10
Nunca creí que las playas de Estados Unidos fueran tan lindas.
Las de Corea eran hermosas también, pero Hawaii simplemente no tenía comparación.
Las aguas cristalinas, la brisa veraniega, la arena blanca y suave bajo mi piel... El atardecer tan solo hacía todo más melifluo.
Me preguntaba si era así de hermoso en la vida real también.
Una radio vieja sonaba sobre el pareo en el que yo estaba sentado, me quedé viendo ensimismado cómo el sol se ocultaba por encima de las olas y como sus colores cálidos se reflejaban en las cristalinas aguas, convirtiendo toda la escena en una paleta de colores digna de ser admirada una y otra vez.
Con lo fanático que era Yeonjun de los cielos, en todas sus versiones, me sorprendió que no estuviera junto a mí apreciándolo.
——¿No vas a ver el atardecer conmigo?
Yeonjun descansaba sobre una hamaca de colores, amarrada a dos palmeras cercanas a menos de unos metros de mí. Tenía los ojitos cerrados y se veía muy feliz, también algo somnoliento.
——Lo he visto muchas veces, amor, ahora estoy cómodo así, relajado con musiquita.
——¿Has venido aquí en sueños antes?
Yeonjun asintió aún con los ojos cerrados.
——Muchas veces, de fiesta, para pasear, de día, madrugada, noche... Me gustan las playas, y creo que esta es especialmente hermosa, por eso quise traerte.
——¿Sabías que Huening es de aquí?
Eso lo hizo sentarse en la hamaca, se levantó y me miró con ojitos curiosos.
——¿En serio?
——Sip, nació aquí, pero viajó a Corea cuando era muy pequeño.
——Eso explica su apariencia un poco fuera de lo común.
——Aun así es pésimo en inglés, no importa ——me reí bajito.
Yeonjun sonrió conmigo y luego se calló unos segundos.
——Hablando de eso, ¿como te está yendo en la universidad?
Inmediatamente le volteé los ojos resoplando
——Venimos a este lugar tan paradisíaco y, ¿me quieres preguntar sobre la universidad?
——No es que quiera ser aguafiestas, ese es tu papel ——Suprimió una sonrisa ——, pero sabes que me preocupo por ti. Como te dije, cuando vas a clases suelo ir a hacer otra cosa, por eso no sé. ¿Sigues siendo el Soobinie que me obligaba a estudiar todo el tiempo?
——Claro ——mentí son una sonrisa. Esperaba que fuera convincente
La verdad era que mis notas estaban de mal en peor. Por pasármela durmiendo la mayoría parte del tiempo apenas llegaba a casa, no terminaba las tareas y amanecía aún más cansado para las clases, me distraía con facilidad y era complicado, pero Yeonjun no tenía que saber eso, no para amonestarme.
——Me alegra ——Me sonrió.
——Te extraño mucho en la universidad ——le confesé ——. Es lindo tenerte aquí y poder hacer muchas otras cosas, pero a veces extraño los placeres mundanos.
——¿A qué te refieres?
——Extraño las cosas simples contigo, Yeonjun, la rutina, cosas como despertar todos los días con una llamada tuya de "amor, estoy abajo", caminar hacia la universidad mientras compartimos mis audífonos, bromear sobre tus estúpidos comerciales y luego ir a tomar un café antes de llegar a la universidad. Extraño molestarte en clases, o que hagas eso de chocar tu muslo con el mío, extraño enseñarte en la biblioteca o sino el siempre tener que inventar excusas para escapar de la universidad contigo, extraño comer en la cafetería contigo y que-
——Soobin ——me interrumpió. Bajó de la hamaca y se sentó en el pareo conmigo ——. Podemos hacerlo también, ¿sí? Todo lo que quieras, mi amor.
Siempre que pensaba en esas cosas una sensación desagradable se instalaba en mi pecho. Asentí decaído y me instó abrazarlo, así que lo hice con dulzura.
——Siento ser tan ambicioso contigo ——musité.
——No te disculpes de nada que yo soy igual si se trata de ti. ——Se separó del abrazo y me dejó un beso en la frente.
Me quedé pensando un momento sobre todo lo que yo había mencionado: Aquel pasado tan real que terminó siendo parte de una falacia que entrañaba.
No pude evitar pensarlo.
¿Y qué... qué si todo fuera real? ¿Cómo habrían sido nuestras vidas si se hubieran cruzado en el hilo finito de la vida? ¿Como se habrían desarrollado los acontecimientos si no hubiese habido premoniciones de por medio? ¿Yeonjun se hubiera fijado en alguien tan simple y aburrido como yo?
——¿En qué piensas tanto? ——Me sacó de mis pensamientos. Su cabeza ladeada y expresión de inocencia me trajo más conflictos internos, no supe cuánto tiempo estuve en silencio contemplando aquel dilema.
No supe por qué me puse nervioso bajo su mirada amable, yo intercalé la mía desde la arena hasta sus ojos una y otra vez antes de responder.
Lo bueno de estar con Yeonjun era que podía ser honesto, siempre.
——¿C-cómo...? ¿Cómo crees que habrías sido en la universidad?
——¿Cómo?
——Ya sabes, todos tenemos un papel en la sociedad, o eres el rarito, o eres el nerd o el deportista, así funciona.
——Las clasificaciones así son una mierda ——respondió ——, me cuesta creer que la gente siga encasillando a los demás solo por una característica, como si fuera una película barata de los 60.
——Tú hiciste eso conmigo al principio ——le recordé tratando de esconder mi sonrisa burlona.
Claramente podría recordar que él me tachaba de aburrido y asocial solo por ciertas cosas.
——Bueno ——Me entornó los ojos ——, podemos decir que conocerte me hizo abrir los ojos en más de un sentido.
——Pero, ¿cómo crees que hubieras sido? Me refiero a un sentido general, no necesitas ponerlo en una sola palabra.
——Hmm... En ese caso, la verdad no creo que hubiera llegado a ser famoso ni nada, obvio hubiera querido, pero es difícil y más que nada es un golpe de suerte, que ya sabemos, no poseo, así que... No sé, supongo que hubiera sido un chico normal.
——¿Gustos? ¿Preferencias? Por ejemplo, ¿qué hubieras estudiado?
——Definitivamente no hubiera estudiado psicología, perdóname Binnie, pero se me hace... ¿aburrido? No sé, solo no es lo mío.
——Ok, chico genial, ¿entonces?
——Tal vez periodismo, multimedia, actuación. Algo que tenga que ver con ser el protagonista de alguna forma. Me gusta la atención.
——Puedo verlo ——Quise reír ——. La verdad yo también te veo para esas cosas. Creo que hubieras sido el clásico chico popular que tiene a todas suspirando.
——Todos ——Me guiñó haciéndome sonreír ——. Entonces, ¿insinúas que nada hubiera cambiado?
——Mmm... Supongo que nunca nos hubiéramos conocido en ese caso.
Su entrecejo se acentuó.
——¿Por qué lo dices?
——Piénsalo, hubiéramos estudiado cosas diferentes, tal vez universidades diferentes, muy probablemente nunca hubiéramos cruzado.
——P-Pero la gente tiene amigos de otras carreras todo el tiempo, tú también.
——Sí, pero dudo que nos hayamos llevado bien, vamos, tenemos personalidades totalmente opuestas. Yo cambié porque te conocí y tú cambiaste porque me conociste, pero no creo que hubiéramos llegado a este punto.
——¿No has escuchado eso de que los opuestos se atraen?
——Todo el tiempo, pero creo que aplica muy poco en la vida real. Quiero decir, tú me caías mal porque te creías mucha cosa, no me gusta ser el centro de atención y me estresa la gente que se cree mejor que los demás, por eso te detestaba al principio. Tú por tu lado, te hubieras quedado con esa idea de que yo era un ñoño, no te hubieras acercado en lo absoluto porque no soy amable con extraños, tampoco extrovertido, en este presente no te habrías quedado a presionar sino fuera por todos esos avistamientos, porque vamos, estoy lejos de ser el chico más atractivo del salón.
——Soobin... ——sentenció con tono descontento.
——Estoy siendo realista, Yeonjun. Las cosas hubieran sucedido así.
Yeonjun puso un puchero de patito en sus labios y acunó mi rostro con sus manos, apachurró mis mejillas haciendo que pusiera una mueca graciosa involuntaria.
——Puede que sea cierto, pero, ¿quién me dijo que era mejor no pensar en los "hubiera" para poder disfrutar el presente?
——Yo ——respondí, mas sonó un poco gracioso y ahogado por la presión que ejercía Yeonjun en mis mejillas.
——Entonces, no hay punto en pensar en eso. Aquí lo importante es que te amo, me amas y somos felices así, ¿bien amor? ——Me soltó las mejillas no sin antes apretarlas un poquito. Sobé mi mejilla izquierda.
——Bien.
——Ahora, ¿quieres comer algo? Yo sí, estaba pensando en dos copas de champagne con algo dulce.
——Yo te iba a decir salado.
Sonreí porque me dio gracia comprobar que en serio él y yo éramos diferentes.
——No hay problema ——dijo con voz y expresión petulante.
Dio dos aplausos y de pronto una caja de pizza apareció sobre el pareo frente a mí.
Frente a Yeonjun apareció un pocillo que contenía fresas. Cuando lo vi a él había dos copas de champagne en su mano. Para ese entonces el sol había desaparecido.
——Para mon petit lapin. ——Actuando como un mozo refinado me ofreció una copa, la cual acepté con ganas de reír.
——¿En serio, pizza y champaña?
——El champagne va con todo ——Me guiñó ——. En especial con estas delicias. ——Tomó una fresa entre sus dedos y la mordió, poniendo una cara de placer después. Hice una mueca.
——Claro ——dije sarcásticamente.
——No sabes de lo que te pierdes, en serio.
——Prefiero no saberlo, gracias ——Saqué el primer trozo de pizza de la caja.
——¡¿Eso quiere decir que nunca las has probado?!
El hombre casi se atora.
——No, no, o sea, sí las probé hace años, creo.
——¿Años? Uff, estás loco ¿Y por qué no te gustan? ¿El sabor?
——La verdad no recuerdo porque no me gustan ——admití en una risa ——. Más que nada fue por un incidente.
——Oh, esto no me has contado. ——Yeonjun se acomodó para verme directamente.
En pocas palabras, le conté cuando en la movilidad escolar una niña vomitó su batido de fresa sobre mí; en todas partes, mi mochila, mi ropa, mis zapatos...
——Ew ——dijo con una mueca asqueada probablemente imaginándolo.
——Ahora estoy bien, en esos tiempos no era capaz ni de ver fresas sin vomitar.
——Oh, bueno, lo entiendo, ahora es justificable, pero han pasado años por lo que me dices.
——Sí.
——Sería bueno que pruebes de nuevo.
——Ah, eso no.
——¿Porfi?
——No.
——No puedes quedarte con las cosas malas del pasado, Soobin. ¿Por mí? ——Tomó una del pocillo y la acercó a mi cara, yo la evadí.
——No quiero.
——Amor....
Si lo decía con esa cara...
Internamente maldije a sus ojitos de cachorro y su puchero, pero no pude dejar de ver, y como es de esperarse, caí.
——Choi Yeonjun, te odio.
Sonrió satisfecho mostrando sus dientencitos y me dejó un beso casto en la mejilla.
——Yo te amo ——aseguró y me dio la fresa ——, hazlo tú solito.
Miré a la fruta como si fuera un espécimen desconocido y desagradable.
——Eres un dramático.
Me demoré más de lo que debí, pero al final, contra todo pronóstico y bajo su mirada atenta; tratando de controlar el disgusto en mi rostro, fue que la mordí. También tomándome mi tiempo para analizar el sabor y las texturas que acariciaba mi lengua.
——¿Entonces? ¿Te gustó? Amor, tu cara no muestra nada, dame una reacción, algo
El sabor me golpeó después, y cubrí mi boca en sorpresa.
——¿Qué?
——Está buena ——admití ——, dios mío.
Yeonjun rió melodiosamente y me acarició la mejilla con ternura.
——¿No te digo?
——Ugh, odio que tengas razón
——Con chocolate es mejor.
——¿Chocolate?
——Ay vamos, no te hagas el loco, lo has visto.
——Sí, pero fue suficiente con una por ahora.
——No, vas a probar con chocolate y me lo vas a agradecer mucho después, créeme. No existe mejor combinación.
Sin darme cuenta Yeonjun había hecho aparecer otro tazón con chocolate derretido. Tan solo noté su aparición cuando tomó una fresa del tazón y la sumergió en el chocolate.
——¿No se supone que el chocolate debe estar congelado?
——Personalmente me gusta más así, abre la boquita, amor.
Gruñí en desacuerdo, pero como Yeonjun era un manipulador, le bastó poner ojitos de perrito para que terminara aceptando. Permití que me la diera, abriendo la boca y luego masticando.
Mastiqué, saboreé y tragué. Y me sentí como un tonto por haber estado convenciéndome de que tenía un sabor horrible cuando claramente era todo lo contrario.
——¿No dirás nada? ——preguntó chupando de sus dedos los últimos restos de chocolate.
——Supongo que no apesta del todo.
——Eres un orgulloso. ——Me entornó los ojos y empezó a comer.
——Estuvo bien por hoy. No quiero comer más fresas en los siguientes meses, por favor ——le pedí.
——Bueno, ahí tenemos un avance.
——El único que tendrás.
——¡No, te falta el siguiente nivel!
——¿Cuál es ese?
——¡Pizza con fresas! ——señaló risueño la caja.
No era capaz... Creí.
Incrédulo levanté de nuevo la tapa de la caja de pizza tan solo para ver que mi deliciosa pizza ahora tenía trozos de fresa encima.
Imperdonable.
——Ah no, tú estás enfermo, Yeonjun.
——¡Oh, vamos! Es como la pizza hawaiana y estamos en Hawaii, es destino.
——La hawaiana es piña, idiota, e igual es horrible.
——Es lo mismo, dulce es dulce, fruta es fruta. No entiendo porque la gente se escandaliza con esto si es tan bueno.
Lo vi tomar un trozo de pizza, cómo se lo llevó a la boca y le dio un mordisco. Como si fuera lo más normal del mundo.
No pude evitar verlo sorprendido, con desagrado.
——¡Llévate tu fanatismo a otro lado, loco!
——Pero, a ver, amor, es lo mismo, si lo piensas bien...
Siempre hice cosas tontas por amor. Por tu amor.
₹
En la escuela Hanlim ubicada en Seul, pertenecer a un club deportivo era obligatorio, así como también pertenecer a un club artístico; aunque sea por un semestre.
Choi Yeonjun podía parecer ser un ACE en todo lo que hiciera, sin embargo, esto no era del todo cierto; el chico, como todos los demás, tenía sus falencias, no obstante, pasaban desparcibidas por supuesto, todo gracias a ese rostro, a ese cuerpo y a ese carisma que tantos amaban.
Después de una hora jugando en la cancha, el entrenador lo envió a las bancas por hacer un mal pase. El castaño de catorce años resopló irritado mientras descargaba su enojo con una piedrita que iba pateando en el camino: ¿Por qué se le dificultaban tanto los deportes? Él no lo entendía ni aceptaba cuando para otros ámbitos era siempre el mejor sin la necesidad de hacer mucho. En este caso, sin embargo, era demasiado vago como para esforzarse.
Frustrado, se dirigió a las bancas de los perdedores.
Se congeló al ver a otro chico ahí.
Se rascó la cabeza, confundido. ¿En qué momento el entrenador había echado a alguien más? No podía recordar ese momento, aunque bueno, no es como que estuviera prestando demasiada atención de todas formas.
Aquel castaño de rostro conocido, pero al mismo tiempo desconocido, estaba leyendo un libro por lo que no había visto a Yeonjun llegar, mucho menos el pobre sabía que estaba siendo observado, o para ser más precisos, analizado... También era castaño, pero a diferencia de Yeonjun, era un tono caoba, más oscuro que el suyo, portaba unos anteojos negros un poco gruesos y su bolso deportivo se veía más grande que el del promedio. Se veía tierno.
Un detalle que le llamó la atención fue su contextura. Yeonjun no estaba con sobrepeso ni mucho menos, de hecho, estaba muy en forma, solamente que el chico de los lentes era demasiado delgado, sus piernas eran realmente delgadas, tanto, que hizo preocupar levemente a Yeonjun.
Y su carita... Se veía adorable, le recordó a un conejito por la forma corazonada de sus labios, así como la forma en la que arrugaba la nariz inconscientemente al leer. No pudo evitar sonreír por la ternura que le causó aquel chico que se veía tan frágil y bonito.
Por más que llevaran años estudiando juntos, en un salón de cien era fácil pasar desapercibido. Por lo que solo recordaba al chico tímido de los lentes como tal. No podría recordar su nombre...
O bueno, eso estaba por cambiar. Choi Yeonjun era la definición de amiguero.
Con confianza, se sentó a un costado del chico, tal vez un poco brusco, porque apenas esto pasó, el chico más alto se sobresaltó dando un mini brinco que hizo sonreír a Yeonjun.
Es tierno.
Y cuando por fin lo miró, extrañamente esos ojos le dieron paz.
——Hola, soy Yeonjun ——se presentó amablemente extendiendo su mano. Soobin cerró su libro por sobre su regazo y lo miró con curiosidad.
Lo sé, hemos estudiado juntos por años.
——Te conozco, soy Soobin.
——¿También eres malo en deportes? ——Yeonjun decidió iniciar la conversación.
Soobin sonrió de lado.
Tal vez Choi Yeonjun no era tan idiota como lo parecía.
——Precisamente.
Nota:
PIDOPERDON, la universidad me alejó de esta preciosa historia durante un mes. Pero he vuelto con ganas. Tengan linda semana TT y gracias a los que aún están aquí conmigo en esta historia caquita, los tqm. Lamento errores, corrijo lueguito.
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