☪ 제 24 장

Si todo fue un error, entonces... conocerte fue una de las más grandes maldiciones que pude tener.

[Capítulo dedicado a CamiHope_ ♥]

Ho Seok seguía dentro suyo, el menor se sostenía de la espalda ancha de su alfa, este no dejaba de embestir, concentrándose en su trabajo y en el placer que le brindaba al estar dentro de alguien tan estrecho.

La madre de Ho Seok hasta ahora no había podido entrar a la habitación de su hijo, esta se encontraba con seguro y a pesar de haberse acercado para hablarle o decirle que era necesario que salieran, todo por su bien, este no le hizo caso, al contrario, el lobo de Ho Seok, tanto como este, gruñía al sentir la presencia de otra persona cerca suyo o cerca de su omega.

Ahora, estando de piernas abiertas y con Ho Seok encima de él, Tae Hyung no dejaba de gritar y suspirar de placer, él siempre pensó que tener su primera vez sería algo hermoso, algo mágico que compartiría con la mujer a la que él amaría, pero jamás pensó que el que haría de papel de la mujer sería nada más y nada menos que él, jamás esperó tener un pene dentro suyo, nunca esperó disfrutar tanto con los toques de Ho Seok y con las profundas embestidas que daba.

Y nuevamente el nudo se adentró, sacando un grito desgarrador desde lo más profundo de Tae Hyung.

Ho Seok estaba lleno de sudor y Tae por igual, ambos estaban resbalosos, no solo por el semen.

El omega podía sentir palpitar a su alfa dentro suyo, sin embargo, Ho Seok seguía delante de él, no con una sonrisa en el rostro, como cualquier otro alfa que sí estaría feliz al tener a su mate consigo. Su rostro estaba sereno, serio, concentrándose en tratar de dejar de sentir esos espasmos que lo volvían loco y le obligaban a hacer una y otra vez suyo a Tae Hyung.

Después de unos diez largos minutos, Ho Seok se alejó, salió del interior de su esposo, esperando a que las ganas de volver a hacerlo llegarán; eso no ocurrió. Incluso, podía decir que su parte racional ya había ganado y que la de Tae Hyung también, pues el menor solo le dio la espalda, cubriendo su cuerpo con las sábanas ya no tan blancas, pues no habían tenido ni tiempo de cambiarlas.

Ho Seok se colocó de pie y caminó hasta el cuarto de baño, se adentró a este y cerró con seguro, importándole muy poco si lo hacía ver como un cobarde.

— ¿Q-qué mierda he hecho? — susurró para sí mismo, golpeando la pared del baño.

Realmente estaba mal, él... él no debió sentir eso por Tae Hyung, él no debió hacerlo suyo, tampoco debió perder su castidad con él. Su primera vez debió ser con Seul Gi, con ella, pero... pero su lobo le exigía que Tae Hyung era el correcto, además lo había marcado. Lo había hecho con él, ahora no había nada que pudiera retroceder el tiempo. Tae Hyung era SU Omega, suyo de nadie más y eso lo comprobaba la marca que yacía en el cuello del menor.

Kim fue el primero en salir de la habitación, tenía que darse una ducha y también acostumbrarse a volver a caminar, pues cuatro días en una cama teniendo sexo con Ho Seok no era algo sano, ni para su cuerpo, ni tampoco para sus piernas, cuales estaban temblando al encontrarse de pie.

— ¡Oh! ¿Dónde se encuentra Ho Seok? — la mamá de este mira con total atención al pequeño omega, este se siente intimidado a pesar de encontrarse frente a frente a una omega y no tarda en sonrojarse al pensar en el baño de Ho Seok y en el maravilloso cuerpo de "Dios griego" que se carga.— Sé que estos momentos son difíciles, en especial después de tu primer celo, pero luego todo será más normal y fácil, llevarás el control de tus días fértiles en cuánto puedas. — la voz de la señora Jung no sonaba nada fingida, y tampoco parecía querer minimizar o burlarse de Tae Hyung, al contrario, su suave y delicada voz, a pesar de encontrarse algo cansada, demostraba compasión y compresión, algo que jamás parecía haber encontrado en su verdadera familia de sangre.

— É-Él... Y-yo... — Tae Hyung no sabía cómo o qué decir, estaba nervioso y cada que lo estaba tartamudeaba. Era como un tic de él, como una costumbre que había adoptado y que no dejaría, o que no podría dejarla.

Y cuando la señora Jung pensaba decirle que no era necesario contestar, el pelicastaño hizo acto de presencia, abrazó a su esposo y comenzó a oler el cuello de este, justo en la marca que ya había estado ahí desde hace tres días atrás.

— Quiero unos panqueques. — casi ordenó el chico, manteniendo su brazo alrededor de los hombros de su esposo y no queriendo alejarse del cuerpo de este.

Tae Hyung miró la sonrisa de su suegra y el brillo en sus ojos al verlos a ambos juntos, parecía que ella era la más emocionada por tener una relación con Ho Seok, pues Tae sentía que estaba condenado a la miseria eterna, lo supo desde el momento en que la parte racional de su cabeza le gritó que estaba en peligro al tener a su esposo encima suyo.

La parte animal de Ho Seok estaba actuando por puro instito o así lo veía el alfa al tener tan cerca a Tae Hyung, incluso fue la respuesta más razonable que se pudo dar al gruñirle a su propia madre al tenerla tan cerca de su pareja. El de cabellos castaños sabía que los lobos eran muy territoriales después de la unión, mas jamás imaginó que llegaría al punto de gruñirle o tener ganas de empujar a su madre para así mantener a salvo a su pareja.

Tae Hyung, por su parte, solo agachaba la cabeza y se dejaba hacer sin objeción alguna, pues su lobo le decía que hiciera eso, que lo mejor era someterse ante su alfa, además de que su parte racional lo había prevenido de cualquier tipo de problema que llegara a tener con su esposo y ahora...  oficialmente SU alfa.

Jung Kook no sabía qué es lo que había sucedido con su mejor amigo y "mate". Desde el día que asignaron parejas, Tae Hyung dejó de ir a la escuela, por más que trató de hablar con Seul Gi, esta no le dio respuesta alguna, pues según ella, tampoco sabía nada sobre Ho Seok o su hermanito.

Ahora sí estaba dispuesto a ir a la casa de los Jung y no le importaba recibir una paliza de parte de ese mocoso o de sus hermanos, pues estaba en su derecho, Tae era su mate y tenía que verlo. Pero todo eso cambió cuando estando en el pasillo de la escuela, su corazón comenzó a latir con fuerza, sus manos comenzaron a sudar y por alguna razón, su lobo se inquietó, comenzando a indicarle que diera una vuelta y viera a su tan preciado... mate.

Para Jung Kook eso era algo extraño, su lobo nunca había hecho eso cuando estaba al lado de Tae Hyung, ni siquiera había sentido algo parecido a lo que le estaba ocurriendo en ese momento.

Y justo cuando creyó que Tae estaba acercándose, la decepción lo apuñaló por la espalda y su corazón dejó de latir.

Ese chico no era Kim Tae Hyung, no era su TaeTae, no era el chico de sonrisa cuadrada que siempre le sacaba una sonrisa o por el que sentía celos.

Ese chico en definitiva solo era un chico extraño, un chico que no conocía, pero que su lobo se ensimismaba en decir que era su mate.

— ¡YugYeom! — gritó una voz suave desde atrás de Jung Kook, empujándolo al momento de pasar.

Jeon no sabía que ocurría, tampoco sabía por qué es que estaba sintiendo celos al ver como la chica que minutos atrás lo había empujado ahora se besaba con su, supuestamente, mate.

Su lobo lloró y su corazón hizo un sonido al romperse, o eso fue lo que sintió Jung Kook al ver como la pareja de enamorados se marchaba de la mano. Era notorio que la chica era una alfa, al igual que él, y que el chico de nombre YugYeom era un omega, pero por su porte y la ropa negra que usaba parecía un alfa.

Todo se estaba desvaneciendo, pero logró volver a la vida cuando un olor realmente delicioso llegó a sus fosas nasales.

Giró en sus talones y miró algo que realmente no deseó nunca ver.

Era Tae Hyung, su mejor amigo, se encontraba sonrojado y su cuerpo desprendía un aroma exquisito, algo parecido a vainilla con rosas... Pero eso no fue todo lo que encontró.

La marca se podía distinguir en su cuello, la remera delgada que traía no cubría esa zona, incluso parecía que esa prenda era la que iba debajo de una polera, pues se notaba desde lejos que el omega se moría de frío. Y entonces, ahí fue donde Jung Kook enloqueció, tomando de los hombros a su mejor amigo y exigiéndole una respuesta.

— Te violó, ¿cierto? ¡Ese malnacido te violó! ¡Se aprovechó de ti! ¿¡CIERTO!? — Gritó aun con más fuerza el pelinegro. Entonces los ojos de Tae Hyung se llenaron de lágrimas.

— ¡SUÉLTALO! — Y el grito de Ho Seok se escuchó, el alfa menor venía con la supuesta polera de Tae Hyung entre sus manos y no tardó en rodear los hombros del omega, alejándolo de Jung Kook, quien miraba a ambos con los ojos abiertos.

No se lo podía creer, en realidad nadie que se encontraba en ese pasillo se lo podía creer.





Maratón 2/3


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