☪ 7 장
La mano que muchas veces tomó la mía, ahora toca otra; la sonrisa que me dedicabas, ahora es para alguien más y el amor que me jurabas, ahora me es ajeno.
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— Presta atención, Kim. — ordenó el profesor de deportes, que por cierto, era el peor enemigo de Tae Hyung.
El peli-rubio miró mal a su mayor, pero hizo caso omiso a las palabras de su docente, pues estar en una cancha de baloncesto a unos 26 grados no era algo que cualquiera de los chicos o chicas de su salón deseara hacer.
— Ya deberías dejarte de estupideces, Kim, que seas el omega de nuestro futuro alfa no te hace especial. — se burló Min Ho, su supuesto amigo.
Tae también lo miró mal y optó por guardarse sus comentarios y continuar con el juego.
El omega iba del equipo contrario a sus amigos, estos se burlaban a cada minuto del rubio o en cada punto que anotaban. Tae solo se reprimía su enojo para no crear problemas, sin embargo, cuando las burlas se hicieron más personales, todo se alteró.
— ¡YA DEJA DE JODERME! ¡NO ME CREO NADIE ESPECIAL AL ESTAR CON ESE IMBÉCIL! ¡SOY IGUAL O MEJOR QUE USTEDES! — Los gritos vinieron acompañados de empujones, cuales Min Ho contestó de la misma manera.
— ¡SOY MEJOR QUE TÚ AL SER UN ALFA! — todos se detuvieron al escuchar y no tardaron en entonar un sonoro "Uhh" y comenzar a hablar entre ellos sobre el buen insulto que contestó Choi ante la rebelión de Tae Hyung.
El labio inferior de Tae Hyung tembló y las lágrimas ya querían salir, eso sí le había dolido; él siempre había sido fuerte, lo había demostrado muchas veces al no abrirse de corazón ante nadie, al estar siempre serio ante cualquier suceso, sin embargo, esto le tomó por sorpresa.
— ¡Véte al demonio, Choi! — sentenció antes de alzar su puño y estamparlo en el rostro ajeno.
Los chicos comenzaron a animar la pelea, mientras que las chicas solo gritaban entre ellas.
El profesor los separó, pero solo por un lapso de segundos, pues tan pronto como se alejaron, volvieron a unirse. Min Ho se lanzó encima de Tae Hyung y comenzó a darle de puñetazos. MinJae, amigo de ambos, también intervino en compañia del profesor. Entre ambos lograron separarlos mas Tae Hyung no se quedó con las ganas y le dio una patada cuando pudo.
— ¡Eres una asquerosa mariquita! ¡Como Omega solo servirás para darle hijos, nada más que para eso! — Tae Hyung era conciente de las palabras de su ex amigo. Él, incluso, pensaba de es manera.
Los gritos no acabaron, pero su discusión sí, pues el profesor mandó a Tae Hyung fuera de la cancha, al igual que a detención después de clases. A este solo le quedó aceptar a regañadientes y recoger sus pertenencias del campo.
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Hoy no era el día de Ho Seok, había llegado tarde a la escuela, estaba con demasiado sueño y el profesor de Literatura lo había retirado del salón por estar durmiendo y distrayendo a sus compañeros durante su clase.
Iba a caminar por todo el campo y observar a los chicos de grados inferiores hacer ejercicios, cuando vio algo que realmente no le gustó.
Ni siquiera se quedó a reflexionar sobre su actuar y prosiguió a caminar con paso firme hacia la pareja que hablaba amenamente. Comenzó a maldecir entre dientes y cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzó su puño al chico que "coqueteaba" a su novia, bueno... ex novia.
Seul Gi soltó un gritito y saltó en su sitio al ver como su pareja de ciencias iba al suelo. Ella no tardó en arrodillarse a su lado y ayudarle a levantarse.
Ho Seok lo miró desde su sitio, con la respiración agitada y con la adrenalina a mil al estar enojado y con una furia incontrolable.
— ¡No te acerques a mi novia, imbécil! — la advertencia del alfa fue clara, sin embargo, las palabras de Seul Gi también lo fueron.
— ¡Ya déjame en paz, Ho Seok! Esto ya se acabó, pero al parecer no logras superar que ya no te amo. — esas palabras solo lograron dañar la parte humana del chico, pues su lobo estaba de lo más normal.
El chico golpeado se levantó y mirando de pies a cabeza, soltó:
— Si no te devuelvo el golpe es porque eres un niño de tan solo 16 años... y porque le tengo respeto a Seul Gi. —
La mencionada miró a su compañero y asintió, restándole importancia a su ex novio.
— Es mejor que hablemos en otro momento, Min Seok. Nos vemos el día de mañana en tu casa. — una sonrisa de parte del chico fue la respuesta que necesitó la alfa para saber que ese golpe no había afectado su amistad.
Una vez que vio irse a uno de sus grandes amigos, se devolvió hacia Ho Seok y frunció su ceño.
— No vas a ir a esa casa. — sentenció el menor.
La alfa casi se burla delante del pelinegro, sin embargo, en vez de hacer eso, dijo:
— No somos nada, Ho Seok. Lo nuestro terminó y debes entenderlo de una vez.
Jung negó con la cabeza, acercándose más a la chica y dejándola acorralada contra los casilleros. Seul Gi no era alguien que se intimidaba fácilmente, y mucho menos por alguien menor que ella, alguien que conocía desde pequeños y que llegó a amar en un pasado. Por lo tanto, miró directamente hacia los ojos de Ho Seok y respiró hondo.
— Aléjate, Ho Seok, no quiero tener nada que ver contigo. — las palabras de la mayor podían ser firmes, pero su corazón no, ese órgano que bombeaba sangre por todo el cuerpo latía de una forma increíble.
— Dime que no me amas, que todo lo que fuimos una vez no significa nada, que ya no puede existir un futuro para ti y para mí, que todas las noches que pasamos en vela sonriendo, llorando y diciendo lo mucho que nos amábamos no fue nada más que una estúpida aventura de niños.
Ho Seok estaba dispuesto a todo por seguir con la persona que amaba, él la amaba como nunca antes hubiera creído amar.
Seul Gi no era de hierro, ella también sentía, y al igual que cualquier mujer, era sensible.
La chica no tardó en desviar la mirada, bajar la cabeza y comenzar a soltar pequeñas, pero muy significativas lágrimas.
Ho Seok no esperó esa reacción, pues su novia siempre fue alguien fuerte, alguien de quien tú podías encontrarte orgulloso al ver que no se quebrantaba ante nada. Esa era Seul Gi, alguien que sabía afrontar la vida a ojos cerrados y siempre poner buena cara ante los problemas. Esa era SU Seul Gi, de la que Ho Seok estaba enamorado y por quien daría todo, sin arrepentirse de nada.
— Mírame a los ojos y dime que lo nuestro no significó nada para ti... que ya no me amas. — el chico bajó la mirada, el cabello de su novia era hermoso, sin embargo, él estaba interesado en su rostro, en ver ese precioso rostro.
La alfa obedeció y miró directamente hacia los ojos achocolatados de su pareja, sonrió con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas, pero no dijo nada. Solo se lanzó a los labios de Ho Seok, rodeó con sus brazos el cuello ajeno y saboreó de los labios del menor.
Jung jamás creyó tener esa respuesta, sin embargo, correspondió, siguió el beso y recorrió con sus manos el cuerpo de su novia, hasta llegar a su cintura y situarse ahí.
Ambos disfrutaban de su pequeño momento, ambos solo se ensimismaban... se amaban por un lapso corto, pues después todo se acabaría y con ello, el amor que se tenían el uno por el otro.
Tae Hyung, por su parte, solo sentía un terrible dolor en el pecho, parecía que le estaban arrancando el corazón de su lugar y jugando con este. Su lobo también sentía lo mismo, su lobo también se sentía... traicionado.
Él observaba a su hermana y a su prometido juntos, besándose, entregándose el amor que él nunca experimentó, pero que alguna vez deseó sentir.
Tragó grueso y no supo en que momento fue, pero ya se encontraba llorando, ni siquiera sabía cómo o por qué estaba soltando lágrimas.
Y cuando escuchó el claro "te amo" de parte de su hermana y la misma respuesta de parte de Ho Seok, entonces entendió que Min Ho tenía razón, que él tenía razón; solo serviría para dar cachorros, después de eso, para nada más.
Limpió sus lágrimas y salió corriendo en dirección contraria, por más que trató de no hacer ruido, esto fue imposible, pues sus zapatillas rechinaron en los azulejos y llamaron la atención de los tortolitos.
Tanto Ho Seok, como Seul Gi miraron hacia donde se hallaba Tae Hyung, este se había quedado quieto al saber de antemano que había alertado a su hermana.
— ¡Tae Hyung! — gritó ella, llamándolo y alejándose de Ho Seok para ir con su pequeño hermanito.
Tae no pensó de la misma manera, pues cuando oyó a Seul Gi, no le quedó de otra que salir corriendo del lugar.
No quería parecer un "mariquita", no quería seguir siendo la burla de todos en la preparatoria; tan solo tenía quince años, era un niño, no entendía nada de lo que ocurría, no entendía por qué su pecho dolía horrores y por qué sentía que sus pulmones no recibían el aire suficiente como para respirar.
No entendía por qué su mente seguía reproduciendo el momento en que su hermana y Ho Seok se besaban.
Maratón 1/2
Espero que les guste esta pequeña maratón. Lxs amo.
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