Capítulo 11


-¡No te vas a meter a ningún club! -chilla Diana.

-Vamos no es la gran cosa -entorno los ojos.

Aunque no me gustaba admitir las cosas. Era divertido ver la cara de la pelirroja cuando se enojaba.

-Pero si tú le recomendaste esa opción -hablo Luna con su hermosa voz de ángel.

-Luna -asesina con la mirada a la rubia a mi lado -No ayudas.

-No te quejes entonces -aprieto uno de sus cachetes -Sos tan tierna cuando te enojas.

Diana se sacude y nos da la espalda a Luna y a mí.

-Vamos no te enojes -trato de tranquilizarla Luna.

Niego con la cabeza, era gracioso verla tan roja como su cabello, ahora entendía la satisfacción de Sam al provocarla.

Sam.

No había podido hablar con ella en toda la mañana y lo curioso es que Seth no ha aparecido.

La puerta trasera de la universidad se abrió y de ella salió un chico, ya lo había visto, era compañero mío. Parecía asustado y asombrado a la vez.

-¡Volvió atacar!

Sentí que el tiempo se detuvo por un segundo. ¿Otro ataque? ¿El asesino? ¿A quién había atacado?.

Las chicas se levantan y van hacia Audrey Owen y yo las sigo de atrás. Nos colamos entre los estudiantes curiosos o simples chusmas. En medio de todos esta Audrey y Jessica. ¿Qué hacia ella allí?.

-El asesino quiso atacarme -murmura. Su voz parecía estar muy aguda. Como si estuviese en shock.

¿El asesino? ¿La ataco a ella?.

-¿Te hizo algo? -pregunto una chica.

-No -murmura -Pero sentí un miedo inmenso.

¿Quién no lo tendría?.

-¿Cómo fue que escapaste? -pregunto un chico a mi lado.

-Ashley me salvo -se abraza así misma -Si ella no hubiera llegado, yo, creo que no estaría aquí ahora.

-¿Ashley vio al asesino? -pregunte esta vez yo.

Todos guardaron silencio y sus ojos se posaron en mí.

¿Qué?. Es lo importante. ¿Acaso no piensan?.

-No lo sé -contesto esta versión de Jessica. Nada arrogante y presumida. Esta era una Jessica asustada -La policía está hablando con ella en este momento.

Me abro paso entre las gente, empujando algunos, podía escuchar que me llamaban mis amigas. Corro al edificio, el helado viento movía mi pelo y me tapaba la visión, lo aparto y corro por los pasillos hasta que doy con la puerta de la dirección.

Jadeo agotada por la mini maratón y por la noticia del ataque.

Golpeo dos veces con suavidad la puerta y espero más o menos tranquila. Quien me abre es la mismísima directora.

-Señorita Milton -me mira sorprendida la señora Sweet.

-¿Tori? -escucho la voz de mi padre detrás de la directora.

Entro a la pequeña habitación y en el sofá contra la pared estaba la chica que vio al asesino que tanto atemoriza al pueblo. Su cuerpo temblaba levemente, casi no se notaba, traía puesto una toalla alrededor de su cuerpo y en sus manos sostenía una taza de té caliente.

-Tori -se planta enfrente mío mi padre -¿qué crees que haces aquí?.

-Perdón papá -lo miro a los ojos -Quería ver si podía ayudarte.

-Me ayudaría que no estuviera presente en esta situación hija -mira a la chica temblorosa -Es una situación delicada.

Paso por su lado, haciendo oídos sordos a sus advertencias, y me acerco despacio a Ashley, a mi lado estaba un hombre arrodillado, parecía que trataba de hablar con la chica asustada. Pero no tenía éxito.

-Ashley -dije suavemente su nombre- ¿te acuerdas de mí? -murmuro tratando de encontrar sus ojos negros.

Ella permanece unos segundo en silencio, hasta que rompió el silencio tenso;

-Si -susurra.

-Sabes -vamos Tori se honesta -Me alegro de que tú y Jessica estén a salvo.

Aunque no me agrade su amiga, no le deseo el mal a nadie, y mucho menos que sufran la muerte.

Ella asiente y posa sus ojos tristes y llenos de miedo al humeante té caliente.

-Tú lo viste -empiezo con suavidad -¿Verdad?.

-Más o menos.

Bueno eso confirma de cierta manera que vio algo.

-Cuéntame Ashley -poso mis manos sobre las suyas -están frías -Pero solo si estas lista.

Ella vacila por un momento, permanece quieta, meditándolo y de apoco levanta su mirada. Y lo vi en sus ojos negros. El mido puro a la muerte.

-Jessica me mandó un mensaje -asentí para que supiera que estaba escuchándola -Quería que fuera por ella para venir juntas para acá -se relame los labios que parecían estar secos -cuando estaba llegando a la orilla de la otra esquina, la vi a ella esperándome, pero también vi que alguien se le acercaba por detrás -suspira y su cuerpo se estremeció -supe de inmediato que podría ser el asesino por eso le grite que había alguien de tras de ella. Pero entonces el asesino se percató y se dio vuelta para escapar por un callejón.

-¿Él te vio? -elevo una ceja sin dejar de hablar bajo.

-No estoy segura -niega con la cabeza -Fue todo muy rápido.

-¿Viste algo más?.

-Vestía todo de negro, traía puesto un pasa montañas que le ocultaba la cara, pero note que su cabello es castaño y mide cerca de un metro ochenta.

¿Su color de cabello y su estatura?. Bueno hasta ahora esto es lo más cerca que tenemos a una pista.

-Voy a morir -lagrimas contenidas comenzaron a salir de sus ojos -No quiero morir.

-No vas a morir -la sujeto de las manos con fuerza pero no tanta -La policía va a atraparlo y sabes, ¿porqué?, porque tú les ayudaste.

La respiración agitada de Ashley se regulo y su cuerpo tenso se tranquilizó un poco.

Suelto sus manos y me pongo de pie, le sonrió honestamente, y camine hacia mi padre. Que se había mantenía al margen.

-¿Cómo lo hiciste?.

-Solo diré que aprendí del mejor -me encojo de hombro -Lo que dijo no fue mucho.

-Pensé que no te gustaba este tipo de cosas.

A mamá no le gustaba.

-Solo lo hice porque quería ayudarte.

Creo que deberían darme un Oscar por esto. ¿A quién engaño?. Resolver casos policiacos esta en mi sangre.

-Quiero que vayas a casa.

-¿Por qué?.

-Porque te lo ordeno -exigió y suspira -No quiero que te involucres en esto Tori.

-Pero...

-Hija -me toma de los brazos -Prométeme que no buscarás a ese loco.

Junto mis cejas arrugando un poco la frente. Sus ojos de caramelo me suplicaban que no lo hiciera. ¿Cómo no puedo resistirme?.

-Ok.

-Bien -me suelta -Ahora ve a casa. Yo me encargo de que la directora te dé permiso.

Asentí.

Abro la puerta y la señora Sweet me entrega un papel celeste, rendida, salgo de la dirección. Solo se podía escuchar un silencio, que da asta miedo, en los pasillos.

Las chicas me esperaban en mi casillero. Sam estaba con ellas.

-¿Qué te dijeron?

-Que todo va a estar bien y me valla a casa -dije con mal humor.

Abro la puerta de mi casillero y saco mi mochila y vuelvo a cerrar el casillero.

-Bueno ellos son profesionales -opino Diana.

-Tal vez.

-¿Iras a tu casa? -pregunto preocupada Luna.

-Si -y a otro lugar para cumplir lo que te prometí -Bueno, nos vemos mañana chicas.

-Oye Tori -hablo Sam algo nerviosa -Perdón por lo de esta mañana.

-Descuida -le doy un suave golpe en el brazo -Pero no me espantes a los candidatos.

Luna y Diana nos miraban confundidas.

-Mañana les cuento -le doy un beso en la mejilla a cada una -Adiós.

Si algo se de los casos policiacos y de muchas películas de suspenso, misterio, y de terror. Es que quien ve lo que no tenía que ver. Termina muerto.

Temo más por Ashley que por Jessica.

Papa había dicho que valla a casa, pero primero está mi promesa, Luna cuenta conmigo y a una amiga nunca se le falla.

Las nueves grises en el cielo no mostraban nada bueno, si no me apresuraba, seria enterrada por nieve y el asesino no se molestaría en matarme. Aunque, ¿porque mata solo a mujeres?, de algo viene el nombre que le pusieron. Pero otro dato curioso es que las dos chicas muertas y contando que quiso atacar a Jessica, las tres son y eran jóvenes, entonces; ¿al asesino le atrae la sangre joven?.
Si fuera así, está más que loco, es un sicópata.

Le toco el hombro a un hombre que estaba cerca. Este se gira hacia mí, levantando una ceja mostrándose confundido.

-¿Si?

-Disculpe, usted sabe, ¿dónde puedo encontrar un Nogal?.

-¿Un Nogal? -se lleva una mano al mentón-En el bosque cerca de la montaña vi que había unos pocos la vez que fui a esquiar.

-Gracias señor -le sonrió agradecida.

Camino por la acera, viendo como la gente pasa por mi lado, y los niños jugar en la nieve.

Paso por la última casa del pueblo, frente a mis ojos hay un enorme bosque a unos pocos metros, hay dentro debe de haber un Nogal. Aunque acierta vista parece un bosque de solo pinos nevados y bastantes altos y grandes.

Falta mucho para que empiece el toque de queda. Tengo tiempo de sobra para buscar he ir a casa.

La nieve en este terreno está más profunda, los árboles en esta región parecen tocar el cielo, encima de este bosque esta la montaña por la que se deslizaban todos para divertirse. Me sorprende que no allá habido avalanchas.

Por aquí debieron de encontrar el cuerpo de la primera víctima.
Vamos Tori no estás aquí para recolectar datos. Estas aquí para cumplir tu promesa. Vamos, sigue buscando. Me digo a mi misma.
Niego con la cabeza y camino adentrándome en el bosque, la nieve acumulada en los pinos por la gravedad caía al suelo, el viento invernal soplaba las hojas que se han acostumbrado al frío de este lugar.

El hombre dijo que podía encontrar lo que buscaba cerca de la montaña. Eso era algo.

Solo podía ver nieve, arboles, y más nieve. La altura de los pinos que se aproximaban a los siete metros me tapaba más o menos la vista.

Por lo que Luna me contó sobre el nogal, no puede medir más de tres metros, y es de ojos finas. Me había grabado la imagen de la hoja en mi cabeza para poder identificarla.
Suspiro cansada. Mis piernas me piden a gritos que descanse.

¿Cuánto abarca este tonto bosque?

Sigo caminado, pero escuche un grito, mi cuerpo se paralizo. Pero la persona volvió a gritar y pude distinguir que no era un grito de terror sino uno de felicidad y solo esos gritos provocan la montaña cuando te deslizas por ella o eso expreso Sam. Por lo que estoy cerca.

Sigo el camino de por dónde vino el grito en primer lugar.

Mis botas se hundían en la nieve, se me era difícil caminar, y el viento tampoco ayudaba a entrar en calor. No importaba lo gruesa que fuese mi chaqueta, el frio entraba. Por suerte el gorro me cubría del frio.

Humo salía de mi boca o mi nariz cada vez que respiraba el aire frio.
Miro hacia el cielo gris que comenzaba a tornarse con un gris mucho más oscuro. Anunciando que el sol estaba descendiendo. Pero a pesar de todo podía ver la punta de la montaña. Estaba cerca.
Froto mis manos tratando en un inútil intento de calentarlas.

Cada vez hacia más frio y eso tampoco era bueno.

Tampoco está en mis planes morir en manos de un asesino y por hipotermia.

Y como si un ángel -o más bien el sol -se hubiera compadecido de mi situación abrió un poco las nubes y un rayo de sol alumbro el nevado Nogal que había entre dos pinos. Ocultándolo. Bueno en general la nieve acumulada sobre los pinos se cayó haciendo que pudiera ver el Nogal entre medio.

Sonrió felizmente porque al fin pude encontrar ese árbol.

Otro dato que deberían de agregarle a estos árboles es que les gusta jugar a las escondidas.

Me rio de lo tonto que suena mi propio comentario.

Me abro paso entre los dos pinos que ocultan al árbol que estaba buscando, arranco una rama corta, al menos con esto sería suficiente.

-Tori Milton siempre cumple sus promesas -levanto la rama como un campeón levanta su trofeo. La guardo dentro de mi mochila para no perderla.

Salto feliz y miro hacia todos lados.
Mi felicidad se fue apique al recordar un pequeño dato.

¿Y ahora como vuelvo?.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top