☪ 제 8 장
Esperé verte una vez más, sentir tus labios, incluso, esperé por tu amor y descubrí que esperar solo hace más dolorosa la separación.
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Los preparativos siguieron en marcha, a pesar de que Tae Hyung se opuso y gritó que su hermana seguía amando a Ho Seok y que al parecer, este no era ajeno a sus sentimientos.
Nadie le hizo el debido caso. Lo ignoraron completamente y tomaron su opinión como una excusa para evitar el casamiento, algo que se realizaría sí o sí.
— Aún no ha pasado tu primer celo, así que tienes que estar al lado de tu alfa para ese gran momento. — comentó su madre durante el almuerzo.
Tae Hyung se sentía incómodo hablando sobre aquello, no le gustaba ahondar en un tema que le compete solo a su madre y a su hermana, pero que ahora también tendría que interesarle a él también por su inminente naturaleza.
Seul Gi, por su parte, solo comía en silencio y con la mirada gacha, tampoco le agradaba la idea de que hablaran de su novio y su hermano de esa manera. Ella siempre esperaba que aquellos temas sean tratados con una mujer, no con su hermanito menor, que por cierto tenía pene, al igual que Ho Seok.
— Tae Hyung sabe que tiene que darle un cachorro a Ho Seok antes del año de matrimonio. — el señor Kim fue directo, recto y muy firme, ignorando por completo la opinión del omega.
Seul Gi miró a su padre y cuando trató de decir algo, este la calló con una mirada severa. El padre sabía que su hija aún amaba a Ho Seok, pero él no podía hacer nada, el trato ya estaba hecho y los preparativos por igual.
— No puedo casarme con Ho Seok. — Tae Hyung sentía que si bajaba tan solo un poco más la voz ya nadie lo escucharía; estaba hablando muy bajo, demasiado como para que alguien le prestara atención.
— ¡Basta! — el sonido de los cubiertos al caer o al ser lanzados se escuchó por todo el comedor y tanto la madre como los hijos miraron al señor Kim, quien había dejado de comer para gritar y mirar a su hijo. — ¡Te casarás con Ho Seok y espero un maldito cachorro para el mes siguiente de haber contraído matrimonio!
— P-pero... — Tae Hyung trató de darle la contra, de decir lo que había presenciado con sus propios ojos y dejar bien en claro que no le quitaría el novio a su hermana. Sin embargo, el miedo lo embargo al ver a su padre tan enojado y al ser sujetado por este mismo de una manera brusca.
— ¡Pero nada, mocoso! ¡Siempre te crié como un niño, siempre quise entrenarte como a un alfa, pero tú y tus estúpidos libros te alejaban, así que ahora no te quejes al ser un maldito omega! — esas palabras dañaron al menor; su padre tenía razón en cierta parte, pues desde muy pequeño prefería leer a estar en una batalla cuerpo a cuerpo con su progenitor, prefería sumergirse en el mundo de la literatura a estar ensuciando su ropa o estar expuesto a millones de bichos o enfermedades. — ¡Y te vas a casar con Ho Seok! ¡Me entendiste! — Tae Hyung no sabía en qué momento fue que comenzó a llorar, pero ya lo estaba haciendo, podía sentir las calientes lágrimas cubrir sus mejillas. — ¡ME ENTENDISTE! — repitió el padre, zarandeando a su hijo. Este asintió al encontrarse temeroso.
El señor Kim lo soltó, empujándole al mismo instante y haciéndole caer al suelo.
La voz de mando había sido utilizada nuevamente y eso le dolía a Tae Hyung, le dolía ser obligado a algo que él no deseaba. Era como ser prisionero de tu propia familia, sentirte inseguro con las personas que te vieron crecer y que te entregaron amor fraternal.
El señor Kim se marchó de la mesa y salió por la puerta principal; SeulGi al ver que su padre ya no regresaría, se colocó de pie y le extendió un brazo a su hermano, este no la aceptó y se puso de pie solo.
— ¡Véte al demonio, Seul Gi! — el grito del chico estaba cargado de ira, de odio... de dolor
Tae Hyung limpió sus lágrimas con el dorso de su mano, fue tan brusco consigo mismo que el dolor que dejó en su piel después de arañarse a sí mismo el rostro, fue insoportable.
Se encaminó fuera de la casa por igual y corrió tan lejos como pudo, no vió hacía atrás, pero tampoco vió o pensó en un destino en donde terminar.
Las personas del vecindario lo miraban como si de un bicho raro se tratase, sin embargo, no por eso se detuvo.
Él no quería detenerse, quería seguir corriendo, quería estar siempre en movimiento, si era posible hasta llegar a otro lugar, a otra manada.
Se detuvo abruptamente, pero solo fue para convertirse en lobo. Ahora, un lobo de unos brillantes ojos amarillos y un pelaje marrón claro con algunos rayos castaños rojizos corría por el bosque.
Estando a cuatro patas se le hacía más fácil correr y llegar lejos, de esa manera era más fácil olvidarse del dolor de su pecho y de lo que sus padre hacían por él.
Creyó que nunca tendría un destino, que no había un lugar para él, pero al mirar el cielo claro, los rayos del sol en su esplendor, alumbrando algunas zonas del bosque, se dió cuenta que su lugar no estaba ahí, no estaba al lado de nadie. No estaba ni siquiera al lado de sus padres, de su hermana... de su familia.
Sintió en un momento, un dolor tan fuerte en su pata derecha, lo que le obligó a detenerse y a caer de bruces al suelo. El dolor era intenso y cuando observó la pata ensangrentada se dió cuenta que en verdad era algo grave.
Tuvo que volver a su estado humano y observar a más detalle la herida, esta se encontraba en la pierna derecha.
— Mierda. — musitó.
Se encontraba sin ropa y con una herida muy profunda en el tobillo.
— No me gustan los mal hablados. — Tae Hyung levantó su vista, arrepintiéndose al instante, pues Ho Seok lo observaba de pie desde uno de los árboles que rodeaban al omega.
— ¡Véte al diablo, Jung! — el mencionado rio y negó con la cabeza.
— Para ser un chico de quince años tienes mala labia y un pésimo carácter. — se burló el alfa.
Kim se enojó aún más y prefirió darle más atención a su accidente que a ese imbécil que le sonreía.
— ¿Sabes algo?
— No, no lo sé. — contestó el menor de mala gana.
Ho Seok frunció su ceño y se acercó rápidamente al omega, tomando su mentón, para que de esa manera, este lo vea.
— Tranquilízate, mocoso. Soy tu alfa y no querrás sacarme de quicio, no en estos momentos. — la mirada de Ho Seok se paseó por todo el cuerpo desnudo de Tae, dejándolo expuesto y sumamente avergonzado de su situación. — eso imaginé.
La burla nuevamente sonó en la voz de Ho Seok, y eso solo provocó un poco de ira en Tae Hyung.
— ¿Por qué saliste corriendo de esa manera? — Tae quiso asombrarse al escuchar que Ho Seok lo había visto salir corriendo, sin embargo, su hermana vino a su mente y rápidamente descartó la idea de que el alfa se preocupara por él.
— Me tengo que ir. — el omega trató de levantarse, pero apenas y podía mover un pie sin echarse a gritar o emitir quejidos muy fuertes.
Jung lo había visto, claro que había notado al loco de Tae Hyung correr por todo el vecindario, y llegar al bosque; se asombró al ver al lobo de su omega, este era precioso, incluso logró llamar la atención de su propio lobo. Y ahora, ahora sólo podía ser amable con el menor y llevarlo a casa, tenía que hacerlo, no solo para quedar bien con la familia de su nuevamente novia, sino que con esta misma también.
El alfa se retiró la casaca que llevaba puesta, y aunque esta era pequeña, cubrió un poco el cuerpo del menor. Este no se opusó a nada, pero sí comenzó a quejarse cuando Ho Seok tomó sus muslos y su espalda para cargarlo.
— ¡No! ¡Yo puedo caminar! — las mejillas del omega estaban pintadas por un rojo carmesí, el alfa lo notó, pero no dijo nada a excepción de que no permitiría que su omega caminara en ese estado.
Tae Hyung aguantó casi toda la respiración camino a casa, no quería incomodar al alfa y tampoco tomarse el atrevimiento de tocarlo más allá de lo que se estaban tocando.
— ¿Por qué no fuiste hoy a la escuela? — preguntó Ho Seok al ver que el silencio era muy incómodo, tanto que odiaba escuchar el sonido de sus zapatos al chocar contra el suelo.
— No tenía ánimos. — mintió, aunque la única verdad era que no podría aguantar ver a su hermana junto a Ho Seok, y es que no comprendía por qué se sentía así, por qué su lobo tenía que sufrir al ver a la pareja de su hermana junto a esta, siempre los había visto juntos, ¿Por qué en estos momentos tenía que sentirse tan confundido... tan atrapado?
Volvió en sí mismo cuando el timbre de su casa fue presionada y cuando su madre soltó un pequeño gritito al verlo desnudo y con esa tremenda herida en el tobillo.
— ¿Qué sucedió? ¿Por qué mi hijo está desnudo? — preguntó más que alterada la mujer.
Ho Seok dejó a Tae Hyung en el sofá y muy pronto vio venir a su novia, SeulGi no se acercó más de lo debido, sólo observó la herida de su hermanito y salió disparada hacia la segunda planta en busca de algunos medicamentos.
El alfa la vió irse y una sonrisa se dibujó en su rostro, estaba más que feliz, su novia siempre había sido hermosa y esta vez no era la excepción, pues hasta en un día casual, ella se encontraba perfectamente bella y natural.
La señora Kim escuchó cada palabra de Ho Seok mientras curaba a su hijo y al final le agradeció por todas las atenciones que le brindó a su pequeño omega.
Seul Gi despidió a su novio con un beso simple y escondido, que ellos pensaban que nadie había visto, pero que lamentablemente Tae Hyung sí logró observar desde la ventana de su habitación. El omega esperó a que su hermana subiera a su habitación para decirle algo que le dolería, pero que él creía era lo mejor.
— ¿Por qué no escapas con él? ¿Por qué no se van de la manada y forman otra en alguna parte del país?
Maratón 2/2
Es corto, lo sé, pero trataré de actualizar más seguido, solo tenganme un poco más de paciencia y también, de amor, porque yo las amor cómo no imaginan, bebés.
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