16.
Desde el día que llegó a ese lugar, ya sea por obra del destino o del infortunio, Kihyun fue recibido con más amor del que sentía que merecía y el encargado de eso fue Shownu. Un alfa que nunca tuvo la obligación de hacer nada por él pero que siempre estuvo dispuesto a hacer todo.
Hasta hace unos días Shownu se había mantenido en una postura muy parecida a la de un buen ciudadano que quería ayudar, pero al final terminó confesando a Kihyun su deseo de formar una familia, cosa que el omega no había procesado en todo ese tiempo hasta que abrió el último cajón del ropero y se encontró con una colección de ropa de bebé, accesorios tiernos y algunos utensilios útiles de maternidad que reposaban ahí, en secreto como si tuvieran temor de ser desechados. Pero la parte que más llamó la atención del omega fue un pequeño suéter de lana que iba a juego con un par de calcetas, que Shownu tejió con sus propias manos.
La niebla que se había mantenido en su mente de repente se disipó.
¿Por qué estaba triste por una mentira basada en un hecho del pasado y mencionada por una persona que no importaba?
¿Por qué rechazaba la amabilidad y el afecto del alfa que le había dado todo en cuanto podía?
¿Por qué pensaba siquiera en negarse a sí mismo, al bebé y al alfa la oportunidad de vivir vidas tranquilas juntos? ¿Qué motivos tenía para seguir huyendo?
Sus ojos se empaparon de la abrumadora emoción y sin molestarse en ordenar lo que desarregló, corrió hacia la cocina donde estaba Shownu y lo abrazó por la espalda, sorprendiéndolo.
El alfa no supo como reaccionar ante la muestra de afecto, pero su corazón estaba intranquilo porque escuchó sus sollozos.
—¿Qué ocurre? —preguntó preocupado, tratando de zafarse de su agarre para poder verlo frente a frente. —¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? ¿Quieres que vayamos al médico?
Kihyun no pudo responder inmediatamente, en cambio se quedó en esa posición aspirando el aroma del alfa que le hacía sentir paz y poco a poco fue ralentizando su llanto hasta aflojar el agarre. Sin embargo, Shownu se giró y no dudó en asegurarse de que estuviera bien.
—Dime, ¿qué pasa? —preguntó con tristeza al ver sus ojos irritados mientras trataba de limpiar sus mejillas húmedas. —¿Dije algo malo? ¿Te sientes triste? ¿Por qué lloras?
El omega seguía guardando silencio y volvió a abrazarlo, esta vez dejándose envolver por los brazos del alfa, recibiendo un consuelo que ni siquiera él mismo se había dado cuenta que necesitaba.
Claro que se merecía todo el amor que estaba recibiendo, incluso si se sintiera culpable de no darle la oportunidad a alguien más, no quería que todo ese afecto fuera desviado a otra persona.
El alfa le dio su tiempo, y lo abrazó dejando suaves caricias en su espalda, soltando un leve flujo de feromonas para que se calmara y así permanecieron por muchos minutos, hasta que no hubo ni un sólo sollozo más.
Ambos mantenían el cálido abrazo intacto. Kihyun estaba acurrucado en el pecho del alfa, mientras que él, apoyado en la encimera de la cocina abrazaba suavemente al omega por la cintura, sin apretarlo demasiado para no incomodar demasiado su pancita de casi seis meses de embarazo que a esas alturas ya era muy notoria.
—Cuando dijiste que... —susurró con voz ronca. —Que querías cuidarnos, al bebé y a mí... ¿Lo dijiste en serio?
Shownu sonrió.
—¿Te parece que miento? —respondió en un susurro.
Kihyun apartó el rostro del pecho del alfa y lo miró a los ojos antes de suspirar.
—Entonces acepto. —dijo aliviado sorprendiendo al alfa una vez más. —De ahora en adelante... Seré mejor. —prometió bajando la mirada. —Dejaré que nos cuides tanto como quieras y te cuidaremos de igual manera. Mi hijo... También puede ser tu hijo, no me voy a oponer a tu deseo.
El corazón de Shownu parecía temblar en su interior.
—Kihyun... —dijo tratando de preguntar mil cosas pero fue interrumpido antes.
—De ahora en adelante, puedes llamarnos tu familia. —dijo el omega con mucha decisión en su voz. —También puedes presentarme como tu pareja frente a tus allegados. Trataré de convertirme en el omega que mereces para que, en el futuro, formemos una familia real, y no sólo de denominación. —de repente su rostro se tornó rojizo. —E-es decir... Si tú quieres.
Shownu soltó una risita por lo bajo, pero en lugar de decir halagos que pudieran avergonzar aún más a Kihyun, quiso hacerle sentir que podía estar seguro con él, incluso sin palabras innecesarias de por medio.
—Ok. —susurró.
—Ok... —repitió Kihyun casi roboticamente, pero luciendo un poco aliviado.
El alfa esperó que su emoción se calmara un poco y la respiración del omega se regulara antes de continuar con la conversación.
—Entonces, ¿comemos panqueques? —preguntó en tono dulce. —Pueden enfriarse.
Kihyun asintió con un poco de duda pero decidiendose al final por disfrutar de las cosas más mínimas que el mayor quisiera darle. Y así fue como en esa tarde de un día común y cualquiera, el alfa y el omega comieron panqueques mientras conversaban acerca de sus gustos culinarios relacionados a sus infancias hasta que las horas pasaron, y más tarde cocinaron su cena, el cual consistía en un platillo de la infancia que cada uno amara.
Y finalmente, cuando la hora de ir a la cama llegó, Kihyun supo que todavía había algo pendiente en su relación.
—Shownu... —lo llamó al ver que el alfa entró a la habitación por una pijama como lo hacía de costumbre. —No te vayas.
Shownu se sorprendió ante su petición y se preocupó de pensar que debido a los cambios hormonales del embarazo, Kihyun podría estar necesitando más de sus feromonas de lo normal.
—¿Quieres que me quede hasta que te duermas? —preguntó acercándose a la cama para tocar su brazo suavemente.
Kihyun debatió entre su nueva decisión y su antiguo yo antes de suspirar por un momento y soltar las palabras que quería decir.
—En realidad... —apartó la mirada. —Quiero que te quedes hasta que despierte. —susurró.
La expresión de Shownu fue la que el omega había esperado, sin embargo no iba a retractarse de sus palabras por mucho que se avergonzara. Es sólo que sentía que sería muy hipócrita de su parte haberle dicho al alfa que podría ser su familia y mandarlo a dormir a otro sitio para quedarse con su cama como siempre.
—Eh... —Shownu dubitó por un segundo pero al ver que Kihyun se colocaba para dejarle espacio en un lado de la cama, finalmente confirmó sus pensamientos. —Ok... —susurró, acomodándose en la cama.
—Ok... —dijo Kihyun, aliviado de que Shownu aceptara sin necesidad de hacer más preguntas.
Contrario a lo que había pensado, Kihyun acabó conciliando el sueño más rápido de lo que pudo imaginar y durmió pacíficamente mucho antes de que Shownu pudiera calmar a su acelerado corazón. En cambio el alfa apareció las facciones relajadas del omega, de cerca por primera vez y se dio cuenta que a pesar de que parecía dormir mucho en esos días, en realidad no descansaba tan bien como se podía creer.
La pancita de seis meses a la que no estaba acostumbrado lo hacía sentir incómodo, y cada tanto se quejaba entre sueños, trataba de acomodarse las almohadas para tener una mejor posición, pero no lograba mucho.
Shownu sintió la calidez y la preocupación en su pecho en partes iguales al ver eso y recordar las palabras que Kihyun le había dicho temprano: «Dejaré que nos cuides tanto como quieras y te cuidaremos de igual manera». En ese momento sonrió, abrazó a Kihyun por la espalda y levantó su pancita lo suficiente para colocar bien almohada debajo. Después de eso, dejó sus manos apoyadas sobre el pequeño bulto e hizo fluir una leve ola de fermonas que hicieron suspirar al omega entre sueños, y finalmente durmió sin sentirse tan incómodo como antes, provocando así que el alfa también conciliara el sueño después de abrazar esa pancita y ver que su familia estaba bien.
Entonces, no había nada que temer.
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