•Capítulo 1: Muerte•

Narrador omnisciente

—Mamá, ¿qué comeremos hoy? —preguntaste dando pequeños saltos mientras caminabas a la par de tu progenitora

—¿Pues qué quieres comer?

—¡Pizza y chocolate! —respondiste casi automáticamente, sonriendo alegre

—No podemos comer eso en la hora del almuerzo, Tn. —se quedó pensando un momento— Mejor que sea pescado.

—Genial, no podré comer chocolate. —murmuraste haciendo un puchero con tus labios— Mamá... Mami... —la jalaste del vestido para que te haciera caso

—Espera Tn, no encuentro el dinero. —informó en tono angustiado, rebuscando por su bolso de manera desesperada

—Pero mamá... —bajaste la cabeza— ¡Ya sé! Si encuentro el dinero, mi mamá me prestará más atención. —pensaste internamente, celebrando por tu idea tan genial y efectiva, según tú

Tú, una pequeña de orbes violetas, te alejaste lentamente de tu madre, quien al estar tan concentrada en buscar el dinero, no se dio cuenta de que desapareciste.

—Hummm... —colocaste tu dedo índice en tu mentón, pensando— Si fuera el monedero, dónde estaría.

Te aseguraste de ver bien por la tierra y el suelo, incluso en los arbustos, para encontrar el monedero con el dinero dentro.

—¿Y si llamo a Nanami para que me ayude? —te preguntaste en voz alta, con cierta duda

Recorriste el lugar por donde, anteriormente, habían pasado hace tan solo unos minutos y finalmente lograste encontrar el dinero, el cual estaba guardado en un bolsito de peluche.

—¡Qué bien! ¡Lo encontré! —exclamaste feliz, pero cuando lo estabas por recoger, un hombre se colocó delante tuyo— ¿Eh? Señor, disculpe... Ese monedero es de mi mamá y...

—¡Oh! ¡¿En serio?! —soltó una carcajada sonora— Ahora es mío. —lo recogió y te miró de manera burlona

—Se equivoca, ese dinero es de mi mamá. —lo confrontaste frunciendo tu ceño enojada. No permitirías que le robara a tu mamá, sabiendo que ella se quedaba varias horas trabajando, solo para traer dinero a la casa

El hombre alzó el monedero hasta lo alto, riéndose al ver que saltabas, en un intento nulo por alcanzarlo.

—Oh, ya tenemos a otro rehén. —llegó otro señor, quien al parecer era su cómplice— Ven, mocosa.

—¡No! ¡Suélteme! —gritaste, pero éste te tapó la boca y junto con su compañero te metieron dentro de una tienda. Viste que todas las personas estaban boca abajo, asustadas al ser apuntadas por un arma

—Bien hecho, ahora tenemos dinero extra. —habló otro sujeto, quitándole el monedero al primer sujeto. Habían varios tipos armados

—¡Suélteme! —exclamaste logrando liberarte del agarre en tu boca— O mi mamá se va a preocupar mucho por mí y me va a castigar. —pataleaste

—Pfff. —el tipo retuvo una carcajada— ¿Qué nos hará una mocosa como tú, eh?

—Deja de perder el tiempo discutiendo con una niña, de seguro su madre debe estar cerca. —comentó lo último con molestia

—¡Tn, hija! ¡¿Dónde estás?! —escuchaste los gritos de tú madre luego de unos minutos transcurridos— ¡¿Dónde te metiste?!

—¡Mamá, ayúdame! —gritaste comenzando a llorar— ¡Este hombre me quiere llevar!

—¡Cállate, mocosa!

—¡¿Por qué no le tapaste la boca, imbécil?!

—¡Lo hice, pero se soltó!

—¡Idiota, ahora tenemos que ir por la mamá o nos va a arruinar el plan!

—¡Hija! —la madre entró a la tienda al localizar tu voz. El sujeto te liberó de su agarre y dejó que vayas con tu mamá

Habían logrado su objetivo, ahora ya no habrían interrupciones para llevar al cabo su plan.

—¡Tn! ¿Estás bien? ¿No te hicieron nada? —te revisó rápidamente

—Sí, estoy bien mamá. —respondiste tranquilizándola, pero cuando tu madre dirigió su vista al señor, su expresión cambió a una de terror— Tn, vete de aquí. —se alejó de ti, para comenzar a acercarse al primer sujeto con sigilo

—¿Qué?

—Vaya, vaya. —el sujeto avanzó también hacia ustedes— Miren a quién tenemos aquí, ¿ni un hola?

—¡Aléjate de mí y de mi hija! —lo empujó con fuerza, pero este ni se inmutó— ¡No te acerques! —tu madre comenzó a emanar una energía extraña de su cuerpo— ¡TE MATARÉ! ¡NO VOLVERÁS A HACERNOS DAÑO!

—¡Por favor, ayuda! —dijiste preocupada, esperando que no le hicieran daño a tu mamá, pues esos tipos se veían muy fuertes y además tenían armas de fuego

—¡Hey, aquí hay una mocosa que estorba! —uno de los sujetos te tomó del brazo con brusquedad

—¡Hey! ¡Déjame! —diste manotazos a lo loco, provocando que el sujeto se enojara— ¡Tengo que ayudar a mi mamá! —añadiste cuando éste te arrastró a regañadientes hasta un lugar apartado

—¡Tch! Estúpida mocosa. —te aventó contra el suelo bruscamente y luego te amarró con una soga— Así está mejor, ya no darás tantos problemas.

—Eres malo. —sollozaste asustada— Hay muchas personas aquí, pero porqué nadie me ayuda... —susurraste para ti misma, viendo a los demás con súplica, esperando que alguien se levantara y te ayudara, sin embargo ellos solo te veían con pena

La puerta donde daba a la salida se abrió, dejado ver a tu madre tirada en el suelo, con su cabello todo revuelto y exhalando aire a grandes cantidades, pudiste notar que tenía algo de sangre por su mejilla y frente.

—¡Mami! —gritaste espantada

—Cállate, mocosa. —te amenazó el sujeto— Eres molesta.

—¡Déjenme ir! ¡Mamá! —llamaste otra vez

—¡Ja! Ella quiso hacer de heroína, pero mira cómo terminó. —habló burlón— Por suerte, ella ya recibió su merecido al interponerse.

—¡El merecido lo vas a recibir tú al final! —exclamaste con seguridad en tus palabras

—Tch, ni siquiera sé porqué hablo contigo. —irritado, volteó la mirada hacia el frente— Solo observa en silencio, mocosa.

—¡No quiero! —le diste la contraria, irritando al sujeto a propósito— ¡MAMÁ! —luego de ese grito, tu particularidad se comenzó a activar

—¡¿Qué no escuchaste que te callaras?! —giró su cabeza hacia donde supuestamente te encontrabas— ¿Eh? ¿Alguien vio a la mocosa?

—¡¿Cómo logró zafarse de las cuerdas?!

—¡Y en sus narices, idiotas! —se gritaron entre sí los sujetos

—Mamá, te voy a sacar de aquí... —susurraste en voz baja, mientras intentabas levantar a tu madre del suelo, pues ella cayó inconsciente justo cuando llegaste a su lado

—Maldita mocosa, ya te vi. —el sujeto de antes se les acercó de imprevisto y te agarró del cuello con una sola mano, comenzando a ejercer presión— Te di una advertencia, ahora asume las consecuencias.

—Agh. —te quejaste golpeando las manos del hombre, desesperada por liberarte y así poder respirar

—Te mataría ahora, pero no quiero desperdiciar mi particularidad en alguien como tú. —habló con desprecio

Enfadada, le diste una fuerte mordida en su mano, logrando de ese modo que te soltara.

—Agh, maldita mocosa. —murmuró con odio

—No dejaré que lastimen a mi mamá. —hablaste poniéndote frente al cuerpo inconsciente de tu madre

—Mamá... Mamá... ¡Mamá! ¡¿Qué no te cansas?! —te gritó el sujeto con varias venas sobresalientes en sus brazos y rostro, provocando que te asustaras. Retuviste las lágrimas para no mostrarte débil, aunque tu expresión te delataba— ¡La llamas porque no puedes hacer nada por ella!

—N-no, eso no es verdad. —respondiste casi automáticamente

—Tn. —llamó tu madre débilmente, comenzando a despertar. Giraste tu cabeza hacia atrás, para así poder verla y sonreíste aliviada

—Nos vemos en el infierno. —el tipo sacó una pistola de su pantalón y te apuntó, para luego disparar

Al ver esto, te cubriste con tus brazos por instinto, pues no te había dado tiempo de correr y además de que, si te movías, el disparo le daría a tu madre. Lamentablemente, al abrir tus ojos te topaste con la mirada maternal y afligida de tu madre, quien comenzó a escupir sangre de su boca, debido a que anteriormente se colocó frente a ti, impidiendo que el disparo te diese.

—Tn, mi querida niña, perdóname por ser muy dura contigo aveces. —habló mientras se inclinaba para poder abrazarte— Tú eres mi motivación para vivir, para luchar... —poco a poco, el cuerpo de la mayor se fue desvaneciendo hasta quedar hechada en el suelo, bajo tú mirada incrédula— Gracias por ser mi hija...

—¡Mamá! —gritaste histérica y la abrazaste fuertemente, pero el sujeto no iba a permitir que tú también vivieras, así que recargó el arma y te apuntó

Pronto se escucharon los vidrios caer de una ventana y seguido de ello, el héroe número uno, All Might, entró sorpresivamente. Éste fue directo a darle una patada al hombre, quien salió volando hasta chocar contra una pared, logrando de ese modo que el arma se perdiera.

—Mamá, despierta por favor...

—No puede ser... —susurró All Might con un semblante apagado— Llegué tarde.

—¡No me dejes sola! ¡Despierta, mamá! —moviste el cuerpo de tu madre, para luego comenzar a darle palmaditas en los cachetes, intentando que despertara— Te prometo que me portaré bien y nunca más te volveré a desobedecer, ¡pero tienes que despertar!

—Tn... —tu madre abrió levemente sus ojos, aunque su voz se oía cansada y se notaba afligida

Sonreíste alegre al ver que tu madre aún seguía vivía, así que la tomaste de la mano más aliviada.

—Sé que serás una buena niña, Tn... —escupió sangre— Y también  sé que... Te adaptarás a los cambios, mi tesoro...

—La llevaré al hospital. —se apresuró a decir el héroe número uno

—Un momento. —lo detuvo tu madre— All Might, yo... Siempre he puesto a mi hija en peligro, debido a mi pasado. —confesó con dificultad, mientras derramaba lágrimas—Así que por favor, llévala contigo... Cuídala por mí...

—Mamá, no digas eso. —dijiste envolviéndola con tus pequeños brazos

—No, señora. No dejaré que ninguna persona muera en mi presencia. —All Might la cargó con cuidado— Descuide, no permitiré que usted y su hija sufran más daño, yo las protegeré.

De pronto uno de los villanos logró encontrar el arma y comenzó a disparar de manera frenética hacia todos lados.

—¡Ser héroe es lo peor! —se rió psicópatamente— ¡Tener que salvar gente de por vida, es lo peor! —cambió su expresión por uno más serio— ¿Eso de qué te sirve cuándo eres olvidado?

All Might le dirigió una cargada de dureza y utilizó su particularidad para hacer retroceder a los demás villanos.

—Ahorita llegan los demás héroes, ¿si? Espera un momento mientras que yo dejo a tu madre con Recovery Girl, estoy seguro de que ella logrará salvarla. —añadió el héroe decidido

—¡Sí! —asentiste rápidamente

All Might escapó de ahí con tu madre en brazos, sin embargo su andar se detuvo al ver cómo tu madre cerraba sus ojos por completo, ya no oía su respiración.

—Su corazón ya no late. —susurró el héroe en shock al comprobar ese hecho, dejando a tu madre recostada en el suelo

Miraste con horror la escena, tus pupilas se contrajeron y abriste la boca sorprendida, pues All Might había pronunciado unas simples palabras que te destrozaron por completo. Comenzaste a dar gritos de dolor mientras abrazabas el cuerpo inerte de tu madre.

—¡¿Por qué no la salvaste?! —te volteaste hacia All Might enfadada, golpeando la pierna del héroe en un intento de descargar tu frustración acumulada

—Lo siento mucho, joven. —All Might bajó su mirada, borrando su sonrisa poco a poco— Y-yo no pude hacer nada... —la voz del héroe comenzó a tomar un tono quebradizo, pues nunca había dejado morir a nadie frente a sus ojos

Esa había sido la primera vez donde no pudo impedir una muerte. Tan chocante fue el suceso, que provocó que la característica sonrisa del héroe número uno, se borarra.

—Pero no dejaré que su muerte sea en vano, me encargaré de atrapar a los responsables de este atentado. —te prometió All Might, apretando sus puños con determinación

El héroe fue tras los villanos que ya se encontraban huyendo sin mirar atrás, montados en varios vehículos de alta gama, pues la misión de éstos había sido completada.

—Mami. —la llamaste viendo el cuerpo pálido y frío de ella. Con tus pequeñas manos, le cerraste los ojos y limpiaste tus lágrimas con algo de rudeza— Aún conservas tu sonrisa... Yo también lo haré por ti... —murmuraste viéndola con una sonrisa fingida

Gracias a esa simple acción de tu madre antes de morir, no guardaste rencor en tu corazón hacia el héroe número uno y no buscaste venganza.

Narra All Might

Finalmente logré atrapar a los villanos, aunque fue algo complicado, debido a las particularidades que tenían ellos y también porque me superaban en número por mucho, pero por suerte llegaron más héroes a retenerlos.

Al menos no rompí la promesa que le hice a la pequeña de antes...

—¡Déjenme ir!

—¡Se van a arrepentir! ¡¿Acaso no saben quién es nuestro jefe?!

—¡Suéltennos, héroes idiotas!

No presté atención a los insultos, así que apenas los dejé en manos de la policía, me dirigí a buscar a la pequeña niña.

Corrí hacia el lugar del incidente y ahí la encontré, sentada sola en una banca, tenía el rostro cabizbajo y sus ojos estaban rojos por tanto llorar.

De seguro no tiene a nadie más... Y ya se llevaron el cuerpo de su madre...

—Oye. —me coloqué frente a ella, pero justo en ese instante la pequeña cayó desmayada— ¡¿Eh?!

La sostuve a tiempo y revisé si aún respiraba. Solté un suspiro de alivio al comprobar que sí lo hacía, así que espere unos minutos para que despertara o de lo contrario la llevaría con las enfermeras, pues una ambulancia había llegado para atender a los ciudadanos afectados.

—Pequeña, ¿te sientes bien?—pregunté al ver que abría los ojos de apoco— ¿No te paso nada?

—... —no me respondió, ella seguía con la mirada perdida, aún en shock por la muerte de su madre

—Tranquila, estás a salvo.

—Pero mi mamá... Por tu culpa ella... —su pequeño cuerpo comenzó a temblar y seguido de ello, derramó varias lágrimas de sus ojos color violeta

Bajé la cabeza, sintiendo que ahora me era difícil mantener la sonrisa, así que solo me limité a suspirar, en un intento por eliminar mis emociones negativas.

—Lo sé, es mi culpa. —admití bajando mi tono de voz— Si hubiera sido más rápido, entonces ella... No volveré a cometer el mismo error, nunca más.

—¿Eh? —la pequeña me miró por primera vez a los ojos

—Yo siempre salvaré a las personas con una sonrisa... Aunque eso signifique mi propio sacrificio. —añadí mientras le regalaba una de mis mejores sonrisas, tratando de transmitirle un poco de tranquilidad

—Ustedes se parecen. —murmuró la pequeña con melancolía

—¿A qué te refieres, pequeña?

—Mi mamá sonreía casi todo el tiempo, aunque aveces me regañaba y era muy mandona. —soltó una leve carcajada, junto con un sollozo— Ella también era como una amiga para mí, cuando estaba triste me animaba y consentía siempre... Mamá me enseñó el valor de la vida... Incluso antes de irse, me dio una última sonrisa.

Sentí mi corazón estrujarse ante sus palabras, así que mordí mi lengua para no llorar al igual que ella, pues no podía mostrarme vulnerable, yo debía darle mi apoyo a la pequeña.

—Debes ser fuerte, pequeña. —la tomé de los hombros con delicadeza— No pude conocer a tu madre, pero ella confió en mí al dejarte a mi cuidado... Así que cumpliré con mi palabra y desde ahora yo te cuidaré como ella lo hizo.

Por supuesto que no iba a dejarla sola, yo la iba a adoptar.

—Gracias... All Might.

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