☪ 23 장

Hacer el amor no es lo mismo que tener sexo.

Los dos cuerpos cayeron a la cama, la esencia se hacía cada vez más intensa, el cuerpo de Tae Hyung liberaba feromonas y Ho Seok no dejaba de enterrarse en el cuello del omega para disfrutar de esa manera el aroma tan exquisito del que se había enamorado.

Los besos iniciaron por esa zona, descendiendo de a poco hasta la clavícula del menor, quien no dejó de gemir en todo momento, liberando todo su placer por medio de esos gestos.

Tae Hyung mantenía la boca entreabierta y su mirada fija en el techo de la habitación, quería echar su cabeza atrás y rogarle a Ho Seok que lo hiciera suyo de una buena vez, pero aún había algo razonable dentro suyo que le impedía decir eso.

— H-Ho Seok... — terminó gritando el nombre de su esposo, dando más acceso a su cuello y abriendo sus piernas para que el alfa se situara entre estas.

Todo estaba yendo tan rápido, Ho Seok no se detenía y sus manos ya iban descendiendo desde la cintura hasta los muslos del omega.

Los cuerpos de ambos quemaban, Tae Hyung ya se sentía libre, sin embargo, el alfa aún tenía su ropa puesta, razón que lo llevó a separarse de su pareja y comenzar a retirar la chamarra que había llevado para entrenar y los pantalones holgados que también utilizaba para ese tipo de ejercicios.

Tae Hyung no aguantaba, tenía a su alfa al frente suyo, pero este estaba más concentrado en quitarse la ropa que en acariciarlo; llevó una de sus manos hacia su entrepierna y con mucha vergüenza comenzó a frotarse. Él, hasta el momento, no se había tocado, mucho menos pensando en alguien, pero en ese momento lo estaba haciendo y lo peor fue hacerlo delante de "esa persona" mientras gemia el nombre de este.

Jung logró quitarse toda la ropa, quedándose desnudo. Ambos eran inexpertos en el tema del sexo, pero sus lobos querían unirse, querían experimentar más allá de un simple beso o de un insignificante roce.

— T-te n-necesito. — apenas susurró el menor, mirando a su esposo y soñando despierto en cómo sería tenerlo dentro.

El miembro del alfa era mucho más grande que el suyo y aquello era más que suficiente para que el menor lo deseara.

Ho seok escuchó los suspiros y gemidos de su pareja, aquello lo puso de sobremanera.

No tardaron en volverse a unir, los besos subieron de nivel, Ho seok mordía y succionaba el belfo de Tae hyung y su lobo le exigía que ya lo marcara, que lo mordiera y dejara en claro quien era su omega y a quien pertenecía. Sin embargo, todo comenzó a ir por otro lado, Tae Hyung dio una vuelta, dejando a Ho Seok abajo suyo y sonriendo al tenerlo de esa manera. El alfa lo sostuvo de la cintura y los besos continuaron, las caricias comenzaron a cambiar de lugar e iban sobrepasando el límite correspondido.

Los cuerpos comenzaron a sudar y la cercanía convertía el momento en algo íntimo.

Todo el mundo se desvaneció alrededor del menor, la habitación dejó de existir para él y en ese momento, Ho Seok era su único paisaje. El mayor y su esencia eran la perdición de Tae Hyung, pues este solo estaba volviéndose loco por el gran aroma a madera recién cortada con una combinación de café caliente. Todo estaba que lo volvía loco, los toques de su esposo, la simulación de embestidas que este propinaba y los besos que ya iban en aumento. Y entonces ocurrió, Ho Seok comenzó a empujarse dentro del menor, Tae Hyung lo recibió gustoso y no dejó de gemir y apoyarse en el hombro de su pareja para comenzar a impulsarse. Los saltos fueron lentos al principio, con cuidado de no lastimarse el uno al otro, sin embargo, cuando el omega soltó un grito que solo pedía una y otra vez por más, fue que todo empezó siendo duro.

Los gruñidos de parte de Ho Seok no cesaron, el alfa se sentía tan bien mientras miraba al chico de cabellos rubios "montándolo"; esa era una de las posiciones que había visto en un vídeo porno hace unos meses atrás, cuando aún estaba con Seul Gi y pensaba practicarlo con esta misma cuando sea el tiempo adecuado, mas nunca imaginó que aquello lo haría con el hermano de "su novia" y sinceramente no se arrepentía, las caderas del pelirubio, al igual que su contextura delgada no tenían nada que envidiarle a Seul Gi.

— M-me g-gustas... — Ho Seok giró y no reparó en sus palabras, solo lo dijo y dejando abajo a su menor fue que se adentró por completo, obligando al nudo ir más allá del anillo muscular del pelirubio.

Tae Hyung trató de besarlo, para así acallar el grito que tenía ganas de soltar al tener  el nudo de su pareja dentro suyo, pero el pelicastaño se negó, dirigiendo sus dientes al hombro de su esposo y mordiendo en esta zona.

La sangre fue saboreada por el mayor y el vínculo nació.

Tae Hyung era oficialmente el omega del líder de la manada de Gwangju, era el que acompañaría a Ho Seok por el resto de días que le quedaban, era el que lo guiaría cuando no tuviera una claridad, se convertiría en el hombro en el que el alfa se apoyaría para descansar. De ahora en adelante Kim Tae Hyung sería la pareja de Jung Ho Seok, solo de él, no podía tener un amante y tampoco proclamarle amor eterno a alguien que no fuera el chico de cabellos castaños, que ahora se encontraba con la respiración irregular y que se apoyaba con los codos a cada lado de la cabeza del menor.

Ya no había marcha atrás, la marca estaba ahí, el nudo seguía dentro del pelirubio, impidiendo que el líquido seminal escurriera y las miradas de ambos hablaban por sí solas.

— T-también me gustas. — susurró el menor, atrapando los labios del mayor entre los suyos e impidiendo que este diera una respuesta.

La mañana estaba fría, al parecer la noche anterior había nevado, las calles se encontraban con un pintoresco paisaje blanco y algunos chicos salían de sus casas a mucha velocidad, a la mayoría se les hacía tarde para llegar a la preparatoria. Sin embargo, Ho Seok aún seguía durmiendo y Tae Hyung aún estaba apoyado en el hombro de este, descansando de la noche anterior.

Los gritos en la casa Jung no tardaron en hacer acto de presencia.

— ¡Diablos! ¡Mamá, es un olor exquisito! — gritaba la chica, tratando de subir las escaleras para así correr hacia la habitación de su hermano menor y disfrutar de la fragancia que emanaba su cuñado.

La señora Jung la sostenía de la cintura y no le permitía cumplir con su acometido, pues estaba de hecho que JiWoo era una loca y que haría hasta lo imposible para ir con Tae Hyung.

La noche anterior había sido una tortura para la familia Jung, al menos para los que se encontraban en casa cuando el celo de Tae Hyung llegó, es decir, JiWoo y el señor Jung, quienes fueron los más afectados, en cambio, para la mamá de Ho Seok fue algo normal descubrir la esencia del esposo de su hijo, después de todo, ella era una omega.

— ¡No es justo! ¡Él huele delicioso! ¡Mamá! — se quejaba la chica. — ¡Te apuesto a que Nam Joon y Yoon Gi ya se hubieran lanzado encima de él!

Los aludidos, y también alfas mayores habían salido con sus respectivas parejas y a pedido del señor Jung, no regresarían hasta que el celo de Tae Hyung pasara.

— ¡JiWoo, cálmate! — le pidió su madre, mas la chica no escuchaba, sólo pataleaba y trataba de soltarse de algún modo.

— Nos iremos a entrenar. — sentenció el señor Jung al ver que él tampoco resistiría ante esas insinuaciones indirectas de parte del esposo de su hijo.

Ambos alfas salieron, a pesar de que la chica no dejaba de gritar que el olor desprendido por su cuñado era exquisito. Y fue justo esos gritos que pusieron alerta a Ho Seok, quien se levantó de inmediato y no tardó en darse cuenta de lo que había hecho, mas cuando su parte racional iba a tomar posesión de él, el aroma de Tae Hyung lo cegó.

Los jazmines en combinación con vainilla lo obligaron a apegarse al cuerpo de su esposo y comenzar a frotarse lentamente contra este.

Tae Hyung se despertó, pero en vez de parecer asustado, parecía satisfecho.

— H-hazlo~ — casi gimió el menor al sentir que su entrada era atacada por las arremetidas de Ho Seok.

El alfa no se negó en ningún momento y asintió, comenzando con una nueva ronda.

Y es que todos los omegas tenían diferentes celos, a uno le podía durar dos días, mientras que a otros se les prolongaba por una semana. Fue entonces que Tae Hyung deseó que su celo fuera diferente al de esos omegas que solo contaba con dos días de apareamiento.








Maratón 1/3

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