Epílogo

Los presentes miraban atentos al ministro, que estaba casando a la pareja, los novios se veían felices y enamorados. El lugar era hermoso, todo en aquella pareja gritaba "amor", pero el llanto de un bebé inundó el lugar.

— Lo siento — se disculpó Jisung apenado, mientras Minho le pasaba el biberón a su esposo, para calmar a su pequeño de 8 meses.

— Continuando con la ceremonia — dijo el ministro — Seo Changbin ¿Aceptas a Yang Jeongin como tu legitimo esposo?

— Si, acepto.

— Y usted Yang Jeongin¿Aceptas a Seo Changbin como tu legitimo esposo?

— Ahora y siempre — respondió el castaño con una sonrisa.

— Por el poder que me confiere la ley, yo lo declaro esposos, puede besar al novio.

Changbin se giró mirando a su ahora esposo y tomo su rostro dejando un cálido beso sobre sus labios, su esposo al sentir los labios del mayor, le correspondió al instante, feliz y enamorado.

Hace 5 años, después de que Jeongin sacara a Changbin de la iglesia, donde lo habian dejado por segunda vez, fueron a comer algo al departamento de Jeongin, Changbin no podía entender como Jisung lo había dejado por ese don nadie, si, no lo amaba, pero se sentía ridículo.

— He quedado como un payaso — dijo esa vez.

— Quizá la persona correcta no ha llegado — Jeongin le dio su té — Te aferraste a Seungmin cuando él siempre te ha visto como hermano y querías aferrarte a Jisung, porque era el "adecuado" para ti, sin embargo nunca has pensado en ti, en lo que tu quieres realmente, llevas años basándote en la obsesión y en la responsabilidad, no en el amor.

Después de aquella conversación, Changbin se dio cuenta que Jeongin tenía razón, se obsesiono con Seungmin, tarde se había dado cuenta que era solo un capricho de adolescentes, si se hubiera dado cuenta antes, quizá hubiera amado correctamente a Jisung, pero también lo había perdido y ahora él había encontrado a su alma gemela.

Changbin y Jeongin, se hicieron amigos muy cercanos, al punto de volverse mejores amigos, se contaban todo, dudas, sueños, metas y por eso a menudo la gente solía confundirlos como una pareja, aunque ellos siempre habian aclarado que solo eran amigos.

Quizá todo eso hubiera seguido así, de no ser por Jeongin que poco a poco se empezó a enamorar de él, pero el miedo a arruinar su amistad era demasiado, así que a pesar de estar estudiando en Corea, decidió irse a Boston, le dolió, pero lo hizo, tenia que alejarse de Changbin o sus sentimientos iban a crecer.

A Changbin le dolió mucho, pero aceptó su decisión, había creído en sus palabras de que se iba a estudiar para mejorar su inglés, pero desde la partida de Jeongin, él no era el mismo, se le veía más apagado, más serio, incluso Hyunjin y Seungmin pensaban que se había enfermado y claro que estaba enfermo, enfermo de amor, había perdido a su alma gemela, solo que ni el mismo lo sabía.

Hablaban por llamada y eso animaba su día, pero todo cambió cuando Jeongin un día le mencionó la palabra "Cita" ¿Con quién tendría una cita su Jeongin? ¿Un chico? ¿Sería más guapo que él? A pesar de que intentó calmarse, no lo logró y a las 5 horas ya se encontraba en un avión viajando a Boston, porque la incertidumbre no lo dejaba tranquilo.

Esta de más decir que Jeongin se sorprendió al ver a Changbin en la puerta de su dormitorio en el campus de la universidad, pero antes de que pudiera decirle algo, los labios de Changbin tomaron los suyos sin previo aviso. El sueño de Jeongin se estaba haciendo realidad, a pesar de los 11 meses en que estuvo lejos de él, no lo había dejado de amar.

La realidad era que durante el vuelo de Changbin a Boston, había pensado mucho y si, había caído en cuenta que estaba perdidamente enamorado de Jeongin y no iba a dejar que nadie se acercará al chico que amaba y se iba a alejar de él si sus sentimientos no eran correspondidos, pero por primera vez quería correr el riesgo.

Después de la confesión de Changbin y la respuesta afirmativa de Jeongin, decidieron pasar dos semanas en Boston, fueron sin duda las mejores semanas de su vida, se amaban y no había dudas de aquello, pero cuando Changbin iba a regresar a Corea, Jeongin dijo que acabaría ese año en Estados Unidos y volvería a pedir un traslado a Corea, porque ninguno de los dos estaba dispuesto a soportar otro año sin verse, abrazarse o besarse.

Y así sucedió, porque cuando Jeongin volvió a Corea, hicieron publica su relación, siendo apoyado por sus amigos y familias, pasaron 3 años y por fin se habian unido en matrimonio, al fin eran esposos, al fin formarían la familia de la que habian hablado todos esos años.

— Si no fuera por Soobin, casi no me caso — bromeó Changbin.

— Solo lloro un poco, no exageres — replico Minho cargando a su bebé.

— Pero agradece que no fue como en la boda de Jisung, cuando los trillizos de Seungmin se pusieron a llorar antes que dijeran el "Si" — Bromeó Hyunjin.

— De mis bebés no vas a estar hablando — Chan puso una cara seria antes de comenzar a reírse.

— ¡Taeyang! ¡Taeyong! ¡Taehyun! ¡Dejen los bocaditos en su lugar! ¡La gente quiere comer! — el gritó de Seungmin los hizo sobresaltar.

— Permiso, iré a ver que necesita mi amado mi esposo — Mencionó Chan yendo hacia su esposo quien buscaba a los trillizos.

Chan y Seungmin, eran otro caso, ya que después de que se reconciliaran, a los 6 meses, Seungmin había dado la noticia de que estaba en la espera de gemelos, y fueron 9 meses en los que Chan tuvo que soportar sus cambios de ánimo, sus antojos, sus caprichos y berrinches.

Muchos decían que, hacia mal al consentir tanto a su esposo, pero a Chan no le importaba el resto, lo amaba tanto para cumplir cada uno de sus caprichos, cada deseo, incluso si se le antojaba una sandia con papas fritas a las 3 de la mañana.

— ¿No podemos regalar a dos de nuestros hijos? — preguntó Seungmin entre jadeos mientras era penetrado por su esposo.

— Señor Bang ¿Qué cosas dice? — bromeó Chan tomando las caderas de Seungmin, moviéndose con rapidez.

La habitación se lleno de gemidos y es que la pareja Bang era insaciable, como decía Jeongin, no había pareja más pervertida y caliente que ellos dos.

Chan había conocido a Seungmin en el cementerio, cuando él lloraba por la muerte de su primer novio, Chan por su lado lloraba por haber perdido recientemente a su padre, pero cuando vio a aquel muchacho llorando con tanto desconsuelo, se acercó tímidamente a él preguntándole que pasaba, Seungmin no sabia porque, pero aquel desconocido le transmitía confianza y sin pensarlo le contó el porque estaba en el comentario.

Y así cada sábado, se encontraban en el cementerio, recibiendo el consuelo del otro, animándose mutuamente, enamorándose sin darse cuenta, con el pasar de los meses, se empezaron a ver más seguido, ya no solo los sábados, sino cualquier día de la semana, empezaron a salir como amigos y un día simplemente Seungmin estaba en cuatro siendo penetrado por Chan.

Al principio era algo sin importancia, hasta que se dieron cuenta que no podían vivir sin el calor del otro, pudieron seguir así, pero ninguno de los dos tomó precauciones y Seungmin quedó embarazado. Chan se asustó, pero tomo responsabilidad como padre, después de todo no iba a ser difícil criar a un bebé, menos con la persona que amabas.

Sin embargo, dos meses después, Chan y Seungmin no daban crédito a lo que veía, no era uno, no eran dos ¡Eran tres! Iban a tener trillizos, aunque no le habian dicho a nadie, pensaron que era d hora de hacerlo. Los padres de Seungmin y Chan se escandalizaron y con tres meses de embarazo, ya estaban casados.

Seungmin tuvo a los trillizos durante la desaparición de Jisung, esos pequeños eran su vida entera, Taeyang, Taeyong y Taehyun, unos pequeños llorones, sino hubiera sido por la paciencia de Chan, él no hubiera podido solo con toto eso.

Ya cuando el tiempo había pasado, después de anunciar su segundo embarazo y mientras Changbin estaba en Boston con Jeongin, nacieron los gemelos, Minhyuk y Minhyun, sin duda, ellos complementaron a la familia Bang.

Se puede decir que los trillizos eran un dolor de cabeza, tan traviesos y juguetones, tanto en sus 5 añitos de vida, ya habian tenido 98 niñeras, ninguna resistía más de tres meses y por otro lado, los gemelos, eran mucho más tranquilos.

Chan amaba a Seungmin y lo demostraba no solo con palabras, sino también con acciones, el asunto del "pelinegro flacuchento", ahora era una anécdota graciosa, se molestaban mutuamente cuando tenían problemas, pero nada que una buena comunicación no pudiera arreglar, a pesar de ese pequeño obstáculo en el pasado, solo habian afirmado su innegable lazo, porque aunque muchos quisieran separarlos, se amaban y nadie podría romper aquello.

— Compadezco a Seungmin — dijo el pecoso, al lado de su marido.

— Pues digamos que Lía no es tranquila como parece — tosió Changbin.

— ¿Qué quieres decir con eso? Mi hija es toda una damita — habló Hyunjin.

— Pues esa damita le cortó el cabello a una niña solo porque le quito una muñeca — Seungmin apreció con Taehyun en brazos.

— En defensa de mi princesa, esa niña siempre la molesta, tenía que defenderse.

— P-per

— Pero nada — dijo Hyunjin — Además una niña no puede estar quitándole las cosas a mi princesa.

— Les juro que no hay padre más que consentidor que Hyunjin — dijo Félix viendo a su hija jugar con el resto de niños.

— No sé como hará cuando tengan otro hijo.

— Intentaré que Hyunjin no lo consienta tanto como a Lía — el pecoso acarició su vientre de dos meses.

Hyunjin sin duda alguna era el más enamorado de su esposo y de sus hijos, Félix no pudo haber elegido a otro hombre tan perfecto como él.

Su relación empezó de una manera típica, Hyunjin estudiando en la preparatoria y enamorándose de un chico que ante los ojos de los demás, no era nadie. Incluso en esos tiempos, el dinero era lo que más importaba junto al "que dirán", Hyunjin le había dicho a su familia que era gay, ese golpe fue muy fuerte para su familia, no podían permitir que el único heredero de la fortuna de los Hwang sea gay y a sus padres no se les ocurrió mejor castigo que quitarle todo lo material, creyendo que de esa manera reflexionaría, pero poco le importaba a Hyunjin, a pesar de ser joven, a él solo le importaba su pecoso.

Sin embargo, su felicidad no duró mucho, ya que su madre al enterarse quien era él que había confundido a su hijo, movió a todos sus contactos para mandar a Hyunjin a estudiar Australia, separándolo así de su novio y aunque este le había dicho que lo esperaría, Hyunjin cortó todos los lazos con él, no podían seguir juntos, no cuando sus padres estaban decididos a separarlos.

Solo habian pasado dos años y para la universidad, Hyunjin regresó a Corea, con sus sentimientos intactos hacia el pecoso, pero no tenía idea de donde encontrarlo y por obra del destino, un día fue a una cafetería cerca de su universidad, no esperaba que sea Félix quien le sirviera el café ese día, pero ninguno cruzó palabra, como si fueran desconocidos.

Así transcurrieron los meses, con Hyunjin yendo a la cafetería y con Félix sirviéndole cada mañana ese café que tanto le gustaba al pelinegro, en secreto al pecoso le gustaba ver a Hyunjin tomando su café, era consiente que nunca alguien tan adinerado como el pelinegro nunca podría estar con alguien como él, un simple mesero que a penas había terminado el colegio, sin dinero, ni nada para ofrecer.

Era curioso, que a pesar de que no se habian hablado, más que las cortas palabras que intercambiaban como cliente y mesero, una sola mirada transmitía miles de sentimientos reprimidos y aunque no habian cruzado ni una sola palabra, ellos sentían que tan bien, como si nunca se hubieran separado, algo en sus corazones gritaba que ellos eran el uno para el otro, pero ninguno se atrevió a dar el primer paso.

Los meses pasaban rápido, ellos seguían mirándose, pero ninguno era capaz de decir algo, aunque el día que Félix iba a atreverse a hablarle al dueño de sus pensamientos, una chica se acercó a él dándole un beso en los labios, decidió investigar un poco y descubrió que el hombre que amaba se iba a casar a finales de ese año.

Pobre corazón de Félix, se rompió en miles de pedazos, aceptando que nunca estarían juntos a pesar de todo, no podía dejar de llorar, él realmente lo amaba. Por otro lado, Hyunjin había decidido no casarse con aquella mujer a la que sus padres le habian impuesto como esposa, pero no iban a dejar que su único hijo arruinara todo por lo que habian trabajado y aún en contra de su voluntad, lo obligaron a ir hacia el altar.

Ese día marco un antes y un después, porque ese día Hyunjin había escapado de su hogar, no iba a casarse con alguien que no amaba, así que fue a buscar a Félix a la cafetería y vio como el pecoso entregaba los pedidos a las mesas. Entró con cierta desesperación sobresaltando a los clientes y tomó a Félix del brazo y lo sacó del lugar.

— Huyamos ahora, casémonos, porque nadie me va a separar de ti, te amo ¿Tú me amas? — le había dicho Hyunjin a un asombrado Félix.

— Nunca he dejado de amarte — Félix miró los profundos ojos de Hyunjin — Iría contigo hasta el fin del mundo.

Esas palabras fueron suficientes para que él llevara al rubio a un registro civil y se casaran, teniendo como testigos a Changbin y Seungmin, sus cómplices y fue así como se casaron. Los señores Hwang dieron el grito al cielo cuando se enteraron de lo que su hijo había hecho y aunque intentaron separarlos, Hyunjin había tenido el apoyo de sus abuelos, quienes adoraban al dulce Lee Félix y no permitieron que nadie arruinase la felicidad de su nieto.

Y así es como con los años, ellos habian salido adelante, Félix estudió la carrera de medicina, convirtiéndose en un gran doctor, la pareja había disfrutado su tiempo de matrimonio sin hijos, pero viendo a Seungmin en la espera de tres bebés, sus deseos de ser padres se hicieron presentes y tan solo unos meses después del nacimiento de los trillizos, dieron la noticia de que Félix estaba en espera.

De esa manera, meses después, su primera hija había nacido, Hwang Lía, la luz de Hyunjin, el padre más consentidor de todo Corea, no había nada que él no le diera. Cinco años después, estaban en la espera de su segundo hijo, no querían llenarse de tantos hijos como Chan y Seungmin, por eso pensaban que con dos iba a ser suficiente.

Fue la típica historia de amor que tenía por obstáculo las clases sociales, pero ya nada de eso importaba, se amaban, estaban juntos, tenían una familia y el dinero o la posición social era lo de menos, porque ni todo el dinero del mundo les daría la felicidad que ellos sentían.

— No deberían quejarse, que Minho es también un padre bastante consentidor.

— Pero Minho no le compró una juguetería entera a Jisoo — protestó Jisung viendo a Hyunjin.

— Puede que no una juguetería, pero ¿Quién fue él tuvo a todos los empleados de mansión buscando esa corona de plástico?

— Jisoo es muy sensible y cuidadosa con sus cosas — se defendió Minho.

— Ustedes dos — Jeongin señaló a Minho y Hyunjin — Son los padres más consentidores, porque no hay nada que sus hijas no les pidan y que no se los den.

— Yo no puedo controlar a Hyunjin, cuando se le mete en la cabeza comprarle algo a Lía, nadie lo hace cambiar de opinión.

— Minho sabe que no puede engreír tanto a nuestra hija, porque luego pensará que todo lo que quiera deberá tenerlo — miró a su esposo — ¿No es así, mi amor?

— Si Sunggie — Minho hizo un puchero.

— ¿Qué lección aprendiste estos dos meses?

— No debo comprarle Jisoo todo lo que pida, para que no piense que todo lo que quiere debe tenerlo.

— Muy bien — Jisung besó su mejilla y los demás rieron ante la escena.

Lee Jisung había encontrado el amor con Minho, aunque después de su boda fallida ellos habian querido casarse, los señores Han le dijeron al pelinegro que debía hacer las cosas bien, cortejar a su hijo, pedir su mano correctamente, casarse y formar una familia.

Minho pensaba que no había nadie más perfecto que su novio, salían casi todos los días, a pasear y poco a poco, Minho se ganó a toda la familia Han, quienes ya lo veían como un hijo más, estaban seguros que él era el indicado para cuidar el corazón de su hijo.

Solo hubo un pequeño, error.

— Estoy embarazado — dijo Jisung mostrándole los análisis a su novio.

— Tus padres van a matarme.

— ¿Me vas a dejar? Porque si es así, dímelo ahora, yo podré cuidarlo solo.

— No digas tonterías Sung — besó su frente — ¡Vamos a ser padres!

Al señor Han casi le da un infarto cuando se enteró que Jisung estaba embarazado, así que quisieron apresurar la boda antes que el embarazo de Jisung se notará, no querían que la reputación de su hijo quedara manchada.

En mes y medio, ellos eran oficialmente esposos, ante la ley y ante la iglesia.

Minho por su parte no quería recibir la generosa ayuda de sus suegros, quienes querían darles una mansión, carros, tarjetas, entre otras cosas, él quería mostrarles que era digno de Jisung, que podían salir adelante juntos y su ahora esposo no podía estar más de acuerdo, porque el tiempo que estuvo fuera de los lujos, la paso bien, claro porque estaba con Minho y ahora igual, solo que ya no eran amigos, sino esposos.

Empezaron por alquilar un departamento, el trabajo de Minho le alcanzaba para eso y un poco más, Jisung por su lado, trabajaba en la empresa de su padre como asistente, al menos para ayuda a su esposo, aunque su padre quiso pagarle de más, él se negó, quería ser independiente y también estudiaba a la par, deseaba convertirse en profesor, igual que su esposo.

Los meses pasaron y Jisung dejó de trabajar cuando su vientre se notaba aún más. Un 3 de enero, la pequeña Jisoo llegó a sus vidas, una niña hermosa, que se ganó el corazón de su familia y sus amigos, cuando la pequeña fue lo suficientemente grande, Jisung retomó sus estudios, volviéndose un gran profesor.

Minho le demostró a los señores Han que era digno de su hijo, ellos estaban orgullosos de la pareja, a pesar de que Jisung tenia mucho dinero y una gran fortuna a heredar, él también demostró que podía ser independiente. Jisung ayudó mucho a su esposo cuando él quiso agrandar su academia, fue un pequeño negocio que empezó porque a ambos les gustaba enseñar y ahora, no tenían una sola academia, sino 5 en diferentes ciudades de Corea, habian progresado mucho, Minho ya no solo trabaja como profesor en la academia, sino que también era catedrático en la Universidad de Seúl, teniendo más ingresos.

Lo cierto es que ellos no eran una pareja perfecta porque Jisung seguía sintiendo celos de las mujeres que se acercaban a su esposo, pese a que sabia él jamás lo dejaría por otra persona, Minho había demostrado que lo amaba y que nadie ocuparía su lugar.

Un año antes de la boda de Changbin y Jeongin, los análisis que Jisung se había hecho, mostraban que nuevamente estaba embarazado y nueve meses, nació el pequeño Soobin, con él sentían que su familia estaba completa, ellos se complementaban, eran ellos mismos y no habian límites para su amor.

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