III


¿Cómo lo haría? ¿Cómo conseguiría aquel cabello rojo?

Se lo medita allí mismo, en la oficina, teniendo a la chica pelirroja frente a su nariz y con la mano estirada para presentarse con todas las formalidades de la Tierra. Un error de él, por supuesto, que nunca logró acostumbrarse a los saludos humanos puesto que en su mundo ellos salían despavoridos.

—Mi hija lo está saludando —remarca el hombre tras el escritorio.

Pues nada, Zaehl quiere seguir planeando cómo conseguir aquel cabello rojo. Existen tantas formas que no sabe cuál elegir, y ni hablar, cada una es más cruel que la otra, todas acaban con un cadáver que por supuesto no es el de él. ¿Vale la pena ser perseguido una vez más por asesinato? Con el demonio del internet puede que no, su rostro se vería por las redes y no viviría tranquilo en la Tierra. Difícil elección teniendo en cuenta lo complicado que es poseer un cuerpo de carne y hueso.

Mejor una opción que no implique degollamientos y mucha sangre.

Opta por algo pulcro, ya armará el plan bien.

—Veo que se toma muy en serio su trabajo.

Zaehl regresa de la meditación para enfocar sus ojos en el cabello de la chica otra vez. Qué ansias tiene de tocarlo, de entrelazar sus dedos con suavidad, de olerlo hasta que la noche llegue. Ah..., suspira para sus adentros con ensoñación, la goma de mascar pasó a un segundo plano con mucha facilidad.

Cuidarle el trasero a la khazzalar ha sido más simple de lo que creyó, simplemente se ocupa de mantener a raya más khazzalars que pretenden acercarse a la chica de cabello rojo, como empezó a llamarla Zaehl. No sabe muy bien en qué problema está metida la humana, tampoco por qué tantas personas quieren hacerles tantas preguntas. Que si se separó de tal khazzalar por esto, que si seguirá con la demanda, que si ha recibido más amenazas, y más preguntas de las que se mantiene al margen. Zaehl tiene una preocupación que ha llevado a disputas y empujones: cuidar el preciado cabello rojo. Nadie puede ponerle un dedo encima, ¡porque maldito sea el que se atreva! La única persona que puede tocar con sus asquerosos dedos humanos aquellas hebras rojas es la humana. Ni siquiera él se ha atrevido a tocarlo, cree que sus manos extranjeras lo marchitaran, y no quiere que aquel rojo furioso se opaque.

Hoy es un día aburrido en el mundo humano para Zaehl; inquieto, lleno de detestables seres que señalan a la humana que cuida y la apuntan con sus... ¿cómo les llamaron? ¿Micrófonos? No recuerda la palabra, ni quiere esforzarse en recordarla, la khazzalar y sus llantos lo están haciendo perder la paciencia. Hace unos minutos no estaba tan alterada, seria sí, mas no ahogándose en sollozos. ¿Por qué llora?, se pregunta en reiteradas ocasiones. Los humanos de su mundo también lo hacían, se desataban en llantos y gritos, sobre todo cuando ellos andaban cerca.

Qué dicha le trae recordar los días de gloria, junto a sus hermanos.

Volviendo a la humana, comienza a enfocarse en sus planes por obtener el cabello rojo. A causa de la montonera de humanos que escupían preguntas sin descanso, apenas lograron dar con el auto de la humana, tuvieron que tomar otro camino solo para encontrarse con más despreciables humanos. El acoso fue tanto que, para proteger la brillante cabellera roja, Zaehl ofreció permanecer en su departamento hasta que más guardias del ricachón llegaran.

El departamento de Zaehl es humilde, barato y sucio, pero —juzgando por la poca importancia que la humana le da— tiene su toque hogareño. Zaehl lo puede afirmar: tiene muchas cosas interesantes de color rojo; van desde lo opaco a lo brillante, desde lo diminuto a lo grande. Incluso la humana se quedó observando algunas con sorpresa, hasta que la melancolía le llegó y... bueno, llegamos a sus molestos sollozos.

Esto debe parar ya, está perdiendo la paciencia.

Se sienta junto a ella y la mira.

¿Cómo zulhuges se consuela a un humano? Vio en la televisión que usan ghamal —o palabras en el idioma humano— pero él no tiene ninguna buena que decirle. ¿Tocarle el hombro? Se lo rompería, porque las ganas no le faltan. Uhm... ¿Besarla como dicen los humanos? Eso lo hacen enamorados, lo vio en su mundo y nunca le agradó. Piensa, piensa... ¡Eso es, la abrazará! Es perfecto; rodeará a la detestable humana con sus fornidos brazos y, de paso, le arrancará el cabello que tanto quiere.

Se remueve en su lugar con el fin de acercarse a la chica. Poco a poco, lentamente, la distancia de sus cuerpos disminuye hasta casi volverse nula.

«¿Qué más? —se pregunta— ¿Extender los brazos tal vez?»

Sus movimientos son torpes, nunca extendió los brazos con tanta rigidez a menos que estuviese saltando encima de un humano, lo cual dejó de hacer. Lo siguiente es apegarse a la humana para rodearla con sus brazos, y es lo que hace. Se apega, la rodea torpemente entre sus brazos, la apresa a su pecho y... Vaya, la humana tiene buen olor. No solo huele bien, sus menudos brazos rodeándolo también se siente bien. Es como si regresara a su hogar, Alasgartan, con sus hermanos. Es... es... es reconfortante, agradable, cálido. No quema, no lastima.

—Gracias.

Zaehl escucha a la chica como los cánticos que khazzalars cantaban a Ierial; muy armónicos, tranquilos y apacibles. Esto es diferente, desde que llegó nunca se sintió así. Feliz es la definición del momento en cuanto mira su rostro como pocas veces hizo. ¿Es eso? ¿Felicidad como cuando vio por primera vez la melena roja?

Cierto, por poco olvida su cabello.

Tiene la posibilidad de quitárselo, sabe muy bien que puede tener el cabello rojo lo que demora en pestañear, pero también quiere sentir la calidez de un abrazo otra vez. No, quiere mancillar aquella calidez muchas veces.

Pero el cabello... Bah, ¿qué más da? Puede que por ahora se conforme con verlo todos los días en la humana. Y lo maravilloso de todo es que, por primera vez, lo haría por una motivación que no tiene que ver con el dinero.


Yo sé que muchos están perdidos y no saben qué onda con las historias. Se los diré breve: estas historias son, algo así, como presentaciones sobre los personajes de una historia más grande. Les he dejado pistas a lo largo de las dos historias, sobre el mundo, el género, el idioma, el conflicto, etc. No solo en estas historias, también en otra (jiji) que incluye su toque de fantasía.

Eso es todo, espero leer sus comentarios en la siguiente historia 7u7r muak!

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