☪ 제 15 장
Un amor basado en mentiras no es nada más que algo fictioso.
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— ¿Qué tal me veo? — preguntó el chico rubio, mirándose al espejo de cuerpo completo y tratando de sonreír ante la idea de estar complaciendo a sus padres.
Jung Kook mantuvo su ceño fruncido hasta que la pregunta de Tae Hyung lo tomó desprevenido, obligándolo a sí mismo a sonreír y colocarse de pie para acercarse a su "mejor amigo".
No quería estar ahí, no quería ver cómo el amor de su vida se casaba con alguien, cómo le quitaban lo que él tanto había anhelado.
Se detuvo justo detrás del omega y tomándolo de los hombros susurró: te ves realmente hermoso.
Tae Hyung sonrió, esa era la respuesta que tanto buscaba, era lo que tanto anhelaba escuchar en el día de su boda. Sí, el día de su boda. Las semanas habían pasado con rápidez, los preparativos se hicieron con el doble de velocidad y la pareja tuvo que convivir más de lo común, pues el conocerse era lago fundamental para una unión.
— Eres el mejor amigo que pude conseguir. — los brazos de Tae Hyung fueron a parar alrededor del cuello de Jung Kook y este no pudo escuchar peor palabra que la de mejor amigo. No es que no quisiera al omega como su mejor amigo, claro que lo quería, incluso más de lo necesario, solo que él lo amaba y pensó que al tener una amistad tan profunda e íntima con el chico de cabellos rubios lograría algo. Gran error. Lo único que consiguió fue escuhar y ver cómo preparaban a Tae para su boda.
Desde aquel día, donde el vídeo fue expuesto, ni Ho Seok, ni Seul Gi volvieron a verse, solo cruzaban caminos en la secundaria, pero claro que cada uno por su lado.
— Las semanas se pasan volando... capaz mañana o pasado te vea de la mano de Ho Seok. — Jung Kook se rio de sus propias palabras y es que era cierto, las dos semanas se habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. Ahora tenía que ver a su "mate" casándose con alguien que a ninguno de los dos le agradaba.
— No digas eso ni de broma. Ho Seok y yo solo... ¿Puedes creer que en nuestra segunda cita me llevó a un arcade? ¡Fueron las dos horas más largas de mi vida! — el omega gritó con euforia y cierto enojo.
Las citas, por obligación de sus padres, eran aburridas para Tae Hyung, pues todos los lugares a dónde iban eran elegidos por Hoseok y por ende, el alfa solo seleccionaba centros recreativos y poco convencionales para chicos reservados como el rubio.
Jung Kook rio con ganas, a pesar de todo, Tae seguía despreciando y "odiando" a su alfa. Eso lo enorgullecía más, pues solo él sabía y tenía derecho a conocer profundamente a Tae Hyung.
— ¿No te vas a arrepentir al estar al frente? — preguntó el chico pelinegro.
El menor se apoyó en el pecho firme de su mejor amigo y fingiendo una sonrisa, que sabía que Jeon no vería, negó.
— Me he preparado dos semanas enteras para este día... Estoy listo. — aseguró el omega.
El pelinegro asintió y besó los cabellos de su mejor amigo para luego alejarse.
— ¡Te ves hermoso! — gritó la señora Kim, manteniendo una sonrisa en su rostro y acercándose de a poco para tocar la fina tela del traje blanco, además que no dejaba de observar el rostro de su hijo, prestando atención y tratando de arreglar algunas imperfecciones en el rostro de su hijo.
Ese era el gran día.
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Un Tae Hyung cohibido iba aferrado al antebrazo de su padre mientras este avanzaba según lo practicado.
Casi toda la ciudad estaba presente en aquella ceremonia, pues era el día que conocerían a su líder y a la pareja de este. Los camarógrafos tomaban fotos para el recuerdo y otros grababan, un gran ejemplo eran los hermanos Jung, quienes no dejaban de sonreír y apoyar de esa manera a su hermanito.
Ho Seok mantenía una expresión fría, seria, sin emoción alguna en su rostro. No importaba cuánto le dijeron que cambiara esa expresión o que demostrara algo de felicidad, este se encontraba igual.
Ni siquiera la belleza que Tae desprendía en esos momentos fue capaz de cambiar la expresión de su rostro; él no estaba feliz, no se encontraba para nada alegre de estar siendo forzado a una boda que no quería, mas ya no había marcha atrás.
Todo lo tenía planeado paso a paso.
Miró a Seul Gi, quien se encontraba en la primera fila de los asientos, y esta solo apartó la mirada. Ho Seok reprimió la sonrisa que le quería dedicar y miró nuevamente al frente.
La marcha nupcial se detuvo al igual que el corazón de Jung Kook, quien atento veía todo lo sucedido, veía como los votos matrimoniales eran pronunciandos, como las manos de Ho Seok se unían a las de Tae, como los anillos eran colocados y por último... escuchó al padre decir lo tan esperado.
— Si alguien se opone, que hable ahora o calle para siempre. — él trató de decir algo, trató de hablar, mas cuando abrió su boca... nada salió de esta, ni siquiera un suspiro.
Todos aplaudieron cuando el compromiso se selló con un beso, todo terminó cuando se les fueron lanzados pétalos de rosas blancas y creyó morir cuando tuvo que ir a felicitarlos y notar la felicidad que Tae Hyung fingía para hacerles creer a todos que se encontraba profundamente enamorado de Ho Seok, mientras que este ni se preocupaba por aparentar una pisca de alegría.
La fiesta se desarrolló en la noche, los padres bebían, celebrando la unión de dos familias en una nueva. Tae Hyung hablaba con Ji Min y Jin, pues ahora estos tendrían que ser más unidos al ser parejas de los hermanos alfas. Ho Seok estaba en una esquina bebiendo whisky mientras sus hermanos y amigos de la preparatoria lo rodeaban, sonriéndole y diciendo que aprovechara lo necesario del cuerpo de un chico tan sexy y delicioso como Tae Hyung, cosas típicas de chicos hormonales y de hermanos que adoraban fastidiar a su hermanito menor.
JiWoo llegó al lado de Jung Kook, notó la mirada que este le profesaba a Tae Hyung y negó con la cabeza.
— Está casado, no lo olvides. — las palabras de la alfa lo sacaron de sus pensamientos. Miró a la única chica Jung y tomó de un trago su whisky.
— Él es mi mate. — la chica abrió sus ojos en par y asombrada miró al chico de nariz grande.
— Eso no lo puedes saber, la luna todavía no llega a emparejarlo, a él, ni a ti al parecer.
— Yo lo sé, lo siento.
La alfa negó, ¿Qué les ocurría a todos los chicos de esos momentos? Creían amar cuando no sabían ni siquiera qué era el amor, querían entregar todo de sí mismo sin siquiera saber si sus parejas eran las correctas.
Se marchó del lado del chico alfa y siguió su camino hasta el círculo de omegas, quienes ahora hablaban del futuro hijo de Ji Min y de su hermano.
Ella no tardó en interrumpir y tocar el vientre plano de su cuñado preferido, ignoró olímpicamente a Jin y a Tae Hyung para comenzar a hablar con su sobrino. Park solo comenzó a reír y avergonzarse ante el actuar de la alfa.
Yoon Gi llegó y la apartó de inmediato, diciéndole que estaba sofocando a su omega, ella solo renegó antes de irse de esa esquina. El alfa pálido le siguió mientras le recordaba todo lo que tenía que estar alejada para hablar con su novio y es que Jung Yoon Gi era un exagerado.
— Después de la luna de miel tienes que ponerte a entrenar, Tae Hyung. — comenzó a hablar Jin. — Ho Seok está mejorando y está acabando con todos mis chicos, realmente se está haciendo fuerte.
Seok Jin había visto el avance de Ho Seok en las últimas semanas, el peli-castaño estaba avanzando demasiado y derrotando hasta a los omegas más fuertes. Aquello no era una amenaza para Jin, pero sí era algo muy preocupante en el aspecto que Tae Hyung no podría defenderse si en un punto Ho Seok quisiera o tratara de sobrepasarse con él. Más que otra cosa, el entrenamiento dado a los omegas era para su autoprotección.
— Solo será un fin de semana, estaré ahí para el lunes. — dijo sonriente el peli-rubio, dándole una mirada rápida a su, ahora, esposo.
Luego miró a Seul Gi, su hermana se encontraba en una esquina, al lado de su madre, repartiendo algunos bocadillos y sonriendo a cualquier pariente.
Tae Hyung no podía sentir pena por su hermana, ella no la iba a pasar tan mal como él lo haría de ahora en adelante, incluso sus pertenencias ya estaban empacadas para cuando se mudara con Ho Seok, a la casa de este mismo.
El señor Jung estaba más que feliz de recibir con los brazos abiertos a Tae Hyung, el chico le había caído muy bien y poco o nada le importaba si sus hijos eran gays, pues igual le entregarían nietos y una descendencia próspera.
— ¿Y... Ya han hablado de cachorros? — la pregunta de Ji Min lo tomó desprevenido, tuvo que alejar su vista de su hermana y posarla en sus amigos omegas.
Tae Hyung se sonrojó al percatarse del grado de la pregunta. Claro que habían hablado de aquello, fue en la segunda cita que tuvieron, Ho Seok se había emborrachado y soltado cientos de verdades durante todo el camino a su casa, entre ellas el desprecio que tenía por él al ser un omega hombre, y también el hecho de que nunca lo marcaría, ni nada por el estilo, para así evitar "bastardos". Esa fue la palabra que salió de los labios de Ho Seok, y siempre dicen que los ebrios dicen la verdad, pues el chico de quince años supo que su matrimonio sería un tormentoso huracán de sentimientos reprimidos y de odio ajeno.
— Aún estamos indispuestos. — sonrió sin llegar a mostrar su dentadura. — Ho Seok y yo aún somos jóvenes, tengo apenas quince años, no podría cargar con un cachorro a esta edad...
Y no puedo darle hijos a alguien que no amo, ni que tampoco se compara a la persona que me gusta, quiso agregar, mas aquello se vería mal ante sus nuevos parientes.
La vista del omega menor viajó desde Ho Seok hasta su hermana y luego se detuvo en Jung Kook, le sonrió y cuando el pelinegro se percató del gesto de su amigo, hizo lo mismo, mandándole un beso volado al instante. Tae Hyung rio y lo atrapó con su mano para luego hacer como si estuviera guardándolo en su traje.
Definitivamente no había comparación. Jung Kook había logrado ganarse un espacio en su corazón en menos de un mes, en cambio, Ho Seok solo había logrado demostrarle una faceta de rencor y odio.
¿Alguien más lloró al ver los MAMA y a nuestro solcito llorar? Yo juro que no dejé de llorar y cuando me enteré de la traducción que mencionaba su separación, no dudé en comenzar a llorar con más fuerza. Mis bebés no deben sentirse presionados, pero esta vida de idol los lleva a ese punto y me dan demasiada pena, quisiera cargar con el peso que ellos cargan y así, evitarles tanto sufrimiento. Que alguien me dé pañuelos 😫
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