08
Llegó el punto en el que caminábamos todos los días a la universidad juntos. Me recogía de mi casa y luego nos la pasábamos escuchando música o conversando hasta llegar a la universidad.
Yeonjun se colgó de mi brazo, estando los nuestros entrelazados.
——Dime si tú novio no es lindo ——Señaló un anuncio gigante de su cara ——. Soy hermoso, ¿no?
Si buscabas el antónimo de la palabra 'humilde', por seguro te topabas con una foto de Yeonjun.
——Veo tu cara todos los días como para querer verla en un anuncio de comida para gato.
Yeonjun ya me tenía harto con su puchero. Lo hacía todo el tiempo, justo como esa vez.
——¿Por eso me odiabas antes? ¿Por ser tan famoso? ——se burló de mí riendo.
No iba a verlo a los ojos, de otro modo, cedería. Acerté a apresurar mi paso y guardar mis manos en los bolsillos de mi abrigo. El frío de invierno de Seúl era todo menos un chiste, ni siquiera con bufanda y ropa más pesada que yo, dejaba de tener frío.
——Sigues estando sobrevalorado.
——¿Entonces crees que no soy lo suficientemente bonito? ——Acentuó su puchero.
¿Cómo puedes amar tanto la cara berrinchuda de alguien?
——Tengo estándares muy altos para que sepas.
Yeonjun se sacudió como un niño pequeño haciendo su berrinche.
——¡Aiñ! ¡¿Qué te cuesta ser algo romántico?! Solo tienes que decir: "Sí Yeonjun, eres el ser humano más bonito del planeta y te amo mucho".
Sonreí sin decir nada.
Como él me molestaba también, me gustaba devolvérsela.
-——Vamos. Te estoy esperando.
Ensanché mi sonrisa al ver la universidad a menos pocos metros de nosotros.
Me acerqué rápidamente a él y besé fugazmente su nariz, dejándolo desconcertado.
——Y vas a esperar para siempre porque ya llegamos.
₹
Ese mismo día, después de clases, lo obligué a estudiar.
——Concéntrate.
——Pero no quiero ——se quejó como si el libro frente a él fuera asqueroso.
——Estás es la universidad por algo. Ya has tenido demasiada libertad, principito ——Le pegué suavemente con el lapicero en la cabeza.
——Pero tu promedio sigue igual, el que salgas conmigo no afecta tus notas. De verdad se creyeron eso de que tú eres como mi segundo manager o algo así.
Yeonjun era realmente muy increíble.
——Te gusta ser un aprovechado, ¿no tonto? ——reí.
——Se llama vivir la vida y no complicársela.
——Fácil es aburrido.
——Aburrido eres tú que me estás negando ir al jacuzzi de mi casa por estudiar.
——Quiero graduarme, gracias. Además... tú sabes en qué acaban siempre esas cosas.
Yeonjun sonrió ladino y alzó una ceja.
——¿Qué cosas?
No quería sonrojarme, pero tal vez ya lo había hecho. Carraspeé.
——Tú sabes que cosas.
Me sonrió burlón.
——Ah, no puede ser, eres un bebé. Mmm... ¿No será que eres virgen y por eso te pones nervioso siempre que hablamos de esto?
Casi me atoro. El chico de verdad carecía de un filtro mental.
-——¿C-Cómo puedes hablar de eso con ese volumen en una biblioteca?
——Primero cariño, no hay nadie. Segundo, sabes que siempre hago lo que quiero. Tercero, ¿sí eres virgen, amor?
——¿Qué? ¡No!
El ceño de Yeonjun se frunció.
——Entonces por qué-
——Soy un chico... tranquilo, ¿ok?
——Solo di que es demasiado para ti verme desnudo.
——¡YEONJUN!
——Yiinjin ——rió y me dio un besito en la mejilla que me hizo sonreír ——. Sabes que amo molestarte y verte todo rojito. Eres jodidamente adorable, Choi Soobin.
——Aish, ya déjame ——bufé.
Suspiró como si estuviera cansado, pero terminó asintiendo.
-——Terminemos esto y prométeme que iremos por helado.
——Tu y tú chocomenta de-
——¡Ya! De fresa entonces.
——Sabes que no me gustan.
——Listo, terminamos.
——¡Yeonjun ya!
——¡Devuélvemelo! ——le grité.
Pero Yeonjun ya estaba saliendo de la piscina con mi celular en sus manos.
Contexto: Nos metimos a la piscina de su casa de forma totalmente imprevista de nuevo, estuvimos hablando y jugando un rato, luego recibí una llamada que ignoré por estar intentando ahogarlo por molestarme, y después esa persona llamó aproximadamente unas cuatro veces más ya haciéndolo imposible de ignorar.
Ya irritado por el sonido de mi timbre, ambos miramos a mi pantalón tirado en el suelo, muy cerca de la piscina.
Resoplé y me acerqué a pasos lentos al borde. Estiré mi mano un poco para buscar dentro del bolsillo mi celular que ya había dejado de sonar y lo saqué.
Justo cuando lo desbloqueé, unas manos hábiles me lo quitaron por detrás.
——¡Oye!
El idiota elevó en celular con ambas manos para que no tocara agua y cruzó toda la piscina hasta llegar a las escaleras de esta, solo para asegurarse de que no pueda quitárselo.
——¡Yeonjun! ——Lo perseguí.
Yeonjun salió apresurado entre risas, y tal cual; mojado, descalzo y todo, empapando su sala y escaleras, subió embalado a su habitación como un ladrón exitoso.
Me gustaría decir que lo seguí del mismo modo, ¿pero para qué si ya lo tenía?
Salí derrotado de la piscina y con tranquilidad fui hacia los columpios sillones, tomé la toalla para empezar a secarme en lo que iba por Yeonjun.
Ya me hacía frío pues el traje mojado se pegaba a mi cuerpo, pero como era invierno; o eran esos trajes de dos piezas que cubrían cuerpo completo, o era una segura neumonía. Y nadie quería arriesgarse.
Puse la toalla enroscada en mi cuello y subí hacia su habitación. Cuando abrí la puerta, estaba por regañarlo, pero su ceño fruncido y su extraña mirada en la pantalla, me hizo preguntarme qué lo tenía así; mordiéndose los labios como si estuviera ansioso.
Pero yo no tenía que pedirle una explicación, porque él me la daría antes.
——Era Heejin.
——¿Qué? ——Cerré la puerta al entrar.
——La que te llamó fue Heejin. Fueron ocho llamadas perdidas solo hoy. ——El tono de su voz era diferente, no molesto, pero un poco ansioso.
——Ya veo... ——No era como si fuera importante ——No vuelvas a hacer eso. ¿Y si se caía al agua? Una segunda vez y mi celular ya no la contaba.
——Ustedes hablan mucho.
No podía ser.
——Yeonjun...
——Demasiado diría yo. ——Lo vi morder su labio inferior.
——No deberías estar viendo mis mensajes con otras personas ——dije serio.
——Lo sé, lo sé ——Asintiendo se me acercó, mordiendo su labio inferior ——. Solo tenía curiosidad por saber por qué tendría que llamar tanto. Y...
——Yeonjun, ella solo es una buena amiga mía. Desde la secundaria.
——¿Te quedas hablando con una amiga hasta las cuatro de la madrugada? ——preguntó hasta casi temeroso mostrándome la pantalla y deslizando el dedo para mostrarme mi conversación con Heejin.
Por la forma en la que me decía las cosas, pude notar que no me estaba reclamando nada. Al contrario, era inseguridad, inseguridad por su parte.
Y él no debía dudar de mí.
Suspirando y suavizando mi expresión, caminé hasta él tomándolo de cintura con suavidad.
——Junnie...
Bajó la cabeza y puso el celular en la mano que tenía su cintura presa.
——Yo... Yo sé que estoy siendo algo ridículo, pero es que sé que tú la estimas mucho desde muchísimos años antes de conocerme a mí, y... Sé que no tengo que dudar de ti, pero ella te manda corazones todo el tiempo, y aunque no le respondas, yo...
Lo tomé de la cintura e interrumpiendo sus sinsentidos, pegué mis labios con los suyos con cariño.
Él jamás tendría que dudar de mis sentimientos por él. Quizás podría apestar expresándolos, pero estaban ahí siempre, dándome vida y haciéndome feliz.
Yeonjun jadeó por la sorpresa en mi boca y flojamente rodeó mi cuello con sus brazos, luego correspondiéndome el beso.
Me separé un momento del beso pegando nuestras frentes juntas, porque si bien yo podía tener muchas inseguridades, Yeonjun jamás sería parte de ellas.
——Tú no tienes que dudar de nada ni nadie. Al único que quiero es a ti, mi principito mimado ——le susurré con una sonrisa.
Yeonjun, ah Yeonjun.
Me regaló otras de esas sonrisas brillantes que yo amaba tanto, antes de volver a besarme con el doble de intensidad.
Mi cuerpo antes frío empezaba a entrar en calor gracias a sus besos y caricias delicadas.
Luego cambiamos las posiciones y era yo quien acunaba su rostro mientras él acariciaba mi cintura y profundizaba el beso.
El silencio fue llenado con respiraciones pesadas y chasquidos. Dejé de pensar y solo entonces, empecé a sentir.
Me arrimó contra la pared y luego levantó una pierna mía con una mano, acariciando y masajeando sin detener los besos lascivos. Pero todo dejó de parecerme excitante en el momento que su mano viajó hasta mi polo para intentar sacármelo, sus dedos fríos sobre mi piel me trajeron de vuela a la realidad.
Rápidamente lo empujé sin ser tan brusco, cortando todo tipo de contacto.
Jadeante me miró confundido.
——¿Amor? ——preguntó mirándome con cautela.
Mi respiración no estaba mejor. Sintiéndome ansioso, me pasé la mano por los cabellos hacia atrás y bajé la mirada intentando regular mi respiración. No me atrevía a mirarlo.
——Cariño, ¿qué sucede? ——intentó de nuevo acercándose a mí poco a poco, como si intentara no ahuyentarme.
——N-No, nada.
Miraba mis pies descalzos, preguntándome por qué no podía ser un chico normal.
Sentí dos manos en mis hombros, que contrariamente a lo que esperaba, me dieron paz.
——Binnie ——Y tuvo que repetirlo muchas veces para que yo cediera y pudiera verlo.
Nuestros ojos se encontraron y mi corazón latió con una fuerza desmesurada. Ya a esas alturas, no sabía si era el efecto Yeonjun o si eran mis miedos.
Tenía el rostro tenso como una roca, o bueno, por lo menos yo quería dar esa impresión. Por la forma en la que Junnie me miró, dudo que haya podido ocultar bien mi vulnerabilidad.
A veces me preguntaba por qué Yeonjun seguía conmigo. No era un novio perfecto o tan cariñoso como él. Yo estaba lejos de siquiera llegarle a los talones a todos sus amigos celebridades. Nunca fui demasiado inteligente ni particularmente guapo. A veces era arisco sin darme cuenta y me comportaba frío cuando lo único que él hacía era intentar ser romántico. No me sentía suficiente ni para mis propios estándares. No quise pensar qué pensaría de mí alguien tan perfecto como él entonces.
Siempre que intentaba dar el siguiente paso, era yo quien lo detenía. Ya iba sucediendo demasiadas veces, y estaba seguro de que ya debía tenerlo harto.
Solo que... Todo lo anterior que les dije, no tuve que decirlo, aunque igual no hubiera podido. ¿Y saben por qué no tuve que hacerlo? Porque Yeonjun lo notó solo.
——No quiero presionarte a nada, bebé ——Acarició mi mejilla ——. Pero solo quiero preguntarte una cosa: ¿No confías en mí? ——Había miedo en su voz, y solamente pude odiarme un poco más por eso.
Estaba quitando su mano de mi mejilla lentamente con una mirada apagada, pero yo puse la mía por encima antes, pidiéndole con el gesto que no lo hiciera, que no se alejara de mí.
Sus ojos siempre fueron lo que más me gustaba de él sin duda alguna.
——No... Quiero decir, sí confío en ti. Por favor no pienses que es eso.
El problema era yo.
——¿Entonces qué sucede, mi amor?
Bajé la mirada de nuevo porque no podía más con sus ojos inquisitivos. En cambio, observé el espejo que estaba detrás de Yeonjun, viendo mi reflejo.
Cosa que mi pequeño Junnie observador no pasó por alto.
——No es... Es que... Yo... ——No sabía cómo decírselo. No quería sonar como un perdedor cuando la mayoría del tiempo me refugiaba en el sarcasmo para intentar no parecerlo.
——¿Es algo que te moleste?
——N-No. Junnie, yo-
——¿Te da vergüenza? ¿Es eso, cariño?
Dio justo en el clavo realmente sin hacerlo.
——¿No quieres que te vea? ¿Es eso?
Cuando dijo eso, entendí que Yeonjun me había leído.
Mi corazón se estrujó, y lo primero que pensé fue: "Va a dejarme" "Él va a dejarte, Soobin".
Pero Yeonjun continuó.
——¿Es por eso que nunca quieres sacarte la camiseta cuando nos metemos a la piscina juntos? ¿Por eso nunca que te has querido cambiar conmigo?
Me dieron ganas de llorar porque me sentí como un niño siendo descubierto por su madre después de haber roto su jarrón favorito. Mordí mi labio con fuerza para no hacerlo.
——¿Crees que hay algo malo contigo, amor?
No era muy sensible, no. Pero cuando justo dan en tu punto débil, es difícil mantenerte estoico.
——No es eso... ——respondí al fin preparándome para lo peor ——Es que... ——Inconscientemente volví a ver el espejo de reojo.
La verdad era simple: Tenía complejos por mi cuerpo.
Siempre fui de esos chicos que no importara cuanto comieran o ejercitaran, se quedarían como palitos hasta el final de sus días. Fui víctima de bullying por esa razón durante la primaria, y supongo que los estúpidos apodos se quedaron en alguna parte recóndita de mi cabeza para dejar traumas hasta el día de hoy.
Bueno, hasta ese día.
Porque alguien los borró.
Lo siguiente me tomó tan desprevenido que casi me da un infarto.
En un solo movimiento, Yeonjun me sorprendió por la espalda abrazando mi cintura y haciendo que ambos giráramos.
Para enfrentar el espejo.
——¿Sabes que veo en este preciso momento? ——Apoyó su barbilla en mi hombro, teniendo que pararse de puntas para hacerlo. ——A un chico muy guapo, por supuesto ——Supe que estaba hablando de sí mismo porque se miró en el espejo. Lo siguiente, lo dijo con una voz tan grave y seductora, que sentí escalofríos cuando me lo susurró ——. Y a su costado, veo al chico con el que ha fantaseado de todas las formas posibles desde que lo vio cruzar la puerta por primera vez.
Miré mi reflejo de nuevo, pero esta vez como si nunca lo hubiera hecho antes.
——Pero yo no soy-
Yeonjun soltó una sola risa grave y apretó más sus manos en mi cuerpo, esta vez en mi vientre, presionándome contra su erección y arrancándome un jadeo.
——Eres y no eres muchas cosas, cariño. Pero tal como eres, solo tú puedes provocar esto en mí... Soobin ——susurró de nuevo ——, no me importa si tienes los mejores músculos del mundo o si tienes una pancita adorable. Yo te amo a ti por lo que TÚ eres. Todo tú, mi amor ——Depositó cariñosamente un besito en mi nuca, yo sintiéndome desfallecer en sus brazos ——. Por favor, déjame demostrártelo.
——Y-Yeon, no sé si-
——Quítate la camiseta.
Me solté de él, ahora agarrando sus brazos.
——¿Confías en mí, bebé?
No demoré un segundo en asentir.
——Entonces házlo.
Había algo en la voz de Yeonjun que simplemente me volvía dócil. Sus palabras calaron tan dentro de mí, que sentí que todo lo que habían dicho esos niños de mí en el pasado, eran tan solo viles mentiras.
Nervioso, y bajo su atenta mirada, lo hice.
Inmediatamente después, me sonrojé y me arrepentí.
¿Qué pensaría Yeonjun de mí? ¿Le daría asco?
Pero cuando levanté la mirada, un nuevo sentimiento me llenó. Y no sé cómo más describirlo aparte de plenitud.
Yo. Mi cuerpo. Mi cintura afeminada. Mis muslos Mi piel tan blanca como la nieve; pálida y desabrida, Yeonjun la miraba como si fuera lo más precioso del mundo.
Sus ojos famélicos me escrutaban de pies a cabeza, sin decir nada, lo vi tragar saliva.
Después de unos segundos, sus ojos volvieron a los míos con una nueva intensidad, una que casi me deja sin aire.
——Eres lo más hermoso que he visto en mi vida, Choi Soobin.
Se acercó a mí dando lentos pasos y se quedó viendo mi vientre plano. Su mano se acercó lentamente a acariciarlo, sus dedos estaban fríos contra mi piel, provocándome todo tipo de sensaciones.
——Prometo cuidar bien de ti ——susurró.
Y yo confíe en él, claramente.
Con la misma mano y en el mismo lugar, guió mi cuerpo hasta la cama, empujándome suavemente, pidiéndome que me sentará, luego la presión haciendo que me recostara.
Incluso si estaba nervioso porque Yeonjun sería mi primer hombre, no estaba asustado.
Porque yo siempre confíe en ti.
Mi pecho subía y bajaba mientras esperaba a un primer contacto.
Me sobresalté cuando sentí a sus firmes manos abrirme las piernas con un poquito de brusquedad. Yeonjun acarició mis muslos, mi cintura.
Lo siguiente que ocurrió, ni siquiera yo me lo esperé. Fue algo que sin duda caló en mi alma, tan profundo, que ahora y en ese momento juré que podría llorar hasta secarme.
Borró cada inseguridad mía, reescribió mi historia.
Cuando sentí sus labios sobre la piel suave de mi vientre, me estremeció por completo la sorpresa.
El primer beso me dejó un sabor agridulce, el segundo me provocó un jadeo, pero cuando empezó a subir dejando una lluvia de besitos por mi barriga y por mi pecho, se formó un nudo en mi garganta porque jamás me sentí tan... amado.
Levanté un poco mi cuello para poder verlo a los ojos. Los de ambos brillaban húmedos por diferentes razones, pero en parte era el mismo sentimiento, uno que compartimos y nos unió es anoche.
Felicidad.
Me sonrió ladino entre tierno y perverso, no sé, siempre fue difícil adivinar sus expresiones.
Sus dedos viajaron hasta el elástico de mi short.
Lo que empezó siendo una tortura de inseguridades para mí, terminó en una de las mejores noches de mi vida.
Porque cada vez, me convencía más que de Yeonjun era y sería el único.
Nota:
Solo diré que podrían ser buenos detectives.
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