특별: Yoonmin
“El rechazo vino primero, el cansancio después, la monotonía antes de lo esperado y el gusto cuando menos me lo pensé.”
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✎ Narrado por Ji Min
La primera vez que vi a YoonGi fue en mi primer año de secundaria, para ser exactos en la clase de Física, él tenía que llevar el curso nuevamente al haber reprobado el año anterior o eso fue lo que escuché por boca de Chanyeol, uno de los primeros amigos que había logrado tener. Para ese momento, yo aún veía al hijo de los Jung como un irresponsable que solo se sentaba al fondo para dormir mientras el profesor se esforzaba por dictar su clase y que muchos de mis compañeros le prestaran la debida atención, sin embargo todo cambió cuando se nos fue asignado un proyecto en el que tendría que trabajar junto a YoonGi. Para ser sinceros, desde el comienzo creí que tendría que hacer todo el trabajo y que al final hablaría con el profesor para dejar en claro que el chico de piel pálida no había aportado nada más que unos buenos ronquidos o algo parecido, no obstante mis planes se vieron arruinados cuando el propio Jung YoonGi se acercó para decirme que todo el trabajo se haría en su casa... en su habitación.
Aún recuerdo perfectamente aquel día, en el que fui a su casa y hablé con su madre para así darle a entender que éramos "amigos" y que estábamos ahí para hacer un trabajo. La señora Jung era muy amable, no podía decir lo mismo de sus hijos, quienes solo entregaron una primera mala impresión al verlos gritando, ignorando mi presencia y hablando cualquier tipo de lisuras delante de su pequeño hermano de seis años. Ese día pude conocer verdaderamente a la familia líder, incluso cené con ellos y a pesar de decir que eran muy desordenados y ruidosos, se podía ver de inmediato la confianza y el amor que emanaban uno del otro, incluso nuestro alfa líder, quien se derritió ante el pequeño Ho Seok, quien en ese entonces era tan solo el consentido de la familia.
Fue así que empezaron las visitas, la señora Jung siempre mandaba un recado mediante YoonGi hacia mi persona, aun después de haber acabado con el trabajo que su hijo y yo teníamos que realizar. Sin embargo, los recados acabaron un año después, pero las constantes cercanías de YoonGi para conmigo no tuvieron un final.
“Creo que me gustas.”
Fueron sus palabras dos años después de habernos convertido en algo parecido a conocidos.
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[Un año después del nacimiento de JiHyun]
“Te amo”
Y estas son sus palabras muchos años después de haber escuchado por primera vez su confesión.
— Yo también te amo, Yoonie. Te amo desde mucho antes de ser designado como tu pareja destinada. — Mis labios se unen a los suyos en un suave beso, un suave beso que esta vez no es interrumpido por Jihyun, pues nuestro hijo ya está durmiendo desde hace una hora atrás.
Al separarnos, puedo ser testigo de la bonita, pero muy seductora sonrisa de YoonGi. No tardo en corresponder y reírme tal y como un niño al saber que va hacer una travesura.
Tomo la mano de mi pareja y apago la TV con la otra, para luego arrastrar a YoonGi hacia la segunda planta de nuestra casa.
Nuestras risas son bajitas, hasta que entramos a nuestra habitación y cerramos con seguro, evitando una vez más que nuestro hijo pueda interrumpir este momento de pareja que no hemos tenido desde hace prácticamente ocho meses atrás.
Sus labios vuelven a juntarse, sus manos recorren todo mi cuerpo en busca de crear más contacto. Yo hago lo mismo, con la diferencia que mis manos se meten entre su pantalón de chándal, arrastrando estos hacia abajo. YoonGi suspira, casi gruñe en respuesta.
En nuestra habitación no se escucha nada más que respiraciones agitadas y los chasquidos de nuestras bocas al estar unidas.
Estamos tan sumergidos en el cuerpo del contrario que no soy consciente, hasta el momento en el que YoonGi se coloca entre mis piernas. Sonrio y él también lo hace, volviendo a atraerme con ese simple gesto.
Nos besamos por lo que resta de los minutos y una vez que el introduce tres de sus dedos en mi boca, sé que lo bueno vendrá pronto.
Pocos minutos después siento como uno de sus dedos se introduce dentro de mí, algunas lágrimas resbalan por mis mejillas, él se preocupa, lo sé por su mirada, sin embargo no dejo que se detenga, al contrario, lo incito a introducirse aún más.
Al tener sus tres dedos míos y sentir más placer al ver cómo es tan bueno al mover estos, no dudo en pedirle que lo haga de una buena vez.
— Tan desesperado te encuentras, pequeña putita.— susurra sobre mis labios. Sé que él nunca sería capaz de faltarme el respeto, sin embargo esta regla queda anulada cuando tenemos sexo, pues ambos tenemos ese fetiche de decirnos cosas obscenas mientras nos entregamos al otro.
Solo sonrio y llevo una de mis manos a su miembro, estimulándolo desde ya. Nuestro beso se detiene al sentirme y puedo decir que me siento orgulloso de tener a YoonGi como esposo y como un amante bien dotado en la cama.
Nuestro beso vuelve a ser interrumpido cuando de repente él se introduce. No grito, mucho menos intento hacer un ruido que pueda delatar nuestras acciones en esta noche. Solo muerdo su hombro en respuesta, comenzando a mover a las caderas a pesar de sentir dolor al estar lleno de él.
— M-mierda.— gruñe él.
No digo nada, solo dejo de morderlo cuando el dolor desaparece y el placer me inunda.
Nuestras caderas se mueven cuando el momento indicado ha llegado. Ambos nos miramos, sé que YoonGi siempre profundiza en mis ojos cada vez que lo hacemos y en verdad no me importa, porque sé que todo lo que mirara será amor. Verdadero amor que comencé a sentir al verlo insistir cada vez que yo lo rechazaba.
Todo va muy bien, nuestras manos se encuentra unidas, él encima de mi cuerpo y en pocos minutos lo encuentro escondido en mi cuello.
Siento sus dientes, me siento cada vez más cerca del climax y al escuchar sus palabras y los leves "Te amo" que me susurra al oído no puedo aguantar más, llegando a manchar nuestros abdomenes.
El nudo se forma justo al momento en el que él profundiza su mordida.
Es en este momento, en el que tengo a YoonGi a mi lado, abriendo sus brazos para recibirme entre ellos y fundiéndonos en un gran abrazo de pareja, es que me reitero una y otra vez que nuestro amor es único, especial y que no lo cambiaría por nada del mundo, ni a él ni a mi pequeño JiHyun.
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— ¡Ni lo pienses, Jung YoonGi! — grito más que molesto al ver que quiere darle helado a nuestro hijo cuando este no quiere cenar y en vez de eso irse de frente al postre.
— Pero Ji Min.— susurra en un tono algo meloso y exagerado para su edad.
Niego lentamente y me levanto de la mesa lo más rápido que me permite mi barriga de ocho, casi nueve meses.
YoonGi, trata de ayudarme, pero lo alejo tan rápido como se acerca.
— Te esperaré en la cama, quiero dormir.— es mi excusa. YoonGi solo se me queda viendo para después decirle a JiHyun que lo mejor es que sí cene.
Me envuelvo en las sábanas una vez que termino de luchar con los botones de mi pijama, que ya no me queda como hace ocho meses atrás.
Jamás esperé embarazarme nuevamente y a solo un año del nacimiento de JiHyun, pero las cosas no salieron tanto como yo quería.
Un día solamente tenía un bebé y al día siguiente ya me veía inclinado en el inodoro botando todo. Los primeros síntomas aparecieron de inmediato, por lo que no dude ningún segundo en que estaba embarazado, sin contar que YoonGi había notado el cambio en mi aroma. Sin embargo, no me arrepiento de nada, mucho menos de tener a otro angelito en la familia.
— ¿Estás molesto? — tal vez no hubiera escuchado su voz si tan solo toda la habitación estuviera en silencio y es que habló tan bajo que en verdad sentí que parecía un niño castigado. No le doy la cara a YoonGi, solo permanezco de lado. — Ya acosté a JiHyun, dijo que quería un beso de buenas noches de tu parte, pero le dije que estabas cansado y que su hermanito tenía que dormir.
Un suspiro abandona mis labios al escucharlo. No es que no quiera a mi familia, solo que como dijo claramente YoonGi, el embarazo me tenía cansado, este embarazo no fue nada feliz como lo fue el de JiHyun, sin contar que también fue inesperado.
Trato de voltearme para verlo, pero al hacerlo, lo único que recibo es una patada muy fuerte del bebé, razón que me obliga a quejarme en voz fuerte.
YoonGi rápidamente se acerca y toca ligeramente mi vientre, como si tuviera miedo a que yo le reclamara algo, sin embargo, lo último que tengo en mente es hacer eso al sentir otra patada.
El dolor incrementa y el temor me invade, sé que YoonGi también lo siente, por lo que...
— Ya viene.— afirma él. Yo asiento, tratando de calmarme, pues esto ya lo viví antes. No es algo nuevo.
No alcanzo a decir algo más, cuando mi pareja ya me tiene entre sus brazos. Solo me queda reafirmarme a él y esperar a que todo salga bien.
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Mi sonrisa se ensanchó al verlo ahí, en especial al ver a JiHyun observando a detalle la incubadora donde ahora reposaba su hermanito menor: JiHoon.
— Hiciste un buen trabajo, cariño.— susurra YoonGi.
Afirmo lentamente y tomo su mano.
— Lo siento.— susurro.— No debí comportarme de aquella manera, mucho menos delante de nuestro hijo.
— Shh.— musita él, callándome con ese simple gesto. — El embarazo te tenía cansado, lo entiendo, pude sentir tu cansancio, enojo y el arrepentimiento que sentiste a los pocos segundos de haber desaparecido de mi vista.
— Igualmente lo siento, no quería tener que recibir de esa manera a JiHoon, mucho menos al haber discutido contigo y haber alejado a JiHyun.
YoonGi se agacha tan solo un poquito y besa mi frente.
— Yo no lo sentí como una discusión, cariño, al contrario, sentí que era necesario que tuvieras un tiempo a solas, lejos del estrés, sin embargo creo que ahora JiHoon y JiHyun necesitarán más de nosotros.
Observé de reojo como nuestro hijo seguía viendo de un lado a otro a su hermanito, ya contaba con dos años y aún así creo que todavía no distinguía del todo a otro bebé.
— Ven aquí, mi amor.— lo llamé, JiHyun rápidamente acudió al escucharme y lo abracé tan fuerte como podía. Él sonrió al alejarse.
— Mami, lo siento.— susurró algo cohibido. Negué de inmediato y le pedí a YoonGi que cargara a nuestro hijo, él me hizo caso y cuando lo tuve lo más cerca posible, comencé a besar sus mejillas y todo su rostro.
Podría enojarme, discutir o corregir a mis bebés, pero eso no cambiaría el amor infinito que sentía por ellos, por YoonGi, por JiHyun y por JiHoon.
Yo los amaba y YoonGi ya lo sabía, de eso no hay duda.
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Hola nenas de mi corazón. Sé que me demoré demasiado en actualizar los especiales, pero la verdad es que estaba cansada por todo eso de la U y también porque los pocos tiempos libres que tenía lo único que hacía era flojear y sé que está mal, pero en verdad no tenía ganas de casi nada.
Muchas gracias por esperar y espero que esté especial del yoonmin les encante tanto a ustedes, como a mí. ♥
Nota actual:
Solo faltan dos especiales y este fic terminar oficialmente.
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