II
Intereses en común
"Dios, necesito brindarle a ese pequeño el mejor ángel de la guarda que esté disponible"
"Ella fue un alma buena que dedicó toda su vida a ayudar a los demás. Al final su único deseo lo dejó en tus manos"
Casi todos tenemos un ángel de la guarda, uno que nos es enviado desde el cielo poco después de nacer y que se queda con nosotros siempre.
El nos ve crecer, nos ve aprender, nos ve sentir, nos ve vivir y hasta nos ve fallecer.
Lamentablemente existe gente a la que nunca le llega este cierto compañero. Esto no es algo personal, es solo que el papeleo en el paraíso es agotador y muchas veces hay excepciones en dónde accidentalmente no se les es asignado uno a algunas personas. Izuku por supuesto no tendría ese problema.
Aunque él pequeño niño no lo sabía, una buena protección le había sido brindada poco después de venir al mundo, todo gracias a su madre a quién por desgracia nunca conoció.
¿La diferencia entre ángeles y arcángeles? Muy simple, el rango. Un arcángel era por mucho más poderoso que un ángel común.
También existen demasiados tipos de ángeles. En la tierra a algunos hasta se les llega a asemejar con el todopoderoso. Un buen ejemplo de lo anterior podría ser cupido, pues a pesar de que existen muchos ángeles con ese empleo, la verdad es que la mayoría de los humanos por alguna razón creen que se trata de un solo Dios del amor o algo parecido, y bueno, si bien no es así, no están tan equivocados del todo. Realmente esos seres son de los más poderosos a la par de los arcángeles. Y no es para menos, considerando que el amor es de la armas más poderosas en cualquiera de los planos.
Los famosos ángeles de la guarda igual juegan un papel importante aunque no demasiado como se les hace creer.
En sí, las personas pueden sobrevivir sin un compañero que los proteja, pueden vivir en paz sin un ángel de la guarda, no obstante, la gente que si tiene el privilegio de ser respaldada por uno es mucho menos propensa a sufrir.
Hacia años en la gran sala celestial uno de los siete arcángeles de Dios le pedía a este mismo un inmenso favor.
Rafael, el protector de los viajeros, de la salud y del noviazgo le explicaba a su jefe sobre sus sentimientos por cierta humana quien acababa de fallecer.
Después de que el todopoderoso terminó de escuchar al menor y su petición, este aceptó benévolo su pedido y le otorgó el permiso que tanto imploraba.
Así fue como aproximadamente dieciocho años atrás, el mismísimo Dios personalmente se encargó de seleccionar al angel de la guarda que sería el protector de Izuku.
•
Cierto pequeño de cinco años se cuestionaba observando la ventana del edificio gris lleno de niños como el, si alguien estaría a su lado en un futuro.
Un pensamiento triste proviniendo de un infante.
Izuku Midoriya - nombre que le fue puesto por su madre antes de fallecer - vivía en un orfanato junto a sus respectivos compañeros, niños que al igual que él carecían de padres.
El era un pequeño precioso, un crío de grandes ojos esmeralda que siempre siempre siempre irradiaban esperanzados, llenos por completo de una bellísima luz celestial. Tenía una divina cabellera rizada del mismo tono verde, suave y sedosa. Su piel era blanca similar a la porcelana de una muñeca en vitrina y en ella yacía una constelación de pequeñas pecas negras y sepias esparcidas por todo su lindo rostro.
Desde que el chico tenía memoria había vivido en ese lugar, no conocía nada fuera de el, por lo que su sorpresa fue grande cuando la señora que se hacía cargo de los infantes en el orfanato le explicó que una familia lo había adoptado.
El no sabía bien a que se refería en ese entonces, pero el día de la supuesta adopción llegó y al hacerlo Izuku quedó completamente fascinado tras conocer a las personas que serían sus nuevos compañeros de vida, especialmente con quién parecía ser su nuevo mejor amigo.
Un niño al igual que el, rubio, de su misma edad. Un pequeño bastante simpático, risueño y sobre todo enérgico.
Desde la primer conversación que ambos tuvieron a la corta edad de cinco años se dieron cuenta que serían inseparables por el resto de sus vidas.
— Oye ¿Cómo te llamas? — preguntó con sus ojitos dorados llenos de curiosidad el hermano adoptivo del pecoso.
— Izuku.. — respondió en un tono bastante bajo. Le era extraño interactuar con niños que no estuvieran con él en el orfanato.
— Que chistoso nombre, suena genial — le aseguró el rubio con una sonrisa. — ¡Me encanta!
— ¡N-no es chistoso!
— ¡Claro que si lo es!
— ¿Ah si? ¿Y tu cómo te llamas?
— Yo soy Denki, mi mami dice que es un nombre de niño grande.
— ¿Tú... mami?
— Si, bueno.. ella me explicó que va a ser mami de los dos desde ahora, así que creo que suena mejor nuestra mami.
— ¿Nuestra... nuestra mami?
— Si, hoy vendrás a casa con nosotros, eso también es muy genial ¿Verdad quesi?
— ¿Y cuánto tiempo estaré ahí? ¿Es un lugar bonito o se parece aquí?
— No no, te va a gustar mucho. Mi casita es bastante bonita y mis... quiero decir.. nuestros papis te van a cuidar muy bien como a mi.
— ¿Lo dices en serio?
— Te lo prometo... y sobre cuánto tiempo estarás con nosotros.. la verdad es que no lo sé. Mamá no me ha dicho nada sobre eso, pero espero que sea muchísimo porque tú nombre en verdad es chistoso y yo quiero que mi hermano tenga nombre chistoso.
— ¡Ya te dije que no es chistoso!
— ¡Si lo es!
— Pues Denki suena a nombre de niña.
— ¿QUEEEEE?
El rubio y el de cabello verde se la pasaron soltando risa tras risa después de aquella intensa conversación a sus cinco años, desconociendo el hecho de que se convertiría en algo que rutinariamente seguirían haciendo hasta ser mayores.
Como su hermano adoptivo dijo, la nueva familia de Izuku lo cuidó muy bien.
Ellos le brindaron todo lo necesario para llevar una vida plena y feliz, inclusive fueron capaces de otorgarle ciertos privilegios debido a que eran personas que no carecían de nada, gente con una muy buena posición económica.
Los años pasaron y el pecoso creció siempre bajo mucho amor y buenos tratos. Terminó por convertirse en alguien sumamente inteligente y lindo, un infante que pasó a ser un niño y después un niño que pasó a ser un adolescente.
Midoriya Izuku a la edad de dieciocho ya era todo un chico hecho y derecho, alguien que irradiaba a leguas amor y felicidad ya que aunque él no lo sabía, al igual que solía suceder con su madre todas las personas que lo conocían quedaban cautivadas por el.
— Que suerte ¿No crees? — preguntó alguien que los observaba desde arriba, allá en el cielo.
— Si. Me alegra que hasta ahora haya tenido una vida tan buena — respondió aquel ángel quien admiraba a Izuku como si de oro se tratara.
— Oye, Shoto ¿Alguna vez te has arrepentido de haber sido asignado a ese chico?
— Ni un solo día.
— EN EL INFIERNO —
Así como el rey del paraíso se reunía con sus arcángeles, Lucifer lo hacía con los más poderosos ángeles caídos presentes en el vasto averno.
Un ángel caído era aquel que había sido expulsado del cielo por desobedecer o rebelarse contra los mandatos de Dios, ellos habían sido expulsados desde arriba.
Con los que Satanás frecuentaba más solían ser los de mayor rango existentes en el plano.. o también conocidos más vulgarmente como sus compañeros de copas.
— ¿Y bien? — preguntó Kesabel mientras un sirviente le ofrecía más vino.
— Yo quiero enviar a uno de mis siervos, permítanme hacerlo y les prometo que hará un trabajo exquisito — respondió Yekun.
— Pues yo también quiero enviar a uno de los míos, de hecho, creo que están mucho más capacitados para la tarea — refutó Grigori.
— ¿La tarea? Por favor, no es tan difícil. Solo es corromper la pobre alma de un joven. No entiendo por qué le dan tanta importancia.
— ¿Recuerdas a Hisashi?
— ¿Quién diablos es ese?
— Hisashi, el hechicero que acabó con la mujer fastidiosa — agregó Tamiel.
— Si te refieres a una sola mujer como "fastidiosa" creo que tendrás que ser mucho más específico para que pueda recordarla.
Los Ángeles caídos rieron ante aquel chiste.
Mientras ellos esbozaban carcajadas, el gran líder se hizo presente uniéndoseles en la reunión. Acto seguido todos guardaron absoluto silencio al verlo entrar acompañado de algunos cuantos demonios.
— ¿De que hablaban? ¿Cuál mujer? — preguntó Satanás fundiéndose en la conversación.
— No era nadie, solo una bruja blanca que falleció hace unos años. Nos traía muchos problemas con eso de que se la pasaba promulgando por todos lados la bondad.
— Ah, esa mujer fastidiosa — soltó Belial.
— ¿Qué hay con ella?
— Hisashi, un enviado de nosotros apostó con un demonio a que la corrompería.
— ¿Y lo logró?
— Nah, el idiota lo intentó pero al parecer la chica era bastante buena.
— ¿Y entonces? ¿Eso es todo?
— Pues... no pudo corromperla, pero al final si que la destruyó — agregó Yekun. — El le engendró un bebé podrido esperando que así su alma se agrietara, pero por desgracia no funcionó. Ella le dió toda su energía vital a ese mocoso creciente en su vientre y al final nació sano y fuerte, aunque bueno, ella si falleció al dar a luz — explicó entre sonrisas.
— ¿Tanto alboroto por eso? — Lucifer se estaba impacientando pues no comprendía el punto de la conversación.
— Mi señor, lo que sucede es que el hijo que tuvo esa mujer junto a Hisashi es un excelente prospecto.
— ¿Cómo dices? — los ojos del Rey del infierno adquirieron un nuevo brillo ante eso último. La conversación de pronto pareció ser de su interés.
— Así es, si aquel chico en dos años más cumple veinte y los del otro lado se nos adelantan.. bueno, lo más probable es que quede sirviendo a Dios. Peeero si nosotros somos los que nos adelantamos, en dos años o menos él podría quedar sirviendo completa y absolutamente a usted, mi amo Lucifer.
Cuando uno es bebé se supone que nace con cierto pecado el cuál se nos ha sido heredado.
Tenemos que ser bautizados para que así no carguemos más con el, no obstante, una vez que cumples los veinte años de edad humana el contrato que viene siendo el bautizo queda completamente anulado hasta que se vuelva a realizar uno nuevo. Esto es debido a que con el paso del tiempo, desde que eres bebé hasta la adultez tu alma se vuelve a "descomponer" por decirlo de alguna manera.
Cuando eres bebé te absuelven de ese pecado con el que has nacido, cuando cumples los veinte debes buscar de nuevo ser absuelto pero ahora por lo que sea que hayas adquirido, esto por decisión propia.
Es un dato que la mayoría de las personas en la tierra desconocen.
Se supone que después de los veinte y sin tener un bautizo que te asegure, tu alma es mucho más fácil de ser corrupta por un demonio o en su defecto un ángel caído.
Izuku al ser el producto de una fuerte bruja blanca y un poderoso hechicero de magia negra, puede servir a cualquier deidad sin ningún problema. Al ser este el caso, el de ojos verdes se convierte en un gran prospecto de sirviente o compañero en cualquiera de los dos planos, uno verdaderamente poderoso.
— ¿Quieres decir que...
— Así es, amo. Podríamos ganarles en esto a los idiotas de allá arriba. Solo necesitamos enviar a alguno de nuestros siervos para corromper al mocoso.
— ¡Haberlo dicho antes!, ¡Grigori! — el Dios del averno llamó a cierto ángel caído.
— Dígame, señor.
— Tu te encargarás de esto. Quiero que envíes a uno de tus mejores siervos hacia aquel chico con la tarea de pervertir su alma.
— Como usted ordene.
— Ahora que sé que ellos lo quieren de su lado.. pues yo lo quiero aún más — agregó.
— Si, amo, déjeselo a Grigori. Escuché que sus siervos son muy buenos en las misiones de corrupción.
— Los míos podrían hacerlo mejor — habló Kesabel mientras que Yekun reprimía fuertemente las ganas de arrancarse la lengua con los dientes. Desde el inicio el ansiaba enviar a los suyos hacia la tarea, pero para su mala suerte quien había dictado la orden había sido el mismísimo Satanás.
Si el Rey del infierno era quien lo pedía, entonces ni Yekun ni nadie podía alegar ante ello.
Sería así Grigori quien se encargaría de todo.
El gran ángel caído sabía perfectamente a que discípulo enviar, de hecho en su mente solo resonaba el nombre de cierto siervo quién podía completar fácil la misión, aquel siervo el cuál era de sus mayores guerreros, parte de su orgullo..
Katsuki.
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