CAPITULO 35
-¡Abran las puertas del castillo!-Gritó un guardia.
Las puertas bajaron rápidamente, un jinete entró rápido al castillo.
-¡Traigo un mensaje para el rey!-gritó al bajarse del caballo.
-¡¿Qué sucede?!-se acercó el guardia real.
-¡Están atacando!-Regulaba su respiración-¡Atacaron al primer pueblo de nuestro reino!-
-¿Quien osa atacar estas tierras cristianas?-un alfa rubio y alto se acercó.
-¡Su majestad!-Hicieron una reverencia.
-¡Su majestad!¡Rey Mike Zacharius de Asloug!-suspiró-Nos están atacando, el primer pueblo ha quedado devastado, su majestad... Son nórdicos... los nórdicos han atacado su reino, unos demonios paganos, creyentes de dioses falsos...-
-...-frunció el ceño-¿Qué es lo que quieren?-
-Unos guardias lograron escapar, su majestad... Al parecer vienen a saquear y robar a nuestros hermanos, pero están haciendo un refugio. Ellos se van a quedar por más tiempo, tal vez quieran hablar y llegar a un acuerdo-
-¡¿Como te atreves a hablar de esa forma?-se le acercó el guardia real- No hablaremos con paganos, hay que destruirlos-
-No hables por mi, William... Soy tu rey-se alejó.
-¡Mi señor!-Siguieron al rey.
-...-Se sentó en su trono-Quiero que envíen a un grupo de mensajeros, no creo que sus intensiones sean sólo saquear... Lo habrían hecho de inmediato y se habrían marchado-
-Pero... mi señor-
-¡Es palabra del rey! Deben obedecer...-
-Si, su majestad-
El rey asintió y se quedó hablando con sus consejeros.
-¡Eren!¡Tu maldita cosa grandota se esta comiendo todo!-el azabache estaba furioso-¡Eren!-llegó a un pequeño río.
El omega de cabellos castaños estaba en el agua, completamente desnudo.
Su espalda estaba llena de cicatrices.
-Déjalo, el puede comer lo que quiera... necesita hacerlo-Giró su cuerpo-Ahora vete, alfa-
-¿Mmh?-Se acercó a la orilla del río- ¿Quieres que me aleje... después de haberte visto así?-Alzó una ceja.
-¿Qué? Sólo estoy desnudo-caminó hacia la orilla, quedando frente al azabache-¿Qué te pasa al verme así? Te comportas como un animal salvaje...-susurró a los labios del alfa.
-Tu provocas que mi alfa salga-con sus ásperas manos, acariciaron la piel de los hombros del omega-Eres un provocador...-
-¿Lo soy?-sonrió-Tal vez lo sea-con una mano apretó suavemente la entrepierna del alfa.
-¡Nnhg!-Gruñó-Si que lo eres...-lo tomó de la cintura y lo apegó a su cuerpo con fuerza.
-Jeje...-reía por ese comportamiento- Quiero que hagas tu deber de alfa..-
-¿Mi deber?-Apreró las nalgas de su omega.
-Si, tu deber... Quiero cachorros, muchos cachorros... Quiero que ellos cuenten nuestras historias y que sus hijos también lo hagan-le acarició el rostro-Deseo cachorros, Levi-
-Hum...-lamió sus labios-Eso haremos... muchos cachorros-elevó la pierna del castaño-Eso haremos, amor mío...-recostó al omega en el pasto- Eren-
-Ven a mi, mi amado alfa-extendió sus brazos.
-Si... si-Se puso entre las piernas.
Rápidamente se bajó el pantalón.
Besó los labios del omega, introdujo su lengua en la boca, saboreando.
-Mmh...-Rasguñó la espalda del alfa- Levi...-
-Te amo-Se introdujo de una embestida-Nhg...-
-¡Aah!¡Nhaa!-Gimió por el dolor y placer-Levi, eres... eres como un animal salvaje...-
-Nh..-Sonrió-Si, lo soy...-
-Jaja...-Lo abrazó-A lo que dijiste... eso de casarnos-
-¿Ahora?-Apretaba las nalgas del castaño-Estoy... ocupado satisfaciendo tus necesidades de omega-le mordió el hombro.
-¡Aah!-Arqueó su espalda-Nos vamos a casar...-frunció el ceño-Nos vamos a casar, frente a todos los dioses-
-Esta bien-lamió el rostro de Eren- Eres mío...-
-Si, soy tuyo... y tu eres mío... ¡Jajaja!- Volteó-¡Aah!-movía sus caderas.
-¡M-mierda! Y me decías a mi... animal salvaje-
Eren no contestó, se dedico a sólo reír.
-¡Eren!-Armin se acercó-¡Eren!¡El Jarl necesita de tu presciencia!-desvió su mirada de la pareja.
-A-armin... estoy ¡Ah! Estoy algo ocupado-
-Hay un mensajero del reino-
-...-Miró a Levi-Lo siento...-se levantó.
-¡¿Qué?!¡No!-gruñó molesto.
El omega se vistió, ignoraba al azabache y sus quejas.
-Nile esta con el cachorro-Comentó el rubio.
-Bien-
-Y Bjorn se estaba comiendo nuestras provisiones, pero luego le llevaron los cuerpos de esos hombres del Dios falso-
-Esta bien, él es muy hambriento- sonrió- una vez cuando estábamos en el bosque, por querer agarrar un pez del río, nos empujó a Gerda y a mi, nos molestamos un poco pero nos reímos después-
-¿Los lobos se ríen?-
-Tal vez, al pasar tanto tiempo con ella pude identificar sus reacciones-
-¡Eren!-Gritó Erwin-¿Donde estabas?-
-Lo siento, Jarl... Estaba ocupado-
-Bueno, no importa-negó con su cabeza-Llegaron unos mensajeros... Habla con ellos-
-Si, señor-asintió.
Eren obedeció de inmediato, con una gran sonrisa.
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