Pesadilla

La misión se había extendido un poco más de lo previsto, pero en el hotel donde se estaban alojando ya no tenía espacio para que ellos se quedaran una noche más, no había otra cosa a esas horas de la noche y de mala gana la pareja de exorcistas se vio obligada a aceptar la oferta.

Una habitación para dos personas con una cama matrimonial, Shura se había negado completamente, casi con cierta histeria, la primera vez que Yukio veía una reacción así en la pelirroja, le sorprendía.

-Oe... no tengo ninguna enfermedad como para que no quieras dormir conmigo...-

-La cuatro ojez es contagiosa...-

Aquella broma de Shura revelaba que seguía siendo ella, una mujer irritable, que no perdía oportunidad para sacar de quicio a alguien.

Ambos se dirigieron a la habitación luego de que finalmente estuvieran de acuerdo, a Yukio se le hacía raro compartir cama con una mujer, pero en esos momentos sólo debía ver a Shura como su compañera. Ella en cambio parecía nerviosa, no dejaba de alborotar su cabello corto.

Desde Aomori Shura estaba cada vez más rara, como que repentinamente quiso mantener distancia, aun más de la que ya había entre ellos, sus bromas parecían forzadas en cierto punto.

Él dejó que ella se bañara primero, mientras escuchaba el agua de la ducha, el se recostó sobre las mantas de la cama y miró el techo algo pensativo ¿Por qué ella tenía tanto empeño en no compartir la cama con él? Yukio siempre había pensado que Shura era una mujer fácil y liberal, demasiado para su gusto y que jamás pondría palos en la rueda para dormir con un hombre, él ya tenía 18 años, no había de que preocuparse respecto a la legalidad, pero jamás pasaría algo entre ellos.

Shura salió del baño y él la miro, con su cabello mojado sus ojos parecían más grandes y claros, le gustaba.

-¿Qué miras cuatro ojos? ¿Acaso nunca viste a una mujer en pijamas?-

Yukio no respondió nada y simplemente entro al baño con su ropa, recordando algunos comentarios de sus compañeros de exorcismo. "Esa mujer está loca, en una misión nos toco acampar y me alejo amenazándome con su espada a la hora de dormir" "A mí me pasó algo similar... hubo una 'equivocación' con la reserva en una posada... terminé durmiendo en el corredor"

¿Por qué rayos ella alejaba a todos de esa manera? Poco se preocupo de lavar su cuerpo, tenía una duda muy grande en su cabeza y sabía que posiblemente nunca iba a tener una respuesta por parte de ella. Él buscó alejar cualquier pensamiento sobre Shura al menos por un rato.

Cuando salió de la ducha la vio a ella con un pequeño bolso y su chaqueta ¿pensaba irse?

-¿A dónde vas?-

-Prefiero dormir afuera cuatro ojos...-

-Shura déjate de tonterías... es sólo una noche...-

Era la primera vez que veía a Shura tan nerviosa, quería aprovecharse, pero optó por seguir hablándole con cierta distancia, pensaba que había algo más.

-Vamos recuéstate, prometo no moverme en la noche...-

Shura suspiró de mala gana y dejó aquel bolso en el suelo y luego se despojó de su chaqueta. Yukio se recostó en la cama, ella lo imitó dándole la espalda.

-Buenas noches cuatro ojos, el hombre de la bolsa no va a venir por ti, tranquilo...-

-Buenas noches, Shura-

Dijo el castaño como soltando un suspiro pesado, para su sorpresa no tardó mucho en escuchar los leves ronquidos de ella y en caer en los brazos de Morfeo.

Yukio se despertó a la mitad de la noche ya que tenía algo de sed, él se levanto de la cama y sacó de la mini heladera de la habitación un poco de refresco, era inusual que el tomara eso, pero cada tanto se daba ese gusto, en ese momento Shura se giró y adueño de la cama y de las mantas completamente. Él solo miraba.

Curioso como de costumbre, Yukio se acercó a ver su rostro dormido, tenía una expresión muy diferente a la usual, tan relajada y serena... aunque no duró mucho.

Shura apretó con fuerza la almohada, tenía sus nudillos blancos por la presión, su rostro se puso tenso y su respiración se agitó un poco, parecía estar teniendo un mal sueño.

El castaño dudó un poco si despertarla, pero finalmente lo intento. Él comenzó a agitar los hombros de su compañera con la intención de interrumpir su sueño.

-Shura... despierta...-

La mujer saltó de la cama de forma abrupta exclamando un "No" alterada. Ella dio dos pasos torpes y cayó al suelo de rodillas, tropezándose con el bolso que había dejado al lado de la cama.

Shura se abrazó a si misma mientras temblaba... Yukio no podía creer aquella escena frente a sus ojos, jamás había visto a Shura tan asustada y tan vulnerable.

-¿Shura-san?-

Ella volteó lentamente a verlo, parecía haber olvidado que no estaba sola... aunque suene estúpido para Yukio fue un antes y un después en como miraba a aquella mujer.

La luz plateada de la luna resaltaba sus ojos cristalinos, y la lagrima rebelde que deslizaba con lentitud por su mejilla... en todos esos años, jamás la había visto llorar de esa manera, si quiera con lo de Aomori... parecía tan frágil en esos momentos... el corazón de Yukio se embriagó en una ternura incomparable.

-Vete... no me veas así...-

Ella habló con vergüenza en su voz, como si llorar o tener miedo fuese un pecado, Yukio hizo caso omiso a su petición.

Él se acercó lentamente y se arrodillo frente a ella, Shura cubrió su rostro avergonzada, así que ese era el secreto que tanto se empeño en ocultar...

-¡Te dije que te fueras estúpido cuatro ojos!-

La voz de Shura no estaba firme, se le hacía tan raro a Yukio escuchar algo así... él la tomó por las muñecas y descubrió su rostro. Los ojos de Shura lo miraron con timidez, con miedo, sus pestañas mojadas parecían más largas de lo normal, sus pupilas contraídas hacían resaltar aun más el extraño color magenta de sus ojos. Él lentamente limpio aquella lagrima que ya caía por su mandíbula. Shura estaba muda en ese momento, una actitud peculiar.

Finalmente Yukio se animo a hacer algo que nunca se hubiese animado si no fuera ella, él la apretó entre sus brazos y acarició su espalda, Shura comenzó a sollozar, aunque lo único que la delataba eran sus suspiros entrecortados y la forma en la que se aferraba a él, era como una niña pequeña e indefensa, se veía a él mismo cuando temía de aquella sombras en su infancia.

-¿Qué fue lo que te puso así Shura?-

-N...No importa...-

Shura no quería hablar, y sabía que él no iba a poder sacarle la información que quería, prefirió guardar silencio y seguir mimando de su compañera, hasta que ella se separó y con rapidez caminó hacia la ventana, dándole la espalda a él. Yukio se puso de pie, no dijo nada, sólo miraba el rojizo cabello de ella iluminarse con la luz de la luna, era como un atardecer, un hermoso atardecer, algo agridulce, pero... más cálido que cualquier otro...

-¿Vamos a dormir?-

Ella propuso aquello casi como olvidando todo lo que había pasado hace un momento, Yukio asintió y se recostó, pero sabía que iba a costarle conciliar el sueño aquella noche, tenía una nueva sensación en su pecho...

Shura se recostó a su lado, aunque ahora miraba el techo al igual que él, entre los dos había un silencio extraño, sólo se escuchó el reloj hacer un pequeño sonido, él miró, ya eran las 2 de la madrugada.

-Será mejor que durmamos Shu...-

-Yukio... -interrumpió ella- ¿Puedo pedirte algo?-

-Si es... por lo de recién, no diré nada, tranquila...-

-No, no es eso...-

Shura volteó a ver a su compañero, sus miradas se encontraron y Yukio no pudo evitar sonrojarse ligeramente, Shura estaba seria... pero sus ojos reflejaban tristeza y dolor... ¿Siempre había tenido esa mirada?

-¿Me puedes abrazar hasta que me duerma?-

-¿E-eh?-

Yukio sintió que todos los colores se le subían a la cara, era algo que jamás pensaría que escucharía de los labios de ella, no sabía que responderle, estaba en shock. Shura cerró sus ojos llena de pena.

-Olvídalo...-

Terminó por murmurar, pero antes de que ella se girara, Yukio la volvió a estrechar entre sus brazos, ella con timidez se fue acomodando hasta apoyar la cabeza en el pecho de él, increíblemente para Yukio se sentía muy bien aquello. Los dos estaban en silencio, él la acariciaba suavemente hasta que se quedó dormido.

A la mañana siguiente ambos se despertaron por el sonido de la alarma, Shura de inmediato se apartó de los brazos de Yukio y el castaño se puso de pie.

-Eh... mira que aprovecharte de una mujer dormida, eres un pervertido cuatro ojos...-

-Buenos días Shura...-

Él esbozó una leve sonrisa, sentía algo nuevo en su pecho, ella le devolvió la sonrisa y se volteó a arreglar un poco su cabello en el espejo de la habitación. Ninguno dijo nada respecto a lo que había pasado.

Yukio no podía evitar re ojear a la mujer, le daba mucha curiosidad, pero le alegraba comprender algo nuevo de su compañera... Pese a lo que Shura podía ser, lo que podía mostrar o alardear, ella es una mujer frágil, sentía miedo, y por experiencia propia, por la forma en la que ella lloró en sus brazos no era la primera vez que lo hacía... a él le había tomado bastante tiempo llorar en silencio para que nadie escuchara sus penas, en especial Rin... Shura lloraba así, lo escondía y suponía que la noche era el único momento en donde ella podía hacerlo... le parecía aun más increíble que antes, pero ahora más que envidia tenía un sentimiento encontrado.

Quizá fue la primera vez que pudo ver a Shura como una mujer...dejó de centrarse en las burlas de ella por un momento... Yukio ahora tenía el deseo de protegerla, de cuidarla, aunque si le dio mucho impacto verla así, no le gustaba verla llorar, o con miedo, nunca era lindo ver a alguien de esa manera. Él se preguntaba que era lo que podía llegar a poner a Shura de esa manera... sentía curiosidad, quería averiguarlo.

-Gracias... cuatro ojos...-

Ella susurró aquello de forma apenas audible, pero Yukio lo escuchó igual.

-¿E-Eh?-

-Que si no te apuras no terminaremos más esta estúpida investigación, pido el baño primero.-

Shura camino lentamente hacia el baño, cerrando la puerta a su paso. Él sonrió "Es más interesante de lo que pensé" se dijo a si mismo... había despertado la curiosidad en Yukio. Ahora quería saber más cosas sobre su compañera... todo a su tiempo.

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