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Jungkook entró al cuarto de Yoongi con un lubricante en la mano y un gel muscular haciendo que su hermano lo vea curioso.

El rubio estaba de rodillas en su cama, dandole la espalda a las almohadas y viendo atento al mayor que se quitaba la camiseta frente a él.

-Si quieres para, dame tres golpecitos rápidos para saber ¿Si?- Preguntó viendo al menor asentir. -Si quieres más, jalame el cabello- Yoongi volvió a asentir. -Intentaré ser lo más gentil posible-

Yoongi no estaba demasiado asustado, no sería la primera vez que algo entraba en él, pero definitivamente el consolador que Jimin le regaló para su cumpleaños, no era lo mismo que la polla de su hermano.

Jungkook dejó caer sus pantalones al suelo y se puso de rodillas frente a él, pasando las manos por su cadera para subir su camiseta con cuidado y acariciando su piel con la yema de sus dedos.

El rubio se dejó hacer, acabando acostado en los pies de su cama, con las piernas separadas y desnudo por completo ante el mayor.

Sintió las temblorosas manos de Jungkook acariciando sus muslos y sonrió enternecido, sentándose frente a él para acariciar su rostro con cariño.

-Tranquilo- Dijo con una sonrisa de amor. -Confío en ti-

El azabache asintió y se inclinó para volver a unir sus labios como tantas otras veces lo habían hecho, haciendo que vuelva a acostarse y dejándolo acomodarse entre sus piernas.

El miembro cada vez más duro del mayor, se clavó en su trasero haciéndolo suspirar y rodear su espalda con sus manos, acariciando sus omóplatos con sus dedos curioso mientras sus lenguas danzaban en sus bocas.

Jungkook simuló lentas embestidas, haciéndolos a ambos jadear de placer mientras sus manos se escabullian en busca del lubricante.

Embarró sus dedos en este, sin detener el beso más que para respirar y volver a unirse, sintiendo las finas piernas de Yoongi rodeando su cadera, y el miembro duro contra su vientre.

Se separó, cortando el beso pese a su deseo de morir besando los suaves labios de su mellizo. Se arrodilló entre sus piernas, con las mejillas rosas y la respiración agitada al igual que el menor, y llevó sus dedos empapados en el gel transparente a la entrada del rubio.

Acarició el anillo rosado antes de adentrar lentamente un dígito, suspirando a la vez que su hermano, antes de comenzar a embestirlo lentamente.

Yoongi cerró los ojos, jadeando y soltando suspiros gustoso, sintiendo como el dedo acariciaba sus paredes internas y rozaba su próstata con cada empuje.

Jungkook mordió su labio inferior cuando adentró el tercer dedo. Estaba ansioso y asustado. Quería hacerle el amor a su mellizo desde hacía años, pero temía ser demasiado brusco con él o dejarse llevar y no tener suficiente cuidado.

El tercer dedo se dedicó a golpear su próstata mientras los otros dos estiraban su entrada.
Yoongi arqueó su espalda y apretó las sábanas bajo él mientras se forzaba a mantener las piernas separadas y respirar tranquilo.

-Yoon- Susurró el azabache acariciando su miembro con la mano libre. -¿Ya estás listo?-

El rubio asintió rápidamente, lo necesitaba dentro de una vez, abrazarlo y besarlo hasta fundirse con él como tanto había esperado.

Jungkook quitó los dedos de él para poder arrojar sus boxers a un lado de una buena vez, para acomodarse entre sus piernas y tomar su miembro.

Yoongi cerró los ojos cuando el glande rozó su entrada, pero la mano en su mejilla acarició su rostro con amor haciéndolo abrirlos nuevamente.

-Mirame, por favor- Susurró el mayor.

Entró en él lenta y suavemente, con todo el amor que le tenía acumulado en un profundo movimiento. 

Se besaron con cuidado, casi sin lujuria entre ellos, solo con cariño y una necesidad de estar juntos innegablemente.

Se separaron con una sonrisa cuando el miembro de Jungkook estaba dentro por completo.

Yoongi acarició sus mejillas con ternura y asintió para darle a entender que podía moverse.
Su hermano dejó un corto beso antes de comenzar, guiando un vaivén lento y profundo.

Tomó al rubio de la cintura con una mano, apoyando la otra a la altura de las hebras casi blancas bajo él,  sintiendo las manos del menor tomarlo de la nuca y la espalda para acercarlo a él.

Los gruñidos y jadeos fueron apoderandose de la habitación, pero lentamente fueron eclipsados por el sonido de la cama golpeando contra la pared y de sus pieles entre embestidas cada vez más rápidas.

Yoongi clavó sus uñas en la espalda ajena, pegando su pecho al del mayor y rodeando su cadera con sus piernas.

Sentía el calor extenderse por su cuerpo, espasmos de placer en sus muslos y su interior contraerse por cada empuje certero directo a su punto.

Besó los labios del azabache, fundiéndose con él entre embestidas y caricias calientes, cada vez más llenas de lujuria y necesidad.

El rubio subió las manos hasta el cabello azabache para jalarlo, logrando que Jungkook pase sus manos hasta sus hombros para subir la velocidad de los empujes.

Yoongi abrió los ojos sorprendido de poder sentir todas aquellas sensaciones en su cuerpo y cortó el beso para poder arquear su cuello y espalda por las descargas eléctricas que pasaban por su cuerpo. 

Y entonces lo vio, el cielo pintado en su pared.

Los besos de su hermano en el cuello y una de sus manos tomando su cabeza.
Nunca en su vida se había sentido tan bien, tan lleno, tan completo.

Jungkook lo estaba llevando al cielo tal y como él soñaba, no necesitaba de nada más, solo a su hermano.

Alzó la vista del cielo en su pared, a la galaxia en los ojos de su hermano y lo jaló para besarlo, empujando su cuerpo bajo él para comenzar a saltar y sentirlo aún más profundo.

Jungkook vió el fino cuerpo ajeno sobre él y  respiró pesado, tomándolo de la cadera para comenzar a sincronizar sus movimientos con los ajenos, y viendo como Yoongi soltaba gemidos amortiguados con la vista fija en él.

-Me vengo-

Él azabache parpadeó un par de veces intentando procesar las señas entre tanta excitación, pero cuando vio la mano del rubio tomar su miembro, entendió.

-Yoongi- Gruñó llevando sus manos al trasero ajeno. -¿Puedo correrme dentro?-

El menor asintió rápidamente, posando su mano en el pecho ajeno mientras la otra subía y bajaba rápidamente por su mano.

Los espasmos fueron subiendo la constancia, las contracciones se hicieron más fuertes y la electricidad golpeó sus cuerpos hasta que el semen salió de ellos.

Yoongi soltó un gruñido gutural manchando el pecho de su hermano cuando sintió el calor expandirse en su interior viendo a Jungkook jadear bajo él.

Cayó agotado a su lado, viendo de reojo a su mellizo viendo al techo con una sonrisa boba antes de girarse para verse a los ojos.

Se besaron superficialmente y en silencio, solo acompañados de suspiros y respiración agitadas entre risitas suaves.

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