El atardecer comenzaba a caer lentamente sobre la ciudad, pareciéndoles el hecho más hermoso que ocurría. Un espectáculo digno de presenciar y admirar.

Les traía paz, y cierta esperanza para encontrar a la oveja perdida del rebaño. A su hermana y amiga, Emma; Ray suspiró, sacando de su trance a Norman, quien lo vio curioso.

- ¿Sucedió algo?

- No... Sólo, pensaba que jamás podía presenciar algo como esto – contó Ray, sonriendo de medio lado –. Únicamente pensaba lo que haría para mantenerlos a ti y Emma a salvo, también, creyendo que moriría cuando el escape se efectuase... Pero estoy aquí, vivo.

- ... Yo también creía que iba a morir – rió, ligeramente, encogiéndose de hombros con una suave sonrisa –, después de todo, los efectos secundarios de Lambda iban a matarme a mí y los de mi escuadrón... Pero lograron salvarnos, y mírame, aquí estoy, vivo.

Ray sonrió de medio lado, bufando –. Sí...

Volvieron a suspirar, solamente para mirarse en silencio, sonriendo.

Pues... Sólo era zafiro y amatista, luchando por la dominancia en el otro. (Sobre si Ray era quien ejercía más poder en Norman. O si Norman lograba conquistarlo).

Cuando en realidad, sin importar el orden, se complementaban y estaban bien. Bastante bien.

- Norman... Si encontramos a Emma...

Norman sonrió, tomando su mano, dándole un pequeño apretón a esta –. Si la encontráramos, la traeríamos a casa. Y aun así, yo seguiría contigo, Ray.

(En este y otros universos, siempre contigo).

El pelinegro sonrió, devolviéndole el apretón –. Lo mismo digo, Norman.

(Siempre serías tú).

Y en ese atardecer, Ray se permitió besarlo con tranquilidad. Y Norman le correspondió, con el mismo sentimiento.

Porque se había elegido, porque se amaban, y se querían mucho (demasiado).

Ray no lo dejaría ir. Y Norman, tampoco le dejaría ir.

(Porque el zafiro y el amatista ya habían elegido a quien amar, y no había dudas en su decisión.

Y eso, estaba bien para ambos.)

-Traumada Taisho

Y listo <3

Gracias por leer.