Just you (Imaizumi x Naruko)

Aquella prometía ser una gran noche, los chicos de Sohoku se habían reunido en casa de Koga un sábado, querían discutir algunas estrategias para el interhigh de aquel verano, pero sin darse cuenta fueron pasando las horas, y se les hizo demasiado tarde para volver a casa, así que puesto que ese fin de semana los padres de Koga tenían un viaje por trabajo, decidieron quedarse a dormir ahí. Habían pasado las primeras horas después de acabar con su "reunión estratégica", hablando de los exámenes y clases tranquilamente, hasta que Kaburagi hizo aquella pregunta.

— ¿Jugamos a prueba o verdad?- Era un juego típico de fiestas de pijama, y a Kaburagi le parecía gracioso poder jugar todos.

—¡Kakaka!- Naruko río con su tan típica risa.- ¡Que juego más infantil Kaburagi!

—¡OE! ¿Qué tiene de malo? ¡Es un juego normal de amigos!- Le gritó de vuelta, haciendo que Teshima riese.

—Naruko, en realidad tenéis la edad de jugar a esos juegos.- río en medio de la frase un poco, con Aoyagi asintiendo dándole la razón.

—No deja de ser infantil.- Contestó Imaizumi, con sus brazos cruzados.

—¡No me copies estrella!- Gruñó Naruko.

—¡Encima que te daba la razón idiota!- Ambos chicos se miraron con el ceño fruncido, casi parecía que en medio de aquellas miradas fuesen a aparecer chispas por el odio mutuo.

—Ni fuera de la escuela cambian...- Comentó con una suave sonrisa Koga, suspirando.

—Yo... Nunca he jugado.- Comentó Onoda, algo tímido, riendo.- Como antes nadie quería ser mi amigo, nunca he llegado a jugar.

Se hizo el silencio en la sala, mirando todos a Onoda, con cierta pena por lo que tuvo que pasar.

—Bueno, está bien entonces, juguemos.- Concluyó Imaizumi, dejando de cruzar sus brazos. Naruko le miró de reojo, algo dentro de él le había molestado que cambiase su opinión con solo una palabra de Onoda, aunque no es que a él le hubiese pasado lo mismo.

—¡Pues seremos los primeros en jugar contigo Onoda-Kun!- Río Naruko, pasando su brazo por los hombros de Onoda, tirándole hacía él. Aquel gestó hizo que Imaizumi los mirase, frunciendo levemente el ceño sin darse cuenta.

—¡Bien, bien! ¡Ahora que los gruñones han aceptado empecemos!- Kaburagi río diciendo aquello, a lo que Naruko e Imaizumi contestaron quejándose por como les llamó, aunque los demás de la sala rieron.

Empezaron con preguntas algo tontas y retos absurdos, había un muy buen ambiente en aquella sala, entre risas por las respuestas, todo parecía ir perfecto, hasta que entonces, Kaburagi hizo esa pregunta.

—Verdad.- Eligió Imaizumi, serio como siempre.

—¿Hay alguien que te guste?- Pregunto Kaburagi con una sonrisa algo pícara, no mentiría, disfrutaba ver al recto de Imaizumi ponerse nervioso por preguntas personales.

—Me gusta poca gente.- Esquivó la pregunta de forma torpe, mirando serio al chico.

—¡ESO NO VALE COMO RESPUESTA!- Kaburagi alzo la voz.- ¡Me refiero a alguien para salir! ¡Si estás enamorado de alguna chica!- Hizo una pausa, pensativo, acabando de completar.- ¡O algún chico!

Al fin y al cabo, todos sabían que ninguno tenía problemas con la homosexualidad, no era ningún secreto para el equipo de ciclismo que Teshima y Aoyagi llevaban tiempo saliendo, y que Koga salía con un chico de su clase llamado Kazunari, así que para ninguno era ya un tabú el que pudiesen gustar de otro chico. Al oír como Kaburagi completaba la frase, fue cuando Imaizumi se puso nervioso, aunque intentó que nadie lo notase, pero para Naruko fue imposible el no darse cuenta de que sus mejillas habían tomado un tono rosado.

—Ya te he contestado una pregunta, no voy a contestarte otra, hubieses pensado mejor como hacerla.- Desvío su mirada.

—Oh~ Vaya, vaya, así que alguien se ha robado el corazón de nuestra estrella.- Naruko empezó a reír, aunque una parte de él, como siempre que pensaba en eso, le dolió un poco.

—He dicho que no iba a contestar.- Gruñó, con sus mejillas más rojas, haciendo reír a Kaburagi esta vez.

—¡El señor sin sentimientos está enamorado!- Se burló riendo.

—¡No es de vuestra incumbencia quién me guste!- Y tan pronto como Imaizumi acabó la frase, se dio cuenta de que acababa de delatarse a sí mismo.

—¡LO HA ADMITIDO!- Kaburagi río más fuerte.

—Te han pillado Imaizumi, lo siento.- Teshima río con suavidad, poniendo su mano en el hombro de Imazumi, dándole cierto apoyo de alguna forma.

—Como sea.- Gruñó en contestación.- Lo que sienta no es asunto de nadie.

—¿Entonces no nos lo vas a decir?- Kaburagi seguía pinchándole, riendo divertido.

—No. No te importa quien me guste.- Frunció su ceño aún más, y sus ojos, se fueron inconscientemente a mirar a Onoda, quien solo escuchaba a Kaburagi sonriendo. Naruko se quedó unos segundos sin expresión, viendo como de forma automática la mirada de Imaizumi se había ido a ver a Onoda. Era obvio quien le gustaba, y Naruko lo sabía, cosa que hacía que ese extraño sentimiento de molestia volviese a aparecer en su estómago.

Volvieron a iniciar el juego después de aquello, y siguió normal, hasta que una melodía telefónica resonó por la habitación, haciendo que Onoda se sobresaltara, pues era su teléfono.

—¡Es Manami-Kun! ¡Voy a contestar!- Hablo con una sonrisa, y fue al pasillo para hablar con él.

Imaizumi suspiró nada más Onoda salió de la habitación, mirando después a Koga.

—Koga-San, ¿puedo salir a tu balcón? Necesito aire.- Naruko no pudo solo ignorar eso, estaba claro lo que pasaba. A Imazumi le gustaba Onoda, y no era un misterio para ninguno que a Onoda le gustaba Manami.

—Claro, puedes salir la que hay en el comedor.- Koga le sonrió, y agradeciendo, salió también de la habitación.

—¡Voy al balcón también, hace mucha calor aquí!- Naruko improvisó aquello solo para poder salir tras Imaizumi, no se había pensado para nada aquello, solo fue como si sus piernas se moviesen completamente solas.

Una vez abrió el balcón, sintió como el frío aire chocaba contra su rostro, haciendo que tuviese un escalofrío, poniéndose al lado de Imaizumi quien estaba apoyado en la barandilla.

—¿Qué haces aquí fuera?- Imaizumi le miró de reojo.

—¿Te gusta Onoda-Kun, Estrella?- Naruko no dio ningún rodeo, solo preguntó sin más, ni siquiera miraba de forma directa a Imazumi, solo de reojo, y ni siquiera más de un par de segundos, sus ojos se concentraba más en las vistas de la ciudad.

—¿A qué viene eso?- Imaizumi esquivó su duda con otra pregunta, no le quería contestar, no a él.

—¡A que es obvio!- Respondió.- Solo... Vine a ver si estabas bien.- Admitió eso último tan bajo como pudo, algo rojo, no quería que Imaizumi supiese que estaba preocupado por como estaba.

—No entiendo a que viene la pregunta.- Imaizumi tenía las mejillas sonrojadas, Naruko pensó que por preguntarle sobre Onoda, pero al contrario de por lo que creía, sus mejillas estaban rojas por haber escuchado esa última frase del pelirrojo.- ¿Acaso te gusta a ti Onoda?

Esa respuesta en forma de pregunta había descolocado por completo a Naruko, haciendo que se girase a verle directamente. ¿Acaso Imaizumi no le había dicho nada a Onoda de sus sentimientos porque creía que a él también le gustaba?

—¡Yo te pregunté primero!- Dijo en respuesta, no quería responderle, no era justo irse sin ninguna respuesta.

—Y ahora yo te estoy respondiendo a ti.- Imaizumi también se había volteado a mirar de forma directa a Naruko.

—¡No te pienso responder a ello!- Ambos arrugaron el ceño a la vez, incluso refunfuñaron al mismo tiempo.

—Entonces yo tampoco tengo nada que responderte.- Imaizumi se dio la vuelta, volviendo a mirar al cielo nocturno, cosa que hizo que Naruko se enfadase, odiaba cuando Imaizumi se ponía así, pero odiaba aún más saber por qué sentía ese sentimiento tan desagradable que inundaba su pecho poco a poco.

—¡Pues muy bien!- Gritó irritado, dándose media vuelta para volver a entrar al comedor, e ir para la habitación donde estaban todos los demás.

Imaizumi no tardó mucho en volver, sentándose lo más separado que pudo de Naruko. Los demás en el cuarto no sabían que había ocurrido entre ellos mientras estaban en fuera, pero estaba claro, que algo había pasado, puesto que el ambiente de la nada se había tensado, parecía que en cualquier momento, con decir una palabra equivocada, fuese a estallar algo. Teshima y Aoyagi decidieron dejar de jugar a eso, y hacer la cena para todos, pensaron que quizás así, el ambiente volvía a calmarse aunque fuese un poco.

Naruko se mantenía en una punta de la habitación en silencio, cosa muy extraña en él, pero solo podía pensar en la pequeña discusión que tuvo con Imaizumi. En sí, solo podía pensar en Imaizumi en esos momentos. Se sentía cansado de no poder dejar de darle vueltas a eso, había miles de personas en el mundo, tenía muchos amigos y compañeros, y de entre todos, tuvo que enamorarse de él, el estúpido, estirado y competitivo compañero de equipo, tenía que gustarle él de entre todos, el chico que era más que obvio que se había enamorado de Onoda. Y lo que más le molestaba de todo, era no poder dejar de sentirlo, quería que se esfumasen sus sentimientos por él, como si nunca hubiesen existido, y poder solo tener esa relación extraña entre ambos de amistad y a su vez competitividad que hacía que ambos acabasen siendo mejores. Odiaba haberse enamorado.

Y por el otro lado, estaba Imazumi, quien estaba en ese momento, viendo junto a Onoda, Kaburagi y Koga, uno de sus videos grabados de ciclismo, concretamente el tour de Francia de hacia un par de años. Normalmente siempre que veía esas competiciones, se mantenía atento a cada detalle, como si estuviese pegado al suelo y le fuese imposible mover su vista de la televisión, pero esa vez estaba siendo diferente. No podía concentrarse en el video, por mucho que lo intentaba, su mente acababa volviendo a pensar en ese pelirrojo escandaloso, que ahora mismo parecía no ser la misma persona. ¿Por qué le interesaba tanto saber si le gustaba Onoda? Imaizumi tenía claro una cosa, y era que su le insistía en eso, era porque Naruko seguro sentía algo por el chico de gafas. Eso le despertaba un sentimiento desagradable, nunca se había celado de alguien, no de forma romántica, pero por mucho que lo negase a cualquiera que le preguntaste, él sabía lo que sentía, y tenía claro que por mucho que odiase sentirlo, estaba celoso.

Durante la cena todo pareció haberse tranquilizado, Naruko aun si se sentía mal, decidió esconderlo, para poder acabar de pasar una buena noche con sus amigos, y ver que él volvía a hablar entre gritos como siempre, hizo que todos(salvo cierto pelinegro)se relajasen de nuevo.

—Entonces Onoda-San.- Kaburagi empezó a hablar, lo cual era sin duda, señal de que algo iba a salir mal.- ¿Hablas mucho con tu rival?

Y ahí estaba lo que iba a salir mal, esa pregunta hizo que Imaizumi y Naruko intercambiarán miradas unos pocos segundos, para después mirar a Onoda, quien se estaba visiblemente nervioso.

—¡B-Bueno!- Río avergonzado.- Manami-Kun y yo solemos llamarnos varias veces a la semana y...

—¿Pero eso no es extraño? ¡Es Hakone! ¿Y si intenta robarnos nuestras estrategias?- Ante esa preocupación Teshima río, metiéndose en la conversación.

—No te preocupes Kaburagi, estoy seguro de que no es eso.- Le sonrió seguro.- Cuando aún estábamos en segundo, Makishima-San recibía siempre llamadas del escalador principal de Hakone también.

—Prácticamente cada día.- Agregó Koga, sonriendo con cierta nostalgia.- Me pregunto si aún se llamarán tanto.

—Yo siempre he pensado que había algo más que solo rivalidad entre ellos.- Admitió Teshima riendo.- Así que probablemente siga llamándole, sí.

—¡Oh! ¿Entonces es que Onoda-San está saliendo con el chico de Hakone?- Y de esa forma, se hizo el silencio de nuevo, todo el rostro de Onoda se tiñó de rojo, empezando a mover sus manos intentando negarse, estando cada vez más nervioso y avergonzado.

—¡N-No es eso Ka-Kaburagi-Kun!- Aunque claro estaba, cuáles eran los sentimientos de Onoda por el de pelo azul.- ¡A-Además mis sentimientos por Manami no afectan a nuestras carreras así que!

De nuevo, un silencio inundo el cuarto.

—¿Acaba de decir que le...- Kaburagi susurró hacía Teshima.

—Acaba de decir que le gusta Manami, sí.- Sonrió divertido, cosa que hizo que Onoda se pusiese más nervioso, intentando excusarse.

Mientras ellos seguían hablando, Naruko solo pudo mirar a Imaizumi, quien observaba a Onoda sin poder creerse lo que acababa de oír. Esa reacción hizo que el pelirrojo bajase al instante su mirada, con una mueca entre triste y frustrada, era inevitable que se sintiese mal por Imaizumi, al fin y al cabo, acababan de rechazarle indirectamente, y por otro lado, solo tenía una voz que frustrada se repetía "¡Si te gustase yo no estarías así!"

Naruko se levantó de la mesa, no quería volver a entrar en ese círculo de solo poder pensar en Imaizumi, al menos no delante de todos, así que con un "Voy a la habitación a por mi móvil" se fue de la sala.

Lo que Naruko no sabía, es que mientras él estaba cabizbajo pensativo con todos delante, Imaizumi se había dado cuenta de ello, había visto su expresión triste, lo que hizo que otra vez apareciese esa sensación de celos. Y tal como antes fue Naruko quien no se lo pensó y fue detrás de él al balcón, esta vez fue Imaizumi quien le siguió hasta la habitación, sin dar ninguna explicación a nadie.

—Naruko.- Habló nada más abrir la puerta, encontrándoselo de pie en medio de la habitación.

—¡Oe! ¡No me sigas!- Naruko se giró a verle, era la última persona que quería ahí en ese momento.

—¡No me digas que hacer!- Frunció sus cejas.- ¡Si te vas con esa cara de estar a punto de llorar voy a seguirte imbécil!

—¡NO ESTABA A PUNTO DE NADA!- Le contestó alzando la voz.- ¡EN TODO CASO TÚ ESTABAS A PUNTO DE LLORAR!

—¡¿YO?!- acabó por gritar también.- ¡¿POR QUÉ IBA A LLORAR?!

—¡PORQUE TE GUSTA ONODA-KUN Y A ÉL LE GUSTA OTRO!- Naruko no era consciente de que estaba gritando, las palabras salían sin filtro alguno.

—¡¿QUÉ?!- Gruñó con fuerza.- ¡NO ME GUSTA ONODA, EN TODO CASO A TI TE GUSTA ONODA!

—¡¿A MÍ?!

—¡A TI!- Si era posible, Imaizumi gritó aún más.- ¡PARECÍAS UN CACHORRO ABANDONADO HACE UN SEGUNDO!

—¡YO NO PARECÍA NADA, TU LO PARECÍAS!- Naruko en su enfado se acercó más a Imaizumi.

—¡¿POR QUÉ IBA A PARECERLO YO?! ¡NO HAY NINGÚN MOTIVO!-Imaizumi se inclinó un poco mientras le gritaba, para estar más a la altura de Naruko

—¡CLARO QUE LO HAY! ¡PORQUE ESTÁS ENAMORADO DE ONODA-KUN Y NO TE CORRESPONDE!

—¡QUE NO ME GUSTA ONODA, A TI TE GUSTA ONODA! ¡A MÍ QUIEN ME GUSTA ERES TU IDIOTA!- Esas palabras salieron disparadas de los labios de Imaizumi, quien por segunda vez esa noche, se acababa de delatar a sí mismo, quedándose rojo y estático en la posición en la que estaba. Naruko también se había quedado quieto, inmóvil solo sintiendo como de forma rápida sus mejillas enrojecían y su cabeza parecía estar a punto de estallar por intentar analizar lo que acababa de decir y poder contestar.

—¡A MÍ TAMBIÉN ME GUSTAS ESTÚPIDA ESTRELLA SABELOTODO!- Imaizumi se esperaba cualquier contestación, pero no esa. Su cerebro ahora era todo un caos, solo repetía esa frase mientras miraba a Naruko, quien totalmente rojo, esperaba que Imaizumi contestase.

No supo en qué momento esa idea se cruzó por su cabeza, pero fue la única que acabó tomando el mando de su cuerpo, haciendo que cogiese a Naruko por el cuello de su camisa, y con rapidez acercase ambos rostros hasta que sus labios chocaron. Naruko tuvo los ojos abiertos un par de segundos por la sorpresa, se sentía avergonzado y a la vez, totalmente feliz. Correspondió a aquel beso con suavidad, nervioso, de forma lenta relajándose ambos, permitiendo que Imaizumi soltase su ropa, y en su lugar llevase sus manos al cuello de Naruko, y este con sus manos algo temblorosas, agarrase su cintura, haciendo aquel beso más íntimo. Después de ese primer beso, ninguno de los dos se separó más de un par de centímetros, para con cariño, volver a besarse, una y otra vez, era su forma de calmar los nervios de hacía pocos minutos, su forma de demostrarse que todo estaba bien en ese momento.

—No besas mal estrella...- Susurró Naruko, con una sonrisa y las mejillas rojas.

—Tú tampoco...- Contestó Imaizumi contra sus labios, volviéndole a besar.

—Pero beso mejor que tú.- Le dijo con una sonrisa pícara, solo para molestarle.

—Estarás de broma, está claro que también te gano en esto.- Al contrario de como era normalmente, Imaizumi contestó a aquello con también una sonrisa algo pícara, besándose de nuevo.- Deberíamos... Ir fuera.- Se acabaron separando, ambos aún con sus mejillas rojas.- Hablaremos de... Todo esto... Cuando no estamos todos juntos.

—Está bien.- Naruko sonrió.- Además los demás se preocuparán si tardamos much...

—¡Os hemos oído todos gritar no os preocupéis por nosotros!- Kaburagi alzó la voz desde el comedor, haciendo que ambos se quedasen paralizados en la habitación, y otra vez con sus mejillas más rojas que el cabello de Naruko.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top