Initials (Midousuji x Naruko)
Tw: Se nombra muerte de personaje, abuso verbal.
One-Shot AU (es decir, no pasa en el mundo de YowaPeda)
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Cada año, todos los 21 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano, ocurre algo mágico a los jóvenes que cumplen 18 años. En su muñeca aparecen dos letras, las cuales reflejan las iniciales de su alma gemela predestinada, y la única forma de que desaparezcan, es hacer que ambos tatuajes, el tuyo y el de tu alma gemela, se toquen.
4.748 días restantes.
-¡Mamá, mamá!- Un pequeño niño pelirrojo corría por todos lados, siguiendo a su madre mientras agitaba sus brazos.- ¡Dame eso! ¡Yo puedo llevarlo yo puedo!
-Shoukichi esta caja pesa demasiado para ti.- La mujer río viendo a su hijo de tan solo cinco años tan ansioso y movido como siempre era.
-¡No, no, no!- hablaba muy rápido, negando con la cabeza.-¡Yo puedo! ¡Puedo ayudar!
-Shou-Chan...- La mujer suspiró, sonriendo.- ¿Y si mejor ayudas a papa a presentarnos a los vecinos? Ya sabes que papa es muy tímido, seguro que le ayudara que tú estés ahí.
Al oír eso los ojos del pequeño brillaron emocionado, con una sonrisa de oreja a oreja asintiendo. Era la primera vez que se mudaba, y aunque para cualquier otro niño hubiese sido una notable tragedia el cambiarse de ciudad y dejar atrás todos sus amigos, para Naruko significaba más gente nueva que conocer y hacerse amigos, así que pensar en poder ir a hablar con sus vecinos hizo que no cupiese en sí de felicidad.
Fue corriendo a buscar a su padre, quien sonriendo enternecido por la emoción de su hijo, cogió una pequeña bolsa llena de galletas que habían hecho para regalar a sus vecinos a modo de presentación, y con la compañía de su hijo, salieron de la casa para ir a presentarse a sus vecinos más cercanos. Todo iba bien, tenían una pareja muy amable de ancianos a un lado, y al otro dos chicas que eran compañeras de piso, probablemente estudiantes. Naruko se presentaba a todos con una sonrisa, diciendo alguna gracia, llamando como siempre la atención de todos. Y tras eso, fueron a la casa que había justo delante de la suya. Abrió una mujer con el pelo corto castaño, tenía una mirada amable, y una suave sonrisa adornaba su rostro.
-Buenos días.- Saludo la mujer.- ¿Querían algo?
-Buen día, somos los nuevos vecinos, veníamos a presentar-
-¡HOLA, SEÑORITA!- Naruko interrumpió a su padre, gritando y agitando su mano para que la mujer le notase, haciendo que riese.- ¡ME LLAMO NARUKO SHOUKICHI!- Hizo una reverencia de presentación.
-Encantada Shoukichi-Chan, yo me llamo Tomoko Midousuji.- Sonrió haciéndole también una reverencia a Naruko, pues sabía que aquello seguro haría feliz al pequeño. Y no se equivocaba, pues Naruko en seguida aumentó su sonrisa, muy feliz.
-Él es mi hijo.- El padre de Naruko siguió, sonriendo suave.- Le encanta conocer a gente, perdona el escándalo.
-No se disculpe, yo también tengo un hijo pequeño.- La mujer sonrió, y miró hacia dentro de su hogar.- Akira, sal a saludar.- Habló con voz dulce, y al instante, por el marco de la puerta, se asomó un niño, quien solo miraba a su madre sin moverse más de ahí.- Akira es muy tímido al principio y...
-¡Wha!- Naruko al ver al otro niño sonrió de oreja a oreja, feliz, y sin siquiera pedir permiso, fue corriendo dentro de aquella casa, para coger de las manos a Midousuji, dándole un exagerado apretón de manos, quería simular como había visto a su padre saludar a sus amigos.-¡Hola! ¡Me llamo Naruko Shoukichi!
-¡SHOU-CHAN VEN AQUÍ! ¡Eso es de mala educación!- Su padre le gritó enfadado por haber entrado sin permiso, mientras que Akira se había intentado apartar, aunque no pudo mucho por estar con sus manos cogiéndose, mirando a todos lados intentando escapar.
-No se preocupe, tranquilo.- Tomoko río, mirando a los pequeños, sonriéndole a su hijo como si intentase decirle que todo estaba bien, que no tuviese miedo.- Vamos Akira, di hola.
-Ho-Hola...- Miró de reojo contrario, avergonzado por el contacto.
Naruko aumentó su sonrisa ante eso, Akira iba a ser su primer amigo en su nuevo hogar.
4.652 días restantes
-¡KAKAKA!- El niño pelirrojo cogió un pequeño robot de juguete, el cual era de un tono carmín, y empezó a correr por todo el jardín donde estaba.-¡Nadie puede parar a megarobot destructor! ¡Pium, pium!
-Me tocaba a mi ser el robot...- Akira se quejó, frunciendo el ceño.
-¡Pero es el único juguete rojo que tienes!- Naruko contestó a eso cruzándose de brazos.
-No tiene sentido nada de lo que dices...- Murmuro Midousuji, hinchando sus mejillas haciendo un puchero. Naruko fue a contestar a eso, pero el ruido de la puerta del jardín abriéndose les interrumpió, haciendo que ambos pequeños se girasen a ver.
-Shoukichi-Chan, ha venido tu madre a buscarte para cenar.- La madre de Akira miraba al pequeño con una sonrisa suave, como siempre solía tener.
-¡Comida, bien!- Grito sonriendo, y corrió hacia la mujer, pero justo cuando llegaba, se dio cuenta de que seguía teniendo el robot en la mano, por lo que dio marcha atrás hasta llegar donde estaba su amigo sentado.-¡Ten! ¡Gracias por dejármelo!- Primero le devolvió el robot, y luego le dio un fuerte abrazo, con una sonrisa de oreja a oreja, que hizo que Midousuji se pusiese nervioso, no estaba acostumbrado a que nadie más aparte de su madre le abrazase.- ¡Nos vemos mañana en clase!
Y dicho esto salió corriendo hacia fuera, tirándose en brazos de su madre, quien cargó al pequeño Naruko para llevárselo.
-Parece que os lleváis muy bien Akira.- Tomoko se agachó hasta su hijo, sonriéndole feliz.
-N-No es verdad...- Aquello le avergonzó, por lo que hizo un puchero sin mirar a su madre.- ¡E-Es un pesado!
-Claro, claro, por eso le dejas tu juguete favorito.- Su madre río enternecida, dándole un beso en la cabeza a su hijo.- Me alegro de que hayas hecho un am- Quiso continuar la frase, pero una repentina tos la interrumpió.
-¿Mami?- Midousuji se giró preocupado, pero su madre rápidamente se recuperó, y volvió a sonreírle.
-Perdona cielo, estoy bien.- Cargó a su hijo en brazos, para poder ir juntos dentro de casa.- Cuando volváis mañana de clase, podemos ir a casa de Shoukichi-Chan, ¿te parece bien?
Midousuji quiso fingir que no le importaba, pero le traicionó una sonrisa mientras asentía.
4.546 días restantes
-Akira-Chan.- Empezó a hablar Naruko, como de costumbre. Su voz era más tranquila, puesto que era de noche y estaba cansado.
-¿Qué pasa?- Midousuji se giró, adormecido. Aquella noche se había quedado a dormir en casa de Naruko, puesto que su madre tenía que irse ese fin de semana según sabía el pequeño, por trabajo.
-¿Tú sabes eso de las muñecas?- El pequeño le miró interesado.- Mis papis tienen unas letras ahí, y dicen que gracias a ello sabe que siempre estarán juntos.
-Todo el mundo las tiene...- Akira suspiró, sabía aquello desde hacía mucho, su madre se lo había explicado.
-¡Yo no! ¡No es justo!- Naruko se enfurruñó, cruzando sus brazos.
-Eso es porque... Nos saldrán el año que cumplamos dieciocho años.- El pelirrojo le miró unos segundos, y seguido, se puso a intentar contar con sus dedos cuándo sería eso.
-¡Pero aún queda un montón!- Gritó esta vez, enfadado puesto que quería saberlo ya. Midousuji se encogió de hombros.
-Es lo que me dijo mami, que supo que mi padre y ella se iban a casar porque cuando les apareció la marca eran las iniciales de mi padre.- Naruko escuchó la pequeña historia con los ojos brillando, acabando por sonreír de oreja a oreja, feliz.
-¡Que guay!- Entonces Naruko se quedó pensativo.- Nunca he visto a tu padre...
-Eso es porque se mudó al cielo - Midousuji sabía que aquello era mentira, que significaba que había muerto, pero le gustaba más decir aquello que admitirse que había muerto.
-¡¿ES ASTRONAUTA?!-El pequeño se emocionó aún más, casi saltando a la cama al escucharlo.
-Su...pongo...- Naruko no era muy bueno leyendo el ambiente, pero incluso él pudo notar que Midousuji no quería hablar de ello.
-¡Pues cuando me salgan las letras espero que sean tus iniciales! ¡Sea lo que sea eso!- Sonrió feliz, inocentemente, sin darse cuenta de lo que aquello significaba. Akira quiso quejarse avergonzado por aquello, pero solo se dio la vuelta, sonrojado, tampoco le parecía tan mala idea.
4.493 días restantes
El ambiente estaba animado, había un montón de niños amigos del pequeño pelirrojo corriendo y jugando, pero entre tantos gritos de júbilo, Akira estaba en un rincón, con su primo mayor al lado, quien le miraba de reojo torciendo sus labios levemente.
-¿No quieres buscar a tu amigo Akira-Kun?- el pequeño negó con la cabeza.
-¿Por qué no viene mama?- El mayor miró a un lado, pensativo, no sabía que responder a aquello, ni él mismo sabía muy bien como estaba ella.
-Tiene que pasar la noche fuera, por eso te acompaño yo.- Le sonrió, aunque era obvio que era una sonrisa falsa, con preocupación en ella, pero esperaba que su primito no lo notase.- Pero me dijo que quería que te lo pasases muy bien y jugaras con Naruko-Kun, ¿Si?
-Bueno...- Midousuji asintió, aunque no se movió del sitio, no hasta que entre todos los niños salió una cabellera pelirroja que como si fuese un gato cazando un ratón, se abalanzó contra Akira, abrazándole.
-¡Akira-Chan! ¡No te había visto!- Sonrió feliz mientras abrazaba a su amigo, quien sonrojado se estaba intentando quitar a Naruko de encima, avergonzado.
-Estaba... Aquí... Con él.- Señaló a Ishigaki, quien riendo saludo.
-¡Oh! ¡Hola Desconocido-Kun!
-Hola, Naruko-Kun ¿Cierto?- El pequeño asintió con efusividad.- Soy el primo de Midousuji, me llamo Koutaro Ishigaki.
-¡Encantando Koutaro-Chan!- Naruko le sonrió y saludo como si se conociesen desde siempre. Ishigaki le dio un pequeño golpe con el codo a Midousuji, quien le miró con el ceño algo fruncido.
-¿No tienes algo que darle a Naruko?- Al oír eso el chico asintió, y dio media vuelta para coger una bolsa con dentro un regalo envuelto con papel rojo.
-¡WHA!- Naruko miraba el regalo con los ojos brillantes, y rápidamente cogió el regalo para abrirlo de forma veloz, sonriendo de oreja a oreja al ver lo que era.- ¡UN ROBOT ROJO!
-E-Es como... El que tengo yo... Te gustaba mucho y...- Naruko volvió a abrazar al chico, más feliz que en toda la tarde.
-¡Muchas gracias!- Midousuji por unos segundos quiso volver a apartarse, pero, sin saber muy bien por qué, acabó también abrazando a Naruko, cerrando sus ojos, avergonzado.
3.995 días restantes
Naruko miraba con curiosidad por la ventana, veía mucha gente en la casa de su amigo, hombres vestidos de azul y con unas gorras también azules, que cargaban cajas en un camión.
-¡Mami, mami!- Naruko llamó a su madre, sin apartar la mirada de la ventana.- ¿Esos señores están robando a Akira-Chan?
-No cariño.- No pudo evitar reír un poco por la frase de su hijo, aunque en realidad, estaba nerviosa por no saber como afrontar aquello.
-¿Entonces porque se llevan cosas?
-Verás Shou-Chan...- apretó sus labios, intentando encontrar la forma suave de decir aquello.- No sé por qué pero... Parece que Akira-Kun y Tomoko-San van a irse a vivir a otro sitio, así que esos señores están ayudándoles a mover los muebles.
-¡¿EH?!- Solo entonces Naruko quitó su vista de la ventana, y miró a su madre, con una mueca de tristeza.- ¡¿AKIRA-CHAN SE VA?! ¡NO!
-Lo siento cielo... Pero no podemos hacer nada.- Acarició la cabeza de su hijo, intentando consolarle, pero Naruko dio un salto del sofá donde estaba subido, para ir corriendo hacia la puerta.
-¡AKIRA-CHAN NO PUEDE IRSE!- Salió de su casa esprintando, y con su madre detrás de él para que no le pasase nada.
Naruko entró en la casa, esquivando a todos los trabajadores de la mudanza mientras corría, con sus ojos llorosos, gritando el nombre de su amigo, y mirando a su vez a todos lados, intentando encontrarle. Naruko había empezado a llorar, y por culpa de eso, no pudo ver que chocó con la pierna de alguien, cayendo al suelo.
-¿Naruko-Kun?- El pequeño reconoció la voz, subiendo su mirada, sollozando un poco.
-¿Kou-Koutaro-Chan?
-Hola, Naruko-Kun.- Sonrió suavemente, agachándose a la altura de Shoukichi.-¿Qué haces aquí?
-Akira-Chan... Le estoy... Buscando...- Al oír eso, Ishigaki bajó la mirada.
-Lo siento Naruko-Kun... Akira-Kun no está aquí... Ahora vivimos en otra ciudad.- Las lágrimas de Naruko aumentaron aún más, mientras balbuceaba intentando decir algo, pero parecía serle imposible.
-¡Shou-Chan!- Su madre corrió hacia él, y le cargó en brazos, abrazándole intentando que se calmase.- Lo siento por molestarte Ishigaki-Kun...- Suspiró su madre, aún intentando calmar a su hijo. Ishigaki negó con la cabeza, sonriéndole para decirle que todo estaba bien.
-N-No... L-Le he po-podido... Decir a-adiós...- Naruko tartamudeaba entre sollozos, abrazándose a su madre.
2.190 Días restantes.
Naruko Shoukichi miró el enorme edificio que tenía delante. Había una sonrisa llena de seguridad en su rostro, mientras agarraba con fuerza su maletín el cual estaba lleno de libretas y libros. Hoy era su primer día de instituto, y se moría de ganas de entrar y conocer a todos sus nuevos compañeros.
El día estaba transcurriendo como cualquier otro primer día de clases, muchos apuntes de cómo sería el nuevo curso, conocer a los profesores y alumnos de clase, algunos se reencontraban con amigos del curso pasado. Todo parecía normal para el pelirrojo, hasta que, cuando ya casi se iba, vio a un tipo alto a mitad del pasillo. Se lo quedo mirando, extrañado por su altura, pero aparte de eso, había algo dentro de él que estaba haciendo que se acercase a él, como si tuviese que hablarle.
El chico alto, al oír que alguien se estaba acercando se volteó quedándose mirando al pelirrojo. Ambos tardaron varios segundos en reaccionar y poder decir algo, estaban cambiados, sus rostros eran, aunque no mucho, algo más mayores, y sobre todo uno de ellos había crecido de forma increíble. Pero ahí estaban, después de casi cinco años sin verse, Midousuji Akira y Naruko Shoukichi estaban frente a frente.
-¡¿AKIRA-CHAN?!- Naruko aumentó su sonrisa al reconocerle, aquel día había mejorado aún más. Midousuji hizo una mueca de asco ante como le llamó.-¡HACIA MUCHO QUE NO TE VEÍA!
Naruko levantó su mano, queriendo tocar el hombro de Midousuji, pero este rápidamente retrocedió, con cara de repulsión, lo cual hizo que Naruko se quedase perplejo, no entendía que pasaba.
-¡Qué asco!- Midousuji chistó mientras se apartaba.
-¿A-Akira-chan?
-No uses ese nombre tan asqueroso conmigo.- Midousuji se tapó la boca, empezando a reír, de una forma grotesca y burlona.- ¿Acaso querías tener un reencuentro con lágrimas y abrazos? ¡Qué asco que repugnante!- Se burló, riendo de nuevo.
Desde ese momento, una relación muy diferente a la que tenían nació. Midousuji no se juntaba con nadie, no más allá de dos chicos que siempre iban detrás de él, por muy mal que él les tratase, y Naruko a diferencia de él, era sociable con todos, con todos, menos con él, cuando se veían, solían pelearse, no a golpes, pero si a malas palabras de enfado, sobre todo por parte de Naruko, puesto que Midousuji solía hacerlo de una forma burlesca, con una sonrisa en su cara o con cara de superioridad y asco.
Nadie fuera de ellos mismos sabía de donde había nacido aquel odio mutuo. Naruko le odiaba, le odiaba por haberle tratado así cuando sé reencontraron, por haberse burlado de él, por haberse ido sin despedirse, por simplemente cambiar de esa forma horrible, por no dejarle recuperar lo que tenían. Y mientras, Midousuji, solo odiaba a su alrededor, nada le producía felicidad, solo ver a su alrededor más infelicidad que la que él sentía en su interior. Naruko le recordaba a ese tiempo, le recordaba a esos únicos años en los que fue feliz, y aquello le asqueaba, pensar en que no volvería a ser así, pensar en lo ingenuo que fue al pensar que podría haber tenido una vida normal. Le daba asco recordar lo muy ingenuo que llegó a ser.
Aquella relación tensa y extraña entre ellos duró años, todo su instituto y, ahora que estaban a final de preparatoria, seguía igual.
12 horas restantes.
-Estoy tan nervioso...- Onoda Sakamichi, uno de los mejores amigos de Naruko habló. Quedaba solo medio día para que fueran las doce de la noche del veintiuno de junio, lo cual significaba, que aparecería la marca mostrando su alma gemela en toda una nueva generación.- ¿Vosotros no lo estáis?
-¿Por qué debería?- Hablo Imaizumi.- Solo tenemos diecisiete o dieciocho años, hay muy pocas posibilidades de haber conocido a nuestra "alma gemela".
-Siempre tan aburrido Estrella.- Naruko rodó sus ojos.
-Me remito a los hechos.- Imaizumi se encogió de hombros, mirando fuera de la cabaña donde estaban. Era tradición en Japón que los chicos y chicas fuesen de viaje por escuelas a pasar de "vacaciones" dos días antes de que se viese su marca, así estaban todos juntos en el momento de la revelación.
-¡Pero que sea difícil no significa que sea imposible!- Onoda sonrió.- Mira a Makishima-San y Toudou-San, ellos descubrieron que eran almas gemelas gracias a un viaje como este cuando salieron sus marcas.
-Es el único argumento que usáis contra mí cuando lo digo.- Imaizumi gruñó, haciendo que ambos riesen.
-Voy a despertar a Manami-Kun, ahora vuelvo.- Sonrió Onoda, yendo hacia las literas del fondo.
-Yo pienso que a Onoda-Kun le gustaría que le saliese Manami-Kun y por eso está tan nervioso...- Susurró Naruko, riendo.
-Lo sé.- Suspiró.- ¿Y tú? ¿Tienes alguien que quieras que te salga?
-La verdad es que no.- Naruko río despreocupado, aunque una parte de él no dejaba de recordar cuando le dijo aquella frase a Midousuji cuando eran pequeños. Se sentía avergonzado de haber querido tanto a alguien cuando era niño, y que ahora le tratase así.
Las horas pasaron, quedaban pocos minutos para la media noche, y todos los chicos se habían reunido a fuera de las cabañas, delante del lago que había en el recinto donde habían ido a pasar aquellos dos días. Aun si había alguien que aparentaba que no, todos los chicos sentían su corazón latir más y más rápido, a medida que los adultos contaban los segundos hacia atrás para la media noche, algunos solo podían mirar a sus muñecas esperando que apareciesen las letras, y otros mantenían sus ojos cerrados, nerviosos.
Y Naruko, era de los primeros, miraba su muñeca apretando sus dientes, nervioso, aun si se quería autoconvencer de que no era para tanto aquello, su corazón latía como loco. Y entonces, los adultos llegaron a gritar un "cero" anunciando así, la media noche, y en las muñecas de todos los jóvenes, empezaron a aparecer manchas negras, que lentamente, fueron nombrando diferentes letras.
Se oían gritos de emoción de fondo, algunos miraban a su alrededor intentando ver si alguien coincida con sus iniciales. Pero nuestro pelirrojo solo miraba completamente pálido su muñeca, de todas las letras, justamente, esas "M.A."
-¡Naruko-Kun!- Onoda se acercó a él, sonriendo.- ¿Qué letras tien- -Al verlas calló de golpe, quedándose perplejo, lo cual hizo que Imaizumi se asomase también, al verlas, reteniendo una risa sin poder evitarlo.
-Midousuji Akira.- Intentó no reír.
-¡CÁLLATE!- Gruñó Naruko.- ¡PUEDE SER CUALQUIER OTRO!
Y entonces, casi por instinto, Naruko miró a su izquierda, no le había visto antes ni siquiera, pero sintió que debía mirar allí. Midousuji le miraba fijamente, mientras tenía su muñeca levantada, puesto que acababa de ver también su marca. Entonces Naruko supo, que no iba a ser cualquier otro, que la marca de Midousuji, seguro era un "N.S."
Sin saber bien por qué, Naruko abrió su boca, como para decir algo, pero Midousuji se le adelantó, dando media vuelta, para irse alejándose de toda esa multitud.
-Sé... Ha ido...-Pronunció Onoda. Naruko chasqueó la lengua, frunciendo el ceño, frustrado, no entendía nada, pero sus piernas se movieron solas siguiendo a aquel altísimo chico, que se había metido entre los árboles.
-¿Me estás siguiendo? Que asco.- Midousuji estaba sentado con su espalda contra un árbol, ni siquiera se giró a ver a Naruko, pero supo que era él.
-¡¿Por qué?!- Naruko no pudo aguantar más, acabo explotando.-¡¿Por qué eres así?! ¡"Que asco, que asco"! ¡¿Es lo único que sabes decir?!
Midousuji no dijo nada, seguía sin mirarle, lo cual frustró aún más a Naruko, por lo que se puso delante suyo para que no pudiese esquivarle.
-¡¿QUÉ PASA CONTIGO?!- Gritó.- ¡¿ES QUE ME ODIABAS DE PEQUEÑO?! ¡¿TE HICE ALGO?! ¡DÍMELO DE UNA VEZ!
Las únicas que contestaron a Naruko, fueron las cigarras cantando.
-¡ANTES NO ERAS ASÍ! ¡ANTES ÉRAMOS AMIGOS, ERAS MI MEJOR AMIGO! ¡Y DE LA NADA BOOM DESAPARECES Y TE VUELVES UNA ESPECIE DE CHUCKY GIGANTE!- Naruko apretó sus puños, no iba a golpearle, solo estaba frustrado, y necesitaba que su frustración saliese por algún lado.- ¡¿TANTO ME ODIAS?! ¡PORQUE NO LO ENTIENDO! ¡NO LO ENTIENDO Y TU ÚNICA RESPUESTA A TODO ES "QUE ASCO" O REÍRTE DE MÍ! ¡NI SIQUIERA SE PORQUE TE FUISTE! ¡YO SOLO QUERÍA QUE VOLVIÉSEMOS A SER AMIGOS COMO ANTES!
Naruko le miraba con el ceño fruncido tanto como podía, con una vena hinchada en el cuello, aun si Midousuji ni le miraba aún tenerle delante. Hubo dos segundos de silencio que parecieron eternos, hasta que el más alto rompió el silencio.
-Que asco...- Pronunció sin hacer contacto visual. Aquello fue la gota que colmó el vaso para Naruko, no podía más, sabía que si seguía ahí le iba a golpear, así que gruñendo, empezó a ir por donde había venido.
Pero algo no le dejó seguir andando. La larga mano de Midousuji se había agarrado a su tobillo, deteniéndole en seco, y haciendo que se girase a verle, enfadado.
-¡¿QUÉ TE PASA AHORA?!
-Mi madre enfermó.- Midousuji lo dijo en un susurro, jamás había hablado con nadie de aquello, nunca, pero sus palabras salieron solas.
-¿E-Eh?- Aquello descolocó a Naruko por completo, haciendo que de alguna forma, su ira disminuyese por el shock.
-Querías saber por qué me fui. Mi madre estaba enferma, tuve que ir a vivir con mi tía.- Aún no le miraba.
-Yo... Ah...-No sabía como responder a aquello, no esperaba que se lo dijese, y menos tan directo.
-Murió.- Terminó, soltando el tobillo de Naruko.
-No... Tenía ni idea ah... Lo siento.- Naruko podría haberse ido, pero no pudo, tuvo que quedarse quieto en el sitio, como si tuviese un imán que le mantenía quieto al lado de ese chico.
-No lo sientas, es asquerosa tu compasión.- Midousuji se cruzó de brazos sin mirarle.
-¿Por qué? ¿Por qué sigues diciendo eso?- Chasqueó su lengua, acabándose por sentarse también, estaba cansado ya de todo eso.- ¿Sabes que es asqueroso? Que digas que todo es asqueroso.
-Que asco tu razonamiento.- Naruko aún saber que probablemente Midousuji decía aquello en serio, no pudo evitar reír un poco, le pareció una conversación muy estúpida aquellas últimas tres frases.
-¿Por qué de la nada me odiaste? ¿Acaso te hice algo?- De nuevo, hubo un silencio.
-No me gustas.- Hizo una pausa.- Haces... Que recuerde cuando era feliz.
Si Naruko estaba confuso, ahora, lo estaba aún más, en una sola frase, Midousuji había admitido tanto, que el pelirrojo no sabía como abordarlo.
-Eres estúpido definitivamente.- Sonrió un poco.- Si algo te recuerda a cuando eras feliz... ¿Por qué lo apartarías de ti?
-No quiero recordar cuando lo era, es asqueroso.- Le miró de reojo.- Y nunca lo seré de nuevo.
-¡Wow! ¡Y luego me llaman tonto a mí!- Naruko río con su típica risa.- Claro que volverás a serlo... Solo necesitas a alguien que te ayude.
Midousuji no contestó, no quería seguir abriéndose, no quería hablar de sus sentimientos, no quería sentirse aún más vulnerable.
-Si dejases de meterte conmigo yo... Podría... Ayudarte... Y ser todo como antes.- Las mejillas de Naruko se habían enrojecido de forma leve, mirando de reojo también a Midousuji.
-¿Por qué querrías hacerlo? No tiene sentido.
- Porque... Eras mi mejor amigo y...- Tuvo que desviar la mirada, completamente avergonzado por lo que iba a decir.- Fuiste el primer... Chico que me gustó...
Midousuji giró su rostro por completo hacia Naruko, fue sin quererlo, totalmente automático, y él lo negaría una y otra vez, pero había un pequeño rubor en su rostro.
-¡Vamos no me mires así! ¡Era obvio!- Naruko gritó excusándose.- ¡Si te dije que quería casarme contigo!
-Dijiste que querías que nuestras marcas correspondiesen.- Puntualizó Midousuji, haciendo que Naruko se avergonzase aún más.
-¡Lo sé, lo sé!- Gruñó.- ¡Y mira parece que al menos acerté en mis iniciales!- con sus mejillas cada vez más rojas, Naruko estiró su brazo hasta mostrarle las marcas a Akira, quien tardó en hacerse a la idea que de verdad eran sus iniciales, y estiró su brazo también, enseñándole a Naruko su muñeca.
"N.S."
-Mis iniciales...- Balbuceó Naruko, sin creerlo, subiendo a ver el rostro del contrario.- Parece que... Sí que acerté.- Bromeó, riendo.
-Cuando éramos amigos... Yo también quise que tuviéramos las marcas juntos.- Pronunció, avergonzado por confesarlo, bajando su mano al suelo.- Da asco... Admitirlo.
-La verdad es que sí.- Naruko río. No entendía como todo su enfado se había evaporado de la nada, quizás porque por fin había obtenido una respuesta a aquello que llevaba tantos años preguntándose, o porque sabía, que Midousuji estaba haciendo un enorme esfuerzo por decirle aquello, quizás incluso, se sentía un poco afortunado.
Naruko bajó su mano, encontrándose con la de Akira, pensó que la apartaría al instante, pero la verdad es que ninguno de los dos la movió, se quedaron una encima de la otra, de forma suave pero increíblemente cálida.
-Akira...- Al llamarle por su nombre, Midousuji le miró de reojo, esperando a que siguiese.- Déjame ayudarte, idiota.
Midousuji se sintió más indefenso que en toda su vida en ese momento, sentía que por culpa de haber bajado sus defensas un solo segundo, Naruko había conseguido entrar dentro de él por completo.
-Que asco...- Murmuró.- Pero... Está bien.- Sus mejillas estaban rojas, demasiado, cosa que solo aumentó más cuando Naruko recostó su cabeza contra su brazo.
"Quizás de verdad... Pueda volver a ser feliz."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top