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Guang Hong Ji es el tipo de novio que se negaría a aceptar que patinó bien por el hecho de no haber ganado el oro.
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Veía maravillada como mi novio hacía esos increíbles saltos y secuencias de pasos, me daba cuenta de los pequeños gestos que hacía de vez en cuando: como su ceño se fruncía, como apretaba sus dientes o mordía su labio, los suspiro que hacía cuando un salto le salía bien. Y, sin embargo, no estaba patinando al 100%.
Me fijé que había estado nervioso antes de entrar a la pista y había ignorado a todo el mundo en sus intentos de hacerlo sentir mejor.
Guang Hong salió de la pista e inmediatamente me lancé a abrazarlo.
-Lo hiciste estupendo -dije al separarme. Me fijé que estaba mirando hacía abajo-. Te prohíbo estar triste, ¡lo hiciste genial!
-No es cierto, lo hice terrible -respondió mientras sujetaba mi mano para ir al kiss and cry. También con su entrenadora.
Una de las chicas que recogían los peluches, flores y demás cosas que lanzaban a la pista se acercó a nosotros y le dio un perro y a mi un tigre, ambos eran muy peludos y ternos.
-Esperaré el día que aceptes que patinaste bien -murmuré abrazando al tigre.
En la gran pantalla se mostró el puntaje de el chico, éste lo dejaba de segundo después de Otabek.
-Te felicitaría, pero al parecer no te gusta como lo hiciste -iba a levantarme pero el castaño se lanzó sobre mi para abrazarme haciendo que los dos cayéramos al suelo.
-Perdón, perdón, perdón -dijo levantándose completamente sonrojado.
Después de la entrega de medallas, Guang Hong había ganado la medalla de bronce. La gran sonrisa que tenía ya no cabía en mi rostro, expresión completamente opuesta a la de él.
-¡Sonríe! -exclamé cuando se puso frente a mi, pero ignoró ni comentario.
-No puedo darte una medalla de bronce, te prometí la de oro. De seguro no te gustara.
Me quedé mirándolo durante unos segundos y se me ocurrió una idea. Quité sus manos que estaban sujetando fuertemente la medalla, al hacer eso tomé la cinta de la cual colgaba y la saqué por su cabeza. Él me miraba extrañado, pero lo ignoré y me la puse yo.
-Aunque me des una medalla de plástico, la atesoraré tanto como si de diamante se tratará. -él sonrió de lado y yo besé su mejilla- Por la única razón de que la ganaste tú y solo tú.
Nos leemos luego.
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