Nuevos y viejos amores
N/A: Esto es una historia, un oneshot de una fic que sigo, algunos de los personajes pertenecen a @patitokawai3010 y a su obra "Nueva generación", la historia es una idea original mía, con el consentimiento de la autora de los personajes. Para entender un poco más a fondo esto las invito a leer la historia de ella <3 aunque es entendible de igual manera xD sólo tienen que saber que Claire y Melody son hijas de Yukio, pero de una mujer que no es Shura. Espero lo disfruten <3
Shura se encontraba sentada en la sala de la casa de Yukio realizando algunos trabajos que le habían quedado pendientes, y a su vez intentaba no quedarse dormida mientras trabajaba.
Era ya el tercer café que se tomaba, había pasado de almorzar, quería terminar su trabajo antes de que Claire y Melody regresaran a la casa. Esperaba que aquello fuera posible, pero a cada rato debía estar borrando palabras o porque las escribía mal o porque la frase carecía de sentido, errores de gramática, de coherencia y cohesión, se dio cuenta de que no valía la pena seguir en ese estado.
Apoyó cinco minutos su cabeza en la mesa, quería descansar un poco los ojos, pero sabía que iba a perder contra el sueño si lo hacía, no le importó mucho que digamos, no aguantaba más.
-Ya llegué...-
Se anunció Yukio quien llegaba bastante cansado del trabajo, era de esperarse, durante la tarde había trabajado en la orden y luego tenía guardia en el hospital... Shura se preguntaba cómo era posible que pudiese aguantar tanto, desde que lo conocía que él apenas dormía, pero bueno, Shura estaba ahí para ayudarlo con sus hijas, no quería que el cuatro ojos descuidara su salud o se ande durmiendo por los rincones.
-Ah Yukio... Claire y Melody aun no llegan... ¿Por qué no vas a descansar? Justo me estaba por poner a preparar el almuerzo... ¿Qué quieres? Las niñas no comerán en casa hoy...-
-No te preocupes por mí, comí algo en la cafetería del hospital ¿Te sientes bien?-
Shura asintió levemente y Yukio pasó por su lado para dirigirse al cuarto en el segundo piso, se escuchó la puerta y luego el seguro, aun le salía bastante bien mentirle a él, pobre cuatro ojos ingenuo. Shura volvió a reposar su cabeza una vez el cuatro ojos se fue, prefería dormir un rato antes de que las niñas llegaran... ¿Pero porque estaba tan cansada?
La noche anterior se quedó en la casa para cuidar de las chicas mientras Yukio trabajaba, Shura estaba preparando algunos reportes en la computadora, cuando Claire se acercó a ella para pedirle un consejo, era algo inusual en ella, pero por supuesto que la escuchó.
-Shura... ¿Qué tipo de comidas le gustan a los chicos?-
Shura se sorprendió un poco ante aquella pregunta, y sonrió para sus adentros sabiendo que se trataba del primer amor de Claire, y bueno, era natural, ella ya estaba entrando a la adolescencia, si Shura recordaba esa época, por aquellos días había conocido a un niño llorón y cuatro ojos al que tanto aprecio le tenía.
La pelirroja dio un montón de opciones que se podían hacer con las cosas que había en la casa, se sentía bastante feliz de saber que ellas confiaban un poco más en contarle sus cosas, después de todo Shura no era la madre biológica, pero las quería como si fueran suyas, las adoraba. Comprendía también que lo hacían sólo porque si se lo decían a Yukio él iba, literalmente, a preparar la escopeta... padres celosos.
Shura estuvo ayudando a Claire a preparar un delicioso almuerzo para ese chico, si fuera ella de seguro iría directo a robarle un beso, pero sabía que la adolescente era algo tímida en ese aspecto... y bueno, no podía decir mucho Shura, ya que ella nunca se animó a confesarse al chico del cual siempre estuvo enamorada... pero con el pasar de los años había aprendido a vivir con aquél sentimiento encerrado en su corazón, a ella le bastaba con que él fuera feliz.
Claire y Melody abandonaron a Shura poco después de las 12, ella las notaba cansadas, así que las mando a dormir, la pelirroja se iba a encargar de ello, habían organizado que era lo que iban a preparar y pese a lo que pueda parecer, era bastante buena con los bentos, después de todo, ella se los había preparado a las niñas durante su primaria, y cuando tenía tiempo practicaba con bentos para el cuatro ojos, le había tomado el gustillo a ello.
Shura paso casi toda la noche en vela, ya que además de los de él, preparo el almuerzo para las niñas y bueno, luego se quedó terminando el trabajo que tenía pendiente, era lo que más odiaba de ser exorcista y profesora, el papelerío, aunque por suerte mañana tenía el día libre.
Shura despertó a Claire temprano como se lo había prometido, y luego de batallar un poco, ella se alistó, era como una mañana de chicas, la pelirroja practicó primero con Melody, y luego peino a Claire, no era la gran cosa, era más bien discreto, pero la hacía lucir diferente, además, Shura maquillo de forma sutil a la mayor de las hermanas, ay si Yukio se llegaba a enterar que su amada Claire se había maquillado para encontrarse con un chico...
Le encantaría ver esa expresión en el rostro de Yukio, pero a su vez sabía que él la mataría por permitir y colaborar en ello, pero bueno, tenía que enterarse de una vez que sus hijas estaban creciendo y que ya no tenían cuatro años.
Shura durmió una hora sentada en la mesa, el medio café que había quedado se congelo, ya estaban en invierno, era algo natural el frío, pero para su suerte la casa contaba con calefacción.
En cuanto a Melody, como Shura siempre estaba al pendiente cuando Yukio no estaba, aun no se había enfermado, ella agradecía aquello, ya que primero empezaba la menor, luego ella, luego Claire y finalmente Yukio, y el cuatro ojos era lo más insoportable que podía existir sobre la faz de la tierra cuando estaba enfermo, pero con los años lo empezó a tomar con humor...
El portazo que pego Claire al entrar despertó a Shura de inmediato, quien ya estaba preparando su espada, pero al ver a las niñas suspiró aliviada.
-Oe, ¿El cuatro ojos no te enseño a cerrar la puerta como corresponde?-
-No te metas...-
Por el tono de voz de Claire, supuso que las cosas con el chico no habían ido bien. Ella comenzó a subir la escalera seguida por su hermana, quien Shura frenó.
-No pegues portazo que tu padre está durmiendo...-
Claire no respondió, pero cerró la puerta despacio, ahora la pelirroja miro a Melody.
-¿Qué pasó? -
-No... No me dijo muy bien, pero creo que la frienzoneo...-
Melody se acomodó sus gafas y Shura hizo un mueca de lastima antes de dirigirse al cuarto de Claire, siempre acompañada por la menor de las hermanas. Para su sorpresa, la peliazul no había puesto seguro a su puerta, así que entraron tranquilamente.
Claire estaba tirada en la cama, con la cara hundida en la almohada mientras lloraba, parecía no haberse enterado de que ellas entraron hasta que Shura se sentó a su lado.
-Vete, no quiero ver a nadie...-
Shura acarició el cabello de la niña y luego su espalda a modo de consuelo.
-Claire, cariño, no te preocupes, es algo normal esto que te ocurre... lo importante es que tuviste la valentía como para decírselo...-
-¿Y qué gano con eso?-
-Que al menos lo intentaste... y no te quedaste con la duda...-
Claire se giró a ver a Shura bastante molesta de sus palabras.
-Claro, para ti es sencillo decirlo, tienes a todos los hombres que quieras, eres linda y fuerte, además de que tienes esas cosas enormes...-
Shura no se iba a enojar por aquello, sabía que estaba molesta y que se estaba descargando, menos mal que no heredó aquello de Yukio, si no hubiese sido un caos. Shura sonrió con algo de tristeza.
-Puedo tener a todos... pero nunca al que quiero... la belleza no pasa por los ojos...-
Ambas hermanas miraron con curiosidad a Shura, era raro que la pelirroja les hablara sobre ella.
-¿A quién quieres Shura?-
-Es una historia pasada Melody, ya no vale la pena...-
-Queremos saber...-
Las hermanas hablaron a dúo y Shura sonrió, así que para eso si se ponían de acuerdo esas dos, que remedio. La mayor suspiró pesadamente.
-Era un amor imposible... él era mucho menor que yo y me odiaba... yo me hice odiar por él...-
-¿Por qué?-
-Supongo que quise protegerlo, sabía que yo nunca iba a hacerlo feliz... y no quería seguir lastimándome, él nunca me vio como a una mujer....-
Ambas hermanas escuchaban atentas aquello, Shura parecía algo afectada al hablar, aun esa herida le dolía, su única fortaleza era verlo feliz.
-Él salvó mi vida muchas veces, y yo la de él... y bueno, los rumores comenzaron a correr así que tome distancia...-
-¿Por qué?-
-Primero porque yo no era buena para él, merecía a alguien mejor... y segundo... porque él conoció a otra... no iba a arruinarle su felicidad...-
-Pero como lo sabes, quizá ni duro un mes con la otra...-
-Lo seguía viendo -Interrumpió la mayor- él fue muy feliz con ella, incluso se casó y tuvo hijos... No saben lo feliz que estaba cuando me contaba sus anécdotas como padre...-
- ¿Tú nunca te le declaraste Shura?-
-No, nunca pude hacerlo... sabía que la respuesta iba a ser un no... y que quizá dejara de hablarme, digamos que preferí seguir a su lado... de otra manera-
-¿Pero no te dolía?-
-Claro que sí... pero verlo a él tan feliz... era mi consuelo...-
Shura sentía sus ojos llorosos ya, le dolía bastante aquello, pero prefería que las cosas fueran así. Las niñas abrazaron con fuerza a la pelirroja y ella correspondió, aquello fue suficiente como para que ella no derramara ni media lagrima. Las dos adolescentes ya no le preguntaron más, aunque se sorprendían de esa faceta de Shura, jamás hubieran pensado que ella amara a alguien de esa manera, realmente estaba enamorada como para renunciar a él, para soportar que le contara de su felicidad con otra. Respetaban un poco más a Shura ahora.
-Por eso Claire eres valiente... y ese chico es un idiota en no notar lo linda que eres...-
Shura les besó la frente a las dos niñas.
-Y el de tu historia también Shura... ¿Cómo no pudo ver como eras?-
-Ya pasó Claire, él tiene su vida ahora, y me hace feliz que sea así...-
La pelirroja se puso de pie y se estiró un poco, ya no quería hablar de ese tema con ellas.
-¿Quieren que les prepare galletas de chocolate? Dicen que el chocolate es lo mejor para ahogar las penas... y bueno la cerveza, pero ustedes aun son dos bebés...-
-No somos bebés...-
Shura siempre bromeaba así con las niñas, y ellas siempre respondían aquello, así que simplemente rieron y así salieron de la habitación, al mismo tiempo que Yukio salía de la de él, parecía que iba a saludar de forma animada, pero su expresión cambió de repente.
-¡¿Qué hace Claire maquillada?!-
Shura miro a la niña quien tenía todo el rímel y delineador corridos por haber llorado-
-Me pidió unos consejos y se los di...-
-¡Ella es una niña Shura! ¡Aun no tiene edad para esas cosas!-
Yukio estaba más alterado de lo normal, Shura suponía que estaba algo nervioso por otras cosas así que pensó en lo mejor para las dos.
-Está bien, está bien... su padre el guarda bosques no le permite hacer cosas de mujeres... Melody, acompaña a Claire al baño y ayúdala a desmaquillarse...-
Yukio estaba histérico mientras veía pasar a las dos niñas quienes casi corrieron, su padre no era malo, pero sabía que a él no le gustaba mucho la idea del maquillaje y demás cosas.
-Yukio... tus hijas ya no son unas niñas... tienes que dejarlas crecer...-
-Tú no te metas, no eres la madre...-
Shura se enojó bastante en ese momento, pero no quería extender la pelea, simplemente suspiró de forma pesada y agachó la cabeza, no quería discutir con Yukio porque sabía lo cabeza dura que era, y podría incluso llegar al punto de que no las viera por unos días.
-Está bien... tienes razón... iré a prepararles algo que les prometí y luego me iré, lo siento...-
Shura bajo las escaleras, odiaba tragarse el orgullo, más cuando pensaba que ella tenía la razón, pero prefería eso a que Yukio haga estupideces, estaba nervioso, lo conocía, seguramente algo le paso en el trabajo, y algo grave porque era raro que él se desquitara con personas ajenas, pero antes de que se descargué con las nenas castigándolas injustamente, prefería ligar ella sus gritos. Se dirigió a la cocina a preparar las galletas que había prometido, en un rato Yukio estaría de mejor humor... lo conocía como a la palma de su mano.
Mientras tanto las hermanas estaban encerradas en el baño, habían escuchado las palabras crueles que le dijo Yukio a Shura, y como ella había agachado la cabeza... ella jamás hubiese hecho algo así.
-Claire... papá es el amor de Shura...-
-No digas tonterías Melody...-
Claire se miraba en el espejo mientras limpiaba sus ojos con un poco de papel y crema.
-Piénsalo... menor que ella, casado con hijos... siempre estuvieron juntos...-
Melody comenzó a enumerar las similitudes con el padre de ambas, abriendo los ojos de Claire, efectivamente era Yukio de quien les había hablado hace un momento... además que persona soportaría palabras tan crueles de alguien a quien no amara, por un lado les hacía muy feliz, ya que querían mucho a Shura, pero por el otro se sentían mal, ya que su madre y ellas habían impedido que Shura y Yukio terminaran juntos, cosa completamente falsas, pero en la mente de dos adolescente era así, así que ellas no iban a quedarse de brazos cruzados, iban a juntarlos.
Idearon un pequeño plan juntas, o funcionaban o mañana morirían a manos de los dos.
Claire fue a la cocina con la intención de ayudar a Shura con las galletas, la pelirroja simplemente le dio la misión de derretir el chocolate para luego bañarlas, obviamente la mayor de las hermanas acepto con gusto, de pasó iba a comer algo de chocolate.
Melody por su parte se aseguró de que su padre no se moviera del despacho.
-Papá hace frío aquí...-
-Lo sé cariño, como siempre está cerrado no llega la calefacción...-
Melody fue a abrazar a Yukio quien correspondió con una sonrisa, mimando un poco a su hija menor, odiaba el hecho de siempre estar trabajando y apenas tener tiempo para ellas.
-¿Puedo sentarme y mirar como trabajas?-
-¿Quieres ser exorcista verdad? De pequeña te deleitabas mirando a Shura trabajar...-
Melody simplemente sonrió y se quedo sentada en las piernas de su padre mientras miraba la computadora, ella lo interrumpía a cada rato para que tardara y darle más tiempo a su plan.
Shura ya había sacado la bandeja de galletas cuando repentinamente Claire la abrazó con fuerza.
-Gracias Shura... gracias a ti no me siento tan mal...-
Shura simplemente sonrió y besó la frente de la niña mientras la mimaba un poco.
-No hay de qué... me alegra haberte ayudado...-
Claire se separó de Shura sonriendo para sus adentros.
-Ups...-
Shura miró a la peliazul quien le enseñaba sus manos sucias de chocolate, de inmediato ella observo su propio cabello todo pegajoso. En esos momentos Shura extrañaba su cabello corto.
-No te preocupes... lo recogeré y en casa lo lavaré...-
-¿Por qué no te das un baño aquí? Papá no se va a enojar... además sé que pasaste toda la noche aquí por mi culpa...-
-Está bien, le avisaré a Yukio... no te comas las galletas sola... comparte con Melody...-
Shura se dirigió al despacho de Yukio y se paro en la puerta.
-Pero miren que linda escena... un cuatro ojos intentando ser cariñoso... vamos deja el trabajo para después...-
-No Shura... papá me está enseñando...-
-¿Qué pasa ahora Shura?-
La mujer simplemente sonrió, le encantaba ver a Yukio tan dulce con su pequeña, aunque esa cara de perro que siempre tenía le molestaba.
-¿Puedo darme una ducha? Tuvimos un pequeño accidente de chocolate en la cocina...-
-Ah sí... está bien, ya sabes donde esta todo...-
Shura sonrió y se retiró hacía el baño.
-Papá, voy a comer galletas...-
-Está bien...-
La menor de las hermanas se dirigió a la cocina y ambas chocaron los cinco, la primera fase del plan estaba hecha, la segunda era algo más difícil de conseguir. Ambas niñas se dirigieron a la segunda planta de la casa, escuchaban la ducha y a Shura cantar un poco, pero no iban allí, las dos se fueron al cuarto de su padre y comenzaron a buscar en los cajones la copia de las llaves del despacho de él.
-Viene lo más difícil Melody... tienes que llorar para que ella lo crea...-
-Claire... hazlo tú, yo no soy buena en esto-
-No Melody, es más creíble si eres tú...-
La menor de las hermanas agachó la cabeza, se sentía dudosa de proseguir.
-Si lo haces te daré mi parte de galletas...-
Melody ahora sonrió y asintió con confianza, dejaron de escuchar el ruido de la ducha, era ahora o nunca.
-Hay que apurarnos...-
-Pero Claire no me va a salir llorar...-
-Yo te ayudaré...-
Las dos hermanas salieron de la habitación de forma sigilosa y se posaron en la puerta del baño, efectivamente Shura había salido del agua.
-¿Qué tengo que hacer?-
-Cierra los ojos... y saca la lengua-
Melody obedeció a su hermana mayor, no entendía que pasaría, fue en ese entonces que Claire golpeo la cabeza de su hermana haciendo que ella se mordiera la lengua, de inmediato Melody empezó a llorar y la mayor de las Okumura bajo las escaleras a toda velocidad poniéndose en posición.
-¡Shura! ¡Shura! ¡Papá... papá se desmayo en su despacho!-
La pelirroja ni medio palabra con la niña al escucharla salió corriendo del baño a medio vestirse, estaba en Short y sostén, con todo el cabello mojado, no tuvo tiempo de secarlo. Ella abrió la puerta de la oficina de Yukio solo para verlo sentado en su computadora, algo confundido, pero de inmediato se sonrojo al verla semi desnuda, hacía años que no la veía así.
Claire empujo a Shura, quien por estar con los pies mojados se resbaló y cayó sobre Yukio, tirándolo de la silla, los dos mayores escucharon como la mayor cerraba la puerta con llave.
-¡Claire! ¡Melody! ¡Sáquennos inmediatamente!-
Ambos exorcistas gritaban al unísono pidiendo por su libertad, hasta que finalmente se dieron cuenta que era inútil. Suerte para Claire y Melody que estaban a punto de desistir con su plan, ya que jamás habían escuchado a Shura tan molesta, sabían que cuando ellos saldrían se comerían el reto de su vida, esperaban que todo salga bien.
Yukio suspiró de forma pesada y se quitó sus gafas para fregarse los ojos, estaba bastante irritado, Shura lo conocía bien.
-Lo siento Shura, no sé porque ellas hicieron esto...-
-No te preocupes cuatro ojos, son cosas de chicos...-
-¿Chicos? A veces se comportan peor que un chico...-
Yukio se sentó en el suelo volviendo suspirar, se notaba que estaba sobrepasado de problemas como para que sus niñas le trajeran más, Shura se sentía mal por él, así que se sentó a su lado y acarició su espalda.
-No digas eso Yukio, tienes a dos hijas maravillosas... son listas y hermosas ¿Qué más puedes pedir?-
-No es tan fácil...-
-Ser padre no es fácil, nadie te dijo que lo fuera cuatro ojos...-
-No sermonees así Shura, tú no tienes hijos, ni tampoco tuviste pareja...-
-Sí... supongo, nunca considere a nadie indicado...-
-¿Y yo sí? Aurora me abandonó, si no fuera por ti hubiese muerto el desgaste...-
-¿Aun te duele verdad?-
-No... no ya no me duele por mí... si no por ellas, en especial por Claire...-
-Te entiendo...-
Shura abrazó a Yukio con algo de fuerza mientras acariciaba su espalda, el menor correspondió, pero luego se separó al notar que Shura seguía en sostén, ella sintió repentinamente algo de vergüenza y se cubrió un poco con sus manos, además de que sentía algo de frío por estar semidesnuda y mojada en aquella fría habitación. Yukio la observó nuevamente y suspiro, quitándose su abrigo para dárselo a la pelirroja, quien iba a reprocharle que no hacía falta, pero al ver la expresión de Yukio solo suspiro y se cubrió con él.
El castaño volvió a sentarse a un lado de ella y abrazó sus piernas.
-No sé qué hacer Shura... casi no paso tiempo en la casa con ellas...-
-¿Por qué no renuncias?-
-¿Estás loca? ¿De qué vamos a vivir?-
-Yukio... yo no tengo problemas de dinero, no me molestaría ayudarte para que estés con tus hijas... tengo dos trabajos también, y el salario de profesora es bueno, además de que me pagan extra por ayudar a Ángel, por eso...-
Yukio ya no escuchó más las palabras de ella, simplemente se le quedó observando con sorpresa y gratitud por lo que decía, no podía creer lo que estaba escuchando de Shura, no podía creer el cariño que ella le tenía como para hacer tal cosa por él, después de todo... Shura jamás se había separado de su lado...
-Yukio... tienes unas hijas maravillosas... tienes que disfrutarlas mientras puedas, luego crecerán y ya no será lo mismo...-
Shura se quedó callada cuando Yukio la abrazó, simplemente ya no sabía que más decir.
-Gracias Shura...-
Ambos estuvieron conversando un poco más, sobre todo, todo lo que habían vivido juntos, en ese rato de intimidad, Yukio fue capaz de abrirse con Shura, de confesarle sus miedos y dudas, lo que pensaba, todo... era de las pocas veces en las que Yukio podía expresarse, se sentía más tranquilo, más aliviado, también le confesó a Shura que lo que lo tenía tan estresado era que uno de sus pacientes había fallecido durante una operación, y odiaba que eso pasara, pero bueno, él había hecho lo mejor posible. Se disculpo por haberla tratado tan mal en frente de las niñas
En medio de aquella charla Shura se fue quedando dormida, no podía evitarlo, estaba demasiado cansada y Yukio lo sabía, notaba esa expresión en el rostro de Shura, después de todo, él también la miraba, le gustaba hacerlo, conocía muchas de sus expresiones, pero había una que no podía descifrar, la forma tan rara en la que ella lo miraba, era diferente a como miraba a las demás personas, le daban la ilusión de que ella estaba enamorada de él, pero no era más que producto de su mente confundida, desde lo que hizo Aurora, él decidió jamás volver a confiar en otra mujer, no quería lastimarse, ni lastimar a sus hijas, aunque creía que Shura era diferente.
Él la acomodó en sus brazos y acarició suavemente la mejilla de ella, parecía que los años no habían pasado, Shura seguía igual que siempre, igual de hermosa y joven... su piel era tan cálida y suave... su cabello húmedo ya comenzaba a ondearse, era algo rebelde, igual a Shura, brillante pero a la vez tan suave y hermoso... toda Shura era así, pero sabía que entre ellos no pasaría nada, no iba a arrastrarla a tener que criar dos hijas que no eran de ella.
El castaño besó su frente con ternura y se acomodó un poco, ya se estaba quedando dormido él también, cuando repentinamente escuchó como alguien sacaba el seguro de la puerta, quería agarrar a sus hijas y darles quizá el reto de su vida, pero no iba a despertar a Shura por ello, simplemente suspiró y se puso de pie cargando a la pelirroja en sus brazos, aunque antes de siquiera salir del despacho, la mayor despertó y se bajo con torpeza de los brazos de él, quizá por estar medio dormida casi cayó. Yukio la había atajado.
-Tranquila Shura...-
Él la sostenía de una de sus muñecas y con su otra mano la abrazaba contra su pecho, su rostro estaba demasiado cerca.
-Lo siento...-
Murmuró la mujer apenada a la par que se separaba de Yukio y se estiraba un poco para desperezarse.
-Ahora me van a escuchar esas dos...-
Shura frenó a Yukio con su brazo y esbozó una pequeña sonrisa.
-Déjalo Yukio, es sólo una travesura... no pasó nada grave...-
El castaño rodeó sus ojos y suspiro de forma pesada, le haría caso a Shura, y por aquella reacción ella sabía que sería así.
-Bueno, ya me iré que es tarde...-
-¿A dónde?-
-A mi casa Yukio...-
Shura lo miró algo extrañada por esa pregunta tan estúpida.
-Precisamente porque es tarde es mejor que te quedes...-
-No seas idiota cuatro ojos, ¿Dónde dormiré?-
-En mi cama, yo me quedaré en el sofá o en la oficina...-
Shura negó y comenzaron a medio discutir que es lo que harían, finalmente la mayor de ambos accedió a quedarse con la condición de que ambos compartieran la cama, Yukio de mala gana aceptó el trato y ambos subieron a la habitación del castaño.
-Ah... no tengo ropa para dormir... Yukio en serio, es mejor que me vaya...-
-De ninguna manera...-
El castaño saco de su cajón una camisa de invierno y unos pantalones de polar que generalmente él usaba de pijama en las noches de invierno, había pensado en darle algo de la ropa de Aurora que se había dejado, pero sabía que a Shura no le iba a entrar. La mayor iba a poner otra excusa, pero prefirió callar, cuanto antes se durmiera, antes se despertaría y podría irse de allí, no quería dormir con Yukio otra vez, ella no se resistía a ver aquella expresión tan relajada en su rostro... No quería pensar en él de esa manera... pero no podía contener lo que sentía, lo amaba demasiado.
Una vez vestidos, ambos se recostaron en la cama, no sin que antes Yukio echara un par de bromas de cómo le quedaba su ropa a Shura, la mujer se defendió con que no era su culpa que el castaño fuera un rascacielos... pero en el fondo ella se sentía muy incómoda por esa situación, no podía evitarlo.
Al principio la pareja se dio la espalda, a Shura le incomodaba la situación, si bien no era la primera vez que dormía junto a Yukio, si habían pasado varios años, años en donde el amor que sentía por él no paraba de crecer.
Yukio se sentía extraño por volver a compartir la cama con una mujer, no quería pensar en ello, no de nuevo, pero ya desde hacía varios años que estaba algo confundido por lo que sentía por Shura, odiaba ese sentimiento de nuevo en su corazón, él ya se había entregado, ya había amado... no quería repetir esa experiencia... sin embargo...
Ambos se voltearon al mismo tiempo, cruzando miradas, ella buscando comodidad, él porque quería ver esa expresión en el rostro de su compañera una vez más... le gustaba... se gustaban mucho.
Shura sonrió con cierto nerviosismo ante la expresión algo seria en el ostro de él, sin los lentes resaltaban sus ojos claros, la mayor se derretía por él, no pudo evitar morderse el labio... esa expresión... fue entonces cuando Yukio lo supo todo, se dio cuenta de la verdad...
Él se acercó con lentitud a Shura, ella no opuso resistencia, simplemente posó su mano en la mejilla de él mientras lo acariciaba... no era correcto, pero Shura lo deseaba demasiado... al punto de no poder frenarlo, Yukio en cambio tenía curiosidad por ella.
Se besaron, al principio con timidez, pero luego la pasión y las ganas que se tenían no tardaron en pisar fuerte en aquel beso, el corazón de la mujer latía muy rápido, le encantaba, era incluso mejor que en sus sueños, Yukio en cambio sintió lo que ella le quiso transmitir, se preguntaba desde cuando ella ocultaba ese sentimiento, le gustaba, los labios de ella eran maravillosos, por un momento se olvido de absolutamente todos sus problemas, pero la falta de aire llegó.
Ambos se separaron y se quedaron mirándose a los ojos, los dos sonrojados, pero Shura reaccionó mal, y de inmediato se sentó en la cama cubriendo su rostro.
-Lo siento Yukio, me deje llevar, esto no está bien...-
-Shura, no me lo niegues por favor... no niegues que sentiste lo mismo que yo.-
Shura miró a su compañero completamente sorprendida, no podía creer lo que estaba escuchando de boca de él ¿Acaso era una declaración?
-No tiene importancia lo que sienta Yukio...-
-Para mí si Shura...-
El menor de ambos se puso frente a ella y la tomó de los hombros para volver a besarla, sabía en cierto punto que ella no iba a poder resistirse y así fue. Él bajo lentamente a dar unos besos tiernos por su cuello y luego la abrazó con fuerza.
-No quiero que pienses que es precipitado... no quiero presionarte...-
-No es eso Yukio... -Shura lo abrazó con fuerza- te quiero... te quiero mucho... pero no soy buena para ti...-
-Eso deja que lo decida yo... Shura ya tuve una mala experiencia... y me costó mucho poder hacer esto... pero escucharte hablar así de mis hijas... me cautivaste... Shura por favor no te vayas de mi lado...-
-Yukio... yo...-
-Intentémoslo... por favor, intentemos esto...-
-Idiota...-
Ambos se abrazaron con fuerza y ninguno pudo evitar derramar algunas lagrimas, él por la felicidad de la seguridad que le daba Shura y por poder entregarse nuevamente a alguien... ella desahogó una pena muy grande de su corazón, aquél amor que había ocultado tantos años... al final podía ser correspondida, no lo podía creer.
Los dos se separaron del abrazo y se miraron a los ojos con una sonrisa, dándose un corto beso en los labios, al fin y al cabo no podían ocultar su felicidad por ser correspondidos mutuamente.
Aquella noche durmieron juntos, abrazados, ella con su cabeza apoyada en el pecho ajeno, él abrazando a Shura como si fuese su tesoro, no iba a dejarla ir nunca más, no podía creer como había estado tan ciego. No iba a decir que Aurora fue un error, ni que hubiese preferido no conocerla porque gracias a ella tenía a la luz de sus ojos que eran sus dos pequeñas, pero si se enojaba por no haber notado antes el amor que Shura tenía para darle, como ella siempre se mantuvo al margen... se sintió mal por fregarle en la cara cuan enamorado estaba e Aurora mientras ella estaba enamorada de él... pero en esos momentos estaba hecho un estúpido.
A la mañana siguiente la pareja se despertó relajada, feliz, aunque el día anterior había sido estresante, los dos se sacaron una enorme cruz de sus hombros, y ahora estaban muy felices como para pensar en cosas malas. Al abrir sus ojos ambos se besaron y abrazaron.
-Iré a preparar el desayuno...-
-Te ayudaré Shura...-
La nueva pareja de enamorados se pusieron de pie y así en pijama se dirigieron a la cocina, querían preparar algo medianamente elaborado, con la intención de tardar y tener más escusas para estar juntos un rato. Besos, abrazos y juegos mientras preparaban la comida, nunca ninguno de los dos se habían despertado de tan buen humor.
Mientras servían la mesa, ambas niñas se acercaron con algo de miedo, pero al ver que Shura las recibió con un beso y un fuerte abrazo sospecharon que algo había pasado mientras estaban encerrados, pero esperarían a que ellos lo dijeran.
La familia se sentó en la mesa, Claire y Melody observaban como Yukio y Shura intercambiaban miradas y sonrisas, ellas sentían mucha curiosidad, entonces su padre habló.
-Mis niñas... quiero decirles algo importante...-
-O-Oe cuatro ojos ¿No crees que es muy rápido? No quiero que...-
Yukio le dio un beso en los labios a Shura para que se callara y de paso que sus acciones hablaran por si solas.
-Shura y yo empezaremos a salir... no las obligaré a que la vean como una madre... pero es alguien a quien quiero mucho, respétenla por favor...-
Las niñas se sorprendieron y festejaron ante esas palabras, yendo a abrazar a Shura y a su padre, la adoraban a la pelirroja, después de todo ella las cubría con su padre si se mandaban algún que otro moco, una baja nota, lo que fuera.
-¡Claire el plan funcionó!-
-¿Qué plan?-
Yukio habló algo serio ante las palabras de su hija menor y de inmediato las dos niñas retrocedieron.
-Ah... papá, me acordé que me faltó algo de mi tarea...-
-Si yo también...-
Las dos corrieron a toda velocidad hacía su cuarto, Yukio planeaba seguirlas, pero Shura lo frenó y se puso de pie.
-Deja que voy yo... ¿Con qué quieres que las mate? ¿Una Naaga o con mi espada?-
-Prefiero que sea con mis Náyades y tus Naagas cariño...-
-Uy, ya te atreves a decirme así... que rápido eres, una lástima que te den perpetua por homicidio agravado por el vinculo...-
-Y a ti por ser mi cómplice...-
Ambos soltaron unas buenas carcajadas, no podían enojarse con las niñas, les habían hecho abrir los ojos... quizá solo le den un pequeño sermón...
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