí cuando ChanYeol volvió a mirar al cielo.
Ahora que podía ver mejor cesado su llanto, se dio cuenta de que esas tantas estrellas que estaban ante él no se habían quedado estáticas en ningún momento. En realidad, se estaban moviendo, cada una de ellas porque... eran personas. Gente que iba de un lado a otro en un mismo pueblo. Había desde niños hasta padres, madres, animales y adultos mayores. Personas de todas las edades y cada uno de ellos llevaba algo representativo a lo de su pueblo.
ChanYeol no reconoció en ninguno de ellos a BaekHyun, pero comprendió bien lo que Venus le había revelado. El paraíso, le había dicho.
Era ahí a donde llegaban al morir... a ser parte de ese hermoso firmamento, donde estaban sus verdaderas constelaciones.
"¿Qué hago aquí si no estoy muerto?"
"Comienzas a hacer las preguntas correctas. No estás aquí por ningún castigo, ChanYeol. Estás aquí porque tengo que felicitarte tras haber cumplido tu misión. Sé que mis hermanas y yo les hemos puesto mucho peso en sus hombros, pero deben entender que para eso los hemos creado a ustedes. No podemos llevar todas las batallas por nuestra propia mano, si hubiera nuestra intervención en cada mínimo asunto que involucre algo místico, bien podría el mundo ser un campo de batalla celestial, y con el poder de unas diosas comparado al que les hemos dado en menor tamaño a ustedes, eso daría mucha más destrucción antes que armonía como siempre la hemos buscado."
ChanYeol apreció la explicación. La verdad sí le había quedado una espinita de saber que las diosas no se hubieran involucrado tan directamente en esto que parecía de gran calibre. Por más que estuvieran ocupadas con otros asuntos en distintos pueblos, pensar que algo como el posible inicio del siguiente fin del mundo recayera en él lo había descolocado demasiado.
No obstante, sus diosas eran sabias, y ellas debían saber que no tendrían razones de dejarlos solos si no supieran que podían con algo como eso, aun... con alguien como un dios animal que hasta entonces le había sido desconocido.
Suponía que ya aclaraba más esa razón de ser nacido con estrella en ello, ¿no?
Esa paz y luz que traería al mundo...
"Bueno... gracias por... tu felicitación, eh... ¿debería recibir un abrazo de tu parte o...? ¿Voy a ver a mi madre Júpiter ahora?" Preguntó, un poco conflictuado, porque ya no sabía cómo proceder ahí.
Con la risita que soltó Venus debió entender la vergüenza que hacía de sí mismo, como si ChanYeol no estuviera acostumbrado a eso. Debía ser como su pasatiempo favorito.
"Júpiter está muy ocupada ahora para verte, ChanYeol, lamento que tengas que irte sin hacerlo, pero debes saber que ella siempre está contigo. Aquí y en tus sueños," él asintió. Claro, a Júpiter podía sentirla siempre junto a él, en su interior, en la magia que estaba dentro de sí mismo. "En realidad, tras haberte dado mi felicitación a nombre de todas mis hermanas como propia, hemos concedido que obtengas un regalo celestial por el valor que tuvieron todas tus acciones. Las diosas y yo hemos decidido que podríamos concederte un deseo sin más mínimas restricciones. Bien merecido por haber vuelto la armonía a nuestro mundo."
"¿Un deseo?" Repitió, y tras su asentimiento, ChanYeol se paró un poco recompuesto ante esto. "Sin ninguna restricción, ¿eso quiere decir que puedo pedir cualquier cosa?"
"Incluso lo imposible. Si deseas tener el completo poder de un dios y ser parte de nuestro firmamento, gobernar junto a nosotras los millones de mundos que existen, podemos concederlo."
"Ser un dios..." ChanYeol dijo, sorprendido, y aunque la belleza de este firmamento mencionado lo deslumbró, la verdad fue que todo se hundió cuando se dio cuenta de algo. "¿Y eso dónde deja a BaekHyun?"
"¿BaekHyun? ¿Dónde más quieres que lo deje? Él también cumplió su misión, y ahora celebra su victoria junto a los suyos que han pasado a otro mundo. Está ahora mismo gozando de la dicha que es volver a ver y abrazar a su hermano. No hay regalo más precioso que regresar a donde hemos venido, su deseo está cumplido. Está en el paraíso."
Fue ese el momento en el que ChanYeol vio las estrellas de nuevo. BaekHyun estaba ahí entonces, estaba... con su hermano. Junto al hombre que en verdad lo amó y se preocupó por él, estaba con su querida familia.
Una última lágrima cayó por su mejilla de solo imaginarlo, mas, rápido la limpió.
Tenía que recomponerse. La diosa lo estaba esperando. ¿Qué deseo iba a pedir en ese caso?
ChanYeol no podía pensar más que en una sola cosa.
"¿Sería muy egoísta de mi parte pedir que BaekHyun vuelva al mundo conmigo?" La diosa inclinó la cabeza como si tuviera sus dudas. "Sé que me has dicho que está recibiendo su propio deseo en este momento, pero yo... no puedo pensar en volver a mi mundo de ninguna otra manera si no es junto a él. Lo que sea que haya en los regalos celestiales, ser un dios, obtener más poder, vivir en un mundo lleno de paz y armonía que parece inconmensurable aun con el poder de todas ustedes junto, suena vacío si es que él no está presente. BaekHyun es mi amigo... es mi único amigo, y yo... creo que soy más que su amigo para él."
"¿Ese es tu deseo entonces? ¿Recuperar a tu amigo?"
"Recuperar al ser que sé que puedo llegar hasta amar. Si eso es imposible de cumplir, mi deseo es que me permitan ir arriba con él. No quiero nada más que estar a su lado de nuevo."
"Me alegra escuchar eso," Venus le dijo, y al moverse solo un poco, vio cómo junto a ella apareció ese ser del que había hablado. "Porque él pidió lo mismo que me has dicho."
"¿BaekHyun?"
"Hola de nuevo, único amigo," no le importó la broma en aquel saludo. ChanYeol se lanzó hacia él, y al llegar para abrazarlo entre un par de giros se alegró de escuchar esas risas que provinieron del otro, porque no pudo él más que contenerlas en su interior sobre esos mismos gestos. "Wow, alto ahí, no quieres que me vomite. Acabo de recibir un muy fuerte pinchazo en el abdomen, ¿sabes? Podrían salirse mis tripas por ahí o algo."
"No puedo creerlo, pero tú... ¿qué haces aquí? ¿Cómo...? Venus dijo que estabas arriba, con tu hermano, pero no..."
"Sí, en realidad, estuve ahí arriba por un rato. Y lo vi, hablé y me quedé un tiempo con BaekBeom, nos pusimos como con todo al corriente, ya que, verás, el tiempo pasa diferente cuando estás aquí a cuando estás abajo, pero creo que he estado suficiente con él para creer que me hacía falta algo, y bueno... he decidido regresar aquí a reclamar mi regalo celestial, ¿sabes? Suficiente para verte llegar aquí y recibir el tuyo en lo que decías toda esa cursilería por mí que, ugh, de verdad ChanYeol, ¿te dan un regalo celestial y tú decides revivirme? Eh, ¿no pensaste que podrías, no sé, pedir terminar con el hambre, eternas fuentes de energía renovables, evitar el calentamiento global o siquiera que EGGSO saque pronto nuevo disco con participaciones equitativas de los nueve miembros en una empresa que no sea asquerosa con verdaderas promociones?"
"No sé de qué demonios me estás hablando, y la verdad no me importa. A la mierda el resto del mundo, ¿qué caso iba a tener vivir en uno donde tú no estuvieras?"
"¿Por qué eres tan desastrosamente cursi? Comienzas a lanzar brillitos, ¿sabes? Como que estoy reconsiderando pedirle a Venus que mejor me regrese..."
"¡No! Es todo, te recuperé, y no vas a escaparte de nuevo. Puedes regresarnos ahora al mundo físico humano, Venus, muchas gracias por todo, nos veremos en los sueños," ChanYeol despidió forzado con mano movida frente a la diosa ante ellos, y aunque eso le trajo un golpecito por parte del que seguía sin soltar en su férreo agarre, no le preocupó cuando vio a la diosa reír.
De una u otra forma, BaekHyun lo dijera o no, sabía que estaban en el mismo punto.
"Está bien, sus deseos son mis órdenes. Otra vez, agradecemos su eterno apoyo a nuestra causa, hijos nuestros. Sepan que la protección de las diosas zodiacales estará siempre sobre ustedes, y cuando sea necesario, esperamos volver a contar con su ayuda."
"Sí, esperemos eso tarde un buen rato en pasar de nuevo," BaekHyun masculló, aunque la diosa no le dijo mucho al respecto.
ChanYeol tampoco. ¿Ya había dicho que quería irse de ahí?
"El firmamento los esperará de nuevo cuando llegue en verdad su tiempo. Tengan una larga vida llena de glorias y aventuras juntos, hijos."
En un soplo de Venus, BaekHyun y él terminaron envueltos lejos de aquel mundo que solo sus ojos pudieron entender, y al abrirlos de nuevo...
Estaban otra vez en ese calabozo donde JongDae había quedado sorprendido. Mucho más de verlos aparecer tras menos de un segundo que desapareció, las preguntas no tardaron en volver, sobre todo, ante lo que estaba ahora ocurriendo.
Aparecer ahí, completamente recompuesto, junto al que se suponía que habían perdido, sin querer soltarlo en ningún momento iba a traer más de una cuestión, pero fuera que JongDae las estuviera soltando o no, a él no le importó.
Envuelto en los brazos de BaekHyun como él en los suyos, en medio de ese eneagrama destruido, y todo el desastre que juntos provocaron, solo una sonrisa surgió en lo que veía replicada la contraria.
Con el tiempo suficiente para saber admirarla, hasta repasar con una de sus manos esos bellos cuernos sobre su cabeza como la mano del otro hizo igual al acomodarle un largo mechón tras su oreja respingada.
"Bienvenido al mundo de los vivos, BaekHyun."
Una risita surgió luego de poco, y con ella, se dijeron todo.
Fueran llamados a una misión similar más adelante o no, vivieran muchos años para regresar a ese firmamento o tuvieran pocas aventuras en su vida solo después de eso, lo profetizado se cumplió. La luna resplandeció para ellos y esos ojos llenos de amor se intensificaron con el tiempo.
Suficiente para decir que ChanYeol no se habría arrepentido del regalo que recibió por sus diosas, ni siquiera BaekHyun por más volátil que fuera.
"Es bueno estar de vuelta."
FIN
✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶
Aclaración: en la sinopsis se detalló que habría inconsistencias en la astrología usada en la historia, algunas ideas no son exactas dentro de lo que aquí se describe. Si vieron algún error o algo que les parezca inadecuado, no deberán tomarlo literal a la realidad, porque se ha utilizado así en función a la historia~
Y con eso dicho, solo me queda aclarar que ahora sí hemos llegado al final de esta historia~
Salió un poco más larga de lo que yo misma esperaba, y la verdad, hasta ganas me dieron de hacerla una saga (ojo, no estoy prometiendo nada, pero suena a una idea...). Sin embargoooo, hasta aquí los dejaremos hoy.
♍️ ¿Qué tal? ¿Qué les pareció todo este final con sus batallas y descubrimientos?
♍️ ¿Se esperaban que se trajera lo del calendario chino para el giro en la historia? Así es, supieron que era el mismo BaekHyun—más como el Mono, eje— el que se estaba haciendo esto 🤭
¿Y ustedes creyeron que sí había matado a BaekHyun? Ah, ¿verdad que te engañé? 😂
♍️ ¿Ideas finales sobre lo concluido? ¿Qué tienen que decir para lo que quedó con nuestra/os personajes en toda esta historia? ^^
♍️ ¿Alguna/o que fuera su favorita/o? Déjenme decirles, yo amé a cada una/o de ella/os, fue tan emocionante poder desarrollar este nuevo mundo. Ya extrañaba hacer fantasía 🥲
Bueno, con eso nos quedamos. Agradeciendo infinitamente que hubieran leído (y esperado tanto la gente que la inició desde que la saqué en actualizaciones), les tendré que dejar aquí. Ya saben que mi perfil siempre está abierto para ustedes. Si quieren leer más de lo mío, nuevo y viejo, mucho podrán encontrar por ahí~
Si se animan a leer más de lo mío, nos estaremos viendo en otro momento. ¡Hasta entonces! 💙
*Etatréips– : Despiértate (incompleto).
*Oliuqnart emreud: Duerme tranquilo.
*Primer canto: Que el poder que mi madre me ha otorgado sirva para darme protección. Invoco al signo en mi interior, que sea representado como Júpiter lo imaginó para llegar al mundo.
*Segundo canto: El Centauro caerá sobre este pueblo como proclamo que el espíritu del Toro venga a hacerlo. Únete a mí, creación de Venus, abre tus ojos a nuestro mundo.
Pd. ¡Vayan a hacer stream y reproducir Last Scene de Chen! Arte que es, dedicada su aparición especial aquí a su tercer album ✨
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