17. ¿Entonces?

Acarició al pequeño cachorro y le arregló el vistoso vestuario mientras suspiraba.

— Bien... — ladeó la cabeza para visualizarlo desde distintos ángulos — creo que ya estás preparado... — sonrió y se puso de pie mirando el resto de la habitación — entonces, ahora recuerda  lo que tienes que hac... ¡Tú, maldito! — espantó al perro que estaba orinando sobre el ramo de flores que había dejado en el suelo.

Intentó salvarlas pero en cuanto las levantó del suelo, las pobres rosas goteaban del caliente pis del cachorro, mojando incluso la mano de Shownu.

— ¡Jodido perro! — quería golpearlo, pero se controló y se dirigió hacia afuera en un fallido intento por recuperar sus flores.

Bajó las escaleras de la puerta de atrás de la cabaña, notando como el pequeño demonio salía junto a él, visiblemente feliz de descargar sus necesidades sobre el costoso ramo.

— Desgraciado... — gruñó avanzando a un par de pasos de la puerta, con las flores.

Las sacudió un poco pero era inútil, el pis del perro las había impregnado, sin contar el fuerte olor que emitían y no era precisamente a rosas.

Pero luego su preocupación se desvió totalmente de las flores al recordar que el pequeño demonio peludo portaba lo más valioso de esa noche.

Lanzó una mirada rápida a su alrededor pero en medio de la oscuridad de la solitaria cabaña no podía notar el pelaje castaño de aquella criatura a la que Kihyun llamaba mascota.

— ¡Hey...! — se frotó la frente pensando en el nombre del perro — ¡tú, perro! ¡Sé que estás escuchandome! — daba todo de si mismo para recordar el nombre del animal pero no siquiera recordaba si tenía uno — estas acabando con mi pac...

— ¿Shownu? — la voz de Kihyun se escuchó desde fuera, por la parte frontal de la cabaña — ¿Shownu? ¿Estas ahí?

Se quedó casi congelado, de pie allí con las flores empapadas de pis de perro y la mascota desaparecida.

Pero por sí fuera poco, segundos después notó que el pequeño demonio entró a la cabaña al escuchar la voz de Kihyun.

Intentó seguirlo pero desafortunadamente en cuando dio 3 pasos también se dio cuenta que la mascota había salido a hacer del dos porque su zapato izquierdo justo se lo confirmaba.

Levantó el zapato hacia la luz y efectivamente había pisado el excremento del bendito perro.

Maldijo en todos los idiomas que podía maldecir mientras rodeaba la cabaña con la esperanza de que en el camino su zapato fuera limpiado con el césped y no llegar hacia Kihyun con ese olor.

Al llegar a la parte frontal se encontró con la sorprendida mirada de Kihyun quien esperaba pacientemente en la puerta.

— ¿S-Shownu? — él avanzó sin mucho ánimo, visiblemente amargado por lo mal que estaba saliendo todo — ¿Estas bien?

Shownu negó levemente.

— No tanto... — miró la soledad de su alrededor — ¿puedes esperar aquí?

Kihyun lo miró con confusión, sobretodo por la ropa formal que llevaba.

— ¿Esperar que? — avanzó lentamente hacia Shownu y notó las rosas que por alguna razón seguía llevando — ¿Son para mí?

Shownu recordó el pis del perro y en cuanto Kihyun quiso tomarlas, las lanzó lejos y retrocedió.

— ¡No! — Kihyun lo observó visiblemente asustado por la actitud y Shownu lo notó al instante — es decir... — suspiró — si pero no... — Kihyun seguía con su expresión de no-entiendo-nada muy plasmada en el rostro.

Entonces retrocedió sabiendo que quizá algo había pasado.

— Vale... — señaló la puerta — entonces... ¿Puedo entrar? Hace frío afuera...

Shownu recordó su plan y volvió a negar.

— Si pero aun no... — Kihyun estaba resignado, ya no sabia que pensar o que hacer así que simplemente asintió y metió las manos en los bolsillos de su abrigo — es decir... — Shownu soltó un largo suspiro — ah, esto es difícil... — Kihyun se quedó en silencio sin saber que opinar respecto a que fue citado a ese lugar al que ahora no se le permitía ingresar — el perro ese... Les echó pis encima... — susurró con tristeza.

Kihyun frunció el ceño.

— ¿De que hablas? — susurró al notar la expresión de decepción que Shownu mostraba.

Entonces él suspiró y se sentó las gradas de la entrada.

— Las rosas... — susurró con un deje de desánimo — eran tuyas pero el perro las echó a perder... — Kihyun se tapó la boca intentando no reírse por culpa de la mezcla de sorpresa y diversión que estaba experimentando.

Guardó silencio un par de segundos para calmar la risita que soltó aprovechando que Shownu estaba dándole la espalda.

— ¿De verdad? — susurró y avanzó hacia el decepcionado hombre — ¿Cómo pasó?

Se sentó en las gradas pero dejando una buena distancia entre sus cuerpos.

— Las dejé en el suelo y... — suspiró y luego miró a Kihyun quien le sonreía con tranquilidad — olvídalo... — suspiró mirando al suelo — no te acerques, huelo mal...

Kihyun se rió y se sentó a su lado.

— Uh... — se tapó la nariz al percibir el olor a excremento — eso también lo hizo ese pequeño demonio peludo ¿verdad?

Shownu asintió decepcionado y lanzó el zapato a lo lejos mientras Kihyun reía.

— Tampoco me toques las manos, necesito lavarme muy bien — hizo un puchero y Kihyun asintió.

Entonces se acercó a su rostro con tranquilidad.

— ¿Puedo tocar tus labios? — susurró muy cerca del rostro de Shownu, entonces él sonrió y asintió — bien, entonces déjame probar esa boquita...

Se acercó hasta reducir totalmente la distancia entre ambos y lo besó con suavidad, devolviendole un poco de la paz que necesitaba.

— Te extrañé... — susurró mirando a Kihyun como un bobo.

Él le acarició el cabello en respuesta.

— Yo también, pero necesitamos entrar a la cabaña antes de morir de frío... — susurró soplando sobre sus manos para generar calor — ¿ya puedo?

Shownu asintió resignado y se puso de pie señalando su bolsillo donde estaban las llaves de la casa.

Kihyun las tomó y rápidamente abrió la puerta siendo recibido por la húmeda naricita de aquel pequeño travieso que había estresada a Shownu.

— ¡Pero mira que ternura! — se agachó y acarició al pequeño — ¿Quién te vistió tan bonito, eh?

Acarició una vez más al cachorro y lo tomó en brazos ingresando a la cabaña sin percatarse de lo que había allí.

Shownu ingresó detras de él, con una mano impregnada de pipí de perro, sin uno de sus costosos zapatos y con las rodillas casi temblandole de nervios.

Kihyun seguía jugando con la traviesa mascota y él esperaba pacientemente, pero tal como había pasado anteriormente, nada salía según lo esperado.

En uno de esos momentos donde Kihyun agitaba al pequeño en sus brazos, se escuchó el suave ruido de algo impactando la madera del suelo y rebotando.

Ambos dirigieron su mirada hacia el suelo, Kihyun confuso y Shownu casi muriendo de nervios, hasta que la pequeña joya redonda detuvo su recorrido justo en el lugar más visible de la sala.

La cabaña se quedó totalmente en silencio, ninguno de los dos sabía que hacer o decir, sobretodo cuando Kihyun levantó su mirada y miró el lugar muy bien decorado y una mesa para dos justo al centro.

Su rostro se tornó inexpresivo cuando puso atención al cartel que había y su mirada se dirigió automáticamente a Shownu quien sólo quería que se lo tragara la tierra.

— Kihyun, puedo explicarlo... — Shownu se acercó un paso a él — bueno, en realidad no puedo decir porque todo ha salido como la mierda hoy pero... Respecto a esto... — señaló el lugar sin poder soportar la mirada inexpresiva de Kihyun — yo... Yo... Pensé que íbamos a cenar y... — se rascó la cabeza — luego el perro tenia que salir y yo enseñarte el cartel, pero el perro tonto arruinó las flores y... — hablaba tan rápido que se olvidaba de respirar — luego arruinó mi zapato — miró su reloj — además tú llegaste antes de lo acordado y ni siquiera había servida la comida en la vajilla y... ¿Entonces?

Sonrió frustrado por el choque de emociones que estaba teniendo.

Kihyun no podía demostrar nada más que sorpresa en sus ojos y esa mirada estaba desesperando a Shownu quien se estaba preparando mentalmente para un inminente rechazo.

Pero en cuanto soltó un largo suspiro fue sorprendido con algo demasiado repentino.

Kihyun saltó a sus brazos y lo abrazó como si alguien fuera a quitárselo mientras lloraba.

— Shownu... — sollozó — eres un tonto... — volvió a sollozar y lo apretó más contra su cuerpo mientras Shownu correspondía el abrazo sin entender nada — acabas de arruinarlo...

Shownu frunció el ceño y lo separó con suavidad.

— ¿A qué te refieres? — susurró con tristeza — ¿Arruinarlo?

Kihyun sonrió entre lágrimas mientras asentía y sacaba su collar por el cuello de la camisa dejando ver una bonita joya también.

— La misma idea el mismo día... — se rió mientras recibía la mirada sorprendida de Shownu — aunque... — suspiró mirando alrededor sin soltar a Shownu — tú te esforzaste más... Así que... Sí, si quiero casarme contigo — le dio un beso suave en los labios que Shownu no tardó en corresponder.

No sabía describir lo que sentía, pero sabía que era maravilloso.

Era como una explosión de cosquillas en su estómago sumadas a los fuertes latidos de sus corazones rebosantes de amor.

Se separaron sonrientes, agitados, nerviosos y con los ojos húmedos, mirándose mutuamente como si desearan adivinar en qué momento habían cruzado el puente hacia la fantasía en la cual los dos querían estar.

Era su momento, el momento que merecían desde hacía mucho pero que no habían podido tener antes porque aún no llegaba el momento correcto.

Pero por fin estaba frente a ellos.

Y aquel abrazo en el que se mantenían unidos le demostraba al mundo que el amor no tiene porque ser perfecto o apresurado, sino que debe ser paciente e imperfecto pero que pese a que hay errores, siempre, siempre triunfa.

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