☪ 제 20 장
Tus ojos no reflejaban el mismo brillo y entusiasmo que le entregabas a ella al mirarla.
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— ¿D-De qué... Qué estás hablando? — Tae Hyung no se quería ver desesesperado, ni tampoco preocupado ante aquella pequeña insinuación que le estaba tratando de hacer su mejor amigo, pero no pudo evitarlo al hablar, pues su voz tembló y la forma en la que miró a Jung Kook demostró que no era algo bueno lo que le iba a decir.
— ¿Estás seguro de que Ho Seok es el hombre que tú quieres?
— Pero no puedo quererlo, apenas y lo conozco. — reclamó el de cabellos rubios, tratando de excusarse y hacerse el inmutable delante de su amigo.
— ¡No mientas! ¡Vi que lo besaste! — acusó el pelinegro, mirando con amenaza al omega.
— ¿Y qué tiene de malo? Somos esposos, dormimos juntos e incluso vivimos bajo el mismo techo. Besarse es lo más leve que podemos hacer al estar ca--
— ¡Cállate! — y la voz de mando se hizo escuchar, dejando sin habla al omega, quien no podía resistirse ante aquella orden. Estaría fuera de su naturaleza el rechazarla.
Jung Kook no reparó en lo que había dicho, la ira lo consumía y se podía decir que la mirada acusatoria de Tae tampoco ayudaba ni un poco.
Las lágrimas querían invadir el rostro del omega, pero no quería verse débil ante nadie, mucho menos ante alguien en quien confió y que ahora parecía darle la espalda. No entendía por qué es que Jung Kook se comportaba de esa manera, el alfa era una gran persona, realmente no entendía.
— Así está mejor. — Jeon sonrió y abrazó al omega, recargando su mentón en el hombro de este, respirando y tranquilizándose de a poco.
En cambio, Tae Hyung sólo se quedó quieto, tenía miedo, ahora sí lo tenía. Sentía todo tipo de temor, su lobo le advertía que se alejara de su contrario, pero su parte humana aún sentía un poco de miedo, miedo a que Jung Kook volviera a actuar por impulso y terminara insultándolo o algo mucho peor.
— Lo siento ¿si? — las manos del alfa se paseaban por las mejillas del chico rubio, tratando de tranquilizarlo, pensando que con ese toque podría lograr disipar el temor que había causado en el menor, sin embargo, lo que el alfa no sabía era que ese simple toque estaba asustando más al omega.
Kim solo se dejó hacer, mientras asentía con mucho temor. Tal parecía que ahora no contaba con nadie en quién confiar, el chico que lo había hecho reír y por quien suspiraba en algunas ocasiones, ahora estaba comportándose igual que Ho Seok.
— ¿Q-qué t-tenías que decirme? ¿Qué tiene que ver Ho Seok en esto? — el omega trató de cambiar de tema, sin embargo, el alfa prefirió callar.
Muchos callan por amor, porque aún sienten que no es necesario decir todo lo que está guardando tu corazón, pero en esta oportunidad ese no era el dilema. Jung Kook iba a callar, pero no para guardarse todo lo que sentía, sino al contrario, para evitar una discusión que no le convendría para nada a él.
— Olvídalo, TaeTae... Solo... Solo me sentía algo celoso porque me dejas de lado siempre que estás con ese idiota.
Tae Hyung miró el suelo, ya no había nadie a su alrededor, al parecer la campana había sonado y ellos seguían con su casual conversación.
— Llegaré tarde a mi clase de Geología, es mejor que ya me retire. — el beso que dejó el alfa en la mejilla del menor hizo que este se sonrojara totalmente.
— Nos vemos... — susurró el de cabellos rubios mientras miraba correr a su mejor amigo.
Jung Kook le había dejado con la duda, una duda que él quería resolver y que ni siquiera sabía por dónde empezar.
Corrió cuando se dió cuenta que iba tarde a la clase de Matemática, mas no se dirigió al aula donde se impartía esta materia, sino que fue de lado contrario, directamente hacia los jardines del lugar. Se sintió más tranquilo en este ambiente, sintió que podía respirar con tranquilidad y sin temor a ser juzgado por una equivocación.
Su espalda tocó un árbol y su cabeza descansó mientras miraba el cielo claro, ya estaban a punto de llegar a las épocas navideñas, por lo tanto, el frío era cada vez más fuerte y las tormentas de nieve llegaban con frecuencia, pero en ese día no había ni una sola tormenta de nieve y tampoco frío alguno. El clima era cálido y el sol calentaba su rostro al igual que su cuerpo.
Su mochila estaba a un lado y su mirada se perdía en el paisaje solitario que le ofrecía esos jardines en ese momento.
Trató de dormir, su siguiente clase era dentro de dos horas y no quería faltar tampoco a esa, pero sus ojos se cerraban por sí solos y le dejaban solo una vista negra.
Dos niños corrían por el parque, parecían ser gemelos, ambos reían y tenían ese toque Jung al momento de hacerlo, sus piernas cortitas no le permitían tener una velocidad total, pero el que los seguía tampoco parecía querer alcanzarlos.
Gritos se escucharon, los niños se detuvieron y miraron a ambos lados, optando por correr hacia el único mayor que se encontraba ahí. El de cabellos rubios los abrazó y consoló mientras estos dos pequeños lloraban escondidos en el pecho de su "madre".
Tae Hyung no lo había entendido, no sabía qué hacía con dos niños entre sus manos y en un parque que parecía ser el más cercano a su vecindario. Tampoco entendía por qué es que uno de los niños se parecía tanto a Ho Seok, mientras que el otro tenía rasgos muy parecidos a los suyos.
Y la mente del omega reaccionó, haciendo un clic e iluminando todo el lugar.
Sus ojos se abrieron de golpe y miró a los chicos que caminaban, casi corrían por el jardín para así llegar más rápido a sus clases, suponía él. Sin embargo, cuando se levantó sintió que el calor fue en aumento, obligándole a quitarse la chaqueta que había llevado para evitar cualquier resfrío.
Negó con su cabeza y corrió hasta su próxima clase, Filosofía, mas cuando llegó a este aula no había nadie, las carpetas estaban vacías y el profesor tampoco parecía estar ahí, fue entonces que decidió extraer su móvil del bolsillo delantero de su pantalón y ver la hora.
Estaban en el receso de viente minutos, se maldijo internamente y corrió hacia la tienda más cercana, su estómago le estaba pidiendo algo de comida, pero algo que esté sumamente frío.
El omega no aguantaba el calor, tenía ganas de quitarse la camisa y si era posible, también el pantalón, pero estas prendas eran indispensables para cubrir su anatomía.
Empujó a todos los chicos y chicas que pedían sus refrigerios para meterse él y comenzar a exigir dos botellas de agua frías. La vendedora de la cafetería tuvo que atenderlo, pues sin saber, Tae Hyung se veía algo alterado, desesperado e incluso parecía un loco.
Cuando se alejó de toda la multitud que lo miraba mal, pudo respirar con tranquilidad, pero aquello no fue por mucho, pues el calor volvió a invadirlo a pesar haber tomado las dos botellas de agua fría. Estaba comenzando a hiperventilar y a respirar con dificultad. No se entendía.
Ya estaba por retirarse de la secundaria, necesitaba alejarse de todos, pues parecía que con cada mirada que recibía de sus compañeros, estos lo dicriminaran; corrió nuevamente, pero esta vez fue hacia la enfermería, era mejor saber qué era lo qué tenía antes de marcharse como si nada de la escuela.
La enfermera, quien era una beta, miró al chico de pies a cabeza y notó lo rojas que estaban sus mejillas y el calor que parecía emanar de su cuerpo.
No fue más de una revisión y tampoco sobrepasó la media hora.
— Eres omega ¿Cierto? — la enfermera escribía algo en una libreta y luego miraba al chico de reojo, como si quiera averiguar su peso sin necesidad de una balanza o algo íntimo de él.
Tae solo asintió, sonrojándose más al hablar de ese tema. No eran muchos los chicos que nacían omegas, incluso los que parecían alfas eran omegas, y aquello era lo más sorprendente.
— ¿Has entrado en celo hace poco? ¿Tu pareja te ayudó?
Y la cabeza del omega se movió nuevamente en negativa.
La enfermera lo miró y suspiró ante de entregarle la pequeña receta.
— Esto es solo un adelanto de tu celo... Sabes qué es un celo, ¿cierto? — Tae Hyung asintió de inmediato. Ella sonrió con alivio, alivio que sentía al no tener que explicarle ese tipo de cosas a un chico de secundaria. — Tu celo está por llegar, si es el primero que experimentarás te recomiendo que tomes cuenta los días que durará y que la pases al lado de tu alfa.
El omega dejó de escuchar, ahora solo se dedicaba a mirar la receta, en esta se encontraba escrito la marca de supresores que tendría que comprar. Sabía que eran unos supresores, pero temía comprarlos, él aún no podía tomarlos, aún no quería retrasar su celo.
Tae miró a la enfermera, miró como sus labios se movían, pero no escuchó ni una sola palabra, tampoco escuchó que esta le haya seguido llamando cuando comenzó a correr.
Arrugó la receta y la arrojó al tacho de basura más cercano, el calor se había ido y lo agradecía mucho, pues no quería regresar a casa de los Jung, donde el olor a alfa estaba de por más, y ser descubierto, tampoco imaginaba decírselo a Ho Seok, era cierto que el chico era su pareja y esposo, pero la vergüenza lo carcomía, él era un chico y hablar de aquello con otro chico era como si una chica le dijera a su novio que no podía salir porque su período se había adelantado. Sí, así de vergonzoso lo veía Tae.
Él no diría nada. Al fin y al cabo, el celo se presentaba de diferentes formas y diferentes fechas para cada omega, y él solo rogaba porque su celo fuera el más leve.
Esto se pone cada vez más bueno u.u
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