A Norman no le gustaba la escuela. Pero estaba obligado a ir, pues a demás de ser todavía menores de edad, tenía que hacerlo para aprender; aunque él y sus hermanos eran lo suficientemente inteligentes como para ir en los grados que debieran.

Si señores, ellos eran los más inteligentes de la escuela, sobre todo, el trío dorado. Y obviamente, por sus calificaciones y sus habilidades sociales, fuer rápidamente seleccionado para ser presidente del concejo estudiantil, más por obligación que por elección.

Y, sobre todo, detestaba hacer papeleo, y aunque tuviera a Vincent también como mano derecha para ayudarlo y Bárbara como Cislo, también estaba Ray y Emma que lo ayudaban; algo que agradecía en absoluto.

Aunque también había algo que no le gustaba y era, cuando Ray se encontraba casi absorto en sus libros. No le gustaba.

Es decir, Ray era libre de hacer lo que quisiera, pero, él quería también su atención. Y más, cuando Ray estaba con libros a su alrededor para estudiar, y es que... Norman no quería estudiar, y consideraba que ellos eran lo suficientemente inteligentes como para tener que estudiar.

Fue por eso que estando ambos en la biblioteca, sentados uno frente al otro en las mesas de ahí, se levantó y le quitó el libro, ganándose una mirada interrogante de él.

- Norman, ¿Qué...?

Lo besó, callándolo por el momento, desconcertándolo. Aunque luego optó por seguirle, profundizando más el beso.

Y cuando se separaron, se miraron por un instante.

- No quiero estudiar, Ray.

- Yo tampoco, pero, es necesario. – repuso, e iba a tomar su libro, cuando Norman lo detuvo. Él suspiró.

Definitivamente, no iban a estudiar, al menos no por ese día.

-Traumada Taisho