CAPÍTULO 69
Desperté en el hospital, rodeada de ositos de peluche. La primera persona que vi fue Neira, que estaba sentada a mi lado y leía una revista.
—Hola—murmuré sin apenas voz.
—¡Ya estás despierta! nos tenías preocupadas —exclamó al oírme.
Avisó a las enfermeras, que vinieron enseguida cargadas de preguntas.
—¿Cómo se encuentra?—comenzó una de ellas, pero sin dejarme siquiera contestar, me asaltó con otra pregunta.
—¿Recuerda por qué está aquí?—inquirió mirándome a los ojos.
—Lo recuerdo, mi ex me secuestró —respondí serena, pese a la gravedad de los hechos.
—Enseguida vendrá el doctor para examinarla—añadió su compañera, arrastrándola fuera de la habitación.
Me asaltaron con un batallón de pruebas, análisis y radiografías, no me dejaron descansar hasta casi llegar la noche. A esa hora estaban conmigo mis dos mejores amigas del momento, Neira y Lara.
—Deberíais iros a descansar—aseveré, apuntándolas con el dedo índice como amenaza.
—No podemos irnos, hemos prometido cuidarte hasta que nos releven del puesto —afirmaron con rotundidad, levantando las manos y sin explicarme nada más.
—¿Habéis avisado a mis padres? —aventuré sin saber a quién se referían.
—Hemos querido esperar a que despertaras para avisarles, es otra persona...—añadió Lara de forma enigmática.
—No sé por qué tanto secretismo, en fin, a mí me gusta estar con vosotras, mañana avisaré a mis padres —comenté cambiando de tema.
—¿Qué les vas a decir? —inquirió Neira— Ellos quieren mucho a Mel.
—Lo sé, pero tienen que saber la verdad—Pensé en cómo se lo diría y de pronto me asusté— ¿Han detenido a Mel?—exclamé.
—Sí, el mismo día que te rescataron lo detuvieron, está acusado de secuestro y lesiones, tendrás que testificar—explicó Lara , consiguiendo que me tranquilizase— Los chicos han preguntado por ti en las clases, estaban preocupados.
—¿Les habéis explicado lo que ha ocurrido?—pregunté preocupada.
—Sí, no con detalles pero lo básico sí lo saben —afirmó Lara.
Traté de averiguar cuanto tiempo había pasado desde que nos secuestraron a Trevor y a mí. Eso fue el lunes y me parecía que había ocurrido hacía siglos.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me secuestraron?—interrogué a Neira pues me vi incapaz de calcularlo yo misma.
—Mañana hace una semana, llevabas inconsciente tres días, Mel te retuvo cuatro días, dos junto a Trevor y dos sola. ¿Qué te hizo, Zara? —preguntó mientras tomaba mi mano—. Estaba muy preocupada, me llamó Lara preguntando si estabas conmigo...
—Lo siento, no creí que Mel se atreviese a tanto —Me disculpé por haberlas preocupado.
—No es tu culpa, pero de todos modos no vuelvas a hacer algo parecido nunca más —intervino Lara— ¿Te hizo daño?
Las miré a los ojos, sabiendo a la perfección de a qué se referían con daño. Creían que me había violado, pero me apresuré a aclararles que, pese a que me ató y me forzó a besarle, no llegó a agredirme sexualmente. Noté cómo sus expresiones cambiaban, transformándose en otras más relajadas.
—Creo que la persona que nos sustituirá está al caer —avisó Neira, sin especificar quién era.
—Voy a recoger, te quedas hoy también en mi casa, Neira, mañana te traigo al hospital y después voy al instituto.
—De acuerdo, pero esta noche cocino yo.
Mientras ellas hablaban y planeaban sus siguientes pasos, llegó la persona misteriosa.
¿Sabéis quién será? Seguro que sí. ¿Qué ocurrirá con ellos dos?
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