☪ 제 16 장

Termina conmigo, acaba con esta mentira, arráncame el corazón del pecho y luego finge que lo nuestro nunca pasó.

La cama se encontraba fría, el aire se colaba por el espacio vacío entre los dos cuerpos y hacía que estos mismos tiritaran de frío.

Tae Hyung tenía ganas de regresar a casa, a su casa, no quería estar en la cabaña que sus padres habían alquilado durante todo el fin de semana para que ellos pasaran su "luna de miel" ahí. El lugar era muy bello, había mucha vegetación, una piscina, se podía comparar con un club, solo que este se encontraba en el bosque, teniendo una buena vista de un lago.

El omega se enamoró de la vista, del paisaje, de todo, lo único que le desagradó fue que Ho Seok no pudiera compartir su alegría. El alfa solo se vio indiferente durante todo el día. Llegando la noche ambos cenaron en un completo silencio y ahora podían estar sintiendo y oyendo cualquier movimiento o las agitaciones del otro al respirar, respectivamente.

Tae Hyung le daba la espalda a su esposo y este hacía lo mismo, parecían una pareja que ya había perdido la chispa del amor en vez de una pareja de recién casados y con quince y dieciséis años.

Jung seguía despierto y podía saber de antemano que Tae Hyung también lo estaba. Su padre le había dicho que los niños podían llegar cuando quisieran, pero que lo más apto era hacerlo cuando el omega este en su etapa más fértil, es decir, en su primer celo, que aún no sabían cuándo llegaría.

El rubio se removió algo incómodo y se levantó de la cama, caminó por toda la habitación estando a oscuras y prosiguió a abrir la maleta, que aún no había desempacando, para retirar alguna casaca o polera que pudiera abrigarlo en esa noche fría. Nunca fue una buena idea colocarse unos shorts y una camisa sumamente delgada para dormir.

El pelicastaño siguió los pasos de su esposo, hasta que vio el cuerpo de este; tenía una cintura delgada, no tan delgada como la de Seul Gi, pero sí estaba pronunciada, y aunque no tenía mucho trasero, ahí estaba... Y sus piernas, podía ser hombre, pero las piernas que tenía parecían delatar que hacía mucho ejercicio o que simplemente él y su hermana eran muy bien dotados.

Tae Hyung comenzó a quitarse la camisa, no podía dormir con dos prendas a la vez, le incomodaba. Quedó desnudo de la parte superior y cuando pensaba colocarse la polera sintió algo más caliente abrazarse a su cuerpo.

La adolescencia es el auge de la sexualidad, del descubrimiento que haces de ti mismo, donde te encuentras y sabes quién o qué quieres ser. Pero por sobre todo, es esta etapa en donde tus hormonas se alocan, donde jugar con "manuela" se vuelve algo común y en donde la mayoría de chicos no se puede controlar al tener algo sumamente hermoso y excitante delante suyo.

- ¿Q-qué h-haces? - el omega se aleja tan rápido como puede, estirando su brazo y dándole a entender que no quiere más acercamiento del debido.

Jung ríe y prestando la poca atención a la advertencia de su esposo, se aproxima. El rubio retrocede, recibiendo un gruñido de parte de Ho Seok. Al parecer, nuevamente la parte animal estaba actuando por su esposo.

Tae Hyung se asustó y cuando pensaba escapar, Ho Seok lo tomó y lo pegó a sí mismo, oliendo su cuello al instante y comenzando a dejar besos.

Y ante el más mínimo toque, el omega se derritió, aferrándose al hombro de su esposo y comenzando a reprimir gemidos, que sin querer deseaban salir de su boca.

El cuerpo delicado del menor cayó sobre la cama, posicionándose encima el alfa, comenzando a acariciar cada parte del cuerpo de Tae Hyung. Iban más allá de todo lo visto, se habían olvidado de quiénes eran, habían olvidado que eran dos hombres, incluso se habían olvidado sobre su odio mutuo o sobre sus preferencias sexuales.

- S-Seul Gi... - ese gemido salió de la boca de Ho Seok, arruinando el momento por completo.

El omega dejó de morder su labio y abrió sus ojos rápidamente, alejando todo placer de su sistema. Empujó a Ho Seok y le propinó una buena cachetada que se escuchó por toda la habitación.

Ho Seok reaccionó, miró a Tae Hyung y no tomó mejor decisión que escapar al igual que un cobarde, salir corriendo de la habitación, al igual que de la cabaña.

Kim comenzó a llorar, había perdido la batalla, estaba cediendo ante el placer brindado por otro hombre... y le estaba gustando, su lobo había disfrutado de las caricias propinadas y de los besos alrededor de su piel.

Esto no estaba bien, él no podía estar sintiéndose bien al estar con alguien como Ho Seok. No podía sentir nada por ese chico.

El domingo, último día de la luna de miel, empezó con un desayuno en silencio, y cómo no estarlo, si Tae había desayunado solo, Ho Seok no había regresado en toda la noche.

El chico salió, alrededor de las diez de la mañana, de la habitación para ir al lago, quería disfrutar del viento cálido y de los rayos del sol.

Sorprendentemente encontró a su esposo ahí, sentado en la orilla del lago y fundiendo sus pies en el agua blanquecina.

Tae Hyung tosió para llamar la atención de su mayor y al tenerla... solo le sonrió.

No quería crear ningún ambiente pesado entre ellos, quería divertirse.

- Siento lo de anoche, me dejé llevar por so...

- No importa. - Tae Hyung, tal y como su padre lo había dicho, era alguien sumiso, alguien muy tranquilo en todos los aspectos. - Sé que la edad en la que nos encontramos no ayuda mucho, así que... mejor olvidemos todo y reiniciemos.— El rubio le tendió la mano, en señal de paz, y el de cabellos castaños le sonrió antes de tomar la mano de este y aceptar. 

- Te duele no tenerla, ¿cierto? - el omega se sentó al lado de Ho Seok, preguntando aquello al darse cuenta que no tenía ningún tema de conversación y que hablar de su hermana era más entretenido que preguntar por el clima.

Jung lo miró y asintió levemente.

- Seul Gi es alguien...

- ¿Especial? Eso ya lo sé, ella siempre fue fuerte, muy brusca al momento de jugar y sumamente divertida cada vez que nos quedábamos aburridos. Sé porque la amas, yo también me enamoraría de mi hermana si no llegaramos a compartir el mismo ADN.

El alfa rio y miró en su omega un chico de confianza, alguien con quien podría hablar sin problema alguno.

- ¿Quieres entrenar conmigo? - soltó de golpe. El menor miró a su esposo y asintió.

Tal vez, solo tal vez, Ho Seok no eran tan mala persona después de todo.

Ambos se colocaron en posición de batalla, se miraron, casi retándose y el primer golpe lo esquivaron.

Los puños volaron, las patadas no llegaron a su destino, pero la agitación fue mucha. El sudor empañó el cuerpo de ambos jóvenes. Y sólo se detuvieron al escuchar sus estómagos gruñir, habían estado peleando desde muy temprano y necesitaban recuperar fuerzas.

A pesar de haber entrenado, de haber hablado, de haberse mirado y haberse convertidor en casi amigos, no lograron entablar una buena conversación durante el almuerzo.

Solo se podía escuchar el ruido de los cubiertos al ser utilizados o golpeados.

Tal parecía que Jung había olvidado todo lo que ocurrió minutos antes, pues se levantó de la nada y de la misma manera se retiró del comedor.

Tae Hyung miró a su pareja irse, mas no hizo nada, no sabía cómo tratar con un chico así, un chico que primero parecía desprender felicidad y que después parecía estar enojado hasta con el ser más insignificante de la tierra.

Terminó de almorzar solo y prefirió irse a descansar. Dentro de unas horas regresarían a la ciudad y tendrían que actuar como si fueran una pareja feliz, además de entrenar y de aprovechar la secundaria, pues ambas familias querían ver un cambio radical en las notas y demás.

Una vida nueva empezaría para ambos adolescentes.




Hola bebés, traigo otro capítulo a petición de ustedes y en especial, a petición de AniiHoseok. Te adoro, nena.

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