𝚎𝚙𝚒́𝚕𝚘𝚐𝚘

El aire fresco pegaba contra mis mejillas mientras pedaleaba gustosa por aquél camino de terracería. Había pasado mucho tiempo desde mi última visita a este lugar. Todavía podía ver reflejado nuestro amor, nuestra alegría en los largos espacios llenos de pasto y pequeñas flores que apenas comenzaban a asomarse. Todo a mi alrededor gritaba su nombre.

Me gustaría sentarme y soñar con un milagro perfecto. Tomar las estrellas y alinearlas para deletrear "Cariño, te amo" y poco a poco ver todo hacerse realidad

Crucé el pequeño puente y dejé caer la bicicleta justo a lado de aquel árbol junto al lago. Me apresuré luego a sacar la pequeña manta de mi mochila para alzarla por los aires y dejarla caer despacio sobre el suave pasto. Una vez extendida, me senté cómoda sobre ella. Saqué también la galleta de helado con forma de pez que solía comer todos los fines de semana con Tae.

Me gustaría atrapar el viento y hacer que te llevara todos mis besos. Enseñar a todos los pajarillos cada canción de amor que conozco, para luego hacerlos volar y cantarlas para ti.

Él era el propósito de mi visita. Comí despacio disfrutando su peculiar sabor que me traía tan buenos recuerdos, como aquellas veces en que Tae me traía a su lugar favorito. Volví a sentir aquella sensación que me provocaba compartir momentos tan perfectos, tan íntimos con él. La forma en que poco a poco me daba cuenta que era capaz de entender su lenguaje. 

Me gustaría sentarme y soñar con un milagro perfecto. Porque cada vez que cierro los ojos, solo sueño contigo. No hay nadie que pueda tirarme de mi nube porque te amo cariño.

Me levanté y me recargué en el tronco de aquel árbol y disfruté de la vista mientras dirigía mis pensamientos a Tae, el amor de mi vida. Tiempo atrás había prometido dejarle ir y poco a poco me había preparado para este momento.

Porque eres el único chico que he conocido que es honesto y verdadero. Me encantaría establecerme y vivir contigo en una casita en la colina.

Saqué del bolsillo de mi suéter una hojita doblada en cuatro partes, en donde la noche anterior había escrito una carta para Tae.



Para la persona que amé demasiado, para el hilo rojo de mi destino:

Prometí que cuando me acostumbrara a una vida sin ti, esa sería la única manera de dejarte ir. Pero ahora soy consiente de que la vida sin ti jamás podría ser algo a lo que acostumbrarse.

Ahora sé que no puedo vivir atrapada en el pasado, pero también sé que soltarte no me impide seguir recordándote con ilusión cada que pronuncio tu nombre. 

Tantas veces pensé en lo mucho que me habría gustado retroceder en el tiempo y volver a empezar...  pero la manecilla del reloj que permanecía congelada ahora avanza a paso agigantado dejándolo todo atrás. Y me lleva consigo. 

¿Sabes que lo lamento mucho, verdad? Me habría gustado haber hecho las cosas de una forma distinta aquél día, una parte de mí siente que de ser así, aún estarías conmigo. Pero no puedo cambiar nada, y es tiempo de aceptarlo. Así como debo aceptar que nuestros caminos se han separado por ahora. 

La vida sin ti sigue siendo muy difícil, pero no tenemos otra opción. Es el momento, tengo que levantarme y continuar. Estoy segura de que te encontraré alrededor, después de todo, todos estamos hechos de polvo de estrellas, ¿no? 

Es difícil ya no verte, pero algo dentro de mí me hace estar segura de que tal como lo prometiste, nos encontraremos en la siguiente vida y en la próxima después de esa. Sé que me encontrarás, y entonces el tiempo estará de nuestro lado esta vez. Mientras tanto, no olvides el color del cielo que vimos juntos, ni la esencia de tu lugar favorito en el mundo. Yo no lo haré. 

Por ahora, estoy lista para soltar tu mano. Necesito dejarte ir.

Gracias por el tiempo que estuviste a mi lado. En un tiempo tan corto estuve llena de más amor del que pude haber imaginado en toda mi vida. Te amo y te amaré siempre. 

Por siempre tuya, Tashi. Tu cielo 






Besé aquella hoja tratando de descargar todo mi corazón en ella y entonces, levantando mi mano al aire; la solté. Pude ver cómo volaba al ritmo del viento y se alejaba de mí cada vez más.

Dejé escapar un suspiro y  me senté de nuevo en el suelo —mis dedos acariciaban el pasto—. Quité con cuidado el collar que colgaba en mi cuello con aquel bello anillo que me unia a Tae, quité de mi dedo anular el otro par de anillos que el amor de mi vida había usado para comprometer su vida a la mía. Extrañaba a Tae, y había tardado en comprender que al final, aunque era cierto que nos había hecho falta tiempo para seguir disfrutando la vida juntos, habíamos vivido al máximo cada día, amándonos cada momento.

Había tenido la oportunidad de despedirme de él días atrás, de tenerle frente a mí aunque aquella experiencia careciera de toda explicación lógica, pero no me importaba en absoluto. Aquel momento me había ayudado a aceptar la idea de que era tiempo de dejarlo ir, tal como se lo había prometido aquella noche en el puente del río Han. 

Tomé los anillos y los dejé caer en el pequeño agujero que había hecho en la tierra, para después enterrarlos tapándolos con más tierra. Era el fin del ciclo, al menos en esta vida. Esperaba ansiosa poder hallar su corazón en la siguiente.

Había entendido por fin que dejar ir no significaba olvidar. Y que tenerlo presente no implicaba ser infeliz porque él ya no estaba. Que podía recordarle sin llorar y eso no significaría que había dejado de amarle. Honraría su memoria haciendo que cada día de mi vida valiera la pena.

Un ambiente de paz me rodeaba. La última vez que había estado ahí con Tae había sido el más feliz de mi vida y estaba segura que de la de Tae también. Lo tomé como una señal; habrían mas días como esos en el tiempo que aún me restaba.

—Adiós, Tae— susurré con la complicidad de aquella primera vez en la que ambos hablábamos pareciendo uno solo con la tranquilidad que emanaba del lugar —Nos vemos pronto. Te amo.

 Cariño, lo siento, no voy a poder verte de nuevo 

Mi mente es un desastre y te necesito  

Pero cariño, es tiempo de decir adiós

ººº

UN AÑO DESPUÉS

ººº

Había decidido que había cambios obligados en mi vida. Me mudé de casa y dejé de inmediato mi trabajo en la editorial. No era una sorpresa para mí lo mucho que la vida podía cambiar en tan poco tiempo. Para nosotros no había sido la excepción. Habíamos decidido recordar y honrar a Tae a través de vivir nuestras vidas en plenitud.

Jimin y Yeji esperaban a su segundo hijo, además, Jimin había retomado su profesión y estaba por inaugurar un "Hospital para mascotas" en Busan. Yoongi por su parte, se había mudado a Seúl con Yeonjun (quien había seguido los pasos de Tae y estaba por graduarse como médico veterinario), juntos habían hecho crecer la asociación de Rescate para Animales Abandonados, el apoyo y conciencia de la sociedad había crecido notablemente, cada vez llegaban más voluntarios y patrocinadores. Namjoon tenía pocos meses de haberse casado, junto a su esposa ofrecían su apoyo en una pequeña comunidad al sur de Indonesia, a menudo nos compartía fotografías de los hermosos paisajes que se encontraba en sus caminatas. Hoseok había sido seleccionado por el gobierno como uno de los jóvenes influyentes del año, gracias a su iniciativa el índice había aumentado en las cifras de adolescentes que terminaban el ciclo escolar, desde entonces se buscaba que su visión abarcara más distritos. 

No había vuelto a ver a Seokjin desde aquella noche en la azotea del edificio, pero Jungkook me había buscado días después para hacerme saber que él y su hermano esclarecerían los hechos, aún sabiendo que aquello implicaba perder su libertad. 

—Prefiero esta libertad —me dijo, con una sonrisa sincera y tocándose el pecho, cuando le pregunté por qué habían decidido hacerlo. 

Sentí que debía recordarle que la mejor forma de compensarlo no era encerrado, sino haciendo el bien como alguna vez alguien lo había hecho por él. 

Recibí tiempo después una carta suya, en ella me decía que había decidido estudiar leyes, pues su deseo era luchar por justicia para los desamparados. También supe por las noticias que el señor Kim se enfrentaba a fuertes cargos a la ley, supuse que Seokjin se había cansado de quedarse callado.

Por mi parte, me había tomado las cosas con calma. Después de recibir la visita de mi padre, había comenzado la búsqueda de un nuevo empleo. En mis ratos libres me dedicaba a escribir. Hacía años lo había dejado, pero ahora con el tiempo extra que tenía y la inspiración de mi tierno amor, había terminado en tiempo record una novela completa. En ella contaba mi historia con Tae, pero con el final que me habría gustado vivir. Me sorprendió como las cosas a mi alrededor habían fluido. Terminé publicando aquella historia que a los pocos meses se había convertido en un Best Seller.

El tren que esperaba llegó.

Me apresuré a entrar. Tenía una cita para entregar el borrador de mi cuento infantil "Good Night, Winter Bear", también lo había terminado. Necesitaba aclararles que mi nombre debía ir en la portada con letras amarillas. 

Avancé por inercia a mi ya conocido y cómodo lugar en el tren, me tomé del barandal y levanté la vista sin pensar, mirando hacia el lugar donde Tae siempre estaba. Lo que vi me hizo sonreír estúpidamente debido a la ironía de aquella situación. No había nadie ahí mas que el enorme póster pegado de un nuevo drama que saldría en emisión. Meses atrás había firmado con una televisora los derechos para que adaptaran mi novela a la pantalla chica y estaba por salir al aire.

Estaba agradecida con la vida, con aquel vagón, con el auto descompuesto de Tae que le había obligado a usar el tren y encontrarme ahí. Amaba mi vida, amaba a Taehyung, amaba a las personas que se habían convertido en mi familia. 

Y aunque la historia de mi vida no había tenido el mejor final con Tae, esperaría con paciencia.

La otra vida y la siguiente, siempre guardaría para él ese lado de la cama.







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Se acabó. Gracias por acompañarme hasta aquí, gracias por su paciencia 

Ha sido un largo pero bonito camino. He disfrutado un montón volver a meter mano en esta historia. Para quienes ya habían leído su primera versión, espero que hayan disfrutado tanto como yo estos momentos con Tashi y Tae que nos merecíamos.  

Esta es la primer historia que escribí y es muy satisfactorio verla revisada y terminada.

Espero con ansias encontrarnos en mis futuras historias. ¡Ha sido un verdadero placer!

MUCHAAAAS GRACIAS♥

P.S: Quité de allá arriba la foto que puse desde la primera vez que publiqué esta historia, pero me gustaría conservarla. Se supone que es el póster que Tashi ve en el tren. Se los dejo acá: 



P.S 2: Les dejo la portada del cuento infantil de Tashi. En el libro, Tashi busca ayudar a los pequeños a entender la pérdida de una persona que amamos. 

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