☪ 9 장
Tal vez tu cuerpo no sea perfecto o el color de tus ojos sea el común, tu cabello sea como el de cualquiera o tu contextura sea muy parecida a la de cualquier chico o chica; lo único que sé es que para mí no hay ni habrá nadie que pueda tratarme de la misma manera en que tú lo haces.
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"Papá nos buscaría y nos mataría al encontrarnos."
Su hermana fue directa y realista al hablar, muy parecida a su padre. Seul Gi sabía que si Ho Seok y ella escapaban, lo único que ganarían sería una muerte segura.
Ella sabía, muy a pesar de que trataba de ignorarlo, que estaba mal estar con el prometido de su hermano, pero no había vuelta atrás, ella lo amaba, deseaba a Ho Seok y si hubiera despertado como omega la situación hubiera sido distinta. Su hermano hubiera sido feliz y ella no estaría en tal dilema.
Tae Hyung miraba el techo de su habitación, su pierna aún dolía y presentía que le quedaba más días de tortura. Sin embargo, prefirió dejar el dolor de lado e ignorar el día tan fatal que le había tocado vivir y tomar su celular para encender el reproductor aleatorio; ya estaba cansado de pensar en Ho Seok y en sus pocos modales al no agradecerle por la ayuda que este le brindó.
Colocó una almohada encima de su rostro y ahogó un grito cuando se dio cuenta que Ho Seok no saldría con tanta facilidad de sus pensamientos.
— ¡Mierda! ¡Ya deja de pensar en él! — se gritó a sí mismo al salir dejar de lado la almohada. — ¡Él es de tu hermana y tú... tú... rayos. — maldijo al final. Ya no sabía cómo autoanimarse, no sabía qué hacer para quitar de su mente a alguien que no tenía ningún poder sobre él y que no merecía ni siquiera un tiempo de su atención.
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La noche llegó y con ella, la hora de la cena. La señora Jung adoraba este momento del día, pues era la hora donde todos llegaban a reunirse y hablar de su día, de los sucesos más importantes de este y de las buenas noticias. Sin embargo, para Ho Seok, este momento era el más tormentoso de todo el día, pues sus hermanos solo hablaban entre ellos de cosas que generalmente no eran de su incumbencia, sin contar que durante todo el transcurso de la cena, el señor Jung no dejaba de molestar a Ho Seok con alguna indirecta sobre su futuro como alfa y padre de familia, algo de lo que él no quería hablar a menos que la omega se tratase de Seul Gi.
Mantuvo su firmeza y su buen control del tema en toda la cena de ese día, a pesar de que su padre comentó su gran hazaña en el bosque. Ho Seok sentía que aquello no era una gran hazaña, solo sintió que estaba haciendo lo correcto al ayudar a alguien indefenso y herido. Pero a pesar de la explicación del alfa joven y la aclaración, ante todo, sobre sus intenciones con el rubio, el señor Jung y sus hermanos no entendieron y pronto estuvieron previniéndole y riéndose de él, en un buen sentido.
La señora Jung miró a su hijo menor, este no se veía contento con las insinuaciones de su hermana sobre su relación con el omega rubio; Yoon Gi también parecía burlarse de él, al decirle que cargarlo y llevarlo a su casa fue una mala opción y que en vez de eso, debió llevarlo a otro lado y hacer otro tipo de cosas; Nam Joon no opinó nada, sin embargo, algunas risillas de parte de él fueron suficientes para entender que también le hacía gracia la situación que había pasado su hermanito menor.
— ¡Él es un hombre al igual que yo! ¡Nunca pasará nada entre nosotros, mucho menos algo más allá de pena, la pena que siento por ese niño! — el señor Jung miró a su hijo, lo desafió con la mirada y se colocó de pie sin pensarlo mucho, al igual que el menor lo hizo.
Todos los chicos Jung se quedaron callados ante la imponente acción de su padre y prefirieron ver la respuesta de Ho Seok ante aquello. Este también miró a su padre y ya no se encontraba intimidado, no tenía por qué estarlo. El menor también era un alfa y ya no pensaba quedarse callado, su lobo ya no le decía que reprimiera sus comentarios o sus sentimientos.
— Quiero casarme con Seul Gi, con una mujer... con la mujer que amo.
Los presentes se quedaron en silencio, ninguno de ellos se había revelado ante su padre por el momento, tenían que respetar su lugar de líder de la manada y de padre alfa, sin embargo, ahí se encontraba Ho Seok, retándolo con la mirada y con sus palabras, dándole la contra a su orden.
— No vuelvas a pronunci-
— Pero... — Ho Seok iba a detenerse, pero un impulso lo llevo a decirle a su padre que deseaba romper el compromiso con el menor de los Kim y en vez de eso, desposar a la mayor. — Pero me quiero casar con Seul Gi, la amo, quiero que sea ella quien me dé cachorros, quiero ver su rostro al despertar y que sea el último al dormir... Quiero que nuestro amor no sea prohi--
— ¡Es que eso es! — gritó el señor Jung.— ¡Es un maldito amor prohibido! ¡Tú mismo sabes que un amor entre alfas no puede existir y que su relación es un maldito capricho!
— ¡Claro que no! ¡Yo la amo!
El señor Jung tuvo que respirar hondo para no lanzarse a su hijo en ese mismo instante y golpearlo con todas sus fuerzas, no podía entender por qué se comportaba de esa manera, creía que ya habían avanzado, que habían olvidado ese tonto capricho y que se tomaría enserio su puesto de líder, sin embargo, solo se dio cuenta que había sido un tonto al creer en su hijo.
— ¿Quieres ser el maldito líder de esta manada? — la pregunta descolocó a Ho Seok, él no pensaba recibir una pregunta en vez de una solución al problema.
Pero a pesar de saber qué es lo que en verdad quería, la respuesta de parte del alfa menor tardaba en llegar. Las palabras de su padre aún estaban siendo procesadas y la forma en la que todos los hermanos estaban a la expectativa de él, demostraba que esto sí era algo decisivo y no un juego o un capricho de niños inmaduros.
— ¡Te pregunto una vez más! ¿¡Deseas obtener el puesto de líder de la manada!? — Ho Seok saltó en su sitio al escuchar los gritos de su padre, jamás lo había visto tan enojado.
— S-sí
— ¡Entonces compórtate como un verdadero alfa y comienza a preocuparte por lo que verdaderamente importa!
El pelinegro cerró sus manos hasta formar puños y tal era la fuerza que ejercía que sus nudillos se encontraban blancos. Nuevamente se había tragado su orgullo y había sido pisoteado por su propio padre, este último ya iba saliendo del salón y dejando impactada a la familia. Sus hermanos hicieron lo mismo, a excepción de Nam Joon, quien se detuvo un momento al lado de Ho Seok.
— Lo siento, sé que no estuvo bien lo que hicimos. — Nam siempre era el más razonable de todos los hermanos y el que contaba con más empatía.
Ho Seok se dejó caer en la silla y miró un punto perdido en la pared, siempre pensó que al retar a su padre, este estaría orgulloso y feliz de ver que sus hijos iban creciendo, sin embargo, esta no fue la respuesta que esperó recibir.
Ya no tenía opoetunidad con Seul Gi, ya no sabía qué hacer, escapar no era una gran opción, pues sabía que eso sólo le traería consecuencias a ambos. Se sentía perdido.
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Otro día había llegado, Tae Hyung se encontraba en su cama y con una venda en el tobillo, no se podría mover por lo que sería tres días y por lo tanto, no podría ir a la escuela. Eso era algo bueno, en cierta parte, si su madre no se encontrara junto a él todo el tiempo y le diera los consejos básicos de ser el mejor omega para un alfa... para el líder de la manada.
Mientras tanto, Ho Seok mordisqueaba el extremo de su lápiz mientras trataba de mantenerse despierto en la clase de literatura, la que por cierto era de su total desagrado, a pesar de que su padre fuera un profesor, ya retirado, de esta área. Ni siquiera por ser el hijo de un profesor de Literatura le encontraba sentido a un montón de letras que estaban impresas en libros antiguos. A él le iba mejor en las matemáticas, en los libros de números y estrategias de razonamiento.
Tiró su cabeza para atrás cuando el timbre que anunciaba el primer receso sonó. Se levantó y guardó todas sus pertenencias en su mochila.
Salió del salón con apuro para encontrarse con Seul Gi, tenía que contarle lo sucedido y pensar en qué harían para proteger su amor y afrontar todas las consecuencias que este les traería.
Ho Seok no era chismoso, él no era un hombre que amara entrometerse en los asuntos de los demás, sin embargo, no pudo evitar oír el nombre de su prometido en la boca de unos chicos de un año inferior que él, estos hablaban como si el omega fuera un fácil y por tanto, alguien repugnante; su lobo se sintió herido en cierta forma y enojado en todos los aspectos, mas cuando pensaba devolverse ante esos chicos y darle su merecido, estos ya se veían en el suelo.
Miró con asombro a los damnificados y luego observó al "narizón" que había "vengado" a su prometido.
— ¡No hablen así de Tae Hyung! ¡Él no es ninguna puta!
— ¡No te metas en lo que no te llaman, Jeon!
El mencionado se agachó y cogió de la camisa a uno de los mal hablados.
— Claro que me incumbe, Choi, siempre me va a incumbir todo lo que tenga que ver con el chico que me gusta.
Y el lobo de Hoseok ya no se sintió enojado, ahora se sentía traicionado, decepcionado y con una rabia gigante hacia el otro alfa con una nariz grande, quien parecía querer quitarle lo que era suyo.
Cuando reflexionó sobre eso, continuó con su camino, tocando su pecho al instante, pues su corazón no dejaba de latir con fuerza, tenía tantas ganas de golpear algo, y lo hizo cuando se vió alejado de la multitud. Golpeó la pared y descargó toda su furia contra un tacho de basura que se encontraba por ahí.
No sabía por qué estaba actuando de esa manera, Tae Hyung no era nada más que el omega con quien se casaría, no significaba nada más que el portador de sus cachorros. ¿Por qué actuar de esa manera por alguien tan insignificante?
Maratón 1/5
Hola bebés, regresé. ♥
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