♉️ Tercera constelación ♉️


No había pensado mucho las cosas cuando se ofreció a ayudar a BaekHyun. Si consideraba que se había guiado más por esa impulsividad, el experimentar y lo del simple personaje que era BaekHyun en su vida, debía admitir que había dejado pasar muchas cosas.

Entre ellas, el permiso de su padre, por ejemplo.

"¡¿Estás bromeando?! ¿Por qué nos llevaríamos a un extraño a nuestra casa? ¡¿QUÉ ESTÁS PENSANDO, CHANYEOL?!"

MinHo no había sido partidario de la decisión. Dudaba que pudiera recibirlo de brazos abiertos como cualquier otro padre interesado por la vida social de su hijo podría de pensar en que trajera un amigo 'a jugar', aun sin recordar lo que BaekHyun le había hecho hacía años en su verdadero primer encuentro. No era algo que lo sorprendiera, ChanYeol había estado acostumbrado a eso toda su vida.

Había tenido que mover sus cartas. Por más que le costara, ChanYeol lo llegó a conciliar, influenciado por la carita triste que tan bien le salía, las manitas unidas mientras casi lloraba como perrito hasta utilizar el mamá hubiera querido esto para mí que no le supo bien decir sabiendo que era un chantaje, lo había conseguido.

En medio de un suspiro, MinHo asintió; por más que vio receloso a BaekHyun, todavía alejado de ellos en el jardín sobre las despedidas que muchas otras familias invitadas hacían terminada la ceremonia.

"Gracias, padre, no sabes lo que significa para mí."

"Está bien, espero sea algo grande. De cualquier modo, ¿en Tauro no extrañarán a su hijo?"

Esa había sido la cuestión siguiente. Por más que ChanYeol cuidara preguntar, cuando el tema de sus padres y ¿no te estará buscando nadie porque no regresaste? llegó, BaekHyun puso sus murallas. Se notó su tensión, y si la quiso simular a no, ChanYeol no prestó atención a los detalles. Escuchó a BaekHyun en lo que quiso compartirle.

"Estarán bien. Saben que no soy mucho de volver... eh, pronto, a casa..."

Más preguntas sin respuestas. Parecía que BaekHyun tenía tantas. ChanYeol no forzó ninguna, asintió sin molestar. De todas formas, las dificultades se vinieron con mayor volumen al siguiente día en Sagitario por la noche.

Años de estudio habían calificado a ChanYeol para saber tantas cosas de la magia y de los distintos reinos en los que vivían sus mentes, almas, cuerpos y espíritus. Estaba muy educado en diversas áreas del combate, se creía lo suficientemente capaz para vencer incluso a tres personas en la misma lucha utilizando nada más que su cuerpo y algunas cuantas armas como flecha y arco. Cualquiera en Sagitario diría que estaba super bien equipado en aquello que pudieran pedirle. Además de ser como una biblioteca andante, claro.

Lo que no lo estaba era saber cómo inculcar todo ese mismo conocimiento en alguien más. Sobre todo, si hablábamos de alguien como BaekHyun que tenía algunas ideas y aprendizajes, pero estaban mal encaminados y debían revertirse.

"¿Qué quieres decir con que así no se empuña una espada? Si es como lo he hecho durante... ¡siglos!"

"No tienes más de veinte, no exageres con decir que siglos."

"Te lo estás tomando literal, ¡tan solo bromeaba!"

"No me ha parecido graciosa tu broma. Ahora, si pudieras fijarte en cómo estoy tomando mi espada..."

"¿Alguna vez alguien te dijo que eres aburrido?"

BaekHyun era un caso. Por decir lo menos.

Si lo habían conocido, poco o mucho en cualquiera de sus ocasiones, debían imaginarse. No era fácil de tratar, era necio, un poco flojo también. Sin contar el hecho de que era exageradamente volátil.

Un día podía estar todo ¡aja! Sí, ¡vayamos a cazar dragones! Estoy listo para usar la magia y combate, ¡quiero sangre!, y al otro solo estaba tipo ¡ay!, me pegué en la puntita del pie, no puedo caminar, creo que se me gangrena la pierna, ¿ya llamaste al curandero? Necesito escribir mi testamento, deja que me acueste en mi LECHO DE MUERTEEEEEE.

... lo que era muy difícil de lidiar. ChanYeol a veces solo no sabía cómo seguirle. Era su mejor amigo en ocasiones, y en las siguientes el peor. La convivencia que habían llevado no había ido fácil por lo mismo.

Por más que BaekHyun se hubiera ofrecido a alquilar algún lugar cercano cuando mucho creía estarles molestando por el mero viaje que hicieron de Cáncer hasta Sagitario, ChanYeol se lo había negado diciéndole que en su casa tenían espacio suficiente.

Qué tonto había sido. Durante toda su vida ChanYeol y MinHo habían vivido solos, y tal vez la casa parecía grande para ellos dos, pero tener un tercer individuo lo dejaba fuera de sus planes.

"Es tu invitado, tú has de atenderle," MinHo había dicho cuando solo más tarde al preguntarse dónde habría de dormir BaekHyun en su primera noche no encontró mucho.

Había llevado a BaekHyun hasta su cuarto, y bueno, ahí... BaekHyun lo había mirado interrogante, en lo más claro que solo poco después le estaba diciendo.

"Tienes que estar bromeando. No estás pensando que vaya a dormir ahí en ese minúsculo espacio contigo... ¿o sí?"

"¿No...? ¡No! No, claro que no, yo estaba pensando más bien, ah... que iba a tomar el suelo, y tú mi cama por ser mi invitado. Sí, obviamente. Pff, ¿por quién me estás tomando?"

Entre la ceja arqueada que le dedicó el de cuernos con los brazos cruzados, ChanYeol dio su mejor sonrisa entonces. No dejó ninguna duda, había tenido suficiente. O algo así se dijo, porque al final el hijo de Venus había suspirado, y pues...

"Ok, si tú lo dices."

Se había sentenciado a tener noches de insufribles dolores.

Pero estaba bien, ¡estaba bien! En serio, solo eran gajes del oficio. No creía estar llevando el mejor entrenamiento/aprendizaje junto a BaekHyun, y ya habían pasado dos semanas de eso, peroooooo (y decía pero de nuevo porque tenía razones para resaltarlo) las cosas iban progresando a cierto modo.

Al menos algunas cosas básicas ya las conocía. BaekHyun no era un completo idiota. Había recibido algo de educación en casa e intentó aprender por su cuenta cuando las cosas se le complicaron en la vida, así que sabía de una u otra. No todo por obvias razones, solo estaba explicado lo principal.

Tan pronto pudieron comprender el actuar de uno y de otro, y ponerse a estudiar algunos de los títulos que había sacado de su biblioteca personal, entre dificultades comenzaron a coordinarse.

BaekHyun tampoco estaba fuera de línea en cuanto a sus habilidades en batalla, aunque no fuera un experto en el arco, sabía defenderse.

(Por más que no supiera tomar una espada de buena manera).

"Te estarías rompiendo una mano y quizá hasta el brazo si pelearas así con un verdadero oponente, pero lograste tirarme... eso fue increíble. ¿Cómo aprendiste estas maniobras?"

"Cuando pasas un tiempo en las calles, aprendes un truco u otro."

"¿En las calles?"

Claro que BaekHyun no se abrió por más que el tiempo hubiera pasado. En medio de todas sus conversaciones, no había compartido más de lo especialmente necesario. ChanYeol sí, era un libro abierto, y le gustaba compartir su vida siendo que a pocas amistades había podido decirle (por no decir ninguna). Hablar de su educación en casa, las actividades que había hecho junto a su padre e incluso las anécdotas que sabía de su mamá no fue difícil compartirlas para él.

Se habían hablado, incluso habían encontrado más intereses que pudieran traerles un ameno tiempo fuera del estudio y los entrenamientos, pero no habían profundizado mucho en varios aspectos en cuestión a BaekHyun.

Como eso.

"Nada importante. ¿Vas a levantar tu plano trasero del lodo o daré por hecho que aquí terminamos nuestro entrenamiento?"

Dos semanas en un ratito se había vuelto un mes, y pues... por más que BaekHyun no fuera un maestro nacido con estrella como él se creía, era mejor de lo que antes.

ChanYeol solo podía preguntarse: ¿cuándo sería el día que su vida iría cuesta abajo como le profetizaron?

¿Y dónde quedaba el destino para decirles que iban a ganar o... todo lo contrario?

✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶

"Las," BaekHyun conjuró con su mano estirada hacia el librero. En su minuciosa atención, él lo esperaba desde atrás solo al observar cada uno de sus movimientos junto a aquel halo café que parecía rodearlo en su magia. Cuando el libro que su discípulo pidió llegó hasta su mano, esa dulce sonrisa floreció en sus labios de la misma forma que lo hizo de su boca. "Etadómoca."

Un revuelo le siguió en el librero sobre sus palabras. Todo pareció estar en su lugar, y BaekHyun suspiró quizá por saber que no hubiera provocado ninguno daño en su aprendizaje de mantener emociones alejadas de sus palabras mágicas.

Su capa verde ondeó por detrás al girarse y regresar a su mesa.

ChanYeol fingió no verlo de esa forma. Por más que hubiera estado atento en su sala de paredes blancas, entre ir por una cosa u otra, tomar libros para estudiar y ver un poco de lo que tenía en su mini espacio que hacía de biblioteca distribuida en cuatro libreros medianos junto a un par de plantas, no era algo que quisiera el chico Tauro notara.

Se estaba comportando muy tranquilo ese día, no lo quería arruinar porque estuviera actuando todo raro e incomodándolo con su extraña mirada, como un BaekHyun molesto le podría mencionar. No era que ya le hubiera pasado. Quizá. Tal vez. No importaba.

El caso era mejor quitar que BaekHyun se enterara de su escrutinio. Por más que entendía cómo cuidaba que no se desequilibrara en emociones cuando usaba la magia, el poco evidenciarlo hacía que la incomodidad bajara, y cada uno estuviera en sus tareas.

Su cabeza fue de nuevo hacia abajo por sus ojos enfocados en el tomo de la Historia Completa sobre el Reino de los Sueños que llevaba abierto y marcado por sus propios dedos a media página. ChanYeol carraspeó como si lo necesitara y siguió con su lectura. Por más que no pudiera enfocarse sabiendo que solo fingía después de haberse perdido vigilando a BaekHyun por casi media hora caminar alrededor de su mesa circular en medio de la pequeña sala. Ya ni sabía lo que leía.

No era más fácil si consideraba que BaekHyun se había sentado a su lado, justo a su derecha donde bien podían chocar sus codos si tan solo estiraban...

"¿Es bueno lo que miras?" La voz del hijo de Venus retumbó por segundos en su cabeza, y aunque ChanYeol la registrara, con sus ojos perdidos en el enfoque que obligaba a tener sobre la misma página, apenas notó el momento en el que BaekHyun se le dirigía. "¿ChanYeol? ChanYeol. ¡Oye, ChanYeol!"

"¿Eh? ¿Qué? Perdón, no, yo solo estaba–" con la ceja arqueada en el rostro perfilado del taurino, ChanYeol sintió que enrojecía. No pregunten qué le pasaba, ni él lo entendía. Últimamente solo todo lo de BaekHyun lo intimidaba. Tal vez fuera la noche de luna llena que hoy había, o que había prestado más atención a las bellezas del chico a su lado con sus mil y un peculiaridades que a ChanYeol podían o no gustar, pero no alcanzaba a tolerar con esa mirada. Tuvo que alzar las manos de la mesa con su toque tan cerca de su brazo, y esperar que su actitud no complicara el humor de BaekHyun ese día. ¡Era tan difícil actuar normal cuando algo en él revolucionaba y a la vez no lo quería arruinar porque era tan volátil! "¡Nada! No estaba haciendo nada. Juro que no hacía nada. Por la tumba de mi madre a la que tanto pude amar, ¡te juro que jamás estaría haciendo nada de lo que no debería y menos estaría mirándote más de lo que podría!"

BaekHyun frunció el ceño ante su aturdida voz con la que respondía, lo que entonces... le trajo a ChanYeol una bofetada mental. Si quería hacer justo lo que había dicho de no molestar o incomodar a BaekHyun con sus actitudes, definitivamente no lo iba a lograr de esa forma. Solo podía empeorar. Era aquí donde BaekHyun lo golpeaba.

"Claaaaro. Bajo el nombre en la tumba de tu hermosa madre... te creo, ChanYeol, no tienes que preocuparte. Hum, yo solo preguntaba porque pensé que ya llevabas mucho tiempo en esa página."

"Oh..." respondió con las manos de vuelta en la mesa. Ahora que BaekHyun se alejaba para poner las propias cruzadas sobre su pecho, no se tuvo que preocupar de manejar las suyas. Sonrió débil, y en una risita ahogada, ChanYeol asintió antes de mirar frente sí su hoja. "Sí, claro, no, yo solo estaba... perdona, creo que me distraje un minuto o algo. No era... no era nada que debiera importar."

"¿Nada que te diga la razón por la que alguien robaría mi espíritu sobre el Reino de los Sueños?" Continuó, en lo que él suspiraba. Esa sesión la estaban tomando en la soledad de su sala-biblioteca justo por la misma razón que preguntaba. Era fin de semana, se suponía que tomaban un descanso al menos uno que otro día. Los fines de semana les venían de maravilla, pero no podían ignorar que había un par de cosas que aún no se aclaraban. Por más que BaekHyun pudiera entrenarse en combate para mejorar sus estrategias o uso de armas, y supiera mayores cosas sobre lo básico que involucraba el poder de su magia, nada quitaba las interrogantes que buscaban descifrar en primer puesto. Desde la ceremonia habían dejado esa incógnita y a diferencia de las muchas que BaekHyun tenía con respecto a su persona, esa era de las pocas que esperaban acertar de alguna manera. El estudio era constante a pesar de que lo ramificaban, al menos en distintos enfoques. "¿O sobre cómo es posible que me vuelva a insertar en el Reino de los Sueños para reclamar mi esencia? ¿Pelearla?"

"Nada todavía. Hay mucha historia interesante en este libro que no recordaba estudiar, pero no parece que haya secciones donde diga qué se supone que se hace si tu esencia es robada... o en general, si hay un modo de que eso sea posible de manera natural."

"Porque no es natural lo que me ha pasado. Tú lo dijiste ya, alguien hizo magia... magia negra en mi contra."

Apretó los labios. No le gustaba pensar por esa rama. Era angustiante, peligrosa. Por más que la magia negra no fuera desconocida para nadie bien sabiendo las ideas que muchas comunidades podían conservar ante el recelo que veían de que solo algunos fueran elegidos por las diosas, entre los aquelarres clandestinos de brujas, hechiceros que usaban la magia de la vida misma al matar criaturas, los rituales paganos a dioses en la profundidad, e intercambio de almas o deberes en el inframundo, estaba claro que humanos habían hecho de todo para conseguir un poco de su propio destino.

El problema era lo que conllevaba. Que alguien hubiera proyectado su flecha en la espalda de BaekHyun lo preocupaba. No tanto como antes lo hacía. ChanYeol comenzaba a imaginar que se debía al sentimiento de atracción que había desarrollado por la mera convivencia que llevaba con el hijo de Venus y su simple agradable sonrisa. Preocuparse era ese sentimiento que bien le recordaba lo que el destino deparaba para ellos, y el no saber en qué podría terminar era lo que más lo angustiaba.

Por cualquiera se podría preocupar de creer que estuviera siendo objeto de entidades malignas, mas, el sentimiento que sentía de angustia era desesperante. Lo hacía temblar, porque sentía que estaba buscando resolver todo por su propia mano y si fallaba... no sabía cómo se perdonaría. Era básicamente jugar a ver cómo le salvaba la vida a un nacido con estrella.

A la persona que quizá... podría o no querer como nunca en su vida si tan solo dejaban que experimentara.

Si sus diosas se lo permitían.

"Es una posibilidad, pero no hay nada que pudiera confirmarlo. Necesito estudiar más, BaekHyun, tal vez encuentre algo en las siguientes páginas hablando de usuarios dentro del reino..."

"Yo tomé este libro justo por eso," BaekHyun externó al ahora mostrarle lo que había pedido que saliera del librero. Con el ceño entretejido al no poder leer adecuadamente las palabras en la tapa por lo diluidas que estaban, BaekHyun tuvo que abrirlo en la primera para enseñarle de qué trataba. "Primeros encantos dentro de la magia negra. Una guía para volverte especializado brujo sin ayuda de una diosa."

"¿Ese libro estaba entre mis cosas?" ChanYeol cuestionó al asomarse solo un poco por su hombro, ignorada su timidez anterior en su proximidad por curioso. BaekHyun no se opuso a su cercanía. Al dejarlo asomarse por su hombro, lo vio hojear algunas de las siguientes páginas mientras leía otras. "Jamás había escuchado cosa parecida."

"Tal vez porque no te has permitido profundizar en esta magia. Por lo que veo en la tapa, perteneció a tu padre, tiene su firma en donde asume su propiedad. ¿Alguna razón por la que tu querido papá guardaría algo como esto en su casa?"

"Papá es un cronista. Desde que nací y murió mi madre, ha dedicado toda su vida a criar a un nacido con estrella. Si hay alguien que creería mejor para guardar semejante arma considerando lo que este libro tiene," señaló al apuntar sobre su brazo en donde BaekHyun dejaba expuesto el índice del libro aquellos títulos que leían cómo matar al nacido con estrella, armas que funcionan contra la magia de una diosa, e iniciar el apocalipsis entre las doce constelaciones, tuvo sus propias apuestas. "Solo podría ser su persona."

"Entonces, ¿dejamos fuera la opción de que tu padre es un hombre malo que piensa conquistar las doce constelaciones al robarse tu magia?" BaekHyun se burló, en lo que él sacudía la cabeza.

Su padre jamás lo haría. MinHo lo había protegido toda su vida. El amor de Sulli estaba puesto sobre su propia existencia. No podría ni imaginar que lo pensara... igual, BaekHyun sabía que era una broma.

"Si hubo alguien que mejor me enseñara lo que era cuidar la vida humana, entre todos mis enseñantes que he tenido bajo esta misma casa, sería mi papá, BaekHyun. Ni siquiera pensaría en lo que estás diciendo," por si acaso lo dudaba, lo confirmó, en lo que BaekHyun asentía.

"Claro, porque eres un nacido con estrella amado por mamá y papá. Lo sé, me lo dijiste siempre, muchas veces. Qué dicha. Supongo que algunos nacieron con estrella como dices, y otros solo un poco más... ¿estrellados?" Se rio, pero en su tonito burlón, ChanYeol denotó desánimo. Algo que lo hizo fruncir el ceño mientras lo veía.

"BaekHyun, eres un nacido con estrella, no te denigres de ninguna otra forma."

"Es más fácil decirlo cuando realmente te enseñaron algo para serlo, ¿no?"

"No porque tuvieras una educación distinta a la mía significa que tus aptitudes fueran inferiores a las de cualquier otra persona, incluidas las de los doce hijos de las diosas."

"Lo sé, y sé que me has estado enseñando muy bien hasta ahora todo eso que me podría faltar, de verdad, no podría agradecerte más en este momento con todo lo que has hecho por mí en estos últimos días. No querría agüitar el ambiente con esta negatividad ni tampoco hacerte creer que podría despreciar nuestras enseñanzas. El problema es que..." BaekHyun suspiró, y al medio cerrar el libro por dejar una de sus manos estiradas sobre esa página y que la tapa se cayera sobre ella al no sostenerla, lo vio repasar con su índice y pulgar el medio de sus cejas en moción adolorida. "Todo eso mismo que me has hecho saber y escuchar, ver y experimentar de primera mano gracias a la convivencia que hemos tenido aquí ahora me ha dado algunos golpes cuando menos lo esperaba. Me ha hecho notar lo tan diferentes que han sido nuestras vidas."

"Sabes que nada de eso tiene algo malo, ¿verdad?"

"A cierto modo, quizá eso sea verdad, pero... a veces no lo siento de esa forma. No sabes en cuántas ocasiones me ha ganado la envidia por mirar la manera en la que te llega a cuidar tu papá. El modo en el que te mira lleno de orgullo o quizá... cuando te abraza."

ChanYeol no respondió ahora. Por más que pensara que podría, prefirió callar porque sintió que era lo mejor para BaekHyun. Saber que lo escuchaba podía ser simple si se ponía en su lugar, pero estar del otro lado era diferente. Algo valioso que llegaba a formar.

Después de todo un mes de convivencia, ChanYeol sentía que por fin se abría. No se esperaba ilusionar, pero había la posibilidad. Tal vez esa era la noche en la que BaekHyun al fin le contestaba algunas de sus incógnitas.

"Mis padres nunca... nunca han sido muy amorosos o dados en ese ámbito. Creo que alguna vez lo intentaron, pero las cosas en casa nunca han sido las mejores. ¿Sabes la razón por la que estuve hace años aquí en el día de tu cumpleaños, ChanYeol, en la celebración de Sagitario?" BaekHyun ya sabía la respuesta a esa pregunta. No necesitó escucharla de su parte para que le dijera. "Fue la primera vez que hui de casa. Tal vez ya lo sepas, no por nada me estaban buscando, pero yo... más allá de solo huir por ser rebelde o algo, estaba huyendo... del horror que era vivir con mis padres."

"¿Qué es lo que hicieron tus padres para hacerte huir, BaekHyun?"

"La pregunta debería ser qué no hicieron. Ellos nunca me quisieron, ChanYeol. Lo que es irónico. La gente pensaría oh, sí, mi hijo es un nacido con estrella, ¡celebremos!, hemos sido bendecidos por la diosa, porque eso es lo que pasó en todos los hogares cuando descubrieron esa estrella que marcaba como fuego la frente de sus hijos, ¿no? Con todas las demás constelaciones... Ese nunca fue mi caso. Mis padres ni siquiera buscaban tener un segundo hijo. Nací por un error... un descuido. Mamá ya era grande cuando me tuvieron, ninguno de los dos deseaba pasar por el mismo rollo de tener que cuidar otra vez a un niño. Pasados los cuarenta, tener que soportar un bebé que está llorando en las noches, los cambios de pañales, berrinches y eso de los terribles dos y tres, probablemente fuera muy cansado para ellos entonces. Pero no pudieron deshacerse de mí, porque era alguien importante. Era el escogido por la diosa Venus para proteger a Tauro..."

"¿Eso no cambió su forma de verte?"

"Si hizo algo fue empeorarlo. No quisieron tener que hacerse responsables de la educación especial que abarcaba. ¿Y sabes? Yo creía que fue por la ardua tarea que conlleva. Como dices, tu padre dedicó su vida a ti, él era un cronista, pero apuesto a que dejó todos sus estudios e investigaciones que hacía antes cuando te tuvieron y supo lo que estaba en sus manos, ¿no? El destino de un pueblo... Mis padres pensaron que era solo carga doble. La gente en Tauro esperaba tanto de mí, y nuestros dirigentes se encargaron de darles a mis padres el dinero que era necesario para pagar mi educación como niño especial que era para el bienestar del pueblo. El problema fue que ellos no usaron nada de eso en mí, lo usaron para sí mismos. Su recompensa, me decían que eso era, siempre, por el degasto de tenerme."

"Tus padres suenan... horribles, BaekHyun."

"Lo fueron... y lo siguen siendo. Mientras ellos se llenaban los bolsillos con el dinero que debía ser destinado para educarme, su codicia y malas energías fluyendo de aquellos deseos debió enfurecer a Venus. El problema es que la furia de una diosa no siempre es justa... no cae sobre una persona."

"Cae sobre todo un pueblo," él asintió. ChanYeol debía saberlo bien, aun cuando BaekHyun pudiera desconocer algunas enseñanzas alrededor de eso, parecía que esa no se le pasaba. No podía, si bien lo estaba entendiendo, lo había vivido de su propia mano. "Pero tú... ¿nunca intentaste hablar con Venus? ¿Nunca te comunicaste? ¿Por qué no explicar lo que estaba pasando? ¿Por qué no hacer de intermediario para evitar la destrucción de tu pueblo?"

"¿Es que no lo entiendes aún, ChanYeol? No sabía cómo hacerlo. Venus me hablaba solo en sueños, pero yo... ni siquiera sabía que era ella hasta que el castigo cayó sobre el pueblo. Perdí su conexión después. Fue tarde cuando quise hacer algo por nosotros. Las desgracias vinieron desde ese momento, y no hubo poder más grande que pudiera pararle. Si algo saqué de haber intentado ayudar a mi pueblo fue que comenzaran a señalarme. Todo mundo sabía que las desgracias no eran solo casualidades. Había algo que estaba afectando a todos de una manera diferente. Cuando los dedos pudieron apuntar culpables, el nacido con estrella fue el único que pareció recibir el máximo castigo. La gente se fue contra mí por creer que había sido descuidado, que había enfurecido a la diosa por alguna situación o circunstancia, y entonces..."

Con una sonrisa triste, BaekHyun agachó su mirada. De estar sobre sus ojos quedó en el libro negro. Su pulgar que estaba entre las hojas aplastado había sobresalido al borde y podía verlo acariciar la tapa. No era más que un gesto vago, pero ChanYeol denotó en eso los cortes que se había hecho a lo largo de sus semanas en entrenamiento.

BaekHyun había luchado en las calles por lo que le había dicho, y cicatrices ya se hallaban en su piel desde mucho antes, mas, no eran rastro que pudiera ver a simple vista. Tenías que ser minucioso, bajo el vello claro de sus brazos y nudillos, entre las marcas de constelaciones que llenaba con lunares y algunos recovecos sus pieles, ahí estaban: esos llantos de guerras que no se habían contado y que llevaban tanto tiempo sin sacarse.

Esos que le estaba confesando en este momento.

"Cuando fui por ayuda con mis padres, en mi vaga idea porque ellos pudieran auxiliarme, claro que no iban a decir oh, claro, nosotros fuimos los que tomamos el dinero para educarle, perdonen, apunten sus flechas contra nosotros, nuestro hijo es libre de pecados, dijeron todo lo contrario y me acusaron de haber despreciado los dones de una madre. El rumor se corrió por algunas partes, supongo muchos supieron lo que fue cierto: que nunca me educaron en lo que era este arte; otros más quizá se fueron con lo que estaba pasando en mi pueblo: desprecié los dones que me habían otorgado desde nacimiento, era una farsa, una deshonra para las doce constelaciones. Hui cuando todo fue muy lejos. No había modo de permanecer en Tauro sabiendo los pocos lugares en los que querían verme. Ni hablar de mis padres. Como el pueblo estaba en contra de las desgracias que le había traído, cortaron los recursos que nos dieron. Ya no era más que una carga otra vez. Esa carga que nunca quisieron..."

"¿Nunca has vuelto a Tauro desde entonces?"

"Volví cuando escuché entre sueños de la muerte de mi hermano. Entonces mi espíritu todavía era parte del Reino de los Sueños, por más que no supiera cómo funcionaba ni hubiera comunicación con Venus, las voces seguían ahí. Ellas me dijeron que debía volver, que males se acercaban a mi casa. No las escuché porque sabía que males ya estaban desde siempre. Y en mi viaje de constelación a constelación, cuando fui buscando un nuevo hogar, algún lado dónde quedarme, yo solo... lo supe. Había perdido a mi hermano mayor, y yo no pude despedirme de él."

"BaekHyun, no sabes cuánto lo siento."

"Sí, yo también lo siento," BaekHyun suspiró. Por más dolor que hubiera en sus palabras, sus gestos eran los mismos de siempre. A ChanYeol le costaba interpretar eso. No sabía si BaekHyun esperaba que hiciera algo más por él, algo como abrazarle, consolarlo o quizá permanecer como estaba ahora en silencio. No hubo ni cómo preguntarle. Al final, BaekHyun retomó palabra y siguió en su eterna confesión que sabía necesitaba dejarle terminar. "Hice todo lo que en mí estuvo volver después de eso, y aun así, aunque quise convencerme de que no era cierto, de que tal vez esas voces en el reino querían confundirme por haberme alejado de lo que era mi destino, todo se volvió tan cierto cuando vi el ataúd de BaekBeom. Y todos estaban ahí para ver cómo mi madre gritaba por decirme que era mi culpa su muerte. El cómo mi padre me golpeaba por ser un inútil... hui de nuevo, como un cobarde. Era eso o dejar que me mataran en el funeral de BaekBeom, creo que no tuve la valentía suficiente para permitirles eso. Y fue tan solo unas noches más tarde que después de vivir entre calles, como vagabundo, en busca de un lugar seguro, donde pudiera sentirme pertenecer, corriendo por la gente enviada por mis padres aun en su separación que vino con papeles de divorcio para acabar con lo que no había hecho que yo entré en Sagitario... me crucé contigo en esa noche, ChanYeol."

"Ahora entiendo más lo que pasó ese día, BaekHyun. Incluso el descontrol que tuviste más tarde cuando le hiciste daño a mi padre..."

"No deberías perdonarme jamás por eso, ChanYeol."

"No, sí lo hago. Y lo hago con toda razón. BaekHyun, te han dañado tanto..." BaekHyun mordisqueó su labio inferior con eso. Sobre el brillo de sus ojos, ChanYeol no se preguntó si estaba bien o no hacerlo. Solo lo hizo. Colocó una mano en su cuello, su pulgar se estiró hasta tocar el inicio de su pómulo. BaekHyun no lo miró a pesar del acto. No se tensó, lo que fue bueno. Solo estuvo quieto bajo su toque. "Años de haber vivido en un hogar horrible, con personas horribles, padres que te despreciaron sin motivos. Viviste injusticia tras injusticia, teniendo que valerte en el desconocimiento. Con todo lo que sufriste, entiendo por qué estuviste tan lleno de todos esos malos sentimientos. No eres un ser despreciable, solo has sido maltratado por tanto tiempo. Cualquiera puede romperse con eso."

"Yo le hice daño a tu padre..."

"Movido por el sufrimiento que has estado cargando contigo, movido por el duelo de tu hermano," BaekHyun cerró los ojos con aquello. ChanYeol lo supo fácilmente, había dado justo donde podía esperarse. A veces... detestaba ser tan buen arquero. "BaekHyun, ¿querías a BaekBeom?"

"Fue al único que alguna vez quise. Él fue e-el único que estuvo p-para mí. Él-él siempre..."

"Te dolió perderlo. Te dolió no poder estar para él en sus últimos momentos."

"Fue mi culpa s-su muerte."

"No es cierto. No lo es, BaekHyun, y lo sabes. Esas son las palabras de esas horribles personas que ni siquiera deberían llamarse tus padres," la primera lágrima cayó sobre el pulgar de ChanYeol, y aunque la limpió, otra más siguió después de eso. Era difícil poder limpiar todas cuando estaban cayendo a raudales. "BaekHyun..."

"Lo siento... no sabes cuánto l-lo siento, ChanYeol," eso fue suficiente para él. Tan pronto BaekHyun soltó el primer sollozo, no se reservó a otro disgusto.

Haló a BaekHyun a sus brazos, y al dejarlo sacar su mano bajo el libro para sostenerse a sí mismo, ChanYeol lo envolvió al ponerle bajo él, con sus cuernos a cada lado en su mentón, y esos rubios y alborotados cabellos donde su barbilla.

Por más que ChanYeol intentó ser fuerte ante el llanto liberador que tuvo BaekHyun, lo cierto fue que fue difícil. ChanYeol era un llorón de primera si algo tenía que admitir, ver llorar a otro más como lo estaba haciendo BaekHyun luego de cargar con tanto por todo ese tiempo sin nadie que pudiera abrirse ante la espalda que todo el mundo había decidido darle, no podía hacer más que ponerlo sensible.

Si volteó hacia el techo fue más para contener sus lágrimas y evitar que fueran a mojar su cabello al caerle. Entretanto, BaekHyun siguió desgarrándose. Sin importar lo rojo que estaba poniéndose, la congestión en su nariz, el dolor en su garganta que de gritos y sollozos iba a recibirle o lo empapado que pudiera quedar su playera. Todo salió de su ronco pecho, y tan pronto él pudo contenerse, se permitió acariciar la encorvada espalda del primer amigo que podría haber hecho.

Bajo esa luna llena que había afianzado su confianza en más de un sentido, y acercó sus corazones tan solo al exponerse.

✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶

Todo fue diferente pasada esa noche. Todavía era difícil entender a BaekHyun, a veces porque su humor seguía cambiando de un momento a otro, y aunque no dijera que habría huido al día siguiente por sus confesiones y se avergonzara de haberle contado todo lo de antes (en realidad, era lo contrario, lo que también era un alivio), aún era posible que actuara un poco prepotente y volátil en sus actitudes.

A ChanYeol le parecía bien. Era el BaekHyun que había conocido y no lo cambiaría por eso, si podía hacer algo más en este momento era entenderle. Por más que sí llegara a desesperarle porque, diablos, a veces un BaekHyun gruñón por las mañanas era difícil–y si alguien competitivo quería ser, no sabía con quién se estaba metiendo al hablar del hijo de Júpiter–, había más comprensión por su parte, y BaekHyun también... estaba poniendo de lo suyo.

O eso esperaba él. Porque esas miradas furtivas en las que lo encontraba viéndolo un poco más de lo que debía, al alejarse con timidez, sonreírle ligeramente más abierto, reírse entre conversaciones con esa boca tan grande que hasta deformaba sus gestos, y soltarse con él a ir detrás en sus locas excursiones por sus próximos desafíos de combate físico o entrenamientos de deportes extremos, le decían a ChanYeol que tal vez la luna al fin estaba iluminándoles como les habían supuesto.

Era más fácil seguirle el ritmo desde entonces. ChanYeol siempre había sido un libro abierto, solo había faltado que BaekHyun le permitiera leerle para que pudieran integrarse en la mente del otro, y que ahora se hubieran conocido desde siempre.

Los estudios fluyeron más sencillo. Por más que BaekHyun continuara aprendiendo y reaprendiendo, ya podían coordinarse.

El estudio y entrenamiento era algo que podían manejar constantemente. El asunto era enfocarse en lo que preocupaba sobre él. Si ChanYeol quería que BaekHyun regresara a nivelar sus canales de comunicación en espíritu y alma para volver al Reino de los Sueños y escuchar la voz de su madre en el entendimiento de estar listo para tomar su poder y regresar la estabilidad a su pueblo, tenían que saber qué era lo que estaba obstaculizando la fluidez en lo hecho.

"Mi teoría es que estás cerrándote tú mismo. Con toda la presión, las malas vibraciones, esas energías negativas que llegaron a rodearte e influenciar en tus propios pensares no parece raro que pudieran sabotearte. Necesitas liberar esos pesares, soltarte de lo malo que has cargado y limpiarte para sanar las heridas que tu espíritu creó al evitar servir como es debido."

"¿Quieres que medite?" BaekHyun preguntó sentado con las piernas dobladas bajo su trasero frente a ChanYeol entre su jardín esa noche al aire libre que el Sagitario le había dicho que harían para una sesión especial en sus estudios. ChanYeol estaba igual que él, solo a diferencia del taurino, había cerrado los ojos y respiraba hondo sin preocuparse por la incredulidad y burla que sonaba en las palabras de su amigo. "Pff, vamos, ChanYeol, esto es estúpido."

"La limpieza es importante para los seres de luz, BaekHyun. Tienes que intentarlo conmigo."

"No creo que solo porque respire vaya a encontrar mi esp–" antes de algo más, ChanYeol había sonado su campana koshi que guardaba junto a él. El mero ruido debió sorprender a BaekHyun, porque aún sin ver sintió vibrar su aura. ChanYeol estaba conectando con él, y aunque fuera débil, el espíritu de BaekHyun se hallaba ahí en medio. Estaba adolorido y pesado. "ChanYeol..."

"Déjate guiar por el sonido de las campanas, BaekHyun. Estas van a ayudarte con bloqueos emocionales, a calmar tu mente, soltar los pensamientos negativos que se acumulan por un largo tiempo," él respiró hondo otra vez, y al pasar cerca de BaekHyun las campanas, casi frente a su rostro, lo sintió también. BaekHyun estaba cediendo al nuevo ejercicio. Cerrados sus ojos y la respiración apaciguada, su espíritu se presentó de a poco con esa aura verde. "Te ayudará a encontrar tu camino a la serenidad. ¿Puedes sentirlo?"

"Duele mucho, ChanYeol."

"Lo sé. Sé que lo hace, pero no podemos saltarnos el dolor, BaekHyun. Tienes que reconocer esas heridas para sanarles."

"¿Es normal sentir vibraciones en mi interior?"

"Es normal. Y es muy bueno, significa que estás haciendo un progreso. ¿Sientes tu espíritu? Eso que sientes... ¿es tu espíritu, BaekHyun?"

"Son... no, no lo sé, estoy reconociendo entre mis vibraciones esos bloqueos que estás diciendo, pero no... no sé, hay un peso en mi pecho y siento obstaculiza encontrarle."

"Voy a usar un cuenco para vincularte a tu espíritu, BaekHyun, y quiero que me digas si lo sientes. Si puedes tocarlo, quiero que lo intentes. Si lo haces, tal vez puedas volver a vincularte... intentar recuperarle para entrar al Reino de los Sueños, para hablar con Venus..."

"ChanYeol..." la vibración del cuenco le siguió unos segundos después. ChanYeol no permitió que BaekHyun pusiera objeciones, aunque las sintió venir se acallaron tan pronto rozó el diámetro de su cuenco con su vara para hacer las vibraciones, y entre alzar sus energías, ChanYeol lo sintió otra vez.

El espíritu de BaekHyun estaba muy presente. El problema no era solo su dolor por los horrores que vinieron a afectarle. El problema era que estaba amarrado por...

¿El mismo BaekHyun?

ChanYeol frunció el ceño. Al tocar el cuenco para hacerle retumbar en su sonido, el espíritu de BaekHyun vibró. Tembló más de lo que debía haber hecho. Estaba agonizando por dentro, y era ese mismo deseo de liberarse, pero había cadenas invisibles que lo estaban reteniendo.

¿Qué era esto? No era normal. El espíritu de alguien no debería estar encerrado de ese modo, incluso con los malestares y el sufrimiento que había pasado BaekHyun, no era posible que lo hubiera bloqueado así, como si estuviera encadenado...

"ChanYeol... duele... en verdad, duele..."

"BaekHyun, respira. Por favor, tienes que–"

"No puedo, ChanYeol, hasta respirar duele. Estoy... estoy... me estoy ahogando."

"BaekHyun..."

"¡AH! SUFICIENTE."

Cuando BaekHyun se paró y abrió los ojos de repente, fue como si una onda hubiera volado sobre todos ellos. El aire que alzó el césped, con las hojas que se dispararon, las ramas y tierra que giraron a sus pies y el azotón de puertas que hubo o el tambaleo de las cosas que hubieran estado colgando le dijo lo forzado que fue salir de aquello.

Él mismo tuvo que enfocarse, y al ver al alterado BaekHyun que estaba jadeando, parado y encorvado frente a él mientras sostenía su pecho no hizo más que confirmarle lo difícil que había sido aquello para el pobre chico.

Al bajar sus instrumentos, pudo levantarse. Entonces, se quedó al lado de BaekHyun y ocupó una de sus manos para sostenerle. Más que sudado, BaekHyun estaba pálido como una hoja de papel. No era más evidente su agotamiento.

"Yo... ¿conseguí... conectar... mi espíritu... ChanYeol?"

"No, BaekHyun. Es más difícil de lo que pensé."

"¿Eso... qué quiere... decir?"

"Que... me parece que vas a necesitar más de una sesión de limpieza como esta. Hay... mucho trabajo que hacerte."

El cansancio venció a BaekHyun luego de escucharle. Con su cuerpo recargado en su retén, ChanYeol lo tomó para quedar en pie y lo dejó relajarse ahí un tiempo. Era suficiente por esa noche. Había trabajo que hacer, pero por esta vez... hasta ahí debían dejarle.

El asunto fue que por más noches que tuvieran haciendo el mismo ritual en las sanaciones que ChanYeol le podía dar bajo su ligero conocimiento, el espíritu de BaekHyun seguía mostrándose del mismo modo. Aprisionado, con cadenas alrededor del cuerpo, en la forma de su Toro que estaba luchando por librarse, pero no podía conseguirlo porque ese encierro en el que lo tenía BaekHyun era indomable.

A BaekHyun le dolía como le dolía a él verlo sufrir en sus tantos intentos.

Las heridas en el Toro se fueron curando, a pesar de eso. Entre vibraciones que encontró para sanarse con el agua fluyendo conectado a la tierra en su elemento, BaekHyun se despojó de las cargas que no le correspondían en su pasado.

Aquellos dolores del desprecio de sus padres se soltaron. El cuenco ayudó a alzar su propia confianza y fortaleza. Conectó con su aura mediante los cristales de selenita que pasó alrededor de él, y su energía pudo fortalecerse para arraigar su magia pura que Venus misma le había concedido. Lo ayudó a cerrar horrores que les trajeron lágrimas a sus ojos incluso en aquellas noches. Entonces, el cuarzo maestro con el que acarició toda su piel, incluso en su pecho desnudo solo por esa vez, recargó el alma de BaekHyun. Realizó la sanación que estaba faltando en él, lo libró de sus tormentos que podían suscitarle. Las culpas que se había llevado por su pueblo, por sus padres, por su hermano, por su propio y mero nacimiento...

BaekHyun los limpió. No fue un borrón, porque eso ni siquiera la magia lo podía hacer, pero fue una liberación para sentir que todo volvía a alinearse en él.

¿Por qué su Toro no podía soltarse de esos amarres cafés que lo estaban reteniendo? ¿Qué era eso que seguía bloqueando a BaekHyun?

Durante toda esa semana que habían estado intentando... ¿qué era eso que no paraba de tumbar todos los esfuerzos que hasta ahora había logrado BaekHyun?

"Por favor, tan solo intenta un poco más. Estás tan cerca de conectarte, BaekHyun."

"Es inútil, ChanYeol," BaekHyun rompió el proceso solo con eso. Al abrir los ojos y detener sus movimientos con las piedras sobre él, BaekHyun lo miró a los ojos y en un gesto compungido que lo llevó a negarle, le dijo todo en esa noche. "No voy a poder."

"Pero... eso significa que no podrás volver a comunicarte con Venus, y eso significa... que tu magia va a estar siempre dañada, BaekHyun. No podrás controlarte si tus emociones llegan a gobernar tu ser, puedes... puedes dañar a la gente como lo hiciste con mi padre otra vez. Tauro no va a ser estable..."

"Ese puede ser el camino que la diosa quiere. Nos castigó por desobedecer. No me lo permite por algo. Incluso aun con todo lo que intentes... es imposible. Tal vez lo mejor para mí y para Tauro es vivir con ello hasta mi muerte, hasta que el próximo nacido con estrella llegue y restablezca el balance."

"¿Significa que vas a exiliarte? ¿No vas a hacer magia otra vez?" Le preguntó en una ligera desesperación, pero BaekHyun no le contestó. Con labios apretados y ojos difíciles de entender, solo lo abrazó para reconfortarse.

No era lo que ChanYeol esperaba dar esta vez. No quería dejarlo de ese modo, tenía que haber algo más que pudieran hacer.

BaekHyun tenía que ser libre. Tenía que hacerlo por él, pero... ¿cómo era posible...?

✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶

El sueño que tuvo esa noche le dijo la respuesta que estaba buscando. No directamente. Los sueños funcionaban poco así, nada era claro y directo en el reino.

Tan difícil como era hacerlo, ChanYeol tuvo que aventurarse a pasear en espíritu por el reino para encontrar lo que deseaba con tanto anhelo y descifrar qué era lo que le estaban diciendo.

BaekHyun estaba ahí de nuevo. No era él, eso ya podía saberlo. A diferencia de la otra vez, ahora reconocía algunas diferencias a lo que era el hijo de Venus.

Si fuera solo por su aspecto físico, podría decir que había algo muy parecido, pero incluso en exterior lo captaba: la sonrisa con ligera picardía y diversión no era la misma en BaekHyun; no era simple, amigable o dulce. Tenía un toque maligno que le daba un ardor en su garganta en el intento de evitar asquearse. Sus ojos aparte eran demasiado negros. La punta de sus cuernos también, y si había algo en sus movimientos era que se mostraban muy toscos, poco gráciles.

En interior era otro asunto. Se notaba ese calor ardiente, ese exudar soberbio, amoral y repugnante. Un ser maligno estaba dentro, y fuera lo que se tratara dentro de él, ChanYeol podía ver cómo el Toro de BaekHyun estaba ahí mismo al vincularse con su Centauro en la forma más pura de su espíritu, ahí adentro encadenado a ese ser que lo estaba debilitando.

Matándole.

Ahogó un grito con eso. El espíritu de BaekHyun estaba en peligro. No era solo que lo tuvieran encerrado, era que lo estaban desapareciendo.

"¿Te das cuenta por fin, hijo de Júpiter?" La voz de ese engañoso BaekHyun lo trajo de nuevo a él. Al medio de su césped, fuera de su casa como habían estado encontrándose durante todas esas noches en su intento de sanarle. Ese no-BaekHyun en sus prendas negras, pegadas a él como segunda piel, que exponían buena parte de su pecho y resaltaban sus clavículas y la línea en su cadera hasta sus pies, comenzó a caminar alrededor de él. Parado solo ahí, en su capa morada de siempre, sus labios resecos a pesar del labial blanco que usaba combinado a sus prendas por debajo. Cada que seguía cada uno de sus pasos, incluso por su espalda, ChanYeol sentía su cabello rozarle el rostro, la frente y los hombros, pero poco se preocupó por recogerlo. Cuidadoso en cada uno de los actos que venían del contrario, no hizo más que enfocarle incluso al verlo reír sin sentido. "Ya es tarde. No vas a salvarlo, ni a él ni a ti. Te dije que, si te interponías en nuestro camino, ibas a perder... tu vida, inútil."

"¿Quién eres? ¿Por qué le haces esto a BaekHyun?" Preguntó, desesperado. El paisaje cambió en la risa aguda de BaekHyun, todavía lo vio girar alrededor de él, y como este, el paisaje revolucionó como un remolino. Pasó de estar en su jardín a ser el claro fangoso, el ático con la estatua destruida a sus pies, un abismo–el peligro, el malestar en sus amigos–, a verse bloqueado por barrotes–en desgracias, conflictos, traición–, pararse en una feria–sobre problemas, turbación e inquietudes– y ser atacado por distintas flechas, sus propias flechas del Centauro–con los intereses afectados, las heridas que mostraban fracaso, una pérdida y dolores fuertes– hasta caer en medio de una hoguera, un incendio en un bosque. "¡¿Qué es lo que quieres?! Tú... ¿quién...?"

"No es un quién, Centauro," y al todo detenerse para quedar en un profundo negro, solo quedaron ellos dos. ChanYeol en el suelo, apenas al poder sostenerse por sus codos, y BaekHyun sobre él, en medio de sus piernas para alcanzar su cuello y ahogarle con un lazo rojo enredado; imposible de zafarse. "Es un qué."

Se había despertado gritando esa noche.

✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶

"... ChanYeol, ¿cómo esperas que trabaje si ni siquiera puedes explicarme para qué tendría que hacerlo a esta bendita hora en la noche? Aún no amanece, ¿qué es lo que sucede?" Entre el ajetreo que BaekHyun soltó por sus miles de cuestiones, ChanYeol apenas pudo verle cuando comenzó a sacar un libro tras otro. Sin importarle el modo en el que estuvieran los dos vestidos, aun en sus prendas de dormir que pudieran identificar lo que el taurino dijo, sobre su mesa colocó todos los tomos que pudo antes de volver al librero. Entremedio, BaekHyun tuvo que detenerle. "¿Esto es por tu grito al despertarte?"

Entonces, llegó a mirarlo. Sostenido su brazo por la mano, intercaló sus ojos de aquella moción al rostro de su amigo. No pareció que a BaekHyun le hubiera preocupado su gesto.

Si más pudiera molestarse después de despertar en medio de la noche por sus gritos al salir del Reino de los Sueños, BaekHyun tenía razones para apretarle el brazo como estaba haciendo en aquellos momentos. ChanYeol no supo qué decirle, fue difícil mirarle recordando esos mismos ojos negros que lo habían ahorcado riéndose.

Ese no era BaekHyun, sí, claramente; pero no podía quitar lo que podía pasarle.

"¿Qué si fue mi grito el que me impulsó hacer esto? Estoy intentando ayudarte. Si pudiéramos hallar el conjuro o limpieza adecuada de sanación para liberar tu espíritu y que pudieras conectarte otra vez con él..."

"¿Soñaste conmigo de nuevo? Lo viste, viste a esa... cosa o persona que hubiera robado mi espíritu en el Reino de los Sueños," lo ignoró. De cualquier forma, no importaba si le respondía o no, BaekHyun ya tenía sus conclusiones. Y lo había soltado el tiempo suficiente para retomar su antigua labor al tomarse otros libros con los que volver hasta la mesa en el centro. "¿Qué fue lo que viste? ¿Fue tan malo para hacerte temblar de este modo?"

"No tienes que saber. Ahora, si pudieras ayudar con leer el–"

"No, sí tengo. Tengo que saber, porque esto me involucra a grandes rasgos, ChanYeol. ¿Acaso crees que está bien decirme qué es lo que debo hacer cuando ni siquiera estás siendo honesto con lo que viste? Con aquello que de viste..." entre sacudidas de su rostro, BaekHyun lo volteó de nuevo. Tomó con fuerza su brazo y lo giró de un solo golpe para encontrarle en ese ceño tan fruncido al que no podía resistirse. "¿Habrías aceptado un trato semejante si estuvieras en mi lugar, ChanYeol?"

"BaekHyun..."

"¡Contéstame!"

"¡No! Claro que no aceptaría trato semejante. Porque soy impaciente, porque soy exigente, independiente, y tener que pensar en alguien que no me esté siendo honesto en todo lo que busco de él me hace ser impulsivo y pensar en golpearle, lo que no está bien. Pero tampoco está bien que alguien se guarde sus propias razones siendo que me involucran a mí, ¿ok?"

"¿Por qué habrías de creer que a mí me parece bien que justo estés haciendo eso ahora mismo?" Suspiró. Al bajar sus manos y quedar libre del aprisionamiento en el que lo tenía BaekHyun, ChanYeol se rindió. Debió ser un alivio para Tauro, porque detestaba los conflictos, lo había notado tantas veces desde el día en la ceremonia y adelante cuando ni siquiera se propuso a honrar su nombre ante las acusaciones que hicieron los otros nacidos con estrella de él. "Escucha, te he seguido aquí en todo momento porque me ha parecido lo más lógico. Soy tenaz y persistente, tenía que ser atento y constante en mis entrenamientos que me has hecho pasar durante casi más de un mes. Incluso así, ignoré mis desconfianzas ante ti y me vi tan flexible como menos he podido ser al seguirte; no esperaría nada mejor que el que tú pudieras bajarte tantito de tu idea de llevar un sentido del deber que ves en mí y lidiaras en la confianza que tenemos. Si yo he podido abrirme, tú también deberías hacerlo conmigo."

"No es que no tenga confianza en ti para contarte, BaekHyun."

"Entonces, ¿por qué demonios no me dices? ¿Es que quieres hacerme explotar y conocer el lado negativo que tenemos los Tauros por lo que nos relacionan tanto con el maldito mito del enfurecido Minotauro?"

"¡No! Es porque decirte haría más real todo lo que he visto, ¡y yo no quiero perderte!" Ese grito vino acompañado del golpe que ChanYeol soltó (sin querer) contra los libros apilados por detrás de él. Había movido bruscamente el brazo para tumbarles. Ahora estaban regados por todo el piso. Eso no inmutó al taurino. Lo hizo volver a mirarle, y aunque él lo vio por un segundo en la desesperación que remarcó su respuesta, ChanYeol se giró y recargó sus codos sobre la pila de libros que había sobrevivido para cubrirse. Su rostro estaba rojo y ardiente. Tenía que calmarse. "No quiero... no puedo, no cuando apenas he podido conocerte..."

"¿Por qué crees que habrías de perderme?" BaekHyun preguntó en un tono más calmo que le trajo un hondo respiro. Ya lo había dicho: él sabía que Tauro no buscaba el conflicto. "Estoy aquí, ChanYeol. No pienso irme."

"Estás aquí, presencialmente, pero no en espíritu..." ChanYeol soltó, y tan sincero como podría ser al dejar caer la mayor interrogante y desordenar sus hebras largas caídas por su frente, lo miró de nuevo por encima del hombro en lo que sorbía su maldita nariz convaleciente. "Te estás muriendo, BaekHyun, no en físico, pero en tu interior... tu espíritu..."

"¿De qué estás hablando? ChanYeol, ¿qué...? ¿Qué fue lo que viste?"

"Te vi a ti de nuevo en el Reino de los Sueños. Te vi... y te vi con el Toro aprisionado como llegaba a reflejarse en la sanación, pero era peor de lo que pudimos ver. Está más que solo atado o dormido, está adolorido y sangrante..."

"¿Por qué...?" Entre el negar de BaekHyun que siguió sin comprender su contestación, ChanYeol tuvo que imitarle. ¿Qué podía decirle? Era justo lo que estaba intentando entender.

¿Por qué?, ¿por qué alguien pondría a un ser tan sensualmente divino como BaekHyun en aquel peligro? ¿Por qué castigar así a Tauro y por qué dejarlo morir incluso sin que él pudiera saberlo?

"No puede quedarse de ese modo por mucho más tiempo. Si mueres en espíritu, mueres para siempre aun estando vivo. No serías nada más que un simple vaso vacío, sin emociones, sin sentir y sin motivación por la cual regir a tu mismo cuerpo," al restregarse su rostro, ChanYeol se sacudió. No quería ni decirlo, imaginarlo era peor. Pensar en este BaekHyun tan bello y hermoso como solo era él reducido a nada más que un cuerpo que ya ni parecería vivo era... por lo menos, desesperante. ¿Cómo no iba a tener un sentido del deber con él? ChanYeol no podía permitir que algo así le pasara a BaekHyun, no cuando le habría prometido ayudarlo, y era su deber... Júpiter se lo había dicho. La luna reflejada en sus sueños le decía que era su destino. "Una cáscara de lo que antes fue, pero tú ni siquiera sabrías distinguirle. Es la muerte más dolorosa porque pasa tantas veces y ni siquiera sabes en qué momento ocurre, no si no eres consciente de lo divino. Y nosotros fuimos tan inconscientes... aun estando tan involucrados."

"¿La muerte de un espíritu es común?" BaekHyun cuestionó, lo que ChanYeol respondió asintiendo. "¿Cómo es eso posible?"

"La gente solo pierde fe, BaekHyun. Cada vez que alguien suspira y pierde una esperanza, hundido entre dolores y ansiedades, está dañando su espíritu. Lo apaga y cuando no hay quién ni qué lo encienda de nuevo solo... desaparece. La gente muere... literal y figurativamente."

"Dices que al estar deprimido por todos estos años he dañado mi espíritu," él sacudió la cabeza. BaekHyun no lo estaba entendiendo, no al menos desde donde él podía verle. "Es mi culpa que se esté muriendo el Toro."

"No. No es solo eso, BaekHyun..."

"Yo soy el culpable de esto... como he sido el culpable de las tantas desgracias que han venido en mi pueblo..."

"¡Tú no eres el culpable de nada de eso! ¿Es que no lo ves?" ChanYeol instó al tomarlo por los hombros y girarse. Al principio no supo qué más decirle, porque había tantas interrogantes, pero si podía enfocarse en algo para sacar a BaekHyun de ese círculo vicioso, iba a hacerlo. "Te has estado tratando desde que entendimos algo estaba bloqueándote. Hemos hecho todo tipo de rituales, y aunque se sabe que esto puede tomar mucho más tiempo del que hemos sido capaces de dedicarle entre el trabajo que debe hacer aparte uno mismo, el que el Toro en ti esté muriendo no quiere decir que sea solo por aquello que intentas sanar tan lentamente... Algo está ocurriendo dentro de ti, pero no puedes sanarlo porque hay algo más allá de nuestras manos que te está dañando de manera interminable."

"¿Qué?"

"Yo..." sacudió la cabeza otra vez. Entre labios relamidos y ojos conflictuados, ChanYeol apenas supo decirle. "Es todo lo que sé. Al verte en el Reino de los Sueños esta noche, BaekHyun, solo sé que lo vi, eso fue lo que vi. No eras tú el que estaba frente a mí como no eras tú el que estaba haciéndole ese daño a tu espíritu. Por más que hubiera estado convaleciente ante los horrores que pasaste y por los cuales acabaste con heridas graves, te abriste al camino de la sanación, ¿ok? Tu espíritu no debería estar atado como lo está y lo estuvo en mi sueño. Nada de eso tiene que ver con los dolores que la vida y uno se provoca en sí mismo."

"Entonces, ¿por qué...?" BaekHyun se calló a media oración en lo que estaba diciendo. Como si la realización de algo hubiera llegado en ese momento, volvió a mirarle, y sorprendido solo dijo: "Alguien... ¿alguien ha estado haciéndome esto?" Asintió. No tenía certeza de decirlo, pero era su mayor idea hasta el momento. "¿Quién?"

"No lo sé, pero si algo me ha dejado claro el sueño es que no es un quién sino un qué," BaekHyun volvió a fruncir el ceño. ChanYeol sabía lo que era eso, era el mismo gesto que había cargado tan pronto pudo calmarse y regresar de su sueño. "No me lo dijo, pero sé que no ha mentido, nadie puede mentir ni ocultar nada en el Reino de los Sueños, el problema es que todo está entredicho."

"Esa es la razón por la que quisiste venir a investigar lo que habías visto," BaekHyun paseó sus ojos por la habitación en la que estaban en ese momento, y con estos enfocados incluso en los libros junto a sus pies, en el suelo de madera, se cubrió la boca antes de volver su rostro a donde todavía lo estaba viendo por mantenerse sostenido en sus hombros. "ChanYeol... ¿por qué...?"

"¿Por qué, qué, BaekHyun?"

"¿Por qué haces todo esto? ¿Por qué? No lo entiendo... ¿por qué, por qué haces tanto por mí?" Pestañeó ante esa cuestión, tomado de improviso. Casi se alejó, si no hubiera sido agarrado esta vez por BaekHyun al poner sus manos al nivel de sus brazos flexionados. "Dijiste que temías perderme, ¿es eso? ¿Tú...? ¿Me quieres?"

"BaekHyun..."

"Dilo, por favor, sé honesto conmigo. Sabes que no me gustan los mentirosos."

ChanYeol apretó los labios, pero asintió al decirle.

"Sí lo hago, BaekHyun, te quiero..." eso tomó un respiro del taurino, antes de que pudiera decirle: "Te quiero tanto como amigo."

"ChanYeol..."

"Y me gustas. Me gustas mucho, más que solo un amigo," un leve color rojizo despertó en las mejillas de BaekHyun sobre eso. Al tenerlo tan cerca de él, ChanYeol no pudo evitar mirarlo. Sonrió, porque era el gesto más bello que le había visto, aun al ser tan tímido. "No sé en qué momento fue, si acaso... solo fue algo que nació en mí por convivir durante tanto tiempo, entre verte ser tan frívolo y hasta desafiante con la gente que te estaba por correr en esa ceremonia hace más de un mes que nos reunimos, con tus actitudes que iban cambiando día a día según el entrenamiento y las lecciones pasaron, sobre tus risas divertidas, los enojos sin fundamento, esos berrinches y tu forma tan mágica de ver aún bajo tantas atrocidades la esperanza de entender el mundo que te fue prohibido por años en las mismas lágrimas que conmigo compartiste al dejarme conocerte fuera de lo que tú ya sabías de mí entregada mi confianza al permitirte entrar hasta mi casa y mi propia cama... Llámalo fe, coincidencia o destino, lo que sea que pasara aquí, estaba sellado en suceder y no porque unas diosas me lo hayan dicho. Te conocí incluso antes de eso y lo sé, porque tal vez mis sentimientos comenzaron a desarrollarse desde esa primera noche en la que apareciste ante mí, sobre ese buen primer amigo que me permitiste ver en ti, sin importar los errores por los cuales te has esforzado hasta ahora en redimirte siguiendo cada proceso que he podido dar. Pero si algo tengo que decir incluso en todo este poco tiempo que he podido saber de ti es que no estaría loco por decirte justo lo que ya he dicho. Me gustas, BaekHyun, de verdad mucho."

"¿Te gusto? ¿De verdad, en serio?" Repitió el otro, y entre lágrimas que no quería soltar por lo tan poco sentimental que gustaba ser, ChanYeol asintió en medio de esa sonrisa que ya crecía de antes. "¿Con todo y con cuernitos?"

Se rio. Si BaekHyun quiso reafirmación, solo tuvo que atraerlo a él y al abrazarlo, besó ambos cuernos entre su cabello rubio revuelto del mal sueño perdido en la devoción que cada uno merecía de él.

"Sobre todo con cuernitos."

"Tú también me gustas mucho, ChanYeol, no solo como amigo," BaekHyun respondió opacada su voz por pegarse a su pecho. Con sus manos enrolladas en la bata rosa de su pijama, inclinó su rostro para pegarle a su cabeza y cuerno derecho. "No sabía cómo admitirlo, porque no estaba seguro de que fuera correspondido. Incluso en aquella primera noche al conocerte fue difícil que pudiera hablarte. Si consideras la situación en la que estaba para esos momentos, huyendo de un pueblo, temiendo por el regreso a la casa de mis padres, con maldiciones corriendo por detrás de mí, nadie pensaría que habría actuado como lo hice contigo. Pero aun así... lo hice, y se sintió tan bien, luego de todo el odio que estuve atrayendo... me dejé llevar por ti, como si fuera esa fe, coincidencia o destino que dices. Quizá fuiste tú mismo, con tu torpeza e inocencia que estaba impresa en tu hermoso rostro de niño y exudaba como agua en cascada por tus poros..."

"¿De verdad me veía tan inocente?" BaekHyun se rio y llegó ahí a separarse, solo para verle poquito por debajo de él en esa estatura que, diosas, cuánto podía gustarle.

"Eras solo un niño que nunca había salido de su casa."

"Y lo sigo siendo."

"Pero me acogiste. Al niño que Venus dio la espalda, al niño que dejó huyendo su casa."

"Todo porque pude volver a verte, si no lo hubiera hecho sabiendo que te largué ese día con lo de mi padre, sin entenderte..."

"Es irónico el destino en ese modo. No planeaba ir a la ceremonia de entonces. En general, fue difícil que llegara a mí la carta considerada mi estadía corta en tantas constelaciones, pero... supongo que la magia pudo hallarme, y aunque fuera apresurado por tomar las decisiones tan lento, me dije que era lo mejor creyendo que entre ustedes tal vez podría hallar de nuevo mi camino. Y lo hice. Mi camino estaba en ti."

"BaekHyun, eres..."

"¿Puedo besarte?"

"¿Qué?"

"Nunca he hecho algo parecido, pero en estos momentos quiero... ¿tú no quieres experimentar el sabor de un primer beso conmigo?"

ChanYeol abrió los labios como si esperara responder, aunque... ¿cuándo se había negado a experimentar algo de primera mano?

Al acercarse a los labios de BaekHyun no hubo mucho que supiera hacer. Por más entendidos que tuviera todos los combates de estrategias y movimientos sobre el tiro con arco, y se hubiera leído cada tomo para enseñarse sobre el mundo mágico del que formaba parte, dar un beso jamás había estado entre sus posibles enseñanzas.

BaekHyun se lo había dicho, tampoco era un experto. Su primer beso fue tan simple por eso, con sus labios solo tocándose, deslizados en el sentir lo que era un poco de la piel del otro, y luego...

Al separarse, ChanYeol lo miró inquieto. ¿Habría sido eso suficiente?

BaekHyun pareció decirle lo contrario. Lo tomó de nuevo, y al dejar sus manos a cada lado de su rostro, profundizó el gesto al juntarse más sobre la presión de sus labios. BaekHyun lo besó tantas veces, entre dulces y tiernos piquitos, inexperimentados labios que buscaban moverse intermitente ante la inseguridad de los otros, y sobre una lengua que lamió sus cavidades, ChanYeol sintió el calor en su propio interior como nunca habría creído sentirlo.

No era algo que sus maestros le hubieran explicado alguna vez, pero tal vez MinHo... le había dicho lo que era explorar un poco en su sexualidad. De algo estaba seguro. Ese cosquilleo por debajo de su abdomen sobre la sensualidad que BaekHyun expresaba aun con sus besos torpes, era su primer acercamiento al desarrollo de eso.

Se separaron luego de segundos en intentos. Fueron segundos realmente, quizá hasta menos de un minuto. ChanYeol lo sintió como si hubieran sido horas y hasta meses. Al separarse con la respiración errática (no realmente jadeante, tampoco era como si hubiera corrido un maratón, era solo el hecho de que su corazón estaba latiendo como un loco en ese momento y con algo debía aferrarlo en su calma al no salirse), miró a BaekHyun que se limpió poquito el labio de saliva.

La inexperiencia en el beso dejaba eso. Saliva por todas partes.

No le importó, encontrar el rojo de sus labios pintados en los de BaekHyun le hizo sonreír como un niño. Del mismo modo en el que lo hizo el taurino hasta reírse y cubrir su rostro de nuevo en el abrazo sobre su pecho.

"Gracias por dejarme tener esta experiencia contigo, ChanYeol. Prometo hacerlo mejor si tus sentimientos siguen siendo recíprocos a los míos."

"Van a serlo, quiero llegar hasta decir que puedo amarte, BaekHyun," se apretó el agarre de sus manos en su espalda con eso, y ChanYeol volvió a besarle solo al nivel de su coronilla al saber lo muy oculto que estaba ahora en él para hacer nada más que eso. "Igual, si lo que quieres es experiencia en dar un beso... siempre podemos practicar, ¿sabes?"

"Me gustaría tener también ese tipo de entrenamientos."

"Ya lo creo," se rio de nuevo, eso no duró mucho al recordarse justo lo que estaba haciendo. Frente a la visión de todos los libros esparcidos y sacados de su estante, ChanYeol suspiró sabiendo que debía decirle: "Solo podremos tenerlos si sigues vivo, BaekHyun. No podrás sentirme si has perdido tu espíritu, ni aunque yo lo intente."

"¿Qué tenemos que hacer para evitar la pérdida de mi espíritu entonces?"

Al mirarlo otra vez, alejado de su abrazo por la severidad en su tono, ChanYeol miró su alrededor, y señaló lo obvio que estaba en el suelo.

Sabían lo que significaba eso. No iban a parar ahora hasta que pudieran resolverlo.

BaekHyun recogió los primeros libros.




✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊷⊷❍⊶⊷⊷✶⊶⊶⊷❍⊶⊶⊷✶

¿Recuerdan que les dije que esta era la última parte de la historia? Mentí xd

Ok, técnicamente no mentí, el problema fue que quise hacer esta parte el final, pero me extendí demasiado con todos los sentimientos y descripciones que el capi quedó como de 11k palabras (solo en esta parte), y pues... considerando lo que se viene en el final, es mucho más. Probablemente fueran como 20k o más si no lo dividía, y la verdad aunque me gusten los capis largos, no creo que esté bien hacerlos /así/ de largos.

Menos porque puede ser cansado hasta para la gente que lee. Y mi toc no me deja ver que iniciara siendo una historia de 5K en un capi y terminara en 20K en otro 💀

Así que, para mejorar esto decidí dividir el final en dos, lo que hizo la historia de un 3S a un minific xd (asunto arreglado, yey!, tenemos todavía otro capi de esta historia).

Lo que realmente es mejor para no darles un final todo rápido y apresurado solo por cerrar en menos palabras. Y esta parte pudo ser actualizada antes de que más tiempo pasara desde que salió la otra, así que agradezcan~

Pero bueno, basta de explicaciones. Mejor díganme: ¿cómo se sintieron con leer esta parte? 🫠

♉️ ¿Les gustó lo que pudo verse? Al fin sabemos lo que BaekHyun estaba tanto escondiendo, su pasado triste (🥺), y su proceso de sanación~

♉️ Además, ¡ya hubo beso! Un poco apresurado para mi gusto, pero necesario porque la historia es corta. ¿Qué tal fue todo eso? Con todos los sentimientos que se desenvolvieron 🤧

♉️ ¿Y qué piensan que está reteniendo el espíritu de BaekHyun? ¿Será posible que lleguen a salvarle? Lo averiguaremos 👀

*Las: Sal.
*Etadómoca: Acomódate.

Eso es todo por ahora entonces. No olviden que tenemos otra parte para terminar esto (ahora sí—demonios, esta es la segunda vez que algo así me pasa 🤡), ¡nos leeremos luego! 💙

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top