10.
Error había aprovechado un día que Cross pidió libre para lidiar con unos asuntos para entonces cerrar el negocio ese día.
Les dio la noticia a sus otros trabajadores y se contactó con Nightmare, aprovecharían el día y se encontrarían para salir.
Obviamente, Ink no iba a acceder a una cita con un extraño, por lo que la idea era simple, o por lo menos, lo que Dream le contó fue que: "Vamos a salir con mi hermano y un amigo."
Como tal, no era una cita, pero tenía dudas que quería resolver. ¿Ink sabia de la App? ¿Qué los relacionaba tanto?
Error, quien se hacía todas estas preguntas, estaba terminando de llegar en carro, ahora se sentía extrañamente nervioso. Antes se oía tan seguro de sí mismo, pero realmente estaba en una muy mala situación, ¿Qué se supone que le diría? "Hola, creo que me gustas" o un "Hola, tengo una app de pareja virtual idéntica a ti, ¿Sabes sobre eso?"
Todo era muy malo para iniciar la conversación del tema.
Entró al restaurante, buscando con la mirada la mesa donde estarían los gemelos e Ink. De verdad solo quería que estos dos se encarguen de mantener el ambiente, porque lo más probable era que su personalidad lo arruine todo, como solían decir sus antiguas parejas.
—¡Error, por aquí!— Llamó la atención Dream, sonriendo mientras alzaba su mano y la movía de lado a lado, saludándole.
Error no podía sentirse más avergonzado. Solo suspiro y se limitó a ir allá y saludar. Justo estaban todos, los gemelos e Ink.
Con su sonrisa y singulares ojos, lo recordaba aún. Era especial, exótico, algo que capta tu atención al primer segundo.
—Qué bueno que pudieras llegar, ya nos conoces, ¡Pero aquí está mi amigo! Se llama Ink Comyet.— Le presentó Dream.
—Un placer, soy Error Crayon.—
—Un gusto, he oído algo de ti, ¿Eres el jefe de Nightmare?—
—En teoría, es un buen ayudante.—
—Oh, cállate.— Quejó Nightmare.
Ink rió. Error se sintió satisfecho con ello, eso significaba que las cosas no iban a mal, había esperanza, quizás, solo quizás, pudo lograr su ideal.
—Bueno y... ¡Oh! Conocí a Error porque es un buen amigo de Nightmare y mío, estudian en el mismo lugar, pero como era bueno, me ayudaba a estudiar también. — Explicó Dream mientras veía a Ink.
—¿Enserio? Suena genial.—
—¡Sí! Y es el dueño de la cafetería a la que fuimos la otra vez. ¡Es suya! Vaya suerte.— Agregó Dream.
—Solo es un tonto astuto.— Comentó Nightmare.
—¿Celoso?— Preguntó Error sonriendo.
—En absoluto.—
—Y... ¿Cómo conociste a Ink?— Preguntó Error a Dream, aprovechando la situación.
—¡Estudiamos en el mismo lugar! Aunque no habíamos hablado mucho en ese entonces... Pero un día tuvimos que hacer un trabajo juntos y me di cuenta que era muy maravilloso.— Explicó emocionado Dream.
La charla la siguió Dream como intermediario, pero cada quien aportaba un poco, lo que todo fuese bien. Comieron y siguieron hablando poco más hasta acabar, donde cada uno se despidió y se dispusieron a irse. Los gemelos primero, tan rápido como pudieron, era el momento de Error, parte del plan.
Error e Ink quedaron de últimos, caminando juntos a la salida y al estacionamiento. Lastimosamente, no hubo reacción alguna de Ink que se notara que sabia quién era o algo así.
Por supuesto, después de todo, quizás si era alguien del montón, y fue solo una vez.
Se despidió de Ink, ya cada quien encontró su carro, listos para abrirlos e irse.
—Oye.— Ink llamó, deteniéndose, como si hubiese recordado algo.
—¿Sí?— Pregunto Error.
—Tú... De casualidad... ¿Fuiste a algún campamento o algo?—
El rostro de Error se iluminó, rápidamente asintió, dejo el carro de lado, ahora mismo estaba pasando lo que estaba esperando.
—Sí, también te me hacías conocido.— Respondió Error.
—Oh, ¿Enserio? Vaya, pensaba que era fácil de olvidar, jaja.—
—No, en realidad, destacas bastante. Tus ojos y....—
—Oh, cierto, no es tan común ver personas albinas, ¿No?—
—Bueno, también la personalidad aporta.—
—¿Eso crees? Quizás tengas razón. Por cierto... ¿Qué tal si seguimos hablando de esto? Conozco un sitio de bolos. —
—Claro.—
Error sin pensarlo mucho acepto rápidamente, ambos fueron a aquel lugar y hablaron del pasado. Nada que no se supiera ya.
Tan bien como inicio, acabó, logrando incluso conseguir su número y mensajear un poco más.
Sorpresivamente, todo salió bien.
Quizás no resolvió sus dudas de la app, entre otras. Pero, definitivamente, no se arrepentía de nada.
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