12

Otro día de aquellos: Nosotros y nuestras estupideces.

Estábamos sentados en la cama de mi habitación, probando nuevos looks, solo porque sí, porque era divertido.

--A la cuenta de tres, abrimos los ojos.

Estábamos agarrados de las manos como si fuéramos dos niños pequeños pidiendo un deseo. Me sentía ansioso por lo que estaba por suceder.

--Ay no, espera --dije ansioso --. Tengo miedo.

--Amor... No seas ridículo. No es real, ¿sabes? No es como que en serio estés quemando tu cabeza --rió --. Además así te haces una idea de cómo te quedaría el color.

--Sabes que nunca me teñiría en la vida real.

--Lo mismo dijiste de los tatuajes y ahora mismo tenemos unos muy lindos a juego, mi amor.

Esa era una derrota por mi parte. Le entorné los ojos con desgano.

--Esto es diferente --aclaré.

--Si tú lo dices --rió --. Ya, ahora sí, ¿qué color querías?

--Castaño claro.

--Amorcito, no te ofendas, pero... eres muy aburrido.

--¡¿Aburrido por qué?! Quiero ir por niveles.

--Ugh bien. --Me entornó los ojos de vuelta --. Cierra los ojos y a la cuenta de tres, ¿ok? Uno...

--Ay no, espera --interrumpí --. Dame tu mano --pedí en un murmullo que hizo a Yeonjun sonreír enternecido, luego me hizo caso.

Ahora sí.

Sentí que el conteo fue mucho más lento de lo que en verdad fue.

--¡Tres!

Abrimos los ojos al mismo tiempo. Lo que vi me dejó sin palabras.

Yeonjun con cabello azul, era tan... Imposible no fantasear con algo así.

--Dios, te ves demasiado bien, cómo te puedes ver tan bien --suspiré embobado y algo irritado porque no era justo: No había nada que le quedara mal.

Yeonjun hizo aparecer un espejo de mano en la suya. Al mirarse en este, posó y ladeó la cabeza, admirando el resultado final.

--Wow, me encanta --pensó en voz alta y yo asentí totalmente de acuerdo --, aunque me gusta más el negro.

También estuve de acuerdo con esa declaración.

--Te resalta más las facciones.

Yeonjun no agregó más al respecto. Bajó el espejo y me miró con atención, haciendo que me pusiera nervioso.

--¿M-Me puedes dar el espejo?

Así como si nada, tan cambiante como él era, sonrió tiernamente y me lo dio.

--No te ves mal, pero el castaño claro te resta como diez años, te ves super joven.

Cuando tuve el espejo en mi poder, lo comprobé.

--No me gusta --declaré con una mueca descontenta.

--Probemos otros entonces, dime un color.

--Un tono más oscuro de castaño.

Yeonjun me volteó los ojos de nuevo.

--Algo más arriesgado, amor, es para mí.

--O sea, ¿quieres que yo elija por ti?

--Ajá, y yo elegiré uno para ti.

Reí ya viendo venir lo que haría.

--¿Para que escojas colores horribles?

--¿Para ti qué es un color horrible?

--¿Verde caca?

Yeonjun soltó una carcajada sonora.

--¡Soobin! --me inculpó dándome un manotazo que me hizo sonreír también --. ¿Por quién me tomas?

--Por Yeonjun, por eso me da miedo.

--¡Ay cállate! --rió escandalizado --. Será un color bonito, ¿ok?

--A ver, ¿cuál?

--¿No quieres que sea sorpresa?

--Amor, te amo, pero ya no quiero más sorpresas contigo, algún día se me va a salir el corazón de tanto susto.

--Pero si se supone que ya no tienes corazón... --dijo serio.

--¿Cómo?

--Porque yo te lo robé...

Suspiré incrédulo, es que él y sus disparates siempre me sorprendían de la mejor forma.

Después de esa pésima pick up line, me guiñó juguetón.

--Oh... --Negué disgustado por su pésimo chiste mientras Yeonjun seguía riendo --. Mejor ya dime el color, ¿quieres? --No pude batallarlo por completo por lo que dije lo último casi riendo también.

--Bien, bien --aceptó entre risas --. Morado.

Y no me gustaban los colores fantasía en el cabello, claro que no.

--¡¿Morado?!

--Morado.

--Ay dios, me voy a ver horrible.

--Naa, te vas a ver bien, amor, eres lindo, a los lindos nos queda todo bien. --Guiñó.

--Voy a parecer una uva.

--Sí, pero serás MI uva, moradita y bonita.

--Eres tan ridículo --Me hizo volver a reír mientras negaba con la cabeza, en respuesta, me lanzó un beso volado --. Entonces supongo que yo debo elegirte un color a ti.

--Precisamente.

Teñirse de morado tenía que ser un castigo, por ello pensé en la mejor forma de castigarlo a él. Después de unos segundos de deliberación, le hice saber mi decisión.

--Amarillo.

--¿Rubio? Bien, me gusta, creo que me quedaría bien por la-

--No dije rubio, dije amarillo.

En su carita vi como una ceja se arqueaba.

--¿Amarillo?

--Sí, amarillo, y para ser más específicos, quiero ese amarillo chillón color patito.

La expresión de: "¿en serio?" de Yeonjun, me sacó una risa.

--¿Qué? --Levanté las manos fingiendo inocencia --. Tú dijiste que podría ser cualquiera.

--¿Amarillo pato? ¿En serio? Y yo que te escogí un color tan bonito. No quiero parecer un jodido patito, dios...

--Pero a los lindos nos queda todo, ¿no? --Usé sus mismas palabras con burla --. Además que no solo serás un patito, serás MI patito.

Yeonjun también empezó a reír conmigo al mismo tiempo que me llegaba otro manotazo juguetón.

--Yah... Bien ahí, Choi, estás aprendiendo.

--Contigo es imposible no hacerlo. Uno tiene que aprender a defenderse --reí.

--Aish, eres un idiota, pero ya, está bien. Morado uva y amarillo patito será --estableció --. A la cuenta de tres...

Y volvió a pasar.

--¡Tres!

Apenas abrimos los ojos los dos quisimos agarrar el espejo primero. Pero en cuanto Yeonjun me vio, como que todas sus acciones se realentizaron y me permitió llevármelo.

¿Por qué me estaba mirando así? Me hacía sentir nervioso, ¿era tan malo?

No me animaba a verme en el espejo todavía.

--¿Por qué me miras así? ¿En serio está tan mal?

Se me quedó mirando con los labios entreabiertos, sin decir nada.

Hasta que habló.

--Tíñete de morado por favor --suspiró.

El comentario me obligó a verme de una vez por todas. Y vaya... El tono era un violeta grisáceo. Me encantó, por alguna razón se veía muy bien en mí.

--No creí jamás decir esto pero, el morado me queda muy bien --comenté mientras acomodaba mi cabello para ver qué lado era mejor --. Gracias Junnie.

--Si te tiñes de morado te dejaré hacerme lo que quieras, hablo en serio.

Mis cejas se alzaron por la sorpresa que me causó su petición indirecta. ¿Tanto le había gustado? Una sonrisa pequeña se asomó en mis labios.

--¿Ah sí?

--Te lo prometo. Es... Simplemente otro nivel... --Lo que dijo me hizo sentir avergonzado y feliz. Y era hermoso eso, ¿saben? Lo extraño, el cómo siempre lo tenía a él para subirme el autoestima y la moral --. Awww, ¡sonrojado te ves todavía más bonito! ¿Quieres matarme, Choi Soobin? ¿Eso quieres?

Cubrí mi risa nerviosa con mis manos pasándole el espejo de una vez para que se viera en este y cambiara de tema, me gustaba recibir cumplidos, pero no sabía cómo hacerlo, así que prefería que no fueran demasiados.

--Amor, en serio, piensa en teñirte de morado, te queda precioso --sugirió recibiendo el espejo.

--Está bien, lo pensaré.

--O mejor no, todos te van a ver. Mejor solo conmigo, ¿sí amor?

--Nadie me mira --me burlé.

--Oh, créeme que lo hacen, Soobin, eres súper guapo. Que no se te acerquen es diferente, la mayoría saben que eres tímido, pero de que te miran, te miran, lo hacen mucho, bebé; incluso personas fuera de la universidad. Y bueno, no puedo evitar estar siempre un poquito celoso, pero se me pasa porque sé que en la noche eres mío y solo mío.

¿La gente me miraba?

--No te creo, sino me habría dado cuenta, ¿no crees?

--Sin ofender, amor, pero eres un maldito ciego.

--¡Hey!

--Lo eres, no te diste cuenta de que estaba enamorado de ti hasta que te lo dije en la cara, y eso que fui bastante obvio.

--No soy bueno captando señales supongo... --admití algo avergonzado rascándome la parte posterior del cuello, cosa que hacía cada vez que estaba incómodo.

--Me di cuenta --se burló --. Pero volviendo a lo de antes, ¿en nuestra siguiente cita podrías tener el cabello morado? ¿Porfiii? --Y claro que me lo tenía que pedir con un puchero.

--Si me prometes que dejaremos de hablar esto después, entonces sí.

Su sonrisa se amplió hermosamente. Lentamente se acercó a mí y me abrazó por el cuello.

--Está bien.

Seguidamente me robó un beso: no me quejaba, en lo absoluto. Lo sostuve de la cintura y se lo devolví moviendo mis labios contra los suaves suyos. No importaba cuántos besos nos diéramos, cada uno de ellos se sentían igual de etéreos, como la primera vez, mágicos.

Por supuesto que Yeonjun tenía que corromper la dulzura. La temperatura fue subiendo y el beso calmo y dulce del principio se vio arruinado por el repentino desespero de Yeonjun al empezar a saquearme la boca.

Sus dedos se aferraron tensos al cuello de mi camisa y entonces supe que tenía que detenerlo.

--No --jadeé apenas me separé de él.

Yeonjun dejó ver su cara desconecta y volvió a acercase a mis labios, logrando besar mi mandíbula. No obstante, me volví a alejar, esta vez por completo.

--Ah... --Empezó con su berrinche --. ¿Por qué no?

--Porque según mis cálculos, nos queda poco tiempo hasta que yo despierte, y tú no vas a ser el que va a despertar con una jodida erección, teniendo que ir a clases, así que no.

Él habría presionado, pero sabía que el que sufría los estragos después era yo, así que siendo comprensivo me soltó suspirando. Se recompuso limpiándose la comisura de sus labios con el dorso de su mano.

--Ugh, está bien --Me soltó inspirando con fuerza --, será para la próxima, y ojo que prometiste lo del cabello morado, eh.

--Que sí --reí bajito --, ahora date una chequeada, patito calenturiento.

Acentuó su puchero aún más viéndome con ojos acusadores: no le gustó el apodo.

--Bueno... --Dejando el tema, lo vi mirar su reflejo en el pequeño espejo con detenimiento. No se veía convencido --. Mmm.... No me veo mal, pero tampoco me encanta.

--Opino lo mismo.

--Tal vez con un piercing este look quedaría mejor. A ver. --Un piercing de arito apareció en la esquina de su labio inferior --. Mucho mejor... --dijo para sí mismo, luego levantó la vista hacia mí --. ¿Te gusta?

--Te ves bien con o sin eso.

--Sí, pero le da su toque, no sé, se me hace sexy. ¿Quieres uno?

--Nop, ya es demasiado. Y ahora que lo pienso... En serio, ¿en qué me has convertido? Yo era un chico tan tranquilo antes, y ahora cigarrillos, tatuajes, tinte, piercings... ¿Cómo puedes ser un "chico malo" sin siquiera serlo?

Yeonjun rió encantado.

--Son cosas normales, amor, o bueno cosas comunes, no quiere decir que sea un bad boy solo porque me gusten, en realidad soy una masita. Y si no quieres un piercing, pues no habrá uno, no te preocupes. De hecho, tampoco soy tan fan, así que... --Tan pronto como apareció el accesorio de plata, desapareció --, así estamos mejor.

--¿Volvemos a nuestros colores originales?

--Mmm... Una más, está divertido, ¿o no?

--Lo está --Le di la razón soltando una risilla.

--Dime un color, es el último.

--Mmm... ¿Para ti?

--Yup.

--Rosado.

--Lindo. Para ti azul entonces: tengo curiosidad de ver cómo se te vería. Aunque extrañaré el morado.

--Que ya --reí --, ahora el último.

--Bien.

El último conteo del día se dio, y mientras esto pasaba, solo pude pensar que no quería despertar.

--¡Tres!

Abrí los ojos, y apenas enfoqué imagen, mi corazón se derritió al verlo con cabello rosita.

--Huh, no te ves mal, pero no supera al morado --comentó --. Y sin ofender, creo el azul me queda mucho mejor.

Salí de mi trance por aquel comentario que me hizo reír.

--Eres un feo narcisista.

--Narcisista sí, feo jamás, por favor. Y, es más, todavía no me he visto pero puedo asegurar que me veo bien, ¿no es así?

Un comentario tan creído que antes me hubiera irritado, en ese entonces me hacía sonreír, como si últimamente mi boca no fuera capaz de hacer otra cosa.

Habían pequeños momentos como esos, pequeños y casuales, sin aparente significado, los que me hacían darme cuenta de lo mucho que amaba a Yeonjun y de cómo él había cambiado mi vida, definitivamente para bien.

Pero nunca lo decía. Jamás lo hice.

Me hubiera gustado hacerlo más, o aunque sea, una vez.

--Te ves hermoso --le dije sin una pizca de humor.

Ni siquiera tuve ganas de mirarme en el espejo. Tan solo quería ver a Yeonjun sonreír y hacer sus bromas inmaduras, porque verlo feliz, era lo que bastaba para yo poder serlo también.

Junnie me sonrió y se acercó a dejarme un besito corto en los labios.

No podía creer que después de tanto tiempo, incluso un mínimo contacto me hiciera sentir así de emocionado/ embobado. Me preguntaba si sería así para siempre...

--Gracias amor --susurró sonriente sobre mis labios, cerrando los ojos. Recargó su frente contra la mía haciendo a mis ojos cerrarse también, cada nudo presente en mi cuerpo se deshizo, como si fuera magia --. Tú eres el chico más hermoso.

Maldije internamente cuando Yeonjun se separó porque quería quedarme así aunque sea un ratito más. Abrí los ojos para ver que ahora ambos teníamos cabello negro; habíamos vuelto a nuestros looks originales.

--Fue lindo, ¿verdad? --dijo Yeonjun saltando fuera de la cama, acercándose a ver mis discos acomodados en uno de mis estantes.

Ya sabía que significaba eso.

--Lo fue --suspiré --. Ya es hora, ¿no es así?

--Mmm... Aproximadamente en unos veinte minutos o algo.

--¿Podemos comer algo? Me di cuenta de que cuando comemos antes de que despierte de alguna forma despierto sin hambre.

--¿Realmente funciona? --se rió.

--Al parecer sí. --Asentí también poniéndome de pie --. ¿Entonces qué dices? Llévanos a un restaurante caro o a un lugar con una buena vista donde podamos comer buena comida, ¿quieres?

--¿Qué tal un aperitivo simple por ahora? Quería hacer lo de la cena cuando vengas a casa en la tarde, ya sabes, para tener más tiempo.

--Oh verdad... --Inmediatamente recordé --. Hoy no vendré a casa a tomar una siesta, probablemente nos veamos de nuevo en la noche.

Yeonjun se giró y me vio con una expresión curiosa.

--¿Por?

--Quería salir un rato.

--¿Para?

--Aprovechar para buscar el regalo de Heejin.

--¿Regalo de Heejin?

--Su cumpleaños es el diecinueve de octubre.

--Eso es en una semana.

--Sí, pero solo quería ir viendo, tenía planeado ir a ver ropa en unas tiendas cer-

--O sea --me interrumpió --, estás pensando en su regalo una semana antes...

--Sí, pero ya sabes, es para devolverle el favor. Ella es muy detallista. Por mi cumpleaños del año pasado me preparó algo bastante elaborado, entonces creo que se merece lo mismo como mínimo.

--Ok. Me voy entonces.

No otra vez...

Suspiré disgustado con la idea de que volveríamos a caer en la discusión de siempre.

--Yeonjun...

--¿Qué? Tienes cosas que hacer, nos vemos en la noche.

--Pensé que ya habíamos superado esa etapa.

--¿Qué etapa? Entiendo, Soobin, tienes que comprarle algo super lindo a tu novia. Claramente no puedes comprarlo un día antes o el mismo día porque claro que ibas a estar pensando en su cumpleaños una semana antes, quién sabe, hasta quizás desde antes, y por supuesto que tenías que pensar en ello y mencionarlo cuando estamos juntos, sí... Pero ve eh, que en el regalo se note lo mucho que la adoras, nadie te detiene.

--Sí me detiene, tú lo haces --me quejé ceñudo. No podía creer que estuviera reclamando lo mismo --. No lo entiendo ¿por qué diablos te enojas? Pensé que ya lo habíamos hablado.

--No estoy enojado, Soobin, ya lo acepté y ya lo entendí, solo que no esperes que te aplauda cuando me cuentes cosas así relacionadas a ella.

--Es la primera vez que la he mencionado en semanas, y es por su maldito cumpleaños, ¿puedes dejar de hacer escándalo por todo?

Yeonjun se vio afectado por mis palabras, abrió más los ojos, parecía como si no pudiera creer lo que le estaba diciendo.

--¿Por todo? --cuestionó ceñudo, ya viéndose alterado. Dio dos pasos hacia el frente para enfrentarme, mi miró con molestia y me hizo sentir pequeño a pesar de yo ser más alto por una cabeza --. ¿Es en serio, Soobin? ¡¿Por todo dices?! Todo el puto tiempo tengo que tragarme sus escenitas de pareja feliz y no digo una mierda para ahorrarte justo esto. ¿Quieres que de verdad me queje por todo? Bien, lo haré: empezando por cómo la besas: ¿A eso le llamas "hacerlo por fachada"? Ja, sí claro, bésame de fachada a mí también entonces. Aunque... No sé ah, tal vez yo soy el exagerado y es normal besar minutos enteros a una persona que supuestamente no me gusta así.

--Yeonjun estás exagerando, no es-

--Oh, ¿estoy exagerando? Me alegra que mientras le levantas la falda en la habitación del conserje no sientas ni un poco de culpa. Por lo menos uno de los dos lo disfruta, ¿no? --Él buscaba mi mirada pero yo no quería dársela, no podía, que lo dijera así me hacía sentir como un gusano, no obstante, cuando hacía todas esas cosas, ni siquiera lo pensaba. Yeonjun soltó una risa ajena de humor --. ¿Qué pasó, cielo? ¿Te comió la lengua el gato, mi amor? ¿O cuando estás muy cachondo se te olvida que puedo ver tus infidelidades? Aunque para ser honestos, ya no sé si el cachudo soy yo o ella.

El silencio se alargó, se alargó, se alargó y creí que se haría eterno.

Un repentino nudo en mi garganta me imposibilitó el habla. Mis nudillos se tornaron blancos por la fuerza con la que apreté los puños a mis costados.

--Y por supuesto que no dirás nada --chasqueó llenando el silencio --, está bien, Soobin. Ya no me importa, tanto, ya estos meses ya tuve el tiempo suficiente para llorarlo y sufrirlo, ya lo acepté: tú tienes que seguir con tu vida, no puedes quedarte con un fantasma por el resto de tu vida, blah blah, ya lo sé, solo por eso dejé de mencionar lo mucho que me duele que hagas esas cosas y pretendo estar bien, porque al fin y al cabo, el juego soy yo, oh y no te preocupes, vas ganando, pero de ahí que me digas que "me quejo por todo" No, no tienes una jodida idea de lo horrible que es estar en mi lugar, Soobin, callando todo el tiempo, sin la posibilidad de hacer nada más que observar, viviendo literalmente por ti y para ti, así que por favor, así como yo he sido considerado todo este tiempo contigo, intenta entenderme, si tanto dices amarme, es lo que me merezco como mínimo...

Dios, me sentía horrible. Horrible es poco.

"Te mereces a alguien mejor que yo" quise decir, pero no lo hice, porque siempre fui egoísta cuando se trataba de él.

Quería llorar, tan mal...

--L-Lo siento --me disculpé cabizbajo, pero aún así sentí que no fue suficiente. Un ardor común me comenzaba a desgarrar la garganta.

Se hizo pasó un silencio asesino que yo me vi incapacitado de romper porque sino lloraría. Yeonjun fue el que lo rompió de nuevo, pero esta vez me sorprendió lo que dijo.

--Oye no... --Todavía no estaba mirándolo así que no sabía que estaría expresando su rostro, su tono de voz, por otro lado, se suavizó notablemente, ahora parecía que me hablaba casi con dulzura, después sentí unos brazos apoyarse en mis hombros, como abrazando mi cuello --, amor, no quise ser tan brusco, lo siento, ¿sí? No llores... Ya, ya, ven, ya pasó.

Y Yeonjun me abrazó, cuando sentí sus brazos apretarse alrededor de mí, empecé a llorar de verdad.

--N-No debí haberlo hecho --lloré abrazándolo de vuelta --, l-lo siento mucho.

--No no, está bien, amor, yo lo hice sonar peor de lo que es. No te pintes como el malvado cuando situaciones así son inevitables. No lo mencioné antes porque yo sabía que culpa tuya en realidad no era, los pequeños besos y abrazos están bien, puedo con ello. Cosas como lo que pasó en la habitación del conserje han sido muy pocas porque sé que me respetas, además que todos esos contactos siempre los inicia ella. Tú nunca te has negado porque además de ser un caballero, eres su novio... Obvio que la idea no me hace feliz, pero lo entiendo, amor, estoy intentando ser más comprensivo. Yo tampoco quise hacer ninguna escena minutos atrás, pero supongo que los celos pudieron conmigo. También perdóname, ¿sí?

--No, igual --Lo abracé con más fuerza cerrando mis ojos con la misma, dejando que las últimas lágrimas se deslicen por mis mejillas--. Siempre me doy cuenta muy tarde de que soy un idiota, No fui realmente consciente de cómo te estaba lastimando. Siempre soy yo el que te hace daño.

Por la cercanía lo escuché tragar saliva, casi como si le costara.

--Está bien --intentó calmarme, pero la voz quebradiza y ceñida no engañaba a nadie.

Por supuesto que estaba dolido. Odiaba eso de mí, que siempre estuviera demasiado tarde para todo: para darme cuenta, para reaccionar, para cambiar...

Yeonjun se separó del abrazo y tan solo pude ver sus ojos vidriosos que pretendían pasar desapercibidos con una gran sonrisa. Sostuvo mis mejillas y depositó un dulce beso en mi frente.

--Por favor no te vuelvas a guardar nada. Prefiero que te quejes de todo y me reclames todo antes de saber que estás sufriendo por guardarte las cosas. Se honesto conmigo, Junnie, por favor.

Acarició mi mejilla y me sonrió aún más.

--Lo has estado haciendo bien, Soobin, solo que yo soy demasiado celoso y... --intentó reír pero salió más como un jadeo de lástima --. Yo... No soy una buena persona. --Miró al suelo --. A veces me gustaría hacerte sentir lo que me haces sentir, Soobin, pero no la parte bonita; con eso cumples perfectamente; me refiero a la parte fea, los celos, la frustración, el dolor... Es... --Apretó los labios juntos, pálidos, sus manos viajaron desde mis mejillas hasta mis hombros, se estaba sosteniendo --. No soy un buen chico. No... No es normal que esté pensando estas cosas, lo siento.

¿Él... quería hacerme sufrir?

Las lágrimas se secaron en mi rostro.

La confesión de Yeonjun hizo que me congelara, pero no solo por lo que dijo, sino más por mis propios pensamientos en respuesta: Por supuesto que estaba mal, sin embargo, ¿por qué no me molestaba ni siquiera un poco que él tuviera esos deseos retorcidos ocultos? Tal vez era una parte de mí diciendo que era merecedor de todo aquello.

--E-Está bien... --dije yo, saliendo de mi turbación y atrapándolo en mis brazos--, podremos con ello. Hemos podido con el límite de la vida y la muerte, esto no es nada, unos tontos celos no son nada.

Yeonjun me soltó por completo y enderezó la cabeza, así nuestros ojos conectaron, la diferencia era que ahora era un ambiente totalmente diferente.

--¿"Unos celos tontos no son nada"? --me citó, se veía más sorprendido que nada--. ¿Nunca has sentido celos?

--Creo que no --me sinceré.

Había sentido miedo de que me dejara, inseguridad, pero celos como tal, no. A lo mucho podía recordar lo disgustado que me sentía cuando algún niño coqueteaba con Heejin en el pasado, pero nada extremo.

--¿Nunca? --Sus cejas adaptaron la forma de dos arcos, yo negué con la cabeza --. Entonces no tienes idea de lo horrible, consumidor y liquidador que es.

¿Eran necesarios calificativos tan fuertes?

--¿Realmente es tan malo? --cuestioné.

--Supongo que es por esto que sigues haciendo las cosas que haces sin culpa alguna. En realidad no sabes lo malo que es.

--No tengo como probarlo, así que no puedo saber si soy celoso o no porque nunca he estado en una situación que me deje experimentarlo. Quién sabe, tal vez ni me importe.

Yeonjun curvó la comisura de su boca una vez más, pequeña pero con ápices de malicia.

--No te importaría, ¿seguro?

--No creo, siempre y cuando confíe en la persona supongo...

La sonrisa de Yeonjun se ensanchó.

--Probémoslo entonces.

--¿Qué? --escapó de mis labios, estaba desconcertado.

--Si en serio no eres celoso, quiero probarlo.

La velocidad con la que mi ceño se frunció...

--¿Qué planeas hacer? --cuestioné con desconfianza.

--No tomará mucho tiempo, de todas formas dentro de unos minutos me tengo que ir.

--¿Qué planeas hacer? --reiteré mi pregunta más nervioso que antes.

--Probarte.

Tan pronto como lo dijo, el escenario cambió: Ya no estábamos en mi habitación, sino en la universidad.

Reconocí mis alrededores rápidamente: Era la sala de arte.

Taburetes, lienzos, botes de pintura, pinceles en lapiceras, manchas en la pared... Sip, el salón de arte.

Lo que no entendía era por qué me había llevado ahí. También me di cuenta tarde de que estaba sentado.

--¿Por qué estamos aquí? --pregunté con desconfianza.

Yeonjun se apoyó en una de las mesas casi sentándose, viéndose relajado y hasta... contento por lo que iba a hacer.

--No lo sé, ¿a quién le gusta el arte? --pregunto relajado, enigmático, y por el fantasma de sonrisa, supe que estaba gozando lo que sea que fuera hacer.

Yeonjun no se movió, se me quedó mirando, solo entonces comprendí que quería que respondiera su estúpida pregunta.

El idiota estaba jugando conmigo. Supongo que estaba sintiendo cierta satisfacción en darme una cucharada de mi propia medicina. ¿Lo que no sabía? A mí me importaba una mierda su medicina.

Jugaría su juego convencido de que lo ganaría.

Soobin iluso.

Para acabar con ello, empecé a conectar hilos en mi cabeza: No me tomó mucho descubrirlo. Cuando descubrí la respuesta a su adivinanza, no me sentí como un ganador, sino todo lo contrario.

Mis ojos se abrieron más en el momento de la realización.

--No serías capaz...

--¿Qué? --Se hizo el desentendido, esbozando una sonrisa ladina.

--Yeonjun, no --espeté firme --. Estás enfermo.

Algo me decía que no me iba a gustar lo que estaba por ver.

--Rélajate, no es real de todas formas --se burló.

Me encontraba más que descontento con su comportamiento vengativo. ¿De dónde salía todo esto cuando hace un momento estábamos pasándola tan bien?

--¿Por qué haces esto? --cuestioné sin poder controlar mis muecas malcontentas --. Es ridículo, en vez de estar haciendo algo bonito...

--Es curiosidad, Binnie. No me condenes por ser curioso cuando sabes perfectamente como soy. --Y sonrió, el idiota sonrió altanero.

Esa actitud burlesca tan solo me enfadó más. No quería dejarlo ganar.

--¿Y por qué crees que me importaría? Yo sé que tú la controlas, sé que no es real y sé que solo estás usando esto como excusa para sentirte mejor.

--Creí que estabas arrepentido... --dijo con fingida inocencia.

--¿Y quieres castigarme por eso?

--¿No que no te importaba? --Tomó un pincel de la mesa y lo observó jugando con él, descubriendo su textura --. Dijiste que nunca habías tenido la oportunidad de experimentarlo... --El pincel dejó sus dedos y cayó a la mesa, sus ojos dejaron de ver el objeto y se centraron en los míos. Su mirada fue tan oscura que me recorrió un escalofrío --. Yo te la voy a dar.

Tan pronto Yeonjun terminó de decir aquello, una voz femenina que conocía muy bien vino desde atrás.

--¡Yeonjun!

Nota:

La cosa está por ponerse fea y bonita a la vez. Lamento la demora y errores. ¡Linda semana!

Cap dedicado a samarisdelpilar y esme_mtwn ❤️





















































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