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Capítulo 10: 

—¡Ya va, ya va! Por los Dioses, Yoongi ¿podrías dejar de aporrear mi puerta? ¡Ya la abrí! —exclamó Jin con fastidio a causa de la violencia que el alfa frente a él había ejercido sobre su puerta.

Yoongi le soltó un bufido, no tenía tiempo ni la paciencia necesaria para lidiar con Jin.

—Sí, sí, como sea ¿dónde está? —cuestionó irritado.

Obviamente debía estar en la casa, la prueba de eso era el dulce aroma de Jimin proveniente de algún rincón de la misma, y el cual golpeaba sin miramientos cada uno de los sentidos de Yoongi. Preguntarlo solo fue por pura educación, no se crean que era por otra cosa, como estar idiotizado a consecuencia de los cambios que habitaban en él de forma espiritual y física. Sus músculos sufrieron un fuerte espasmo que le hicieron saber que finalmente llegó a su límite. Su alma animal necesitaba la de su compañero, y ya.

—En la habitación de huéspedes, pero... ¡Ey, espera! ¡¿A dónde crees que vas? ¡Alfa de pacotilla sigo siendo mayor que tú, respeta mi casa por lo menos! ¡Yoongi!

Regañó y reclamó a su amigo que sin decir nada, entró y se dirigió a paso apresurado a buscar a Jimin.

—Aish —renegó SeokJin chasqueando su lengua—¿Quién se cree qué es? Críalos y así es como luego te lo agradecen.

Cerró su puerta y mientras seguía protestando y despotricando contra el desagradecido de Yoongi, tomó el mismo camino.

En la habitación de huéspedes, Jimin estaba acostado en su cama con Taehyung abrazándolo y mimándolo en un vano intento de calmar sus dolencias, no soportaba verlo así tan decaído, tenía miedo ¿y si estaba volviendo a enfermarse como aquella vez que estaban escapando de los cazadores? ¿y si esta vez realmente lo perdía?

Sus ojos comenzaron a picarle ante la trágica idea de perder a su hermano, y seguramente habría comenzado a llorar si no hubiese sido porque la puerta se abrió tan de golpe que, del susto, su alma se desprendió de su cuerpo cuando este por reflejo dio un salto.

Frente a él, recargado en el marco de la puerta estaba la figura de Yoongi, un muy desmejorado Yoongi que tenía sus ojos fijos en la vulnerable figura de su hermano ¿qué le pasaba? Parecía estar en el mismo estado deplorable que Jimin, ojeroso, pálido, tal y como estaría un moribundo en su lecho de muerte.

El imponente alfa que él conocía, parecía haber sido reemplazado por una desmejorada versión apaleada por la vida.

—¿Hyung? —Cuestionó dudoso sin quitar su mirada de la figura del alfa.

—Largo, tengo que hablar con Jimin. —pidió, o más bien exigió.

No estaba en condiciones de ser amable, no tenía ni la voluntad ni la fuerza para serlo, en cualquier momento colapsaría.

Taehyung boqueó como un pececito, incrédulo ante lo que ese hombre le estaba pidiendo.

—Pero —musitó dubitativo Taehyung—...él no está bien, dudo que pueda prestarte atención y siendo honesto, no pareces estar de humor como para repetir las cosas en caso de que no te escuche.

Las orbes ónix de Yoongi adoptaron un intenso y siniestro tono dorado, y en un susurro demandante dijo;

—Largo.

Taehyung no era idiota, a diferencia de Jimin, él valoraba su propia vida y sabía que en esos momentos no debía hacer enojar al lobo malo, así que, con cuidado y extrema lentitud, se deshizo del agarre que ejercía sobre el cuerpo de su hermano y luego salió huyendo a toda velocidad del cuarto.

—¡Jin hyung, Yoongi hyung me está asustando!

Fue lo último que escuchó Yoongi antes de cerrar la puerta y caminar hacia la cama donde yacía su pareja...pareja, que extraño sonaba eso en su cabeza, pero, sin embargo, así estaban las cosas. Ese zorro era su pareja, su mate, y no había nada en la tierra que él pudiera hacer para cambiarlo.

Ante la presencia de Yoongi, Jimin se dejó ver lentamente al bajar un poco las mantas que lo cubrían del frío inexistente de su entorno, permitiendo que el alfa viera su deplorable estado.

Su pelaje rojo fuego lo cubría en su totalidad en un pobre intento de mantenerse caliente, su nariz negra olisqueaba el aire por instinto, dejando que el dulce aroma a piña con vestigios de coco lo llenase y se instalara a fuego en su cerebro y en cada parte de su adolorido cuerpo.

Sus orbes naranja líquido se fijaron en los dorados del lobo, quien también se dejó ver en su media forma animal.

—¿Qué me está pasando? —preguntó Jimin con el miedo pintando su tono de voz.

Jamás en toda su vida se había sentido así, como si el mundo se fuese a terminar a la mañana siguiente y él no tuviera donde refugiarse, ni siquiera cuando llegó medio moribundo a la reserva se sintió de esa forma. Perdido, como si necesitara algo, no sabía el qué exactamente, y era el no poder entender o saber la respuesta a eso lo que lo tenía tan asustado.

Desde su rostro, Yoongi pasó sus manos por su cabello con frustración, esperando muy dentro suyo que Jimin cooperara y no hiciera o dijera algo que le tocara los nervios, juraba que, si lo hacía, de verdad se iría y se aventaría en el acantilado.

Que los Dioses se compadecieran de él...

—Estás imprimado —carraspeó con incomodidad—, estamos imprimados —corrigió intentando buscar las palabras correctas para que el pequeño zorro entendiera la situación en la que se hallaban actualmente—, eso pasa cuando...nuestras almas encuentran a su compañera, Jimin...tú alma y la mía se reconocen como compañeras, tú y yo, somos Mates.

Por su parte, Jin y Taehyung estaban sentados en la cocina bebiendo té rojo con miel y comiendo galletitas de jengibre y limón. Hablaban amenamente ignorando deliberadamente la imperiosa necesidad que tenían de ponerse de pie e ir a husmear a la habitación, la curiosidad por saber lo que sea que los otros dos estuviesen haciendo o hablando picaba y pinchaba en sus cuerpos. Miradas iban y venían, preguntándose silenciosas quien de los dos sería el primero en ceder al chisme, no obstante, Yoongi y Jimin se lo hicieron saber cuándo un golpe seco seguido de una voz fuerte y clara retumbaron en todo el hogar.

—Jimin...—dijo Taehyung al reconocer la vibrante y actualmente enfurecida de su hermano.

Tanto él como Jin se pusieron de pie a gran velocidad para ir a ver que era lo que estaba pasando, no obstante, no aquello no hizo falta puesto que los protagonistas de los gritos aparecieron aparatosamente por la cocina.

—¡Voy a matarte! ¡¿qué demonios hiciste?! —chilló Jimin.

Él estaba más que dispuesto a descuartizar a Yoongi con sus garras y colmillos, y así (y si Yoongi tenía el gran honor) se haría un tapete con su piel de alfa de pacotilla y lo usaría para limpiarse las patas sin remordimiento.

Yoongi, en cambio, se preparó para sujetar sin esfuerzo alguno a ese zorro rabioso que le enseñaba sus blancos y filosos colmillos de forma amenazante.

¿Jimin de verdad creía que él, el macho alfa de la reserva, le tenía miedo a esos pequeños colmillos de perro chihuahueño? Alguien debería recordarle quien era el que mandaba ahí.

Esa actitud de caniche poseído no derrumbaría su temple tranquilo, no había forma que él perdiera la paciencia por algo así...

—¡Ya deja de quejarte! —Yoongi exclamó exasperado—¡Tú también tienes la mitad de la culpa! ¿No crees que yo también tengo el derecho de sentirme ofendido también? —bramó con la misma energía y mal humor que Jimin.

—¿Qué estás insinuando machote? —siseó Jimin cruzándose de brazos.

—Oh, de verdad no quieres saber —Le escupió con una sonrisa fanfarrona que hizo estragos el autocontrol de Jimin.

—¡Muy bien, suficiente! ¡Ya basta, los dos! —exclamó Jin.

El beta se intervino la pelea amenazándolos con una cuchara de madera que cazó al vuelo cuando se interpuso entre ellos.

—Si van a comportarse como los brutos barbajanes que son, se van ahora mismo de mi casa, y me importa una hectárea de mierda que seas mi alfa Min Yoongi, en esta casa ¡MANDO YO! —Jin explotó.

Sus mejillas estaban rojas y acaloradas por el mal humor causado por aquellos dos ¿Quiénes se creían que eran para quebrar la paz y tranquilidad que reinaba en su hogar?

Yoongi y Jimin detuvieron su disputa de inmediato, fijando sus miradas descolocadas en la figura del beta y en el cucharón que estaban seguros no dudaría en usar como arma contra ellos. Un arma letal en las manos correctas, y las manos de SeokJin, en ese contexto, lo eran.

Taehyung, quien en todo momento solo fue mero espectador, se cuestionaba seriamente sobre de quien debería esconderse en esos instantes, si de Jin hyung o del Alfa y su hermano.

—Lo siento Jin hyung, pero, él tiene la culpa ¡no se que cosas raras de lobo hizo y ahora estamos enlazados! —Jimin no tardó en reclamar, justificando así el enojo que sentía y explicando el porqué de su arrebato homicida.

—Técnicamente aún no. —Susurró Yoongi viendo hacia otro lado.

—¿Disculpa?

—Te perdono. —Yoongi sonrió con labios tensos.

—¡Ay, no te hagas! Sabes de lo que hablo.

—El lazo entre ustedes pasará cuando completen el ritual de unión y dejen una marca en el otro. —explicó Jin.

—¿Qué? ¿qué ritual y que marca?

—Está diciendo que estaremos enlazados una vez que tengamos sexo y dejemos una mordida en el otro. —bufó Yoongi poniendo sus ojos en blanco.

—¡¿Y quién dice que voy a acostarme contigo?! ¿Es para lo único que sirve ser eso de Mates? Pues para que sepas desde ya, que yo no pienso dejar que pongas la cosita esa que tienes entre las piernas cerca de mí. —advirtió apuntándole con su dedo.

—Ya veremos si al final es pequeña como dices.

La insufrible e imborrable sonrisa de Yoongi rebasó el vaso de la paciencia de Jimin.

—¡Tú no eres un alfa, eres un cerdo!

—¡Ya estuvo! ¡Fuera de mi casa! ¡Shu, shu, shu, largo!

A los gritos e insultos que se daba la actual "pareja", se les unió un histérico y enojado SeokJin que revoleaba de un lado a otro su tan preciado cucharón de madera.

Para ese punto, Taehyung ya se encontraba refugiado en la seguridad de su habitación, él estaba dispuesto a quedarse ahí hasta que las cosas allá en la cocina se calmaran, aunque debía ser honesto, no creía que eso fuese a pasar muy pronto. 

N/A 18122023: ¡Buenos días, tardes o noches estrellitas! 

Vengo con una buena noticia para mis bellas estrellitas lectoras, hoy rendí mi ultima materia (del año) por lo que vuelven las actualizaciones regulares  *tira confetis de colores*

De paso también quiero contarles que estoy avanzando con las historias que planeo subir una vez que termine con estas tres. No puedo mentirles, estoy muy emocionada, pero ya saben como soy así que si llego a encontrarme insatisfecha, posiblemente se vayan a borradores hasta que queden como quiero...no digo que se ilusionen, pero, la cosa está ahí, cocinándose como un pastel y quería compartirlo con ustedes  que siempre me llenan de amor y apoyo.

En fin, ese es mi reporte del día ¡Que tengan un excelente comienzo de semana!

Los TKM...

SQ 👑

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