—Creo que tu abuela se aventó al tobogán.

Le informo a mi esposo. Pega un salto levantándose del camastro, ni siquiera me dejó terminar. Me estampo una mano sobre la frente y voy tras de él.

—¡Nana ahí voy!

Su abuela está nadando plácidamente con su dinosaurio que tiene como mascota. Mick lo detesta, pero es la cosita más cariñosa. Es una iguana bastante social.

Me aferro a la pared como gato. Odio los cruceros, pero acepté venir solo por ser mi luna de miel, al menos tengo buena compañía y las risas nunca faltan.

—¡Mira, ratoncito!, ¡Mingo sabe nadar!

—¡Nana, no metas a esa lagartija a la alberca, está prohibido!

Como ahora.

Me siento en la orilla disfrutando del show mientras su nana huye de su nieto usando como arma al pobre animalito.

Ja, estas serán las tres semanas más interesantes.