"No puedo escribir".
"No me sale nada".
"Sé la idea que quiero plantear, pero no me convenzo de lo que escribo".
"No me gusta, hay algo que falta".
"No encuentro la inspiración". 
"Tengo un bloqueo". 



Así me sentí este último tiempo. Todas esas frases y mil más se me cruzaban por la cabeza y el pesimismo estaba acechando cual Poltergeist dentro de mi mente, presentándose siempre que me proponía iniciar la escritura. 

Tenía tiempo libre para escribir, podía adelantar un par de capítulos si quisiera, pero por alguna razón no avanzaba. Me frustraba y tiraba el típico: "¡A la mierda todo!". Y me iba a ver alguna peli o a salir con mis amigos. 
Volvía a intentar más tarde pero el resultado era el mismo, y para cuando al día siguiente, o el otro, pensaba en ponerme a escribir, el Poltergeist del pesimismo se aparecía. Me asustaba, ¡pero de verdad! Me asustaba el solo hecho de sentarme y no sentir deseos de seguir escribiendo, así que ni lo intentaba. 

Entonces, por alguna razón, vi que no me pasaba lo mismo con Quantum, o al menos me pasaba poco. Podía seguir escribiendo Quantum, pero el avance era muy sutil. Pero por lo menos estaba escribiendo. 

Hasta que el Poltergeist del pesimismo volvió a aparecer y tampoco tenía ganas de seguir con Quantum, porque ya me frustraba el hecho de que estaba aplazando mucho a Z. Así las ganas de escribir se esfumaron por completo... 

Hasta hoy, que hablando con mi papá le dije: "No puedo escribir", y entre conversaciones el tema llegó a que me sentía incomodo y nervioso porque desde que terminé el primer libro de Z y me puse a la tarea de buscar editoriales descubrí mucha información de la cual yo no tenía idea y que me dejó un poco (bastante) inseguro. 

Esto fue lo que averigüé:

"Que una editorial te tome es DIFÍCIL". (Ya lo sabía pero a eso se le suma lo siguiente).
"Que el extenso de las hojas tiene que ser como demasiado 400 hojas". (Tengo más de 600) 
"Superar eso reduce las posibilidades porque les cuesta más dinero a la editorial pagar para producir el libro". (Ah, genial...) 
"Si el libro tiene más de 3 partes lo más seguro que no te toman, porque está de moda sacar trilogías porque son baratas". (Yo planteaba sacar un estimado de entre 5 y 7 libros solo de Z).

En base a esto hice lo pertinente y modifiqué el tamaño de la letra, la achiqué, cambié el formato, ensanché los bordes y me quedó genial 420 páginas... pero después me encontré con otro Poltergeists: 

"Contando las filas de texto del libro no debe ser de más de 30 filas, porque sino el lector se agota con tanto texto junto y la letra no debe ser tan chica". (Tenía más de 50 filas y mi letra era de 8... ¡carajo!) 

Volví a lo anterior, dejé todo como estaba. Me rendí y que la editorial decida por su cuenta si es que quieren mi libro o no, y si lo quieren, que solucionen ellos ese tema de las medidas. De todas formas confío en mi trama y listo...

Pero ese no el problema. Lo complicado fue que a la hora de volver a escribir el segundo libro, pasó algo, de lo cual no me di cuenta hasta ahora en esta charla que tuve con mi papá. En donde comencé a decirle que no estaba cómodo escribiendo, las escenas no me gustaban, me parecía que escribía todo muy acotado, muy corto, escenas rápidas y a otra cosa... ¿Y porque pasó esto?

Por miedo... a pasarme del "límite" de nuevo. Por inseguridad que me explaye tanto que este libro me salga más largo que el anterior. Por intentar cumplir de forma inconsciente con esos parámetros que leí en un blog de supuestos grandes escritores. Y no tenía ni idea de que me pasaba hasta ahora. 

Les doy un ejemplo: La escena de cómo Jin sobrevive iba a ser mucho más larga, pero decidí terminarla antes para no explayarme. Las siguientes escenas también fueron acotadas y los capítulos eran cortos. ¡Incluso estaba considerando eliminar escenas que se me habían ocurrido! Y reemplazar los flashback narrados para que solo los cuente el personaje y hacerlo más corto... Y eso no me gustaba nada... y mi inconsciente lo sabía, no estaba haciendo lo que yo quería... estaba haciendo lo que yo "debía". 

A mi me encanta explayarme, que los capítulos sean largos y detallados, extender la acción y los momentos intensos, los diálogos, las descripciones, todo. Así escribí el primer libro y así quiero seguir escribiendo a partir de ahora. Mi papá me dijo al final de la charla: "No te limites", y eso voy a hacer... 

¿No me toman las editoriales? ¡A la mierda, se lo pierden!
¿Me salto los parámetros? Si, ¿y qué? 
¿No hago trilogía? No, hago lo que se me antoja. 5, 6, 27 libros si quiero. 

Es mi historia y no voy a volver a reprimirme jamás. 
Hoy no tengo capítulo, no, pero los próximos van a ser muy pronto y con el mismo estilo que los cautivó a todos en el primer libro...

Sin límites.