☪ 제 55 장
"Gracias, me demostraste que el amor no solo se podía encontrar en el sexo opuesto, que no hay necesidad de llorar por más dolor que haya... y por sobre todo, me demostraste que en este camino difícil siempre iba a haber una luz que brillara con intensidad. Esa luz eran nuestros hijos."
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[Capítulo dedicado a Luna-Ruth; keyliz17 & OsirisAM]
✎ Narrado por Ho Seok
- Papá lo quiere vivo, Tae. No te atrevas a disparar. - su grito casi rompió mi tímpano, y no es que fuera exagerado, en verdad lo gritó tan fuerte que sentí por un momento que lo había hecho a propósito.
Mi esposo negó lentamente y se hubo acercando, manteniendo la pistola en alto y mirándonos con seriedad; sin embargo, podía alegar que no estaba molesto...solo un poco retraído, adolorido y triste. Siempre que sus ojos avellanas perdían ese brillo particular en él era por tristeza o decepción, claro que en esos momentos solo lo utilizaba en contra de nuestros hijos, cada vez que estos se golpeaban o gritaban, tratando de iniciar una pelea o discusión.
- Suéltalo. - musitó mi omega, apuntando por sobre mi hombro al chico que yacía detrás mío, atentando contra mi vida.
- ¿Q-qué? - susurró el alfa que se situaba detrás mío.
- ¡LO QUE OÍSTE! ¡SUÉLTALO! - gritó mi esposo. Un remolino de emociones se situó no solo en mi estómago, también en mi cabeza, al oír eso, pues ya había pensado lo peor de Tae Hyung y de todos los que pertenecían a esa manada.
- ¡No lo haré! - contestó el rival y por ende, nuestro rival.
- ¡JONGIN, SUÉLTALO!... - volvió a gritar mi esposo, él no le hizo caso y presionó con fuerza el arma. Sacudí mi cuerpo ante aquella estimulación. - ¡NO LO VOLVERÉ A REPETIR! ¡SUÉLTALO!
La determinación de Tae Hyung estaba dándome miedo, en realidad nunca había conocido una faceta tan dura como la que él estaba sacando a flote este momento.
- ¡QUE LO SUELTES JONGIN, NO TE ESTOY PIDIENDO UN FAVOR, TE LO ESTOY ORDENANDO! - el grito fue tan fuerte que sentí que mi otro oído también comenzó a fallar.
El tal JongIn no tenía intenciones de separar ese arma de mi espalda baja, muy al contrario, colocó su brazo por encima de mi hombro, acercándome más a él y cambiando de lugar la pistola, colocándola ahora en mi sien.
Aproveché aquello y con lentitud tome su antebrazo para en un rápido movimiento dejarlo en el suelo. Todo fue tan rápido, tan rápido que yo ni creí poder hacerlo, era como una llave que Seok Jin me enseñó hace un año atrás, no lo perfeccioné al instante, pero luego de tanta práctica lo logré y ahora veía que sí servía de algo. La pistola estaba a un lado, JongIn se quejaba, tomando su antebrazo y emitiendo quejidos. Aproveché su dolor y tomé el arma de inmediato, apuntándolo directamente. Él solo se dio cuenta de lo sucedido hasta que logró incorporarse.
- Eres un idiota, Tae Hyung. - susurró. Mi esposo bajó el arma al ver que yo estaba al tanto de sus movimientos.
- Eres un completo idiota al defenderlo, te hizo mierda, te traicionó, te mintió y jamás supo valorarte. Realmente eres un idiota. - se levantó como pudo y sonrió de lado al verme. - Antes ni siquiera sabías cómo defenderte, pero veo que has mejorado, Ho Seok. Me alegro demasiado, pero ten por seguro que nada de lo que estás haciendo te va a durar por mucho. El karma existe y al igual que sucedió con tu padre, tú también sufrirás.
- Vete al demonio. - susurré antes de darle con la empuñadura del arma en la mejilla. Él cayó como todo un saco de papas, pero sabía que eso no sería por siempre, así que no dude en tomar la mano de Tae Hyung para salir de ese lugar... Él no se movió.
- ¿Qué sucede? - me devolví hacia él y fue ahí donde me dí cuenta que su mirada estaba baja y de que si o fuera por sus dedos, que aún sostenían a duras penas el arma, este estaría ya en el suelo.
- Esto está mal, Ho Seok... esta es mi familia, tengo que quedarme aquí.- Negué de inmediato, no por el desespero de querer irme rápido de ese lugar, sino por el simple hecho de que ya estaba cansado de que cada avance que daba con Tae Hyung regresara al mismo punto de inicio cada que descubríamos un secreto del otro. No iba a suceder lo mismo que antes, esta vez no sería el mismo mierda que lo utilizó, que lo odió en cierto tiempo, que abusó de su pobre autoestima y que no lo valoró, ahora sería diferente- siempre fue diferente, desde que nos enteramos que seríamos padres todo se volvió diferente. Es cierto que todo había empezado por resignación, la resignación que sentí al pensar que ya no podría estar con SeulGi, pero se convirtió en algo más cuando me dí la oportunidad de conocerlo, de sentir las pataditas de nuestros cachorros dentro suyo, al momento de hacerlo mío... al momento en el que nuestro lobos se conocieron y se dieron cuenta que no había nada, ni nadie más que podríamos desear.
Observé el rostro de Tae Hyung y esta vez él me sonrió, limpiando sus lágrimas con poca delicadeza.
- Lo sentiste, ¿Cierto? - susurré mientras me acercaba, aprovechando aquello para apoyar mi frente contra la suya, sintiendo más calor al estar a su lado.
- Te amo, Ho Seok. - musitó a modo de respuesta, levantando un poco más su rostro y dándome a entender que quería un beso, un beso que no le negaría.
El ósculo fue corto, pero sincero y lleno de amor, del amor que todos creían que no le entregaba a Tae Hyung, pero que sí me encargaba de demostrarle cada día de mi existencia desde que lo nombré como mi omega delante de todos.
- Vamos por los niños. - dije en un pequeño suspiro, manteniendo los ojos cerrados, pero con el tacto encima suyo.
Pude sentir su asentimiento y no tardé en abrir los ojos y mirar los de mi esposo, esos luceros que comenzaron a alumbrar mi camino, que despertaban a mi lado y que brillaban y sonreían al compás que él lo hacía.
- Vamos a nuestra casa. - susurró MI Tae Hyung, mi niño precioso.
Añadí la nueva pistola a mi cinturón, sonriendo al ver lo atractivo y peligroso que me veía con estas armas de matar.
- ¿Dónde los tienen? - dije sin dejar de correr en ningún momento, aunque claro que no sabía a dónde me dirigía.
TaeHyung se detuvo y fue él el que ahora tomó el mando.
- Están en mi habitación. - dijo con simpleza, empezando a correr directamente hacia ese lugar.
Solo lo seguí, tal y como un ciego lo haría con su perro guía, no me importó si es que ahora me aguardaba otra "trampa", solo confíe en él, en mi omega.
El cuarto que había mencionado Tae Hyung era un lugar muy amplio, nuestros hijos jugaban en el centro de la cama, al parecer les habían regalado juguetes y muñecos nuevos, pues entre sus manitos yacían un dinosaurio o uno de sus superhéroes favoritos.
- ¡Papi! - gritó mi pequeño Noah, quien dejó caer a su "increíble Hulk" para venir a abrazarme. Bon-hwa fue el siguiente, acercándose él con su dinosaurio en manos y sonriendo.
Los abracé como nunca antes lo había hecho y besé sus cabecitas con delicadeza de hacerles algún daño. Los amaba al igual que a Tae Hyung, ellos eran mi mundo, siempre lo fueron.
- Es hora de irnos, bebés. Papá vino por ustedes y por mami. - susurré mientras cerraba la casaca de Bon-Hwa y lo cargaba. Tae Hyung hizo lo mismo con Noah, quien se aferro al cuello de su "mami".
Logramos salir de la habitación sin tener moros en la costa, inclusive llegamos pasar por encima de JongIn, quien parecía estar muerto. No me preocupé mucho por eso, solo continúe.
Nuestro hijos hacían un sonidito con su boca, y a pesar de que le pedimos silencio total, ellos insistieron en seguir y seguir haciendo "burbujitas" con su boca. Tae Hyung solamente rio al verlos y continuamos, pensando que todo sería pan comido después de esto. Ya veía llegar a todos los de esta manada a la nuestra y empezar una guerra, pero eso poco importaba en estos momentos.
Íbamos bajando las escaleras, estaba tan distraído con el, ahora, tarareo de mis hijos que ni me preocupé por mirar hacia al frente.
- Suelta a mis nietos o te juro que no dudaré en volarte la cabeza a base de disparos. - esa voz gruesa e insidiosa no la conocía, pero al notar el terror que pintaba el rostro de Tae Hyung supe que no era nada bueno.
Al mirarlo, noté la furia en sus iris, y el arma que estaba apuntando directamente hacia mis ojos me decía que él no sería tan "tonto" como JongIn. Él sí dispararía.
- Papi... - susurró mi hijo, tratando de voltear su cabecita para ver qué sucedía, pero no sé lo permití, coloqué mi mano en su cabeza y negué
- No pasa nada, campeón... Todo está bien. - Tae Hyung hizo lo mismo con Noah y aunque nada estaba bien, igual decidí mentir.
Este fic ya está por terminar, pero tengo mente muchos más -un aproximado de veinte xD-. Quiero agradecerles de antemano por todo el apoyo.
También quisiera decir que ya acabamos con las dedicaciones, pero si aún quieren un capítulo, solo se los podré dar a diez personitas más (las que aún no han visto su nombre escrito por aquí).
Nota actual:
Maratón 8/10
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