Capítulo 7
-¿Sebastián? -repite mi padre -¿ya se conocen?.
-Pues, si, nos conocimos cuando fui a dar una vuelta por el barrio -explique.
-Sí y me siento arrepentido de haberte hecho caer -sonríe apenado -prometo tener más cuidado cuando voy tarde al trabajo.
Me acerco a los dos hombres que permanecían sentados.
-¿Sos policía? -elevo una ceja.
-De hecho, Sebastián, aprende a serlo -corrigió John.
-Ya veo.
-¿Qué hiciste hoy?.
Pues rete a una brabucona y le di una lesión e hice que su madre la castigase.
-Lo usual -me encojo de hombros.
Se forma un ambiente tenso por unos segundos. Pero lo rompe mi padre.
-Bueno, ya es tarde -se levanta del sofá -nos veremos mañana en el trabajo Sebastián.
-Claro señor John.
Ambos hombres estrechan sus manos y caminaron a la puerta, Sebastián pasa por mi lado y me guiña el ojo, eso me confundió. Pero un escalofrió me recorrió toda la espalda.
La puerta se cierra y John se me acerca.
-Recibí la llamada de la directora.
Sentí que mi sangre se congelo por un instante.
-¿Qué te dijo?.
-Que mi hija empezó un jaleo en pleno comedor -eleva una ceja -¿eso es cierto?.
Medito si decirle la verdad o no. Pero tengo un corazón muy grande como para mentirle.
-Sí -susurro.
El ambiente se volvió tenso, John me miraba acusadoramente, pero de un momento a otro me abraza.
-¡Que feliz soy! -dice emocionado -¡mi hija le patio el trasero a esa brabucona!.
-¿Eh?.
Él se separa y una enorme sonrisa de orgullo estaba pegada en su rostro.
-No te preocupes -posa una mano en mi hombro derecho -no estoy enojado y tampoco te castigare por eso.
-¿En serio?.
-Mujer, no te voy a castigar, ya no eres una niña -sonríe -y que te sepas defender y no dejarte rebajar por alguien me llena de orgullo.
Wow. ¿Esto es de verdad o estoy en una dimensión alterna?. ¿O John cambio?.
-Gracias -le devuelvo la sonrisa.
-¡Vamos! -expresa -hay que celebrar con tacos mexicanos.
-¿Aprendiste a cocinar en todo este tiempo? -lo miro divertida.
-¡Hey! -finje ofenderse-no te burles.
Él camina a la cocina. Mientras lo observo desde el pasillo.
Tal vez John es de pocas palabras y no es muy bueno expresándose, pero hoy parecía otra persona, tal vez es por la emoción.
Subo por la escalera y entro a mi cuarto, dejo la mochila encima de la cama, saco del cajón de la cómoda la computadora que me regalo mi madre cuando tenía quince años. La abro y espero a que se prenda.
Tenía dos semanas para hacer el trabajo que tengo que hacer con Seth. Pero ahora que lo recuerdo, tenemos que hacerlo los dos, ni crea que lo haré todo yo sola. Además le di mi palabra al profesor de que lo aria con el bello durmiente. Solo espero que coopere.
Busco su perfil en Facebook, pero no salía, ¿no tenía acaso?. Pero ya que estaba, le envié la solicitud a mis amigas, la primera en aceptar fue Sam. Podría hablar con ella hasta que John me llamara para comer. Pero el sonido de otra solicitud me detuvo. Era Sebastián, me había enviado la solicitud de amistad, me debatía si aceptarla o no.
John lo conoce y yo apenas se dos cosas, su nombre y que trabaja con mi padre, pero que rayos la voy aceptar.
Acepto su solicitud y de inmediato recibo un mensaje de su parte.
Hola preciosa.
Las manos me comenzaron a sudar, ¿me había puesto nerviosa así de rápido?, ¿me está coqueteando?.
Ok. Juguemos.
Hola chico lindo.
¿En serio le dije eso? ¡Ahh! Me a morir de la vergüenza.
Si yo soy lindo. Tú eres hermosa.
Si, me está coqueteando.
No me considero hermosa ni una barbee.
Espero un poco más tranquila por su mensaje.
Nash. Tú eres hermosa.
Me siento caliente, ¿me sonroje?, bueno viniendo de un hombre tan guapo como Sebastián es mucho para mí.
Voy a contestar cuando recibo otro mensaje de él.
¿Te gustaría que te mostrara el pueblo?.
¿Me está invitando a una cita?. ¡No!, no, Tori, no te confundas. Ya te ha pasado esto por mal interpretar las cosas.
En estos días no voy a poder. Tengo que hacer un trabajo con un compañero.
Es la verdad.
Oh, entiendo, pero no te libraras de mí.
Como si quisiera.
¿A qué viene eso?.
¿En serio Tori?. ¿Acerté la tonta?.
Que te llevare mañana a la universidad.
Espera, ¿Qué?.
Creo que debería de pedirle permiso a mi padre.
-¡Tori! -grita John desde abajo -¡ya está la cena!.
-¡Ya voy!.
Miro la pantalla y Sebastián ya había contestado.
Por supuesto. Jamás aria algo que el señor John no aprobara.
¿Es normal que allá tanta perfección en una persona?.
Ok. Yo te aviso.
Voy a salir de la página, pero Sebastián me ha mandado dos mensajes.
Te he enviado mi número. Así podrás llamarme cuando me necesites.
¿Soy yo o ese mensaje tiene un segundo sentido?.
Salgo del Facebook y apago la computadora, espero a que se cierre todo y la cierro, salgo de mi cuarto y bajo a la cocina. Desde la escalera podía sentir el aroma a los tacos mexicanos. Aun me sentía acalorada. Por lo que me detuve en el último escalón y me obligue a tranquilizarme.
Frente a mi estaban una infinidad de cosas para ponerle a las rapiditas que descansaban en un plato de madera. Salsa de tomate, lechuga, carne picada, tocino, aderezos y ensalada de choclo con pate.
-¿En serio hiciste todo esto?.
-Con lo que quedaba en el refrigerador -se sienta en una silla.
-Por cierto -me siento en otra silla y agarro una hoja de masa -Sebastián pregunta si puede llevarme a clases.
Como no recibí respuesta. Levanto la mirada de la comida a John. Su rostro mostraba la absoluta sorpresa.
-Pues -sus ojos viajan por cada sector de la cocina -confió en Sebastián y sé que es un hombre guapo, pero es grande, es cinco años mayor que tu hija, y antes de ponerte un dedo encima deberá ganarse mi aprobación...
-¡Papa!
Sé muy bien que mi cara esta tan roja como el cabello de Diana.
-¿Qué dije?.
-No voy a salir con Sebastián -por ahora-solo te pido permiso para que me lleve mañana a clases. Nada más.
Se aclara la garganta y suspira aliviado.
-Bueno -agrega -pero si piensa salir contigo que me lo diga él a la cara. ¿entendiste?.
Fuerte y claro.
-Si -asentí.
Le echo de todo al cono de masa que me había hecho. No hay cosa más rica y rápida que los tacos mexicanos.
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