0.4 | I GIVE MYSELF

me disculpo de antemano por lo que hice con hyunjin. mi amor, empanadita preciosa, yo te amo, sólo necesitaba a un malo, ya sé que no eres así):

cualquier error, lo corrijo cuando el spin off acaba, lo cual es pronto ya que sólo quedaría un capítulo más y el epílogo, esa es.

also TW / violencia¿

—¡Choi Soobin!

—Oh, no. —el castaño rizado disparó su mirada hacia el pelimorado en pánico. El susodicho también abrió sus ojos como platos temeroso, pero consciente de lo que venía y no podía evitar.— Estás acabado.

Soobin hizo una mueca.

—¿Y si me escondo debajo de la camilla?

—¿Y si mejor dejas de hacer tonterías? —Kai se hizo presente entrando a la habitación a zancadas, al parecer había escuchado a su amigo y eso no ayudaba mucho a disminuir su enojo, es más, lo empeoraba.

Tan pronto como estuvo junto a su mejor amigo, Kai no se privó de darle un bien merecido golpe en el hombro antes de tirarse a abrazarlo.

—Eres un tonto. El mayor tonto que puede existir, el peor.

—Lo siento. —se quejó el mayor de ambos, correspondiendo el abrazo algo adolorido.— Tenía ganas de hacerlo desde que te rompió el corazón.

—¡Pues te hubieras quedado con las ganas, idiota! —se separó Huening palmeando su pecho con una evidente molestia, pero su mirada no tardó en ablandarse al acunar delicadamente la cara del pelimorado, recorriendo con sus lagos avellanados el estado de su rostro casi al borde del llanto.— Mira como quedaste, no debiste.

Soobin quiso restar importancia.

—Estoy bien.

—¡Tienes la mejilla hinchada! ¡Un hematoma, Soo! —resaltó el castaño menor.

—No es la gran cosa.

—Tienes la ceja rota. Tu labio también está roto. Y rasguños.

—Se cura.

—No olvides que casi se disloca el hombro al caer. —Beomgyu le recordó, dándole más motivos a Kai para preocuparse y ganándose una mirada fulminante de parte de Soobin, la cual le dejaba saber que no estaba ayudando precisamente.— Pero, oye, mira el lado positivo. La sanguijuela infiel-.

—Se llama Hyunjin. —corrigió Kai bufando.

—Eso mismo, sanguijuela infiel. Como sea, él acabó peor que Soo. Nuestro chico ganó. —aportó el castaño mayor tratando de mostrar positivismo. Huening no parecía estar contento con eso tampoco, pero Beomgyu de todos modos le mostró a su dongsaeng sus dos pulgares arriba, como si no lo hubiese regañado por 45 minutos apenas llegó al hospital.— ¿Quién diría que Soobin iba a ser tan bueno peleando?

Sí, es lo que piensan.

Choi y el ex novio de Huening se habían, sin adulzar la situación, molido a golpes.

La raíz de su furia inició a la semana de que Kai mandara a Hyunjin a la mierda por llamada, después de que el rubio lo llamara desde un teléfono público porque estaba bloqueado del celular del menor.

Kai le había soltado unas cuantas groserías. Soobin había estado orgulloso.

—¡Te odio! ¡Eres un imbécil! ¡No quiero volver a oír tus malditas excusas! ¡Limítate a no volver a dirigirme la palabra en tu puta vida! —sip, pensó el pelimorado a medida que veía a su mejor amigo colgar y tirar el teléfono al sofá, estaba muy orgulloso.

No era como que Kai instantáneamente no haya buscado los brazos de Soobin para llorar después de aquella llamada, pero el mayor seguía contento con su esfuerzo.

Después de eso, el sufrimiento de la ruptura de Huening se redujo a dos cosas: Llorar toda la noche en los brazos de Soobin mientras comía su asqueroso helado de chocomenta o con ambos mejores amigos yendo al gimnasio para que Huening pudiera descargar su ira con dos bolsas de boxeo a las que el menor había llamado "Jin" y "Jeong", las cuales golpeaba hasta llorar y terminar con Soobin mimándolo de todas formas.

El mayor entendía.

Era la primera ruptura de Kai, era su primer novio, su primera ilusión y su primera relación. Superar a Soobin no había tenido el mismo efecto porque con el pelimorado nunca había tenido algo para empezar, era su primer amor, sí, pero uno por el que se había rendido tan pronto como analizó sus chances de ganarle a la competencia; en cambio, Hyunjin había sido real; citas reales, besos reales, noches abrazados reales, regalos reales, promesas rotas reales, el casi entregársele fue real y su ruptura fue definitivamente real.

Era lo que nunca tuvo con Soobin vs. Lo que tuvo, pero le fue arrebatado.

Choi sabía que no podía competir con eso y estaba bien con eso. Siempre y cuando pudiera estar con Huening y pudiera protegerlo de todo y de todos, él no podría quejarse.

Y para decir verdad, todo estuvo bien eventualmente.

Kai, como el chico fuerte que era, lo superó, llegó a la aceptación mucho más rápido de lo que Soobin alguna vez pudo o podría. Si bien aún lloraba un poco por las noches, se trataba más por la impotencia y frustración que sentía por haber sido tan tonto al permitir que Jeongin y su exnovio le vieran la cara de estúpido y por haber dejado que Hyunjin hiciera lo que quiso con él, sobre todo por dejarlo prácticamente mudarse a su departamento hasta el punto que su mejor amigo se fue con unos amigos, y por no haber podido decir que no en momento que Hyunjin no lo dejaba solo cuando Huening anhelaba tiempo de calidad para sí mismo. Todo porque "era su primer novio".

—Incluso se lo presenté a mis mamás. —solía lamentarse el menor a medida que Soobin le acariciaba el cabello y sobaba su espalda con cuidado. No importaba si tenía que oírlo mil veces, él seguiría escuchándolo.— ¿Ahora cómo les digo que mi muy maravilloso novio terminó siendo un imbécil y me tomó por tonto?

—¿No les has dicho aún?

—No. —bufó el menor buscando recostar su oreja sobre el pecho de Soobin, donde podía oír sus latidos. Kai siempre hacía eso cuando se sentía estresado, pero sólo con Soobin. Era algo que mantenía al pelimorado feliz aún en sus peores días, incluso cuando estaba con Hyunjin y no se hablaban, solía detener al mayor en medio de la entrada a la cocina para colocar su cabeza en su pecho por unos cuantos segundos e irse.— Ellas aún creen que voy a llevarlo al cumpleaños de mamá Soojin la próxima semana.

El pelimorado frunció el ceño.

—¿Estaba yo siquiera en mente para ser invitado?

El castaño titubeó y eso sacó un jadeo indignado por parte de Soobin:— ¡No es como que necesites invitación, Soo! Eres de la familia, puedes y debes ir al cumpleaños de mamá.

—Mentira, ni siquiera me habías dicho que le harían algo.

—Siempre le hacemos algo.

—El año pasado no lo hicieron.

— Eres insufrible, se supone que debes consolarme. Ayudarme a planear como le explico a mis mamás.

—Bueno, perdón que me duela que hayas querido pasar nuestro aniversario con Hyunjin y no conmigo.

Kai, que estaba listo para responder cualquier cosa que Soobin fuera a decir, se quedó sin palabras y se sentó para mirar al pelimorado mejor.

—¿Qué?

—Te hablé por primera vez en el cumpleaños de mamá Soojin hace once años, Hyuka.

La realización golpeó a Kai fuertemente cual relámpago y una amplia sonrisa adornó su rostro. Una que Soobin adoraba más que a cualquier cosa en el mundo, en especial cuando el menor se lanzó a abrazarlo otra vez, exclamando sobre cómo no podía creer que llevaban siendo amigos por once años.

—Te hice sonreír. —suspiró el pelimorado, casi inaudible al envolver su brazos alrededor del menor.— Misión cumplida.

A Soobin le había costado mucho animar a Kai.

Así que no podían culparlo por enojarse cuando su ex novio idiota trataba de acercársele en cada oportunidad que tenía cuando volvieron a clases. Afortunadamente, Soobin y Kai se habían unido después de su ruptura con Hyunjin, por lo que las cosas volvieron a ser como lo eran cuando apenas llegaron a Seúl. Eran prácticamente inseparables, lo que significaba que, incluso cuando la universidad les daba clases separadas, Soobin era el primero en salir de su clase para recoger a Kai de la suya y viceversa, y fuera de clases, aún cuando Soobin había regresado a ser parte del consejo estudiantil, de forma voluntaria esta vez, tampoco podían estar lejos del otro.

Y eso le cortaba el paso a Hyunjin cada que trataba, pero no le quitaba la motivación de hacerlo.

—Deja de mirarlo. 

—No lo estoy mirando, él está mirando hacia acá. —Soobin se defendió del regaño de Kai.

—Claro que está mirando para acá, Soo. Literalmente cargaste a Kai apenas lo viste aparecer. —carcajeó Felix en lo que comía junto a Bangchan.— Fue bastante cómico.

—Más bien humillante. —bufó el castaño, mirando de reojo al pelimorado que sólo se encogió de hombros.— Hyung.

Soobin hizo una mueca. No "Soo", no "Soobin hyung", no "hyungie", no nada. Sólo un hyung con severidad, Huening usualmente lo llamaba de esa forma y con ese tono cuando se estaba resistiendo las ganas de regañarlo.

—Ay.

—Ay. —repitieron sus amigos australianos en lo que Kai suspiraba por paciencia.

—Entiendo que quieras protegerme y todo eso, pero tienes que dejar que me cuide por mi cuenta, no soy un niño pequeño.

—¡Nunca dije que lo fueras!

—Actúas como si lo fuera.

—Hyuka, el problema no es que yo piense que eres suficientemente bobo para caer por sus disculpas y perdonarlo, para nada, eres el más inteligente de los dos. —Soobin hablaba con la boca llena de lo que parecía ser pollo, juzgando por el hueso que sujetaba con sus palillos. Tenía suerte de que su mejor amigo no lo haya regañado por hablar mientras comía.— El problema es que te vi llorar por ese imbécil noche tras noche, no quiero que volver a encontrarte con él te provoque más llanto.

Aún enternecido, Kai refutó:— Ya lo superé.

—Sé que lo hiciste, pero también sé que aún sigues llamando a tus sacos de boxeo como Hyunjin y Jeongin.

—Diablos. —Bangchan exclamó.— Tenemos suerte de que Kai sea una persona pacífica.

—¿Cómo que suerte? Podría estar pateándoles el trasero a quienes nos tratan mal, pero decide ser una persona pacífica. —Felix se quejó también la boca llena.

—Como sea. —rodó sus ojos el castaño.— Ya lo superé, sólo quiero decirle lo horrible persona que es y ya, pero no puedo hacerlo porque siempre me alejas, Soobin.

—No quiero que llores.

—No voy a llorar.

—Lo harás, te conozco.

El menor de los dos resopló.

—Sólo supéralo, ¿sí? Yo ya lo superé, deberíamos todos superarlo también. —aconsejó Huening, reposando su mano encima de la mano de Soobin que casualmente estaba sobre la mesa, había logrado con eso que dejase de fulminar a Hyunjin, quién estaba a unas mesas mirándolos, y toda su atención fue enfocada en su pequeño mejor amigo castaño.

Lo miraba con sus lagos avellanados intensos con paciencia y fé, y con una sonrisa sellada desbordante en dulzura. Soobin no tenía idea del tiempo en que llevaba mirándose con Kai, sus orbes embobados por el lindo chico a largos centímetros de su rostro y sus labios algo entreabiertos.

Casi podía escuchar a Felix decir "Ya bésense".

—Bien, lo superaré.

Ja, no.

Soobin estaba lejos de superarlo.

Ese misma tarde, en la salida, el pelimorado iba saliendo de una reunión con el consejo estudiantil. Ahora que Arin estaba en ultimo año llevaba planeando ser presidenta, y quería personalmente que Soobin fuera su vocal consejero y ayudante en su campaña, a lo que el menor no se quiso negarse, pensaba que tal vez era buena idea permanecer en el consejo hasta que la castaña se graduara y decidir si quería seguir participando luego de que ella se fuera.

Le había tomado cariño aunque se burlara de él y le diera manotazos todo el tiempo.

Era un miércoles, pero Soobin ya estaba revisando el horario de actividades de la planeación de campaña para la próxima semana. Así podía organizar en su cabeza su tiempo entre el consejo, sus trabajos y tareas, sus hyungs y, como prioridad por supuesto, Huening Kai.

Estaba tan ocupado en eso que casi pasó de largo a alguien que se encontraba esperándolo en la salida.

—Hey, Soo.

Ah, maldita sea.

—Es Soobin, Hyunjin. —se giró el pelimorado rodando sus ojos con fastidio, regresándose un par de pasos para poder encarar al rubio.— ¿Qué quieres?

El rubio peinó su cabello hacia atrás, saltando una bocanada de aire.

—Quiero hablar con Hyuka-.

—Huening Kai. —interrumpió Soobin sin vacilar, la expresión más borde, seria, severa y aburrida que alguna vez le había mostrado al rubio.— No te dejo llamarlo Hyuka, no puedes llamarlo Hyuka. Sólo yo puedo llamarlo así.

—¿Qué hay de Beomgyu y Yeonjun hyung? —Hyunjin arqueó su ceja.— ¿Ellos sí pueden llamarlo así?

Soobin soltó una carcajada seca e irónica.

—¿En serio te estás comparando a mis hyungs? —el pelimorado hizo énfasis en el adjetivo posesivo, su mirada más dura y entrecerrada que antes.

Hyunjin estaba acostumbrado a esa mirada en el pelimorado, teniendo en cuenta que le había regalado esa y variantes de esas miradas en todo el tiempo que estuvo saliendo con el castaño, pero era la primera vez que se la estaba tomando en serio.

—Como sea. Quiero hablar con Kai-.—aún cuando se había corregido a sí mismo, el más alto carraspeó, su cabeza ladeándose por un segundo, como si se tratara de un tic, en lo que apretaba sus dientes en un chasqueo, con sus muelas mostrándose un poco cual felino. Hyunjin gimió frustrado.— ¿Qué es ahora?

—Huening Kai. No tienes derecho a referirte a él de ninguna manera afectiva después de lo que hiciste.

—Okay, eso simplemente lo haces para joderme.

—Querer joderte es poco a lo que te mereces, Hyunjin. —se encogió de hombros Soobin.— Llámalo Huening Kai o no lo menciones.

—Bien. Puta madre, eres molesto. —bufó el rubio.— Quiero hablar con Huening Kai, explicarle lo que pasó. Y no puedo hacerlo si estás allí todo el tiempo para apartarlo de mí.

—Creo que Kai es suficiente listo para saber cómo funcionan las mentiras, el engaño y el absoluto arte de besar alguien, no tendrás que explicarle nada.

El sarcasmo en sus palabras estaba haciendo que el rubio perdiera la paciencia, Soobin lo supo por cómo ladeó su cabeza momentáneamente tal como él lo había hecho antes, a diferencia que su mandíbula estaba bastante apretada.

—Fue un accidente.

Soobin, aún con ironía, fingió sentirse desentendido:— ¿Cómo es que mentirle a tu novio y besarte con tu ex puede llegar a pasar accidentalmente?

—Eso lo hablaré yo con él.

—No, no lo harás. No te dejaré acercarte a Hyuka.

—Soobin. —el rubio juntó sus manos, como si estuviera hablando con un niño pequeño que no parecía entender.— Esto no tiene nada que ver contigo, es entre él y yo.

—Nah. —el menor se cruzó de brazos, luciendo desinteresado.— Si hiciste a Kai llorar se convierte en asunto y problema mío también.

Cuando vio la lengua del rubio golpeando contra las paredes de su mejilla, su mirada en el horizonte para relajarse un poco. Soobin no iba a callarse ni privarse de exponerlo en frente a toda la gente que se pueda, personas que empezaban a interesarles la conversación en cuanto pasaban. Estaba a punto de decirle algo, pero Hyunjin lo interrumpió para callarlo.

—Siempre lo supe.

En ese momento toda burla o comentario dirigido a Hyunjin se esfumó de su mente, su ceño se frunció en confusión.

—¿A qué te refieres?

—Que te gusta Kai. —una sonrisa de satisfacción se esbozó en el rostro del rubio cuando el rostro de Soobin se tiñó de estupefacción. Estaba tan sorprendido de que Hyunjin descifrara su "secreto" que ni siquiera se dio tiempo para negarlo, lo cual sólo alimentó el gesto de presunción en el rostro del mayor.— Siempre pensé que eras un amargado, que no era que no te agradara sino que eras así, pero no, simplemente me odiabas porque estaba con Kai en tu lugar, ¿era eso, no?

Soobin creía que aún podía salvarse, debía tratar de hacerlo, había gente escuchándolos y no quería ni imaginarse que su secreto le fuera revelado a Kai por un espectador.

—No sabes de lo que hablas. —se encogió de hombros tratando de permanecer calmado, pero su voz tembló por los nervios y sus músculos se tensaron.— Sólo no me gusta que invadan mi espacio y tú te la pasabas en mi departamento, es todo.

—Claro. —el mayor se lamió los labios para evitar que su sonrisa creciera aún más.— Tu espacio; tu baño, tu sofá, tu cocina, tu comida y tu mejor amigo, ¿cierto? Odiabas verme con Kai.

—No es cierto.

—Odiabas verme abrazándolo todo el tiempo mientras tú no podías, que yo podía caminar por la calle de la mano con él, que podía dormir con él, que podía llamarlo mi novio. —tal como Soobin había hecho antes, Hyunjin hizo énfasis en el adjetivo posesivo. Los puños del pelimorado se apretaron inconscientemente.— Que pudiera besarlo y tú no, ¿por eso te huiste a quedarte con tus amigos? ¿No soportabas la idea de verme con Kai?

(usé ugh! de bts para escribir todo :D. escúchenla gozar todo mejor.)

—Cuida lo que dices, estás diciendo tonterías. —Choi no sabía que cada uno de sus músculos serían capaces de tensarse tanto, pero lo comprobó en el momento en que otros estudiantes a su alrededor empezaron a rodearlos, no muy disimuladamente.

—¿Acaso te estás enojando, Soo? —el menor quería borrar aquella sonrisa engreída de su cara.— Puedo seguir, es más, ni siquiera tengo que decirte nada. Podría hablar con Kai ahora, darle mis mejores disculpas y me tomaría de vuelta. Quiero decir, ¿por qué rendirme ahora si no alcancé a llegar a tercera base con él?

Furia. Eso era lo que corría por las venas de Soobin.

—Cierra la boca. —siseó entre dientes.

Y se calló por un momento, mirando al pelimorado con superioridad, sus verdaderos colores revelándose al fin, como si tratara de un villano inesperado de película. Sostenía su barbilla con su índice y pulgar, recorriendo a Soobin con su mirada como si el pelimorado fuera inferior a él.

—¿Sabes qué? Quédatelo. Si te gusta tanto, puedes quedártelo. —el rubio hizo un ademán de desdén con su mano.— Es difícil llegar a algo con él porque se pone mimoso todo el tiempo, pero es posible, sí, no llegamos muy lejos, pero es una verdadera ternurita, en serio algo bueno de ver cuando se le pasa la timidez. Quién sabe, quizás a ti te abra las pier-.

El rubio no pudo acabar su oración.

Soobin fue cegado por todo; aquella mezcla de furia, coraje e impotencia que nubló sus sentidos.

Y si aún no habían personas interesadas en la tensión que desprendían ambos, pues después de ese puñetazo, el cual produjo un ruido seco que dejó todo a su alrededor en silencio, definitivamente se habían amontonado a verlos.

—Te dije... —Soobin sacudió su mano, aguantando una mueca por el dolor en sus nudillos. Aún así, se veía severo.—... Que cerraras la boca.

Hyunjin seguía encarando hacía su lado izquierdo, la mirada baja y petrificado al no haber esperado el golpe. Se enderezó con su pulgar limpiando su labio inferior, ahora estaba enojado y se lo dejó saber a Soobin cuando tiró su mochila al suelo.

El tiempo se detuvo por un segundo para Soobin.

Oh, mierda.

Probablemente eso hubiera pensado el pelimorado al tomar consciencia de que estaba a menos de un segundo de su primera pelea real, les había jalado del cabello y hecho caer a niños que molestaban a Kai en la escuela, pero la mirada de Hyunjin se asemejaba a la de una bestia, listo para atacarlo, no había punto de comparación.

Y tampoco había razonamiento en el sistema de Soobin de todos modos. Su cuerpo entero, preparado para lanzársele encima al rubio o defenderse, era el resultado de una ráfaga de fuego mezclado con emociones aún más nocivas y adrenalina.

Porque Hyunjin podría verse como una bestia, pero la furia lo había convertido en una también.

Una bestia que se alimentaba de su coraje.

"Perdona, Arin noona. No creo que me dejen ser tu consejero."

Y entonces lo que parecía ser tiempo congelado para Soobin pasó en un parpadeo.

Todo se volvió abrumador.

Los gritos de los estudiantes, estando los que trataban de detenerlos y los que estaban apoyando a uno u otro, resonaban en sus oídos, pero Soobin no podía escucharlos. Sabía que había caído con fuerza al suelo cuando Hyunjin se le tiró encima para golpearlo una y otra vez, pero no sintió nada gracias a la adrenalina. No podía recordar en que momento él había acabado sobre el rubio, sus posiciones cambiando para devolver cada puñetazo al doble, mucho menos a Hyunjin jalándolo del cabello para quitárselo de encima o cuando le golpeó la mandíbula en respuesta a Soobin acertando con su puño en su nariz, ni en especial cuando profesores aparecieron en lo que ellos se revolcaban en el suelo del campus, golpes ciegos a puño cerrado buscando donde caer.

Lo poco que Soobin pudo rescatar fue la voz de su noona pidiéndole que parara, los gritos característicos de Christopher y Felix tratando de devolverlo a sus sentidos -no era como que el menor pudiera hacer algo para detenerse cuando estaba tratando de defenderse- en lo que trataba de escudarse de Hyunjin queriendo estamparlo una vez más contra el sucio piso y la sensación de algo abriéndose; tal vez era la tela de sus jeans en el área de las rodillas o quizás se trataba de su piel un poco más abajo de su rodilla derecha, seguramente ambas cosas.

Choi no tenía memoria del momento en que los separaron, pero, en medio de su respiración agitada, la sensibilidad de sus ojos a la luz, la extraña percepción de algo húmedo yendo de corrida hacia abajo por su rostro y el constante chillido en uno de sus oídos, agradeció que haya sido así.

—¡Ya es suficiente, Soobin! —pudo escuchar como lo regañaba la castaña, no podía verla con claridad, pero no necesitaba hacerlo para saber que Arin estaba verdaderamente enojada con él.

—¿Estás bien, Soo? —aquella voz preocupada era Bangchan, imposible no reconocerlo.

—Está perfectamente, hyung. Sólo tiene sangre por todas partes y no puede mantenerse en pie, pero está mejor que nunca. —y ese que lo sostenía del otro lado era Felix, obviamente.

—Dios santo, Bin. —exclamó la castaña exasperada. Podía ver su silueta, pero todo seguí borroso para él.— Llévenlo al hospital, yo buscaré a Kai.

Pesado. Su cuerpo estaba pesado.

Y estaba agotado. Drenado. No tenía energía.

Estaba siendo arrastrado por los que imaginaba que eran Bangchan y Felix, intentaba ayudarlos a caminar como ellos le pedían, pero sus piernas se rendían cuando trataba y sus ojos seguían cerrándose sin su permiso. No podía avanzar, no tenía ni una gota de fuerza en su cuerpo, lo cual lo cargaba luciendo como un muñeco de trapo.

Quería dormir.

—Tengo sueño. —musitó vagamente el pelimorado.

—Oh, no, amigo. De por sí ya eres pesado, quédate con nosotros. —Felix se negó obligando a Bangchan a acelerar el paso a lo que Soobin imaginaba que era el auto que usaban.— No te atrevas a dormirte, mantén los ojos abiertos.

Muy tarde.

Soobin acabó durmiéndose en el camino al auto.

—Ya hablé con el decano.

Yeonjun suspiró al entrar a la habitación de Soobin en el hospital. Kai había desobedecido deliberadamente a las enfermeras y se había subido a la camilla para abrazar al pelimorado, y Beomgyu no quiso quedarse atrás, el castaño estaba recostado al otro lado del menor más alto, acariciando un poco su cabello, todos en una posición Fowler, ya que la parte superior de la camilla de Soobin había sido levemente elevada.

El pelimorado se enderezó en cuanto lo vio y el resto lo imitó.

—¿Qué dijo, hyung? ¿Van a suspenderme?

—No exactamente. —sacudió la cabeza el pelirosa. Había ido a representar a Soobin con las autoridades de la universidad, no era como que les interesara el porqué dos estudiantes se peleen, ya no eran estudiantes de preparatoria, pero lamentablemente Soobin y Hyunjin habían peleado en el campus, territorio de la universidad, lugar que se suponía que representaban como alumnos. Afortunadamente para Soobin, la madre de su hyung conocía a todo el mundo, en especial al decano de la universidad de Seúl, así que no hubo problema con que Yeonjun fuera a representarlo.— Tú estarás suspendido del consejo estudiantil y Hyunjin del equipo de danza por tres semanas, ambos tendrán que ser voluntarios a cada evento de la universidad y tendrás una pequeña mancha permanente en tu libreta.

Kai, quién estaba más preocupado que Soobin por que fuera suspendido, se dejó suspirar aliviado.

—¿Entonces sí podrá volver a clases?

—¿Y aún podré ser parte del consejo estudiantil? —la mayor preocupación de Soobin había sido decepcionar a su amiga castaña, ya que ella había hecho muchos méritos para que dejaran a un chico de segundo año formar parte del consejo, era su último año y Soobin se negaba a ser desleal a su palabra.

—Pues mamá y yo tuvimos que mover algunas influencias, pero sí, podrás ser consejero, nene. —Yeonjun se acercó a desordenarle un poco el cabello a su dongsaeng.— Asegúrate de agradecerle a mi mamá también, ella tuvo una larga llamada con el decano.

—Lo haré, hyung, en serio gracias. —Soobin le regaló una sonrisa radiante aunque le doliera al sonreír.

El pelirosa rodeó la cama para colocarse junto a su esposo, aunque este se había vuelto a recostar junto a Soobin, abrazando al menor en lo que se quejaba por el frío inhumano que hacía en el hospital, y tenía razón teniendo en cuenta que llevaban menos de dos días allí y Kai ya cargaba a todos lados su propia frazada.

—Beomgyu-ah.

—¿Mh?

—No puedes estar en la camilla.

—¿Quién dice que no? —el castaño rizado frunció el ceño en dirección a su marido.— ¿Eres enfermero acaso, hyung?

—Está prohibido. —lo tomó de la mano Yeonjun para tratar de jalarlo suavemente, tratando de que el mayor saliera de la camilla por su cuenta.

—Hyuka también está acostado.

—Él es bonito, puede salirse con la suya. —era bastante entretenido para ambos jóvenes como sus hyungs discutían aveces, inclusive tuvieron que mirarse por un segundo y aguantar la risa ante la pura expresión de indignación en Beomgyu.— ¡No estoy diciendo que tú no lo seas! Eres el más bonito de todos.

El pánico en Yeonjun no disipaba la molestia en el castaño de rizos.

—Claro, dices que sí en el altar una vez y de repente dejas de ser bonito. —de verdad sonaba decepcionado y herido, mirando con irritación a su esposo.

Y Yeonjun ya estaba acostumbrado.

El pelirosa rodó los ojos:— Haz lo que quieras. Sólo no me culpes cuando te regañen.

Y como si poseyera un interruptor, su expresión cambió a una sonrisa en cuestión de milisegundos. Aunque Yeonjun, quizás por los años que se llevaban conociendo, su tiempo juntos o tal vez todo eso mezclado, no estaba muy sorprendido.

—Te amo, Junie.

—Enano manipulador, ah. —ladeó un poco su cabeza a la risita de Beomgyu y acarició el dorso de su mano, no sin antes darle un pequeño beso en la frente.—¿Él está bien? ¿Ya te explicaron por qué se desmayó?

—Bueno, el doctor dijo como que con la cantidad de energía que consumió era normal que se haya dormido. No sólo era su primera pelea, a este vago tampoco le gusta ejercitar y sigue débil después de su último tratamiento, todo se le fue para los talones, su cuerpo hizo reset, reinició Windows, se le bajaron los chakras, se le salió el alma, se medio pinchó el dedo en la rueca de Maléfica, algo así. —explicó muy raramente Beomgyu.— Sólo necesita descansar, estará como nuevo para mañana.

Lo más raro era que todo era perfectamente fácil de entender, Yeonjun ni siquiera sabía que eran la chakras, pero fue capaz de relacionar situaciones, ya que pareció ser suficiente para calmar al mayor.

Y luego vino la pregunta del millón.

—¿Ganaste, Soo?

—Hyung. —Kai lo miró con sus ojos entrecerrados.

—¿Qué? Fue por una buena razón. —el pelirosa defendió al pelimorado, aún recibiendo la mirada de reproche por parte de Kai.— Lo hizo por tu honor.

—Puede defender mi honor sin liarse a golpes. Es más, ni siquiera debería estar defendiendo mi honor, ¿qué soy? ¿La personaje principal de un drama con mala comedia? Puedo defenderme yo solo. —se sentó el menor de todos cruzándose de brazos.

—Yeonjun hyung nunca se ha peleado por mí. —Beomgyu frunció sus labios en un puchero.— Yo recuerdo haberte pateado algunos traseros por él, pero él nunca por mí, ¿qué es esto?

El susodicho se puso a la defensiva.

—Porque tú no eras ningún pacifista como Kai, jamás tuve la oportunidad de pelearme por ti cuando te molestaban, yo tenía que sacarte de los líos antes de que te hicieras daño.

—¿En serio estamos comparando pelear en nombre de alguien como muestra de amor? —soltó Huening con incredulidad.

—Kai tiene razón. —Yeonjun asintió.— Solo díganme si Soobin ganó o no.

—¡Ninguno de los dos ganó, hyung! —exclamó Huening sacando una mueca del pelirosa.— Los separaron antes de que pudieran hacerse más daño.

Los cuatro fueron invadidos por un silencio algo incómodo, donde Yeonjun se lamentaba mentalmente por la respuesta de Kai, pero se sentía lo suficientemente temeroso de enojarlo que no decía nada al respecto, así como Soobin y Beomgyu evitaban hacerlo también.

Aunque el castaño rizado no soportaba mucho el silencio, terminó diciendo lo primero que se le salió por la boca.

—Pero la bonita compañera de Soobin pasó por acá y dijo Hyunjin estaba peor que Soo, así que técnicamente nuestro chico ganó. —murmuró el segundo mayor provocando que Huening resoplara.

—Beomgyu hyung, lo juro por Dios.

—¡Como sea! —el susodicho se levantó de golpe abrazándose del pelirosa, finalmente saliendo de la camilla, probablemente temiendo haber enojado a Kai.— Más te vale mantenerte fuera de problemas, Soo, no podremos salvarte por un tiempo después de la próxima semana.

Cierto.

Sus hyung, Yeonjun y Beomgyu, habían solicitado adoptar en un orfanato en Australia poco después de casarse. Al parecer el pelirosa había conversado con su esposo sobre la idea de ser padres y el castaño había estado más que encantado, empezando a investigar tan pronto como el mayor se lo dijo. Habían enviado solicitudes a varios orfanatos dentro y fuera del país, pero casi todas fueron rechazadas por diferentes tipos de prejuicios, ya sea porque eran una pareja homosexual o porque eran asiáticos; sin embargo, hubo un orfanato que sí aceptó su solicitud después de varios meses. Era en parte la razón por la que Soobin había decidido quedarse con sus amigos cuando Hyunjin invadió su departamento en vez de quedarse con sus hyungs, no quería ser un intruso en medio de todo lo que estaban atravesando con el estrés, el papeleo y el próximo juicio que necesitaban para ser seleccionados.

Independiente al proceso de adopción, los mayores habían pedido unas largas vacaciones de sus trabajos para poder viajar a Australia por unos meses, darse el tiempo de conocer a su guía profesional, tomar consejos y observaciones, conocer a los niños, compatibilizar con uno y esperar a que los seleccionaran para ser sus padres, así poder llevarle a casa con ellos, en caso de salir victoriosos en el juicio.

Ni siquiera habían ido, pero ya estaban invirtiendo en comprar una casa más grande por si las dudas.

—¿Van a cuidar nuestro departamento y a Soo mientras nosotros no estamos, cierto? —Yeonjun chequeó de nuevo. Los menores habían asegurado que lo harían, el cachorro de los mayores incluso ya tenía algunas cosas en el dorm de los chicos, pero ellos seguían preguntando por alguna razón.

—Claro que lo haremos. —Kai prometió.

—Incluso limpiaremos el lugar. —añadió el pelimorado con un pequeño guiño.— Y nos mantendremos lejos de problemas.

El castaño rizado y el pelirosa no lucían muy convencidos.

—¿Seguros? —preguntó Beomgyu, ambos él y su esposo encaminándose a la salida con una obvia mueca de preocupación.

—Absolutamente. Seremos sólo los tres, Soobin, yo y el pequeño Soo.

Y las palabras de Kai se mantuvieron como una promesa bastante sólida.

Las cosas con Soobin mejoraron mucho más después de que salió del hospital. Irónicamente, se empezaron a comportar como Kai siempre fantaseó que serían si algún día llegaban a estar juntos cuando él era más pequeño; reuniéndose en el comedor para hacer tareas juntos, comiendo chatarra mientras veían alguna película o drama en la noche cuando no podían dormir, abrazándose al dormir, Soobin cocinando para ambos en sus días libres mientras Hueningkai limpiaba y Soo corría por todo el lugar detrás del menor, sacando a pasear al cachorro con sus manos entrelazadas y escondidas en uno de los bolsillos del abrigo de Soobin, y otro tipo de cosas de gente domesticada y enamorada.

Era como si su sueño se hubiese vuelto realidad. Ya no lo quería, pero no se quejaba.

Se limitaba a obviar a las mariposas en su estómago.

Seguramente era esa pequeña parte nostálgica de su ser que aún se aferraba a la idea de Soobin y él siendo pareja. Ella despertaba cada vez y tanto en el cerebro del castaño, en especial después de que su relación con Hyunjin acabó, para hacerlo imaginar cosas ridículas e infantiles que provocaban sonrojo en las mejillas de Huening.

No comenzaría a dudar de su amistad con Soobin otra vez sólo porque estaba teniendo pensamientos extraños.

Era normal que ambos desarrollaran comportamientos domésticos teniendo en cuenta que llevaban viviendo juntos más de un año, ¿cierto? No porque sus más grandes fantasías de infante se estaban cumpliendo era razón para sobrepensar la situación.

Y eso quiso pensar Kai, tal vez el pequeño dilema seguían rondando por allí en la parte trasero de su cerebro, pero eso lo previno de alterar su relación con Soobin por cuatro largos meses.

Pero todo cambió en Septiembre para el castaño.

Soobin se encontraba en el consejo estudiantil ya ejerciendo su cargo como consejero —y casi mano derecha de Arin— por lo que tenía que esperarlo un rato más hasta que acabara la reunión, iban a tener dos semanas de vacaciones for Chuseok así que llevaría algo de tiempo. Huening le había mandado un mensaje diciéndole dónde estaría y que estaría adelantando algo de tarea antes de dirigirse a la biblioteca.

Estuvo tranquilo, en paz con sus auriculares puestos, revisando sus apuntes por lo que pudo contar que fueron diez minutos, hasta que alguien tocó su hombro.

Kai, creyendo que era Soobin, se giró con una sonrisa.

—¿Ya podemos irnos-?

Pero esa murió tan pronto como se dio cuenta que las personas frente a él eran nada más y nada menos que Hyunjin y Jeongin, ambos tensos, incómodos y con la mirada baja, por lo que supuso que estaban avergonzados.

Se levantó de su silla tan pronto que ni siquiera pudo procesar su acción.

—Kai, espera. —Jeongin lo detuvo en cuanto vieron sus intenciones de irse.— No venimos a buscar problemas.

—Sólo queríamos poder hablar contigo sin tu guardaespaldas. —Hyunjin murmuró, aún algo resentido por la nariz rota que Soobin le había dejado. Tuvo buena suerte de que se hayan podido arreglar.

¿Recuerdan esa expresión en Huening que Choi tanto odiaba? Aquella mirada severa, incapaz de descifrar, un vacío emocional en su expresión facial y sus labios en una línea completamente recta y horizontal. Ese gesto tan impropio de una persona tan brillante y animada como Hueningkai, la estrella más brillante del universo.

Hyujin y Jeongin estaban recibiendo aquella expresión.

—¿Por qué debería escucharlos? Ambos son un par de mentirosos y traicioneros que no tuvieron problema alguno para verme la cara de estúpido antes.

—Sólo queremos disculparnos, aclarar las cosas contigo. —Hyunjin respondió con seguridad.— Y es la primera vez en meses que no te encontramos pegado de la cadera con Soobin.

Huening suspiró. Sí creía que necesitaba clausura, al menos escuchar lo que aquellos dos tenían para decirle.

Revisó su celular rápidamente.

Binnie🐰
Tengo treinta minutos más de reunión, no vayas a ningún lado. Yo te busco.

—Tienen treinta minutos. —dijo el menor como veredicto.— Háganlos quince.

Así fue como terminaron buscando un pasillo desolado entre las estanterías de libros para hablar. Jeongin había dado la idea, argumentando que no podrían conversar en medio de todos los demás, y Kai aceptó sólo en caso de que llegara estallar y tuviera ganas de gritarles a la cara, lo haría sin restricciones.

El menor se recargó contra un estante aferrado a la pared con sus brazos cruzados y la pareja se encontraban parados, totalmente nerviosos, frente a él.

Huening revisó su reloj:— Trece minutos, hablen.

—Te debemos una disculpa enorme. —empezó Jeongin y la forma en que Kai sonrió ladina, sarcásticamente les dejó en claro que aquello era más que obvio.— Cuando Hyunjin y yo terminamos, seguíamos en la vida del otro, nunca fuimos capaces de cortar lazos, incluso cuando él se molesta conmigo por ser muy celoso, y con justa razón, y yo con él por ser un intenso controlador.

—Yah. —el rubio rodó los ojos, codeando a su novio.— No venimos a ser terapia de pareja.

Jeongin lo ignoró completamente.

—Cuando entraste en la pintura, empecé a salir con varios chicos para hacerlo enojar ya que pensé que él también salía contigo para molestarme.

—Lo cuál no era así. —aclaró Hyunjin inmediatamente.— Pensé que nuestra ruptura era de verdad aquella vez y tuve la tonta idea de que ambos podríamos ser amigos, como si no hubiéramos pasado por el mismo ciclo mil veces. En serio llamaste mi atención, Kai, y al menos en nuestro primer mes juntos, todo lo que hice, fue completamente genuino.

—Menos mal. —ironizó el castaño en medio de una sonrisa careciendo de gracia.

—Luego decidimos presentarnos a nuestras respectivas parejas. Él me presentó contigo y poco después yo le presenté al chico con el que salía, pero ambos teníamos esta ridícula pelea de que a quien le iba mejor. Hyunjin se la pasaba día y noche en tu casa, y yo me lo pasaba pegado al mío también, hasta que un día simplemente explotamos y empezamos a pelear. —Jeongin tragó saliva a lo que estaba a punto de decir.— Había mucha tensión entre nosotros, hacía mucho claro, una cosa llevo a la otra, y pues, uhm, terminamos liándonos otra vez.

La mirada de Kai se disparó a Hyunjin y este sólo la bajó, concentrándose en el suelo.

Estaba apenado.

—Yo terminé todo lo que tenía con ese chico tan pronto como pude y Hyunjin me dijo que haría lo mismo. —el peligris miró a su novio de reojo, aún parecía molesto con él.— Pero no pudo.

—¡En serio traté! —exclamó el rubio, más para su propio novio que para el chico con quien se estaban justificando.— ¿Cómo esperas que le rompa el corazón a esa cara?

—Lo hiciste de todas formas. —Kai se encogió de hombros, atrayendo la atención a él nuevamente.— Hubiera preferido que me terminarás sin razón a tener que enterarme sobre tu relación con tu supuesto exnovio, no por ti, sino a través de un video.

Ambos novios bajaron la cabeza.

—Realmente lo siento, Kai. —Hyunjin había estado callado por unos segundos antes de decir eso, como si hubiera tratado de encontrar mejores palabras y fallado en el intento.— No te mereces lo que te hice, ¿okay? Merezco absolutamente que me des una paliza como Soobin lo hizo. Todo fue mi culpa, debí habértelo dicho desde el principio en lugar de esperar tanto. Nunca debiste ser parte de nuestro desastre.

—De verdad lo sentimos. —Jeongin asintió con una mueca de culpa en su rostro, una que Hyunjin también tenía impresa en su expresión.

El menor de los tres soltó una bocanada de aire y volvió a revisar su reloj.

—Aún tienen dos minutos. —Huening avisó, su voz era despreocupada y hacía ilusión que no estaba tomándoles importancia.— ¿Algo más o ya me puedo ir?

Hyunjin destacó hablando casi al instante.

—También quería disculparme por todas esas cosas horribles que dije enfrente de Soobin. Nunca tuve la intención de disculparme para que volvieras conmigo ni de revelar cosas íntimas que ocurrieron mientras estábamos juntos. —allí empezó la confusión del castaño. Se había dado cuenta que nunca, en ningún momento en esos meses, había cuestionado que había hecho Hyunjin para que un chico tan inofensivo y tranquilo como Soobin le partiera la cara.— Sólo quería provocarle, pensé que si lo hacía enojar lo suficiente al exponerlo frente a todos, quizás me callaría y me dejaría hablar contigo para que no te contara su secreto.

—¿Secreto? —el castaño frunció el ceño.— ¿Cuál secreto?

¿Soobin le ocultaba algo? Eso era imposible, su mejor amigo le contaba incluso cuando la comida le caía mal al estómago.

—Sí, que está enamorado de ti- ¡Mierda, Jeongin-ah! Eso dolió. —El castaño estaba consciente de que su exnovio a veces hablaba demás, lo supo cuando no supo cerrar la boca enfrente de las mamás del menor mientras les contaba lo obvio que había sido su hijo con su atracción hacia el rubio, aún cuando el menor estaba pateándolo debajo de la mesa y sonrojándose como un tomate.

Jeongin al parecer también sabía de eso teniendo en cuenta que había pellizcado a Hyunjin hasta que este se quejó.

¿Cómo no hacerlo cuando decir que Huening estaba sorprendido era un eufemismo?

El castaño estaba estupefacto, ojos abiertos como platos, labios entreabiertos, estático en su lugar mientras trataba de procesar las palabras posteriormente dichas por Hyunjin.

¿Soobin... estaba enamorado de él?

No, no, no, esa debía ser un mala broma del destino o algo parecido. Su mejor amigo no podía estar enamorado de él, no ahora que lo había superado y le había costado tanto hacerlo. ¿Ahora? ¿Por qué tenía que ser ahora? ¿Por qué no cuando estaba loco por él? ¿Cómo podría siquiera rechazarlo? ¿Quería rechazarlo? No, ¡claro que quería rechazarlo! Él ya no sentía nada por Soobin, ajá, esas molestias que sentía casualmente en su estómago eran causadas por esa parte de su cerebro que amaba el afecto.

No tenía nada que ver con la forma que Soobin lo sostenía en sus brazos al dormir ni la sonrisa especial que este le dedicaba.

Una sonrisa que ni siquiera había tenido con su hyung.

¡No! Ya había sufrido suficiente esperándolo cuando su amigo estaba enamorado de su hyung de cabello rosa, no se haría eso de nuevo.

¿Era Soobin? Sí. ¿Le confiaría al pelimorado su vida? Por supuesto. Entonces, ¿por qué no podía confiar en los supuestos sentimientos que Soobin podría tener por él? ¿Quizás era a causa de todos esos adultos que lo habían llamado un niño encantador, que le habían dicho que amarían tenerlo como su hijo, pero se habían llevado a otro niño de todos modos?

¿Soobin sería capaz de hacerle lo mismo?

La pareja fue capaz de ver el conflicto plasmado en el rostro del castaño, Jeongin volviendo a pellizcar a su novio.

—¿Ves lo que provocas, Hwang Hyunjin? —lo reprendió el peligris.

—¿Cómo iba a saber yo que no sabía?

—Si no sabes entonces cierras la boca y no dices nada. —bufó el más bajo de los dos le regaló otra mirada afligida a Kai.— También lamentamos eso junto con todo lo demás. Espero que no hayamos causado algún tipo de desastre, ya no te quitaremos más tiempo.

El peligris tomó a su novio de la mano y, no sin antes Hyunjin sacudir su mano en despedida con algo de vergüenza, ambos se empezaron a alejar del castaño. Jeongin iba regañando al rubio mientras caminaban, seguramente por ser menudo imprudente, y Hyunjin iba con su cabeza gacha por el regaño, cual cachorrito mojado.

En medio de toda su duda interna, Huening apretó sus labios viéndolos irse.

El castaño había escuchado alguna vez sobre las almas flamas, que eran mucho más poderosas que las almas gemelas puesto que una persona podía tener muchas almas gemelas a lo largo de su vida, y podían ser cualquiera cosa; amantes, amigos, familiares, pero alma flama era solo una. Alguien con quién estaba destinado a estar toda la eternidad, alguien que ha estado a tu lado en todas tus vidas y siempre vas a encontrar tarde o temprano, era alguien que jamás podrías alejar de ti aunque se estuvieran lastimando, porque ese era el destino; o bien eran poderosos juntos o bien se quemaban juntos.

Pero sería ese alguien que, por más que trataras, no puedes dejar, no cuando el universo los seguía atrayendo.

Incluso cuando Kai no creía en nada en lo absoluto, siempre creyó que había estado rodeado de almas flamas. Sus madres eran almas flamas que eran poderosas juntas, asimismo lo eran sus hyungs, Yeonjun y Beomgyu, y ellos tenían suerte de tener un destino tan favorecedor.

Ahora que los veía de cerca, Huening podía asegurar que Hyunjin y Jeongin era almas flamas, pero al contrario de las que conocía, ellos se quemaban juntos.

Y Kai tenía miedo porque, a pesar de que no creía en el destino, este siempre lo terminaba atrayendo hacia Soobin. Si no era él quien estaba a sus pies, esperándolo pacientemente como novia de pueblo, era el mayor, teniendo sentimientos por él después de tanto tiempo.

A Kai le aterraba que Soobin y él fueran almas flamas, y no almas gemelas como él creía, porque estaba el 50% de probabilidad de que fueran poderosos juntos, sí.

Pero también estaba la posibilidad que quemaran juntos.

Quizás por el mismo temor nunca dijo nada.

Cuando se encontró con Soobin ese día, simplemente le regaló su mejor sonrisa y le preguntó qué comerían en la cena mientras avanzaban aquella serie que habían empezado hace poco.

Pasó Chuseok, pasó Halloween, pasó Navidad, pasó el cumpleaños de Soobin, pasaron días y días, mes tras mes donde Huening no dijo absolutamente nada sobre el tema. Quiso creer que Hyunjin solo había hecho una extraña suposición, que era mentira, que no había forma en que Choi Soobin lo amara como él alguna vez lo hizo, y no habló sobre eso.

Ni siquiera cuando los sentimientos, las sonrisas, las miradas, la galaxia en los orbes oscuros de Soobin se hacía cada vez más obvia con el pasar de los días.

El castaño quiso mantener todo como estaba, su relación con Soobin intacta, no quería arriesgarse a que cambiaran lo que tenían por preguntarle, ya que si bien existía la probabilidad de que Soobin negara todo, también existía la probabilidad de que el pelimorado le dijera que era cierto y que todo se fuera por la borda.

No valía la pena hacerlo.

Así que calló lo más que pudo, había callado sus propios sentimientos por nueve años, él podía con ello.

O eso creyó.

Sus hyung regresaron de Australia poco después de que Kai se enteró de los sentimientos de Soobin por él. Le había hablado sobre este niño llamado Jake con el que habían conectado, pero aún tenían que revisarlos a ambos meticulosa y  completamente; sus papeles, sus solicitudes, sus exámenes psicológicos, sus recomendaciones de su guía, su opinión del niño en ellos, etc, y eso tomaría un poco más de tiempo, debían estar seguros de que el pequeño tendría un buen hogar o les negarían la adopción. Es por eso que Beomgyu y Yeonjun decidieron hacer algunos cambios en sus vidas.

Beomgyu encontró un trabajo con un horario más flexible, Yeonjun se destiñó el cabello, abandonando su amado color rosa y cambiándolo por un rubio natural para demostrar madurez, y siguieron con la idea de encontrar una casa más grande.

Fue algo difícil, pero después de dos meses de búsqueda y un mes trabajando en los trámites, ya se encontraban mudando en principios de Enero.

Y las cosas se fueron cuesta abajo en lo que los ayudaban con la mudanza.

—Chicos. —Yeonjun los había llamado en lo que Kai y Soobin competían para ver cuál de los dos podría llevar más cajas a la habitación de los mayores sin caerse, era sólo ropa por lo que sus hyungs no les decían nada. Ambos jóvenes le prestaron atención al rubio tan pronto como colocaron las cajas en el suelo.— Beomie y yo iremos a comprar algo de comida, ¿pizza o hamburguesas?

Aunque los mayores ya sabían las respuestas.

—Pizza. —respondieron ambos en unísono.

Beomgyu asintió.

—Pasamos por una pizza para ellos y luego por unas hamburguesas en McDonalds. —palmeó el hombro de su marido sacudiendo las llaves del auto frente a su propia cara.— Yo manejo.

Yeonjun sacudió la cabeza frenéticamente cuando lo escuchó.

—No, Rayo McQueen, no tengo ganas de morir en un accidente hoy. —el mayor quiso arrebatarle las llaves a Beomgyu, pero este ya estaba yendo escaleras abajo.— Beoms, devuélveme las llaves, eres un peligro al volante.

Y así pronto, con Yeonjun siguiendo a su esposo, casi pisándole los talones, escucharon la puerta principal del nuevo hogar cerrarse.

—Creo es momento de que nos tomemos un descanso, Hyuka. —opinó el pelimorado tan pronto como los mayores se fueron, su mano peinando su cabello hacia atrás y luego secando su poco sudor con la manga de su buzo.

El menor asintió, tratando de convencerse a sí mismo de que no había razón de estar nervioso por estar a solas con su mejor amigo. Era ridículo, vivían juntos, no tenía sentido que a Huening se le secara a garganta cada vez que era dejado solo con Choi.

El mayor se recargó contra la pared y se dejó arrastrar hacia abajo hasta que estuvo sentado en el suelo.

—Ven. —Soobin palmeó en el suelo, esa parte en medio de sus piernas abiertas, en ademán para que Kai se sentara. El menor tragó saliva, aún sintiéndose nervioso, y quiso negar, pero no había lugar donde sentarse que no fuera el piso puesto que el colchón no tenía sábanas aún.

No sabía cómo decirle que no.

Así que buscó su lugar entre las piernas de Soobin y se sentó entre estas.

El mayor, ya por acostumbre, envolvió sus brazos alrededor del cuerpo del castaño, abrazándolo. Kai se dejó a sí mismo relajarse en su agarre; aflojó aquellos músculos tensos de su espalda y hombros, se permitió a sí mismo recargar su cabeza en el hombro de Soobin y cerró los ojos por unos cuantos segundos.

Kai le había ocultado a Soobin que había hablado con su exnovio y el novio de este por meses, y mantenerlo para sí mismo lo estaba matando.

Exceptuando sus sentimientos por el mayor, Huening nunca fue bueno manteniendo secretos de su mejor amigo. Quería decirle que ambos se habían disculpado con él, contarle como creía que Hyunjin y Jeongin eran almas flamas en casi mísera, y preguntarle si lo que Hyunjin le había dicho era cierto.

Necesitaba urgentemente saber lo último.

Pero demasiado complicado conociendo lo que estaba en juego.

¿Cómo se lo pregunto?, se preguntaba Huening cada vez y tanto cuando la duda volvía a invadir su mente.

—¿Preguntar qué? —oh, mierda. No lo había pensado, Kai lo había dicho en voz alta y ahora Soobin lo miraba con su ceño fruncido.

El castaño resistió el impulso de arrugar su rostro en una mueca e inhaló profundamente.

Era ahora o nunca.

—¿Qué hizo Hyunjin para que te enojaras tanto que lo golpeaste? —Kai era inteligente, no iría directamente por la duda acerca los sentimientos de Soobin. No, tenía que ser discreto.

Estuvo aún más seguro de su estrategia cuando sintió al pelimorado tensarse un poco.

—Dijo cosas feas sobre ti. —quiso restar importancia el mayor mientras se encogía de hombros.

—¿Qué tipo de cosas?

—Ya sabes.

—No sé, por eso te pregunto.

—Pues dijo...—Soobin suspiró.—... que se disculparía contigo para que lo recibieras otra vez y así poder acostarse contigo. Y también empezó a decir cosas sobre tus momentos íntimos con él mientras todos escuchaban.

—¿Y cómo llegó a eso? —frunció el ceño el castaño.

—¿A qué te refieres?

—¿Por qué mencionar eso si sólo te iba a pedir que me dejaras hablar con él? —Huening miró sobre su hombro al mayor, quien se mordía su labio inferior levemente gracias a los nervios.— Me dijiste que sólo fue eso.

—Por eso también.

—¿Entonces por qué no me dijiste sobre esto otro?

—Por que Hyunjin... él estaba diciendo esas cosas para provocarme. —aquello último había sido dicho por Soobin con un tono de voz tan bajo que apenas era audible.

Huening contuvo la respiración.

Estaba pasando.

—¿Y por qué lo haría? Lo que haya hecho o no con Hyunjin no debería molestarte, digo, éramos pareja en ese momento, son cosas que las parejas hacen. —se encogió de hombros a propósito el menor. Sabiendo lo protector que el pelimorado, podría sacarle algo de la boca si elegía bien sus palabras.

—¿Por qué no te molesta? —cuestionó el mayor a la defensiva.

—¿Por qué debería?

—¡Por que sí! —Soobin se removió hacia atrás, buscando apegarse más a la pared para tomar un poco de espacio de Huening y poder verle mejor. Honestamente, el pelimorado se sentía incrédulo y algo molesto.— Hablaba como si la única razón por la que quiso estar contigo fuera porque planeaba cumplir un reto contigo, acostarse con el chico bonito de la facultad de Música, ¿acaso esa era su verdadera intención contigo desde el principio? ¿Ver en cuánto tiempo caías? ¿Creía que eras tan manipulable para pensar que aún tenía oportunidad de jugar contigo después de lo que hizo? ¿Cómo no puedes estar molesto? No eres un puto desafío, mucho menos algo que pueda usar para divertirse, Kai.

Era bastante raro que Soobin tuviera una verborrea, usualmente lo hacía cuando no tenía control de lo que sentía, cuando sus sentimientos estaban a flor de piel, como aquella vez que le confesó a su madre que le gustaban los chicos.

Y la falta de importancia que estaba recibiendo por parte de su mejor amigo la estaba provocando.

—... Y eso no fue lo peor, ¿okay? Tiene la jodida audacia de "entregarte". ¿Quién demonios creía que era? Él en serio debía creerse el rey del puto mundo para pensar que decirme "puedes quedártelo" era una respuesta ingeniosa. Lo volvería a golpear por eso, no hay duda. No eres un muñequito de trato que puede andar tirando de mano en mano, como si él tuviera el derecho, no eras suyo, jamás lo fuiste. Siempre fuiste lo suficientemente capaz para dejar en claro que no le perteneces a nadie que no seas tú y ese imbécil en serio creyó que podría hablar de ti como si tuviera la potestad de regalarte a alguien más sólo porque tuvieron algún encuentro sexual durante su relación. Podía atacarme a mí y lo que siento por ti, hay mil formas para hacerme enojar, sin tener que convertirte en un jodido objeto-.

—Entonces él tenía razón. —interrumpió Kai y, aunque había tenido razón, su expresión no era muy feliz que digamos.

Una parte de sí mismo estaba verdaderamente contenta de saberlo.

¿Su parte racional? No, tanto.

Soobin reconoció su error unos segundos después de analizar lo que el castaño había dicho, a medida que este se ponía de pie y se restregaba el rostro con las manos en muestra de frustración.

Oh, no, la había cagado.

—Hyuka...—el mayor se puso de pie también, queriendo explicarse a sí mismo.

—¡Estás enamorado de mí! —el castaño buscó la mirada de su amigo, pero este la evadió. Pasaron varios segundos eternos en silencio, Soobin mirando al suelo y Huening mirándolo en busca de alguna reacción.— ¿Desde cuándo?

Soobin se tardó en responder, y cuando lo hizo, su respuesta fue un callado murmullo.

—El año antepasado. Meses después de mi charla con Yeonjun hyung.

Huening abrió sus ojos forzadamente por la sorpresa. Ahora todo tenía sentido, todos los cambios, su comportamiento, que tratara de alejarlo, que se aislara, que lo haya escuchado llorar de noche, que no soportara la idea de Hyunjin siendo parte de su vida, cosas en las que el castaño no se quiso meter para poder darle su espacio.

—¿Todo ese tiempo? ¿Y no dijiste nada? —el castaño reclamó.— ¿No planeabas decirme?

—¿Por qué te lo diría, Kai? —contestó el mayor finalmente levantando sus orbes castaños para conectarlos con los avellanados de su mejor amigo. Juzgando por su expresión, no sólo estaba muriendo de la vergüenza, también estaba aterrado, y ¿cómo no estarlo? Había revelado su secreto a la última persona que quería que se enterara.— Pasaste demasiado por mi culpa, nueve años, esperándome cuando yo andaba detrás de alguien más, y luego de tanto pudiste superarme. ¿Realmente te parece justo que llegara de la nada a decirte que estaba enamorado de ti? ¿Confundirte de esa forma?

—¡Sí, Soobin! Era mil veces mejor que guardarte todo para ti mismo, ¿okay? Sé lo jodido que se siente, es como estar en el ojo de un tornado de emociones del que es imposible salir y pasaste por todo eso tu solo. —el castaño hizo una pausa, repasando cada evento en los últimos casi dos años que llevaban en Seúl, una sonrisa amarga surgiendo como resultado.— No, me equivoco, conociéndote no podías no decirle a alguien, eres pésimo para guardar secretos. ¿Todos sabían menos yo, cierto?

—Kai...

—Responde mi pregunta.

—¡Yeonjun hyung fue el primero en enterarse que me gustabas y él le cuenta todo a Beomgyu hyung! —respondió con exasperación el mayor, anticipando y preparándose para el regaño de su mejor amigo.— Y le terminé contando a Bangchan y Felix hyung mis problemas porque no tenía con quién más hablar.

—¿Y yo qué era? ¿Un jodido adorno en casa? ¿De verdad alejarme fue lo mejor que se te ocurrió? Quise creer que extrañabas Busán o que alguna parte de ti aún estaba afectada por el matrimonio de nuestros hyungs, por eso te di tu espacio.

—Alejarte sí fue lo mejor que se me ocurrió, ¿okay? No quería involucrarte en mis asuntos, trataba de hacerte un favor.

—¡Soy tu mejor amigo, Soobin! Si quieres contarle algo a alguien, me lo dices a mí. Si te sientes triste, me lo dejas saber. Si hay algo molestándote, lo hablas conmigo. Por eso estoy aquí. —el menor sentía que se largaría a llorar. Saber que su mejor amigo había sufrido lo que él había pasado antes le estaba doliendo más de lo que podría imaginar.— No, al parecer Choi Soobin no me tiene la suficiente confianza para contarme algo tan grande. Ni siquiera cuando yo estoy involucrado.

Soobin se cubrió el rostro con las manos.

—Tú tampoco me dijiste que estabas enamorado de mí, te lo guardaste por años y nunca te reclame por ello.

—Porque estabas enamorado de alguien más y la ilusión de ese alguien, de una u otra forma, te mantuvo feliz. Yo no era quién para arruinarte eso. Precisamente porque pasé por lo mismo estoy molesto contigo ahora, no ser correspondido es un asco y me lo ocultaste.

—¿Estás molestándote conmigo por poner como prioridad lo que sientes, Huening Kai? ¿Por preocuparme por ti? —frunció el ceño con incredulidad el mayor.

El menor asintió casi de inmediato.

—¿Y no priorizarte a ti mismo? ¿Ocultarme algo tan importante? Por supuesto.

Soobin apretó sus labios, apartando la mirada por un minuto. No podía creer que Felix haya tenido razón ni que lo primero que su amigo hizo al enterarse de la verdad sería enojarse con él por la falta de "confianza".

—Bien, no me callaré a partir de ahora.

—¡Genial!

—Estoy enamorado de ti. —el corazón de Huening se detuvo, pero siguió actuando como si eso no causara tal efecto en él.

—Al fin me lo dices.

—Amo tu sonrisa y como pareces tener una galaxia en tu mirada. —Soobin dio un paso al frente, más cerca del menor.

—Increíble, gracias.

—Y amo todo de ti, incluso todo por lo que te quejas.

—Me alegra que estes desahogándote ahora. —Huening seguía en su puesto, observando al mayor.

—Y me gustaría poder tener la oportunidad de besarte.

Kai tragó saliva al darse cuenta de que Soobin estaba tan cerca de él que podían tocar el pecho del otro. No sabía que responder, no se refería a eso cuando le dijo a Soobin que le contara todo.

—Quiero besarte.

No respondió, Kai no podía hacer algo para mover sus labios y responder a eso. No sabía cómo, su cerebro había hecho cortocircuito, así que estuvo callado por varios segundos.

Pero Soobin estaba cada vez más cerca, casi rozando sus narices.

—Kai.

—¿Uhm?

—Perdóname.

—¿Por qué?

—Por besarte. —Soobin acunó la mejilla derecha de Kai con su mano, su pulgar acariciando con tanta delicadeza la piel de su mejilla que apenas se sentía. Sus ojos también parecían tener estrellas dentro ahora que el castaño los miraba de cerca.— Patéame después de esto si quieres.

Kai no supo rescatar exactamente cuándo, por qué, ni cómo pasó el resto de todo en cuanto presenció al mayor acercarse lentamente a su rostro, en especial cuando no tenía idea de que ocurría y estaba tan abrumado por la situación. El mundo se desconectó para él en el momento que los labios del mayor colisionaron con los suyos en aquel beso ya advertido por Soobin.

DIEZ MIL PALABRAS, ME MAME.

Editado: 29/06/22

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top