Decisiones
Las luces de las farolas alumbraban la calle concurrida a mitad de la noche, habia gente pasando entre ellos sin intenciones de prestar atención o de tener responsabilidad en sus acciones al tropezar o colisionar entre ellos. Entre el gentio de personas estaba un joven de 15 años posado contra un poste de luz, sus vestimentas provocativas y su peluca castaña bien cuidada le daba una apariencia engañosa a simple vista, sus ojos estaban posados en el teléfono que portaba en sus manos, le habia llegado un mensaje desde el teléfono de su hermana preguntando sobre como le iba en su trabajo, la pobre creia que su hermano trabajaba en una gasolinera, cuando la realidad era que se prostituia bajo el nombre de Elizabeth Darse.
¿Terminaste tu turno?
Aun estoy trabajando, debo atender a un último cliente y me voy.
De acuerdo, cuidate bro.
Igualmente.
Guardó su teléfono en su bolso y dirigió su vista al frente observando a la gente pasar, sabia diferenciar a los casados de los casanova, y a los ingenuos de los delincuentes, algo le indicaba quienes eran perfectos y quienes no eran sus rasgos, palabreria o algún objeto, hace poco vió a un joven como de 20, tenia traje, uno bien cuidado, llevaba una maleta que posiblemente tenia papeles importantes, un ejecutivo o tal vez un abogado, perfecta víctima, de no ser por el olor que desprendia su maleta, no llevaba papeles, llevaba cocaina, un traficante, Dipper no se involucraria con un traficante, primero que lo descubran antes de intoxicarse con narcóticos.
Otra víctima. Esta vez se trataba de un hombre joven, posiblemente de 20 años, cabellos castaños y de piel de tonos canela, muy hermoso, ojos verdes y vestimenta casual, se le notaba que estaba empezando su vida independiente, llevaba su billetera, posiblemente con dinero suficiente para llevar a casa antes de la media noche, puse mi mejor cara y comencé el juego. Nada fuera de lo común, era un principiante que nunca antes habia intentado el sexo con una mujer, en este caso, un hombre que se cree travestí, no fue difícil convencerlo, me llevó en su auto a su casa para hacerlo, al parecer no tenia dinero en su cartera como pensé, solo resivos viejos, mejor así, tal vez logre conseguir más dinero de esto.
Al levantar la mirada se encontró con que lo llevaba a su casa, y efectivamente se estacionó frente a ella, el joven con la peluca volteo con una mirada neutra hacia su acompañante notando que era su guardian, habia caido en sus ilusiones otra vez.
-¿Qué carajos haces Bill? Se suponia que me buscarias a la una de la mañana – Refunfuñó el joven quitandose la peluca mientras miraba fijamente al rubio que estaba al volante.
-¿Y dejar que mi pobre gatito rebelde se mantuviera más tiempo dentro de la jaula de los lobos? Niño, eres muy joven para estar a altas horas de la noche en una calle donde podrian matarte sin mirar tu cadaver – Dijo seriamente el demonio de rubios cabellos que miraba al joven castaño.
-Puedo cuidarme solo Bill, no necesito que seas mi niñera.
-Soy tu guardian Mason, y desearia que entendieras que lo hago por tu bien – Respondió el demonio manteniendo su carácter serio ante el joven.
-A veces desearia que desaparecieras y me dejaras en paz – Molesto salió del auto adentrandose a la residencia vacia, su hermana llegaria a casa dentro de una hora mas o menos, tendria tiempo de cambiarse y hacer algo de cenar.
El demonio dentro del auto estaba decepcionado, a veces se cuestionaba lo que pudo haberle pasado a ese joven soñador que cuidaba en su juventud, era mejor entrar y olvidar el pasado, no es como si le sirviera recordar esos años jovenes que tenia él con su protegido, Mason.
Hace años, cuando los gemelos Pines nacieron se les asignaron guardianes para el resto de su vida, incluso despues de muertos, Mason Pines, conocido como Dipper seria cuidado por Bill Cipher, su hermana Mabel Pines seria cuidada por Tad Strange, quien a estado muy al pendiente de ella como si fuera su madre. Ambos demonios cuidaban a sus protegidos bajo el mismo techo sin necesidad de hablar entre ellos, solo hablaban cuando habia algún problema que involucrara a ambos protegidos, incluso a veces jugaban el papel de padre y madre de los gemelos. Los pequeños castaños habian nacido en un hospital de Piedmont, California donde hubo un tiroteo que mató a su madre y padre dejandolos solos a cargo de sus guardianes, normalmente los protegidos eran cuidados por sus guardianes a la edad de 13 años cuando llegaban a la pubertad y sus padres se iban para dejarles el cuidado a ellos, sin embargo con los Pines fue distinto, sus tíos no podian cuidarlos por cuestiones legales, por lo tanto sus guardianes tuvieron que cuidarlos desde muy pequeños, convirtiendose automáticamente en sus figuras paternas al no tener una madre y un padre biológicos, practicamente los adoptaron desde que nacieron.
Todo habia sido hermoso desde siempre entre los demonios y los menores, pero cuando los jovenes llegaron a la edad de 14 años empezaron a desear más independencia, los demonios al estar ligados con sus protegidos no podian simplemente dejarlos así como así, ya que no tenian permitido dejarlos solos, podian hacerse invisibles a la vista de la gente pero no podian dejarlos solos, aunque eso no les negaba el poder dejarlos ir al trabajo solos o el estar en fiestas hasta altas horas, los guardianes eran el reemplazo de los padres a esa edad. Algo que Dipper odiaba con toda el alma.
El joven, que en este momento estaba tomando un baño, estaba arto de como lo trataba su guardian, él deseaba más libertad pero su guardian no le dejaba estar hasta altas horas de la noche en la calle, supuestamente por que se preocupaba por él, Dipper pensaba que solo se preocupaba por que era parte de su trabajo, y aunque Bill si se preocupaba realmente por él, Mason no lo veia así. Su hermana no tenia ese problema, ella estaba feliz con su vida y no se quejaba con sus cuidados, hasta admitia que se divertia al estar con Tad, algo que Mason solia envidiar.
-¿Vas a querer algo ligero o deseas cenar otra cosa? – Preguntó el rubio desde la cocina al adolescente que permanecia con los audífonos puestos.
-Quisiera algo ligero, una ensalada de pollo estaria bien. – Respondió de manera neutral.
-Se que sigues molesto, pero al menos deberias ponerte algo desente, tu hermana y Tad están en camino – Argumentó el guardian mientras preparaba lo pedido por el castaño.
-¿Y que? – Contestó dando poco interes en lo antes dicho.
Cabe decir que el castaño aspirante a prostituto travestí llevaba un short corto y un camisón blanco que le quedaba muy grande, incluso le colgaba de los hombros, llevaba unas pantuflas azules y tenia su cabello revuelto, muy casual de hecho. El plan del demonio rubio era que los gemelos se reencontraran en la casa del castaño, esto porque habian pasado dos años desde que Mabel habia sido inscrita en una academia de diseño y modelaje, Tad habia ido con ella por seguridad dejando a Mason y a su guardian solos, algo que por razones obvias los cambió bastante, refiriendome a los gemelos Pines.
La aspirante a diseñadora no podia estar más contenta de volver a ver a su gemelo, tenia mucho que contarle a su adorable hermanito.
-¿No te emociona volver a verlos, Tad? – Preguntó la joven en el taxi en donde estaban.
-P-pues si, de hecho, extraño un poco a Bill. – Dijo el demonio de cabellos azules que cubrian sus ojos.
-¡Seguro estaran muy felices de verte!
-Señorita Pines, no deberia gritar tan alto – Reprochó, o eso intento, el demonio hacia su protegida.
-Nada de 'señorita' Tad, acordamos que no me llamarias así. – Señalo la joven con un puchero, se le notaba lo infantíl que aun era.
-Disculpa Mabel.
La relación entre Mabel y su guardian era totalmente normal, ambos se querian como padre e hija, tenian peleas, que sobre pasaban lo cómico, y solian conversar todo el tiempo, aunque siempre era la femina quien comenzaba las conversaciones entre ellos.
Cabe destacar la gran diferencia entre ambas relaciones.
La puerta de la residencia Pines es abierta dejando a la vista a una morena de cabellos castaños con un hermoso sueter crema y un pantalón de jean con unas botas de cuero marron con agujetas cruzadas hasta el final, un conjunto muy caro. Junto a la femina estaba Tad con su típico traje, algo curioso de los guardianes es que estos no tienen la necesidad de cambiarse o si acaso tienen alguna necesidad humana, algo que a muchos se les hace usual y a otros algo muy curioso. El gemelo no habia tomado la desición de cambiarse solo se mantuvo en el sofá hasta que escuchó a su hermana llegar. Durante la cena las cosas no estaban tan tensas, si habia tensión entre el demonio amarillo y su protegido pero eso no impedia la amena conversación entre él y su hermana, los demonios igual hablaban entre ellos con su propio idioma para evitar involucrarse con sus protegidos, le debian el espacio siendo sinceros.
-Entonces ¿Por qué te molesta que Bill cuide de ti? – Cuestionó la joven castaña, hace poco habian terminado de comer y se habian trasladado a la habitación del castaño para tener más privacidad.
-Mabel, sabes muy bien porque me molesta, odio que me trate como si aun tuviera 9 años. – Argumentó el joven recostado contra su sillón – Desearia que se fuera de mi vida, es muy molesto.
-¡No digas eso hermanito! Sabes muy bien las consecuencias de pedir tus anelos más oscuros en voz alta.
-Sabes muy bien que eso es un mito, Mabel. – Gruño – Además, no me importa si lo digo en voz alta, ya estoy por cumplir 15 años, lo que más deseo es que se vaya.
-Por eso lo digo Dip-Dop, no puedes desear eso tan rápido sin pensarlo antes, es muy peligroso.
-No me importa.
La situación aquí es simple, los protegidos a la temprana edad de 15 años tienen el privilegio de pedirle algo a sus guardianes, dependiendo de quien o que especie sea tu guardian puedes pedir lo que gustes. Si tu guardian es un fantasma tienes la posibilidad de cumplir el 35% de deseos que puedas imaginar, si se trata de un demonio esta posibilidad cambia a un 100%, siendo esto por que los demonios tienen suficiente poder como para conseder lo que uno desee, esto dependiendo su nivel de poder, aunque en la mayoria de los casos estos son lo suficientemente poderosos asique uno no suele preocuparse, todo se vuelve una posibilidad casí nula si se trata de un ser inferior, como animales, duendes, seres imaginarios, entre otros. A esta edad los protegidos también pueden decidir que hacer con su guardián, si se sienten lo suficientemente independientes estos pueden desear que su guardian se vaya antes, dejandolos solos a su cuenta, algunas veces los protegidos piden dinero o una vida eterna tan solo por el miedo a morir o de querer ver el futuro sin necesidad de morir y revivir. Gran parte de los guardianes les conseden dos deseos a sus protegidos, por su alto poder o posiblemente por amor a ellos, desean tanto su bienestar que les conseden dos deseos con tal de que los usen sabiamente, al menos eso esperan.
-¿Qué pediras tú? – Pregunta el gemelo con tal de romper el extraño silencio que se habia instalado en la habitación.
Ella le miró dando a entender el cambio de conversación – No me decido aun. Tal vez pida más tela o una mascota, no lo se.
-Puedes pedir lo que más desees ¿Y no sabes si pedir telas o una mascota? – Ironizó el castaño mirandola con los ojos desorbitados por dicha declaración.
-Lo se, deberia pedir mejor una mascota – Esto dejo peor al joven prostituto – De todas formas, no deberias evitar el tema Dipper, aun creo que deberias pensar mejor las cosas con tu deseo.
Ciertamente ella tenia razón, pero su gemelo no lo tomaba así.
A veces las mejores desiciones pueden terminar atormentando tu vida por siempre, la toma de decisiones es a veces un martirio que nos carcome la cabeza, otras veces logramos superar la presión asique la tomamos a la ligera sin perjudicar mucho, solo soltar lo conveniente. Nada de dudas. Nos prolongamos un porque y una consecuencia a favor o encontra de la elección que tomemos, lo más satisfactorio ante esto es pensar antes de actuar.
-Aun así ¿Por qué piensas consederle algo que te alejará de tu protegido? – Preguntó el demonio indigo ante las palabras de su contraparte.
-No es como si pudiera negarme, es mi niño despues de todo, aunque a veces ni siquiera pueda ayudarlo. – Argumentó el Cipher sin mirar al demonio frente a él.
-Te entiendo.
En las noches se suele vigilar al protegido con tal de evitar algún delito relacionado con el mismo. La gemela dormirá en la habitación de invitados, ahí sin espera estaria su guardian resguardandola con todo el valor que pueda tener. En la habitación del castaño, que ya se encontraba casí dormido, se encontraba el rubio, angustiado por su seguridad y muy al pendiente de lo que podria sucederle.
-No puedo descansar si te me quedas viendo así.
-Sabes muy bien que eso es falso. – Dijo el mayor tratando de ponerle fin a la conversación.
Recuerdan lo que les dije sobre pensar antes de actuar.
-Desearía que te fueras de mi vida. – Deseo el joven sin siquiera pensar.
-Como gustes. – El castaño volteó encontrando la habitación vacía.
Era la media noche, lo que indicaba que era 31 de Agosto, el cumpleaños de los gemelos.
Pensar antes de actuar. Algo tan sencillo de cumplir. Entonces ¿Por qué nadie lo hace?
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Como que me quedó más tipo tragedia que drama, pero igual me vale vergah
Yo ya cumplí \:v/
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