『 Capítulo seis 』

𝐂𝐀𝐍𝐒𝐀𝐍𝐃𝐎
══════════════

──Tenías un trabajo ──Steve Rogers señala, luego de una misión en donde han salido con una victoria a medias, al menos, desde de su punto de vista──. Si tu seguridad no te importa, está bien, es tu problema, pero no arrastres al equipo en ello.

Tony solo rueda los ojos── estamos bien. Ya deja de exagerar, además si no fuera gracias a mi, no hubieramos conseguido las datos que necesitamos para el proceso legal ──odiaba cuando Rogers hace la mierda de regañarlo en medio de una reunión, sobretodo, cuando casi te explota un edificio en la cara──, el equipo está bien, pero todo lo que te preocupa es que no seguí tus estúpidas ordenes.

──No. No es solo eso y lo sabes...

──¿Sé qué cap? ──Se levanta de su asiento, la atmósfera se torna tensa──todo lo que veo es que estás haciendo un gran escandolo porque conseguí información importante para una misión.

──Te llevaste a Wanda, a los dos casi les explota un edificio en la cara. Corrección, les explotó ──el rubio señala las cicatrices y el ojo morado de Tony. Wanda, quien no se encontraba en la habitación, también tenía algunas herida menores por la explosión──, pero a ti no te importa eso, solo te importa hacer las cosas a tu manera.

──¡¿Disculpa?! ──Tony exclama, ya aburrido de tanto cinismo──. Hace seis meses cuando se te pidió hacer algo por el equipo nos diste la espalda, la única razón por la que estás aquí ahora, es por tus propios intereses.

──¡Basta señores! ──El general Ross alza la voz, su holograma se ve imponente a pesar de que este al otro lado del país──. Dejen de actuar como niños de diez años y enfoquense en lo importante.

──¿Enfoque? ──Tony repite cortante── puedo darte un enfoque. El señor capitan perfecto, está molesto porque terminamos de forma exitosa una misión en la cual, yo desobedeci salir rápido de una habitación llena de archivos y evidencia que nos va ayudar. Entonces, ¿ahora soy el malo y egoísta? como si él nunca hubiera actuado así en su vida ──el castaño se da la vuelta para mirar a Rogers de frente──, como si hace seis meses el no hubiera mandando todo a la mierda y hizo todo a su manera. O dime Steve, los errores son errores cuando vienen de los demás, pero cuando tú los haces, es un acto noble.

Steve lo mira de forma aguda por un par de segundos, hasta que su mirada se suaviza un poco── solo sé más atento a mis ordenes.

──No ──Tony golpea sus palabras, está harto, cansado, adolorido y tiene ganas de irse──, haré lo que crea nos traerá mejor beneficio, te guste o no.

──Ninguno de los dos hará nada ──Fury interrumpe──. Capitan sigue dando las órdenes, Stark gracias por los archivos. Necesitamos que ambos colaboren ──termina de puntualizar, levantándose de su asiento mientras observa la hora── terminamos por hoy.

Tony es el primero en salir, cruza un par de pasillos en el complejo hasta que llega a la sala principal, se recuesta en un sillón pasándose las manos por el cabello, suelta una larga respiración cansada. Se queda meditando sobre sus acciones, llega a la conclusión de que Steve Rogers debe irse a la mierda, él no ha hecho nada pero todavía siente que es así.

Rhodey aparece un momento después, anunciando su entrada con un golpe sonoro en el marco de la puerta── ¿todo bien?

El ingeniero intenta su mejor cara para tapar su mal humor, no lo consigue── Más o menos──responde. Su primer pensamiento fue mentir con un "sí, solo estoy odiando a todos", como suele hacerlo, pero la mirada de su mejor amigo no le permite mentir── estoy considerando fuertemente lo de mudarme a la torre.

──Deberías hacerlo ──Rhodey declara. Tony levanta su mirada hacia la del contrario, impresionado── creo que sería bueno para ti.

──¿En serio? ──pregunta un poco incrédulo, una pizca de diversión en su voz── ¿Sin una charla sobre cosas negativas y positivas?

──Basta, cualquiera pensaría que soy así de malo ──Rhodey se burla── en serio, después de todo las misiones actuales quedan lejos estés aquí o en New York, así que no hay nada negativo está vez.

──¿Cien porciento de acuerdo conmigo entonces? ──Tony pregunta con la misma ironía que antes. Rhodey asiente──, nunca pensé que vería el día.

──Sí, no te acostumbres ──Le sonríe un ultima vez, su semblante cae, poniéndose un poco serio, pone una mano en el hombro de Tony──, me preocupas Tony, no eres el único cansado de esta mierda.

──Gracias ──susurra con el mismo cansancio que siente en ese momento.

Rhodey le palmea el hombro un par de veces──. Tengo que irme, hasta el próximo desastre.

Antes de que Rhodey logre salir por la puerta, Tony le grita un breve── ¡eso es más pronto de lo que piensas!

La habitación se queda en un silencio contemplativo por unos segundos, Tony decide que no hay tiempo que perder de todas formas, así que tomando su teléfono, marca el número de Stephen con la esperanza de que responda.

Al terce tono, la voz imponente clásica de Stephen resuena── ¿qué sucede Stark?

──Ayer dijiste que tenías tiempo libre ──Tony golpea sus dedos en sus piernas un poco nervioso── ¿todavía estás disponible maestro de las artes místicas?

Tony jura que puedo ver el momento exacto en que Stephen frunce el ceño con diversión, a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia── ¿Sin apodo tonto? Me sorprendes.

──Stephen, "maestros de las artes místicas" es un apodo tonto para un puesto ──se ríe──. Entonces...

──Estaré ahí en veinte minutos.

──Hasta entonces guapo ──se despide de forma javial, cuando la llamada se corta, Tony no puede evitar soltar un pequeño "gracias" al aire.

Ahora, su corazón hace lo de latir demasiado rápido, odia eso, sabe lo que significa y sabe que no es algo bueno.

Cuando Stephen llega unos veinte minutos después, veintitrés para ser exactos ⎯¿quién esta contando de todas formas?⎯, Tony se da cuenta de que no tiene la energía para finguir, entonces sí, tal vez debió esperar para irse corriendo a New York. Pero Stephen ya está aquí, por lo que lamentarse no va a servir de todas formas.

En cambio, intenta lo mejor que puede su sonrisa engreída──. Hola guapo.

Stephen pasa de tener un semblante abierto, a uno que se cierra rápido en donde se encuentran las cejas y sus labios, pronto está entre serio y preocupado mientras observa al ingeniero, quién se pone un tanto nervioso con la mirada intensa, su corazón latiendo en su pecho. Un sentiemto extraño emerge de su piel, es cercano a la vergüenza, pero no es eso o tal vez sí, en realidad Tony se pierde un poco del presente.

Luego recuerda el presente: debe lucir como alguien a quien casi le explota un edificio en la cara, aunque eso solo es un hecho que quiere ignorar.

Stephen no lo hace──¿Qué te sucedió? ──le pregunta despacio, señalando su cara.

──Misión ──responde intentado quitarle toda importancia posible.

──Vamos ──Stephen ordena, señalando el portal abierto justo a su lado. Tony no se opone, entre más pronto salga del complejo, mejor. Una vez del otro lado, Stephen lo invita a sentarse── ire por un botiquín.

La declaración enciende las defensas de Tony──. No es necesario, estoy bien.

──Tony, solo tengo unos meses de conocerte, pero sé cuando mientes diciendo que estás "bien" ──hace las comillas con sus dedos── pero en realidad no es así.

──No es tan malo ──réplica. Intentando salvar su cara; pero no sirve de nada. Stephen lo mira con una ceja levantada antes de asentir y caminar para buscar ese botiquín.

Tony suelta un gruñido, encondiendo su cabeza entre sus manos, hundiendose en el mueble donde se encuentra. ¿Por qué Stephen tenía que ser así? Atento, observador y paciente. Lo odiaba, no por Stephen, si no por la forma en que lo hace sentir. Lleva apenas unas semanas, cada día crece más y más como planta en buen terreno, no se supone que debería ser malo, la cuestión es que está cansado de esto.

Cada vez que Tony consigue una persona decente, se termina aferrando a ella, al punto de desarrollar sentimentos, entonces se siente patético, es consciente de lo necesitado que suena enamorarte de alguien solo porque actua como una persona decente a tu alrededor. Entonces sí, lo odia, siempre termina mal, y él no quiere perder a Stephen.

El hechiero regresa poco tiempo después con lo necesario para limpiar las heridas abiertas en el rostro de Tony. Le entrega una bolsa con hielo para su ojo morado, la acepta y coloca sin protestar sobre su herida.

──No tengo la precisión que tenía cuando era cirujano...──Le informa. Agarra un pedazo de algodon y lo moja en alcohol, acto seguido posiciona una mano por debajo del menton del moreno para mantenerlo en su lugar mientras con la otra mano limpia las herida. Tony suelta un pequeño quejido cuando siente el alcohol en las heridas── pero debería ser suficiente.

Tony no responde nada cuando Stephen le regala una sonrisa apacible por unos segundos, haciéndole saber que todo está bien, sigue en su deber de limpiar el profundo corte que se extiende en la parte posterio de su ceja. Permanecen en silencio, y Tony mentiría si dijera que no se siente... en paz. Cierra los ojos por un segundo, olvidándose incluso del pequeño ardor que le causa el alcohol sobre las heridas.

Stephen retira el algodón sucio dejandolo de lado, pero justo cuando esta por retirar la mano que mantenía en la mandíbula de Tony, este le detiene sosteniendo su mano de forma desesperada.

Stephen se sobresalta un segundo al sentir como Tony se acurruca un poco en su mano, algo cercano a la ansiedad se asienta en su estómago, aunque no es exactamente eso lo que siente. Se relaja unos segundos después, la intimidad del gesto se intensifica cuando Stephen empieza a hacer caricias, sintiendo la piel del otro.

Se quedan ahí por unos segundos, Tony con los ojos cerrados aferrandose a lo único que considera bueno en este precioso momento en su vida, y Stephen observando a la persona que debería ser el amor de su vida.

Tony vuelve a la realidad, abriendo los ojos de golpe suelta la mano de Stephen, quien puede jurar que ahora tiene un sonrojo a flor de piel.

──Lo siento ──le susurra sintiéndose pequeño. Lo estaba haciendo de nuevo y se odia por no detenerse, en especial cuando sabe que Stephen no estaría interesado en él de esa forma.

──Tienes las manos frías ──Stephen señala. Una pequeña carcajada saliendo de sus labios hace que la ansiedad recién adquirida de Tony deje de presionar.

──Estoy cansado ──suspira. La forma en que dice esa frase confirma el estado de animo de Tony.

Stephen se encoge de hombros──entonces duerme.

Tony suelta un resoplido cercano a una risita irónica──, sabes que no es tan sencillo.

──Creo que puedo ayudar.

──¿Té posiblemente con drogas para dormir?

──No tienen drogas, solo es té ──Stephen le sonríe con confianza.

──Está bien, no soy tan fan del té, pero lo compró solamente porque quiero tener una noche de paz.

──¿Vas a dormir en mi mueble? ──le pregunta, señalando lo descarado que eso sería.

Tony niega brevemente──. Me quedaré en la torre. Por bastante tiempo, me estoy mudando aquí.

Stephen abre los ojos sorprendido──oh no, ahora te tendré más cerca.

Tony suelta una carcajada, y Stephen reconoce que es la única sincera que ha soltado en todo lo que va de noche

──Deja de actuar como si no te encantará la idea, Strange.

Stephen piensa mentalmente, que sí, tal vez le agrada un poco.

──No se como llegaste a esa conclusión, Stark.

Tony hace como que lo está pensando, pero en realidad no es así──. Porque solo te conozco de unos meses, pero sé cuando mientes.

──¿Te gustan los niños? ──Tony le habla desde el mostrador. Su camisa recién planchada se arruga un poco cuando se gira hacia adelante para ver a Stephen, sus manos se posan por encima del mármol.

──A dos cuadras de mi, sí ──Responde. Tony suelta una sonrisa desde su posición, cuando Stephen deja salir la propia, tomando su taza de té en el sofá, no puede ver la sonrisa de Tony, pero el intuye que la tiene.

No se equivoca──. También decía lo mismo, pero una dosis de Spider-man será suficiente.

El ascensor hace el sonido que hacen los ascensores cuando llegan a un piso, las puertas se abren. Stephen ve por primera vez a Peter Parker, castaño, tez pálida, ojos marrones, no tan bajo pero tampoco muy alto, de unos quince años.

Lo primero que hace al entrar es dirigirse hacia Tony con una sonrisa──. Señor Stark.

Peter se aferra al cuello de Tony, el multimillonario se deja llevar un minuto, entonces le pide a Peter que lo suelte, el castaño menor retrocede. Stephen observa la interacción de forma entrañable, viendolo detalladamente, se da cuenta lo parecidos que son.

Se sentía ameno tener a Tony en New York, llevan algunas semana con una nueva rutina, Stephen viene después de las 1pm, y almuerza con el multimillonario. La mayoría del tiempo, Tony lo saca a restaurants que solía visitar en sus épocas doradas cuando era neurocirujano, pero hoy, Stephen había traído comida que Wong preparó, ansioso de compartirla con Tony.

Stephen estaba a punto de irse, terminado su té que había hecho luego de unas horas en las que estuvieron hablando sobre los acuerdos y los informes de Stephen.

Entonces es cuando llegó Peter, es la primera vez que Stephen conoce al protegido de Tony.

──¿Qué te trae por aquí niño? ──Tony le pregunta, intentando no parecer muy emocionado por el hecho de tener a Peter en la torre, falla en el intento, incluso con una sala entera de distancia, Stephen puede ver las arrugas en sus ojos a causa de una sonrisa verdadera.

──Tarea ──se encoge de hombros.

──¿Solo tarea?

──Sip.

Ninguno de los admitiría cuanto se han extraño, luego de unas semanas sin verse.

Stephen se pone de pie, la capa siente como su amo se levanta, volviendo de quién sabe dónde, y se posiciona sobre los hombros de su portador.

──Bien, creo que es hora de irme ──Anuncia. La mirada de Tony es la primera en alzarle.

──¿Usted es el señor Strange? ──Peter pregunta, los ojos brillantes como los de un cachorro, emocionado se acerca al hechicero como inspeccionándolo.

La capa se levanta de los hombros de Stephen, y parece que quiere presentarse con Peter, el adolecente mira el objeto con asombro, antes de señalarla como si estuviera viendo por primera vez un coliseo en roma.

──¡Esta viva! ──grita demasiado fuerte. La capa asiente, a su estilo, antes de posarse sobre los hombros de Peter.

──Sí, soy el Doctor Stephen Strange ──dirige una mano hacia Peter quien la acepta con gusto── Y esa, es mi capa.

──¿No tiene nombre?

Stephen ríe pensando en la vez que Tony le había preguntado lo mismo──no lo necesita.

Peter parece que le han dicho la peor cosa en toda su vida──. Pero está viva, ¿cómo hace para llamarla?

──Solo les doy ordenes, a veces las cumple, a veces no ──se encoge de hombros

──¡Lo ves! ──Tony entra en la conversación, dejando de apoyarse sobre el mostrador de la cocina──. No estoy loco, es raro que no tenga nombre.

──¿Cómo va a saber que le estás dando una orden si no tiene nombre?──Peter pregunta tan rápido que a Stephen le empieza a doler la cabeza.

──Ella solo lo sabe ──responde, cruzando de brazos con dramatismo──. Peter Parker, Tony dijo que me caerías bien, pero eres como su versión pequeña, ya tengo suficiente soportando la adulta.

──Lo siento ──la mirada de cachorro lo sigue, la capa se aprieta sobre sus hombros── Señor Stark dice que eres amargado, pero que tienes cosas raras. Me gusta su capa.

El niño le sonríe, Stephen empieza a entender porque Tony dijo que era irresistible──. Solo estoy jugando Peter, es un placer, Tony me han contado un par de cosas de ti.

──Señor Stark también habla de usted todo el tiempo.

Una corriente le recorre la espalda, cuando se da cuenta que Tony estuvo contándoles a todos sobre él. No solo Peter, también Pepper, también Rhodey. Lo había confirmado hace unas semanas, cuando ambos entraron en el laboratorio de Tony, Stephen estaba casualmente ahí.

Le dirigió una mirada discreta a Tony quien estaba cruzado de brazos avergonzado──, debí pensarlo mejor antes de meter a los dos en un mismo cuarto.

──No lo escuches Peter, en realidad está feliz de tenerte aquí ──Stephen se ríe.

──No le hagas ilusiones, Strange ──Tony se cruza de brazos.

──Deja de hacerte el difícil, Stark ──Stephen le responde sin perder el hilo.

──No me hago el difícil, Strange ── Tony réplica, acentuando su voz cuando dice el apellido del hechiero──. Soy difícil.

Stephen se echa a reír── Sí, difícil y terco como una mula.

──De vuelta a los insultos.

──Y también un dramático ──Stephen pone los ojos en blanco con fastidio, falla en transmitir eso, la sonrisa en sus labios es más grande que su semblante fruncido──. En serio tengo que irme, nos vemos luego.

──Adios Doc.

──Adiós Tony. Un placer conocerte Peter.

Peter le regala una sonrisa a Stephen, después de haber estado perdido entre la conversación que mantenían ambos adultos, hace unos segundos──adiós señor Strange, un placer conocerlo igual.

Stephen vuelve al santuario luego de su almuerzo con Tony, Wong lo ha llamado a una reunión urgente que debió haber empezado hace cinco minutos más o menos. Stephen camima con cuidado hasta la sala del santuario en donde se pueden observar las amenazas místicas. Wong observando el bienestar de los escudos mágico está dentro de la habitación.

──Un poco tarde Stephen ──Wong hace su versión de saludo. Luego de tanto tiempo conociendo al otro hombre, Stephen sabe leer entre líneas.

──Lo siento ──le responde. Acercandose hasta el orbe, para observar el estado de los escudos místicos, junto a Wong.

──La puntualidad nunca ha sido tu fuerte ──Wong se burla. En realidad, Stephen suele ser muy puntual, pero su retraso tiene nombre y apellido, aunque es tema es para otra ocasión, sinceramente no va hablar de eso ahora──. Tenemos un grave problema frente a nosotros.

──¿De qué hablas? ──Stephen pregunta un poco desconcertado──no hay ninguna amenaza, y no veo nada aquí tampoco.

Wong deja de observar los escudos y se concreta completamente en Stephen, soltando un suspiro──. Eso es porque no estas prestando atención.

──¿Qué sucede? ──pregunta. Ya sintiéndose preocupado.

──Los maestros de los otros santurios han reportado pérdidas de algunos estudiantes ──Wong empieza. Stephen está por responder algo cuando Wong vuelve hablar──. No parece lo típico de que abadonaron todo sin decir nada, parece más como...

──¿Si los hubieran secuestrados? ──Stephen cuestiona boquiabierto.

Wong le da un leve asentamiento con la cabeza──. Así que decidí hacer lo mismo, y sí, aquí también ha desaparecido gente ──Wong juntas las manos, Stephen lo reconoce como un gesto que suele hacer cuando se siente preocupado──. Por eso estaba buscando si había alguna entendad acechando de la que no sepamos nada, pero todo parece en orden.

──¿Qué propones entonces?

──Ese es el punto ──Wong sigue con su mirada hecha piedra sobre el otro──, eres el hechiero supremo Stephen, tenemos que averiguar que pasa.

Stephen asiente de acuerdo──. Creo deberíamos empezar por revisar los libros o si falta alguna reliquia, así podríamos descartar si es una rebelión como kaecilius.

Wong hace una reverencia hacia Stephen, comunicando que va a seguir la orden, pero justo antes de girar por el pasillo hacia la sala de reliquias, un retumbido proveniente de lo biblioteca lo hace aterrizar contra la pared, dos minutos después, tanto stephen como wong, están en el lugar, un holograma se proyecta, Stephen reconoce la figura casi de inmediato, es Clea.

──Stephen, estamos en peligro ──logra decir. Su respiración acelerada, se ve como si acabará de pelear contra algo, o mejor dicho, alguien. Parece que estár encerrada, la delata el reflejo del vidrio en el holograma, es una prisión extraña──Si ves esto...

Es todo lo que hay, el holograma vuelve a explotar, ahora ambos místicos permanecen en su lugar, a pesar de que la ráfaga de viento hace que los libros vuelen por toda la habitación.

Arriba, escuchan un ruido, y salen corriendo con escudos en mano, esperando alguna especie de ataque, ambos quedan atónitos cuando el protector del santuario de Hong Kong y el de Londres, cierran sus portales.

──¿Ustedes también lo recibieron?──Pregunta el maestro de Hong Kong. Stephen y Wong asienten al mismo tiempo, a la vez que comparten una mirada preocupada.

──Eso descarta lo de los rebeldes ──Wong le anuncia a Stephen, su mirada complemente teñida en miedo y preocupación

──Ahora estamos buscando a quién haya sido capaz de secuestrar a los nuestros ──Stephen declara de forma firme.

──¿Quién? ¿Por qué? ──El maestro del santurio de Hong Kong pregunta atonito.

──¿Quién tendría la fuerza para doblegar a tantos estudiantes talentosos y místicos? ──ahora es el encargado del santuario de Londres quien cuestiona.

Todos se voltean para mirar al hechicero supremo, quien está tan preocupado como el resto en la habitación. Stephen se recupera rápidamente al sentir las miradas sobre él, correcto, es el hechiero supremo, hay una amenaza contra a quienes juro proteger, no tiene tiempo para parecer débil frente a quienes le sirven.

──Eso es lo que vamos averiguar ──Stephen abre un portal hacia Kamar-Taj──. Busquen todos los hechizos de rastreo. Estamos ante algo grande.

Con cada día que pasa Stephen pierde la cabeza, los hechizos de rastreo no funcionan, no hay pistas al respecto, cada cosa permanece tal cual como estaba antes. Se siente desesperado, está fallado en su responsabilidad como hechicero supremo, eso por decir lo mínimo, no logra dejar de sentirse culpable. Si hubiera prestado atención a sus deberes no habrían discípulos desaparecidos, le es imposible no pensar que es su culpa.

A la segunda semana de investigación exhaustiva, terminan descubriendo un hechizo de rastreo que los guía hacia el último lugar donde estuvo Clea. Justo cuando parece que hay una pequeña pista de algo luego de semanas de búsqueda, todo sale mal.

El hechizo los lleva hasta un edificio abandonado, nada parece tener sentido, ¿por qué sería este el último lugar en donde estuviera Clea? Stephen no tiene mucho tiempo para pensar en ello, no cuando el edificio estaba en llamas.

Stephen gritaba el nombre de Wong, su amigo no parece dar señales, lo que le pone mil veces peor.

──¡Stephen! ──Escucha el grito, al instante siguente en que logra asimilar algo, hay un portal frente al hombre, Stephen está por alcanzarlo, pero justo cuando intenta entrar, se cierra de golpe, lo último que Stephen escucha es la voz de Wong angustiada gritando su nombre.

Stephen intenta abrir un portal, pero no lo logra, como si su magia estuviera ¿débil? Las chipas resaltan nuevamente por los bordes del vacío, pero no es suficiente, apenas logra conseguir nada. Fatigado por el fuego y tanto correr, su mente se redirecciona de forma inconsciente a otra lugar, con eso, intenta nuevamente abrir un portal.

Cuando se abre un agujero del tamaño decente para entrar, Stephen no lo piensa dos veces antes de hacerlo, se cierra justo luego de que pasa, y se deja caer sobre el piso lujoso ¿de la torre Stark? Stephen está muy cansado para pensar en eso, el solo quiere unos segundos paz.

Así que desmaya sobre la sala de Tony mientras la sangre se extiende.

A partir de aquí, las actualizaciones serán cada dos semanas.

Amo mucho los comentarios que me han dejado últimamente <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top